La administración de Blasio lanza plan de $130 millones para reducir delincuencia y personas con problemas mentales y conductuales en prisión

December 2, 2014

Un enfoque exhaustivo transformará la manera en que son tratadas las personas con enfermedades conductuales en cada etapa del sistema de justicia penal

La inversión de $130 millones — de los cuales hay $40 millones en fondos de incautaciones aportados por la Fiscalía de Manhattan — financiará docenas de estrategias

Lea el Plan de acción del Equipo de trabajo para el Sistema de Justicia Penal y Salud Conductual


NUEVA YORK – La administración del alcalde Bill de Blasio publicó hoy el informe del Equipo de trabajo para el Sistema de Justicia Penal y Salud Conductual, un mapa de rutas completo para seguir reduciendo la delincuencia a la vez que se reduce la cantidad de personas con problemas de salud conductual que regresan innecesariamente al sistema de justicia penal. Esta inversión sin precedentes de $130 millones a cuatro años es un elemento clave de las gestiones en curso de la administración de Blasio para reducir arrestos y reclusiones innecesarios, recursos directos para justicia penal donde tendrá el mayor impacto en la la seguridad pública, y hará al sistema más justo. La Fiscalía de Manhattan aportó $40 millones a la gestión, y los $90 millones restantes provienen de fondos de la Ciudad.

“Por años, el sistema de justicia penal ha sido la vía principal para lidiar con problemas conductuales y de salud mental, pero ese enfoque por sí solo no es la mejor manera de servir a la salud pública o la seguridad pública”, dijo el alcalde de Blasio. “Este plan exhaustivo para identificar y llevar a personas fuera del sistema de justicia penal y conectarlas con tratamientos y servicios para atender sus problemas subyacentes significará no solo calles más seguras, sino también vecindades más fuertes y gente más sana”.

“Para demasiados neoyorquinos con trastornos de salud mental y uso de sustancias, el sistema de justicia penal es un laberinto del que nunca pueden escapar”, dijo la primera dama Chirlane McCray. “La Ciudad ha hecho un compromiso real de atender las causas originales de este problema urgente”.

“Profesionales del orden público y la justicia penal han concordado por mucho tiempo que atender las necesidades específicas de los acusados con problemas de salud conductual es de importancia crucial”, dijo el fiscal de Manhattan, Cyrus R. Vance, Jr. “A pesar de este reconocimiento, una falta de soluciones efectivas ha persistido por décadas, conduciendo a altas tasas de reincidencia y un sistema en general que es injusto para los afligidos. Usando fondos de incautaciones asegurados por mi oficina, este plan de acción crea un camino de avance ambicioso y alcanzable”.

Durante los últimos 20 años, la Ciudad de Nueva York ha presenciado las caídas más marcadas en la delincuencia de lugar alguno en la nación, a la vez que se redujo sustancialmente la cantidad de personas en las cárceles. Pese a este éxito, las personas con problemas de salud conductual constituyen un porcentaje cada vez mayor del total de reclusos. En un día cualquiera, aproximadamente 7 por ciento de los detenidos en cárceles de la Ciudad de Nueva York sufren enfermedades mentales graves, 38 por ciento de una gama más amplia de problemas mentales, y más de 85 por ciento tienen trastornos de uso de sustancias. Muchas personas involucradas con la justicia y con necesidades de salud conductual pasan una y otra vez por el sistema, a menudo por ofensas menores. Por ejemplo, un grupo de aproximadamente 400 personas han ingresado a prisión más de 18 veces en los últimos cinco años. Este mismo grupo representó más de 10,000 ingresos en prisiones y un total de 300,000 días en prisión durante este período.

El Equipo de trabajo para el Sistema de Justicia Penal y Salud Conductual pasó 100 días desarrollando docenas de estrategias interconectadas de salud y seguridad públicas que abordan cada punto del sistema de justicia penal y el solapamiento entre esos puntos. Las recomendaciones del equipo se enfocan en asegurar que, cuando sea apropiado, las personas con trastornos de salud conductual no entren al sistema de justicia penal, para empezar; si entran, que sean tratados fuera de un entorno carcelario; si están en prisión, que reciban tratamientos terapéuticos en vez de punitivos; y que, al ser liberados, sean conectados con servicios eficaces.

Iniciativas principales del Plan de acción

  • Antes del arresto: Ampliar el entrenamiento para los oficiales de policía e impulsar la derivación hacia servicios, en vez de arrestos, para personas que no representen una amenaza a la seguridad pública. La Ciudad ampliará el entrenamiento para oficiales de policía, permitiéndoles reconocer mejor los comportamientos y síntomas de enfermedades mentales y el uso de sustancias. Este nuevo módulo de capacitación será integrado en última instancia al currículo de la Academia de Policía y, a corto plazo, consistirá en un entrenamiento de 36 horas para 5,500 oficiales en dos áreas selectas.

La Ciudad también probará un centro de admisiones clínicas en Manhattan a fin de ofrecer una opción para personas que no necesitan ser retenidas para imputación de cargos menores ni servicios en salas de emergencia. Este centro de admisión proveerá a la policía con una alternativa muy necesaria al encarcelamiento para personas con problemas de salud mental. A principios de 2016 se abrirá un segundo centro similar en otro distrito municipal.

  • En la imputación de cargos: Ampliar la liberación supervisada, desarrollar una herramienta para la evaluación de riesgos, estudiar estrategias generales de reforma y reducir los tiempos para procesar casos. La Ciudad añadirá 2,300 plazas a programas existentes de liberación supervisada para adultos y probará una nueva herramienta científica de evaluación de riesgos para jueces y proveedores de servicios que identifique con precisión y derive a la gente que no represente un alto riesgo de reincidencia o huida, y puedan por lo tanto ser supervisadas con seguridad en la comunidad, manteniendo sus trabajos y cumpliendo con otras obligaciones mientras esperan juicio.

La Ciudad empezará gestiones para mejorar su sistema de fianzas a fin de reducir la dependencia en fianzas monetarias como medida sucedánea de riesgo al desarrollar una herramienta científica de riesgos que los jueces puedan incluir en sus decisiones de liberación, similar a lo que se ha hecho con efectividad en otras jurisdicciones.

  • Encarcelamiento: Ampliar el acceso a tratamientos eficaces en prisión. Entre otras iniciativas, la Ciudad mejorará la seguridad de oficiales y reclusos al desplegar Equipos de intervención en crisis compuestos por empleados correccionales y de salud para desactivar incidentes, reducir la segregación punitiva, desarrollar una estrategia para ampliar el acceso a tratamientos para trastornos de uso de sustancias, y crear unidades especializadas para proveer servicios de prevención a reclusos con problemas de salud conductual.
  • Liberación y Readmisión: Ampliación de servicios de readmisión y viviendas de apoyo a fin de preparar a las personas para que nunca vuelvan a prisión. Entre otras iniciativas, la Ciudad proveerá equipos de planificación de descargo en las cárceles a fin de conectar a las personas con Medicaid, la Administración de Recursos Humanos (HRA, en inglés), Health Homes y otros programas y servicios disponibles, y creará 267 plazas en viviendas de apoyo y permanentes a través del Departamento de Servicios para Desamparados (DHS, en inglés) a fin de reducir el uso de salas de emergencia, albergues y cárceles.

Reconociendo la importancia crucial de la vivienda en estabilizar las vidas y mejorar los tratamientos de personas con problemas de salud conductual, la Ciudad también establecerá un equipo de planificación de vivienda que se enfocará en proveer acceso adicional a viviendas públicas de apoyo asequibles para personas involucradas con el sistema de justicia y personas con problemas de salud conductual.

Estas estrategias serán implementadas en conjunto por la Oficina de la Alcaldía para Justicia Penal (MOCJ, en inglés), el Departamento de Salud e Higiene Mental (DOHMH, en inglés), el Departamento de Policía (NYPD, en inglés), el Departamento de Corrección (DOC, en inglés), el Departamento de Libertad Condicional (Probation, en inglés), los fiscales, tribunales, la Administración de Servicios para Niños (ACS, en inglés) y entidades no lucrativas, entre otros. El alcalde de Blasio lanzó el Equipo de trabajo para el Sistema de Justicia Penal y Salud Conductual en junio de 2014 a fin de desarrollar un plan estratégico y factible para convertir el sistema de justicia penal de la ciudad en uno que evalúe de forma confiable quién o quiénes representan un riesgo para la seguridad pública, y que asegure que el sistema atienda de manera apropiada — no solo al arrestar, sino mucho antes y después — los problemas de salud conductual que han conducido a muchos a involucrarse con el sistema de justicia penal.

“Para muchas personas con necesidades de salud conductual, el sistema de justicia penal es una puerta giratoria que conduce a múltiples estadías breves y costosas tras las rejas en el transcurso de sus vidas como adultos”, dijo Lilliam Barrios-Paoli, vicealcaldesa de Salud y Servicios Sociales. “Dado que los cargos subyacentes son en su mayoría infracciones menores, necesitamos cuestionar si los recursos tradicionales de justicia penal están desplegados en la mejor manera cuando se trata con esta población”.

“Sabemos que muchos de los asuntos que conducen en última instancia a tiempo tras las rejas empiezan mucho antes y después de entrar en contacto con el sistema de justicia penal, e implican a muchos más involucrados, no solamente el sistema carcelario. Esto es particularmente cierto para las personas con problemas de salud conductual”, dijo Elizabeth Glazer, directora de la Oficina de la Alcaldía para Justicia Penal. “Mejorar resultados de salud y seguridad públicas requiere mirar al sistema completo e implementar las estrategias más inteligentes y efectivas en todo el sistema”.

“A menudo el NYC se encuentra como una agencia de último recurso al lidiar con diversos asuntos relacionados con personas con problemas de salud mental y abuso de sustancias. Acogemos la oportunidad de colaborar más estrechamente con nuestros asociados en los campos de justicia penal y salud mental, así como otros proveedores de servicios sociales, a fin de buscar soluciones alternativas para abordar estos asuntos con más efectividad”, dijo el comisionado de Policía William J. Bratton.

“Pocos profesionales de corrección entraron a este campo esperando trabajar para tantos reclusos con enfermedades mentales. Al enfatizar la necesidad de tratamientos terapéuticos y Equipos de intervención en crisis que incluyen a trabajadores de salud mental, ampliar el acceso a tratamientos para trastornos de uso de sustancias, y apoyar unidades especializadas para reclusos con enfermedades mentales, las recomendaciones del Equipo de trabajo ayudarán al personal del DOC a adaptarse a esta realidad y llevar una reforma significativa a Rikers Island”, dijo el comisionado del Departamento de Corrección Joe Ponte.

“El Departamento de Salud se encarga de proveer servicios médicos y de salud mental generales en las cárceles de la Ciudad, y nos enorgullece empezar a implementar estrategias en la intersección entre la salud pública y la seguridad pública”, dijo la Dra. Mary Bassett, MD, comisionada del Departamento de Salud e Higiene Mental. “Las recomendaciones del Equipo de trabajo utilizan modelos comprobados de todo el país para asegurar mejor el bienestar de la gente desde un encuentro inicial con la policía hasta la imputación de cargos, el encarcelamiento y la liberación, a menudo a comunidades con la mayor carga de enfermedades en la Ciudad”.

“Catalizado por la trágica muerte de un veterano, este oportuno reporte por el Equipo de trabajo de la Alcaldía informa la estrategia futura de la Ciudad al adoptar un enfoque de sistemas multidisciplinarios que incorpora entrenamiento para la estabilización de personal pee rand y redes coordinadas de atención, servicios y recursos para lograr mejores resultados en el sistema de justicia penal”, dijo la Dra. Loree Sutton, comisionada de la Oficina de la Alcaldía para Asuntos de Veteranos (MOVA, en inglés). “Con igual importancia, este modelo allana el camino para desarrollar capacidad en las comunidades a fin de fortalecer la resiliencia y prevenir actividades criminales, maximizando así la seguridad y salud públicas para todos”.

“La iniciativa más reciente del alcalde para reducir la delincuencia y abordar el grave problema de la salud mental es un triunfo por partida doble”, dijo el representante federal Charles Rangel. “Aplaudo su visionario liderazgo en el desarrollo de métodos más eficientes e innovadores para que la Ciudad de Nueva York se mantenga siempre por delante del promedio y como una de las mejores ciudades para vivir en nuestra nación. Este enfoque exhaustivo para mejorar nuestro sistema de justicia penal hará mucho para reducir las tasas de encarcelamiento y proteger a nuestros electores de daños innecesarios”.

“Dirigir a infractores no violentos de bajo nivel con problemas de salud mental hacia tratamientos, en vez de la cárcel, es un paso importante. Los servicios de salud mental llegarán a los más necesitados y la seguridad pública mejorará al salir estos neoyorquinos de las calles y entrar en tratamientos. Nueva York ya es la ciudad grande más segura en el país. Estos pasos la harán aún más segura al hacer al sistema más justo para los que padecen problemas de salud mental”, dijo el representante federal Elliot Engel.

“Con demasiada frecuencia, la gente con trastornos mentales terminan pasando una y otra vez por un sistema de justicia penal que no toma en consideración sus necesidades particulares y no les ofrece acceso a los tratamientos que necesitan. El sistema carcelario de nuestra Ciudad se ha convertido en el método de facto para lidiar con pacientes con problemas conductuales y de salud mental, cuando realmente necesitan un enfoque de tratamientos y salud pública especializados. El plan exhaustivo del alcalde de Blasio permitirá que el sistema de justicia penal, oficiales de policía, cárceles y oficiales de salud pública sirvan mejor y brinden tratamiento a esta población a fin de reducir el número de pacientes con problemas de salud mental en nuestras cárceles”, dijo el representante federal José E. Serrano.

“El informe del Equipo de trabajo para el Sistema de Justicia Penal y Salud Conductual que recomendó un cambio de sentencias punitivas a servicios terapéuticos y de rehabilitación es un cambio bienvenido de la práctica de décadas usando al sistema de justicia penal para institucionalizar a personas con problemas mentales. Al derivar a las personas con trastornos mentales fuera de prisión y en su lugar proveerlos con tratamientos para problemas conductuales, la Ciudad de Nueva York estará dando un ejemplo en reforma de la justicia penal. Esta conducirá a una vida mejor y más plena para muchos neoyorquinos y fortalecerá nuestros vecindarios y familias. Elogio al alcalde de Blasio y al Equipo de trabajo por sus gestiones, junto a la Fiscalía de Manhattan por su asignación de fondos”, dijo el representante federal Gregory Meeks.

“Hemos sabido por mucho tiempo que el encarcelamiento no es el método más efectivo para lidiar con miembros de nuestra comunidad que luchan con problemas de salud conductual. Restructurar al sistema de justicia penal de nuestra Ciudad para ayudar a identificar personas que enfrentan problemas de salud conductual y tienen encuentros con la ley, e invertir en proveer a esas personas con los recursos apropiados para ayudarlas a atender y manejar su salud hará mucho para reducir arrestos innecesarios, mejorar la seguridad en nuestras comunidades y la salud de innumerables neoyorquinos”, dijo el senador estatal Gustavo Rivera. “Agradezco al alcalde de Blasio por trabajar para hacer a nuestro sistema de justicia penal más justo y efectivo para todos los neoyorquinos”.

“La iniciativa del alcalde de Blasio establece una política más compasiva y concienzuda con el fin de salvar las vidas de personas con trastornos emocionales en Nueva York y cubrir la brecha entre las personas en crisis emocionales y los organismos de orden público. Oficiales del NYPD recibirán entrenamiento especializado que les permita atender llamadas en las que están involucradas personas con trastornos emocionales en una forma que incrementará la seguridad de los ciudadanos, de la policía y de transeúntes. Este paso de importancia vital romperá el ciclo de escalada en el que personas que están enfermas y en crisis son tratadas como delincuentes peligrosos en vez de recibir la ayuda que necesitan”, dijo el senador estatal Kevin Parker.

“En la audiencia de la Asamblea que encabecé sobre la salud mental en el sistema correccional el mes pasado abundaron las historias desgarradoras de insuficiencia de tratamientos”, dijo el miembro de la Asamblea estatal Daniel O’Donnell, presidente del Comité de Corrección. “Debemos proveer a las personas con los servicios que necesitan para que se mantengan sanas y fuera del sistema de justicia penal. Estas nuevas gestiones por la Ciudad son claramente un paso esencial en esa dirección. Las personas con enfermedades mentales necesitan tratamiento continuo, no castigo continuo”.

“Rikers Island se ha convertido en la institución de salud mental de último recurso en Ciudad de Nueva York. Este plan hará mucho para abordar los asuntos que enfrenta nuestro sistema de justicia penal al incrementar la derivación hacia servicios, garantizando la seguridad al ampliar programas de liberación supervisada y aumentando los servicios de readmisión para permitir una transición efectiva de vuelta a la sociedad”, dijo el concejal Andrew Cohen, presidente del Comité de Salud Mental. “Estas reformas — una vez implementadas — tendrán un efecto positivo en la forma en que se lidia con las personas con enfermedades conductuales en todo el sistema de justicia penal”.

“Aplaudo a la administración de Blasio por entender que abordar las necesidades de salud mental de los reclusos de Nueva York es una parte importante de mejorar la seguridad pública”, dijo la concejal Elizabeth Crowley, presidente del Comité de Servicios de Justicia Penal. “Estas reformas proactivas reducirán la reincidencia y ahorrarán dinero a los contribuyentes al proveer a quienes entran en el sistema de justicia penal con el derecho a servicios de salud mental y abuso de sustancias. Espero trabajar con el comisionado Ponte para asegurar que estas reformas sean eficaces en reducir la violencia y dar fin a las prácticas comunes en Rikers Island”.

“La Ciudad realizó avances increíbles en la reducción de la delincuencia en las últimas décadas”, dijo el concejal Corey Johnson, presidente del Comité de Salud. “Sin embargo, todavía falta mucho trabajo por hacer. Dada la cantidad significativa de personas que sufren a diario de problemas de salud conductual en prisiones de la Ciudad de Nueva York, el plan de acción es una forma oportuna de reducir la delincuencia y también la cantidad de reclusos, así como de asegurar que las personas que padecen enfermedades o problemas mentales reciben la evaluación de riesgo apropiada y la ayuda que necesitan. Elogio al Equipo de trabajo para el Sistema de Justicia Penal y Salud Conductual por analizar tan profundamente tanto la salud pública como las estrategias de seguridad pública, que antes habían sido vistas inadecuadamente como un poco mutuamente excluyentes”.

“Aplaudo al alcalde por iniciar estas reformas de justicia penal, que proveen un enfoque más completo a la forma en que limitamos la delincuencia en nuestras comunidades”, dijo el concejal Jumaane D. Williams, sublíder y copresidente del Equipo del Concejo para Combatir la Violencia Armada. “La prevención de la delincuencia no puede ser dejada solo a las tácticas policiales, por lo cual he trabajado incansablemente junto a otros para combatir la violencia de las armas de fuego usando un enfoque multifacético que involucra a todas las agencias de la Ciudad, miembros de las comunidades y grupos interruptores de la violencia. Este cambio en la forma en que lidiamos con la seguridad pública es la única manera de arreglar el sistema averiado que ha estado vigente por demasiado tiempo”.

“Mejorar la seguridad pública incluye el despliegue efectivo de recursos esenciales para mejorar la calidad de vida de neoyorquinos por toda nuestra Ciudad, y acojo el plan del alcalde de Blasio para redirigir proactivamente la forma como el sistema de justicia penal interactúa con las personas que viven con problemas de salud mental”, dijo la concejal Vanessa L. Gibson, presidente del Comité de Seguridad Pública. “Esto no es simplemente un asunto de mejorar la seguridad en comunidades por toda nuestra ciudad — también es de tratar a nuestros conciudadanos con dignidad y asegurar que se están asignando recursos sin precedentes para marcar una diferencia en las vidas de quienes viven con enfermedades complejas que pueden afectar su comportamiento”.

“Nuestros tribunales están congestionados con casos baladíes de justicia penal que serían mejor manejados en un sistema compasivo de salud mental, y las reformas del alcalde de Blasio beneficiarán a personas que necesitan tratamientos y a los contribuyentes por igual”, dijo el concejal Rory I. Lancman, presidente del Comité de Tribunales y Servicios Legales.

“Las personas que padecen enfermedades de salud conductual no deberían ser castigados por sus necesidades de atención médica”, dijo Jill Furillo, directora ejecutiva de la Asociación de Enfermeras del Estado de Nueva York (NYSNA, en inglés). “Al final, nuestra sociedad es más segura cuando las enfermedades son atendidas con compasión. Agradecemos al Equipo de trabajo por sus importantes deliberaciones y hallazgos”.

“Como médicos, aplaudimos y apoyamos la ardua labor y recomendaciones del Equipo de trabajo para el Sistema de Justicia Penal y Salud Conductual del alcalde de Blasio”, dijo el Dr. Frank Proscia, presidente del Concejo de Doctores del sindicato SEIU. “Nuestros miembros en Rikers Island y en hospitales y clínicas ven cada día a personas con problemas de salud conductual. Es esencial que estas personas reciban la atención médica e intervención apropiadas tan pronto como sea posible y que haya un plan exhaustivo vigente para atender sus necesidades. El uso apropiado de recursos para abordar problemas de salud mental puede llevar a las personas con problemas de salud conductual a recibir la atención que necesitan, cuando la necesitan y en el ambiente y programas correctos”.

“Estamos encantados con las recomendaciones, que reflejan un enfoque realmente importante y nuevo en Nueva York para ayudar a la gente con necesidades de salud conductual que entran en contacto con el sistema de justicia penal”, dijo Steve Coe, CEO de Community Access. “El modelo de Los Ángeles para entrenar a la policía para que reconozca necesidades de salud conductual y deriven a personas hacia servicios en vez de arrestarlas es excelente, y me alegra ver que la Ciudad lo acoge y suma al mismo”.

“Elogiamos a la administración de Blasio por reconocer la importante intersección entre la justicia penal y salud conductual”, dijo Wendy Brennan, directora ejecutiva de la Asociación Nacional de Enfermedades Mentales en Nueva York (National Association de Mental Illness Nueva York, en inglés). “Este plan de acción representa un progreso impresionante, y esperamos trabajar para implementar estas mejoras y el trabajo adicional que vendrá”.

“Lo último que la gente que abusa drogas y alcohol necesita es más interacción con el sistema de justicia penal”, dijo Alyssa Aguilera, directora política de VOCAL-NY. “Los problemas de salud conductual deben ser atendidos con intervenciones de salud pública, no con viajes innecesarios y costosos a la cárcel. Aplaudimos al alcalde de Blasio por dedicar recursos para derivar a personas fuera de los arrestos y hacia servicios social esenciales”.