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PR- 200-13
11 de junio de 2013

EL ALCALDE BLOOMBERG PRESENTA EL PLAN MUNICIPAL DE PREPARACIÓN A LARGO PLAZO PARA LOS EFECTOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO

A continuación se ofrece el texto preparado para el discurso del alcalde Michael R. Bloomberg en un acto celebrado hoy en el invernadero Duggal Greenhouse del Navy Yard de Brooklyn. Por favor confirme con el discurso final:

“Gracias, presidente de condado Molinaro, por su gran liderazgo ayudando a Staten Island a recuperarse.  Y quiero agradecer a Baldev Duggal por toda su determinación a convertir un desastre en una oportunidad.

“Bienvenidos todos a este hermoso invernadero, símbolo perfecto de la determinación de nuestra Ciudad a reconstruir ― y renovar.  No hace mucho, este edificio era un cascarón abandonado, igual que gran parte del Navy Yard ― nada que ver con los días de gloria, cuando este era uno de los astilleros navales más importantes en el país y crucial para nuestra victoria en la Segunda Guerra Mundial.  En los años ’40, el Navy Yard era apodado el ‘Lugar donde se pueden hacer las cosas’ (‘Can-Do Yard’, en inglés) porque ningún sitio ejemplificaba mejor el espíritu y resolución de nuestro país. Y no puedo pensar en un lema mejor para describirlo ahora.

“El Navy Yard fue muy golpeado por Sandy, pero en unos cuantos días, estaba en pie nuevamente y funcionando.  Hoy, el Yard es el hogar de 330 empresas y 6,400 empleos, casi dos veces la cantidad que había aquí en 2001.

“Y está ayudando a Nueva York a impulsar la economía del siglo XXI ― desde un laboratorio de impresiones 3-D que está ayudando a revolucionar la manufactura hasta un sitio de construcción modular que está ayudando a cambiar la industria de la construcción, y las tecnologías de energía limpia y sustentabilidad que están siendo introducidas aquí.

“Hoy, este edificio del que una vez salían navíos de guerra ayuda a dirigirnos en otra batalla ―una batalla que bien podría definir nuestro futuro en generaciones por venir: La batalla contra el cambio climático.

“Es una batalla que nuestra Administración ha estado luchando tan agresivamente como cualquier otra ciudad en el mundo.  De hecho, es justo decir que PlaNYC es el más ambicioso programa de sustentabilidad que ciudad alguna haya emprendido jamás.  Hace seis años, PlaNYC sonó la alarma sobre los peligros que nuestra ciudad enfrenta debido a los efectos del cambio climático actual, incluyendo el empeoramiento de los efectos de un clima extremo.

“Desde entonces, hemos hecho mucho para atacar las causas del cambio climático y hacer a nuestra Ciudad menos vulnerable a sus posibles efectos ― fortaleciendo el Código de construcción (Building Code, en inglés); construyendo infraestructura ‘verde’, incluso nuestro Blue Belt (o ‘Cinturón azul’) de reconocimiento nacional, para prevenir inundaciones; y dando pasos que han ayudado a reducir en 16 por ciento las emisiones de gases invernadero de la Ciudad, más de la mitad hacia nuestra meta de reducirlas en 30 por ciento para el 2030.

“No hemos esperado a Washington para liderar en el cambio climático; hemos atacado al problema de frente, justo como muchas otras ciudades están haciendo ahora.  Y a través del Grupo C40 de Ciudades por el Liderazgo del Clima (C40 Cities Climate Leadership Group, en inglés) que he presidido desde el 2010, estamos trabajando con alcaldes del mundo entero para compartir estrategias para reducir las emisiones aun más.

“Pero el huracán Sandy ― que trágicamente le costó la vida a 43 neoyorquinos ― dejó demasiado claro que, independientemente de cuán lejos hayamos llegado, aún enfrentamos amenazas reales e inmediatas.

“Hemos estado trabajando desde entonces para ayudar a comunidades a recuperarse y reconstruir, y también a fin de prepararlas mejor ― y a toda nuestra Ciudad ― para lo que viene después.  El mes pasado publicamos una revisión detallada del desempeño del Gobierno local durante y después de Sandy, y estamos implementando 60 recomendaciones que asegurarán que hagamos un trabajo aun mejor cuando llegue la siguiente tormenta.

“En diciembre le pedí a Seth Pinsky, el presidente de la Corporación de Desarrollo Económico de la Ciudad (NYCEDC, en inglés) que encabezara a un equipo de personas ― entre ellos Marc Ricks y Tokumbo Shobowale ― que desarrollarían un plan exhaustivo para alistar a nuestra ciudad para los riesgos del clima que enfrentamos.  Les pedí que usaran a PlaNYC como base, y que trabajaran con Sergej Mahnovski y nuestra Oficina para Sustentabilidad y Planificación a Largo Plazo (Office of Long Term Planning and Sustainability, en inglés), que encabezó la implementación de PlaNYC.

“En los últimos seis meses, trajimos docenas de expertos de campos altamente especializados: ciencia e ingeniería del clima, atención de salud, telecomunicaciones, servicios públicos, seguros; y unidos, dimos una mirada profunda a lo que ocurrió exactamente durante Sandy, y por qué.

“Evaluamos los riesgos para los años por venir: para nuestras comunidades, nuestra infraestructura y todos los neoyorquinos.  Analizamos las formas más efectivas ― y factibles ― de confrontar esos riesgos.  Involucramos a docenas de funcionarios electos de los gobiernos municipal, estatal y federal.  Hablamos con cientos de organizaciones comunitarias, negocios y residentes de cada área afectada por Sandy.  Y consultamos a gente de todos los sectores.

“Veamos rápidamente parte del trabajo que ellos hicieron y la gente que participó.

“Ese video ofrece apenas un vistazo del trabajo que realizó nuestro equipo 24/7.  Fue una gestión sin precedentes después de un desastre, creando un nivel de análisis que creemos que nunca había sido emprendida por un gobierno municipal.

“Y hoy, como resultado de todo ese trabajo, estamos publicando un informe de 400 páginas detallando más de 250 recomendaciones concretas de cómo confrontar los riesgos que enfrentamos y construir una Ciudad más fuerte y resistente.

“Entre ellas se incluyen planes integrados para el fortalecimiento de 15 áreas críticas tales como las defensas de las costas, edificios, servicios públicos, suministro de combustible y alimentos, atención de la salud, transporte y telecomunicaciones.  A estas 15 áreas, el informe les da una mirada de arriba hasta abajo en su infraestructura, su gobernanza, cómo fueron afectadas por Sandy, los riesgos más significativos que enfrentan debido al cambio del clima, y qué es exactamente lo que podemos hacer a fin de alistarnos mejor para el mismo.

“El reporte también incluye cinco capítulos enfocados específicamente en las áreas que sufrieron el mayor daño por Sandy.  En cada comunidad miramos sus vulnerabilidades específicas, y para cada una desarrollamos un plan específico realizable para un futuro con más capacidad de resistencia.

“Esta fue una cantidad espectacular de trabajo ― y quiero agradecer a todos los que tomaron parte en él, incluyendo al equipo completo involucrado en nuestra Iniciativa especial para reconstrucción y adaptación, entre ellos nuestro Departamento de Planificación Urbana (DCP, en inglés), dirigido por Amanda Burden.  Creo que todos merecen un gran aplauso.

“El plan es increíblemente ambicioso ― y gran parte del trabajo se extenderá mucho más allá de los próximos 203 días, pero rehusamos pasar la responsabilidad de crear un plan a la próxima administración.

“Este es un trabajo urgente ― y debe empezar ahora.  Así que usaremos cada uno de los próximos 203 días para hacer tanto trabajo como sea posible, y para fijar compromisos donde sea que podamos.

“Hoy, quisiera hablar con ustedes de algunos elementos clave del plan.  Y empecemos con un reconocimiento importante.  Aunque Sandy fue tan mala, tormentas futuras podrían ser aún peores.  De hecho, debido al aumento de las temperaturas y niveles del mar, incluso una tormenta que no sea tan grande como Sandy podría ― más adelante ― ser aun más destructiva.

“Para entender a qué nos enfrentamos, volvimos a reunir al Panel de la Ciudad de Nueva York para el Cambio Climático (NYC Panel on Climate Change, en inglés), que creamos como parte de PlaNYC.  Es dirigido por científicos del clima, y es una de las primeras gestiones de la nación patrocinadas por un gobierno para estudiar los efectos del clima cambiante en una región metropolitana.  En los últimos meses, ellos desarrollaron estimados específicos para Nueva York, los cuales publicamos ayer.

“Aquí hay un mapa de 100 años de inundaciones de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA, en inglés), el cual estaba vigente cuando llegó Sandy.  Desde entonces, la Agencia ha publicado una nueva versión de su mapa.  Pero estos mapas no toman en cuenta cambios potenciales futuros como el aumento de los niveles del mar, que nuestro panel estima que podría aumentar más de dos pies y medio para mediados de siglo.

“Volvamos a ver el mapa de 1983.  Ahora, he aquí el mapa de 2013 otra vez.  Y he aquí cómo nuestro panel cree que el mapa podría lucir en la década de 2020.  Pero eso no es todo.  Veamos un poco más adelante.  Primero, miren a 1983.  Ahora, he aquí el mapa de 2013.  Este es el mapa de la década de 2020, y he aquí lo que nuestro panel estima para la década de 2050.  Mírenlo de nuevo de principio a fin.  Como pueden ver, nuestra ciudad será mucho más vulnerable a las inundaciones en las décadas que siguen.

“De hecho, esperamos que para mediados de siglo hasta una cuarta parte de toda el área de la Ciudad de Nueva York, donde hoy viven 800,000 residentes, estarán en la zona de inundación.  Si no hacemos algo, más de 40 millas de nuestras costas podrían ver inundaciones regularmente, simplemente en mareas altas normales.

“Piensen en lo que eso significa ― solo en términos financieros: Sandy costó a nuestra Ciudad $19 mil millones en daños y actividad económica perdida.  Y ahora pronosticamos que una tormenta como Sandy podría costar casi cinco veces esa cantidad para mediados de siglo ― cerca de $90 mil millones.

“Eso nos deja con unas cuantas opciones claras: Podemos hacer nada y exponernos a una frecuencia creciente de tormentas como Sandy que hacen más y más daño, o podemos abandonar la costa.  O, podemos realizar las inversiones necesarias para construir una Nueva York más fuerte, más resistente ― inversiones que se pagarán solas muchas veces en los años por venir.

“Creo firmemente que tenemos que prepararnos para lo que los científicos dicen que es un escenario probable. El que usted crea que el cambio climático es real o no es algo irrelevante ― no podemos correr el riesgo.  Y como neoyorquinos, no podemos y no vamos a abandonar nuestra costa.  Es uno de nuestros más grandes recursos.  Debemos protegerla, no abandonarla.

“Por décadas, la Ciudad permitió que la costa se contaminara, degradara y fuera abandonada.  Hemos pasado los últimos once años revirtiendo esa historia y recuperando la costa para el disfrute de todos los neoyorquinos, y no vamos a detenernos ahora.

“Para ilustrar la futilidad del abandono, consideren que en los nuevos mapas de 100 años de inundaciones de FEMA, hay más de 500 millones de pies cuadrados de edificios de la Ciudad de Nueva York ― equivalente a la ciudad entera de Minneapolis.  Estas comunidades son el hogar de casi 400,000 personas y más de 270,000 empleos.

“Estas no van a ninguna parte, y no podemos y no vamos a abandonarlas.  A nosotros nos corresponde hacer más fuertes y más seguras a estas comunidades.  Y eso va para todas las comunidades que podrían ser afectadas por una tormenta, no solo las más golpeadas por Sandy.

“No vamos a cometer el error de librar la última guerra.  Tenemos que ver al futuro ― y anticipar cualquiera y todas las amenazas futuras, no solo de huracanes, sino también de sequías, grandes precipitaciones como la que tuvimos la semana pasada, y olas de calor, que podrían ser más largas y más intensas en los años por venir.

“Ahora, no hay una sola solución a todos estos retos, y no haremos toda esta labor de una sola vez ― eso sería imposible.  Pero, pieza por pieza, en el transcurso de muchos años e incluso décadas, podemos construir una ciudad capaz de prepararse mejor, resistir más y superarlo todo.

“No se equivoquen: Este es un reto determinante para nuestro futuro y, si alguien está a la altura de la tarea de defender y adaptar a la ciudad que aman, son los neoyorquinos.

“Esto es demasiado importante ― y nos corresponde a todos trabajar unidos para acelerar nuestro progreso, y les corresponde a ustedes hacer que la próxima Administración rinda cuentas por realizarlo.

“Empecemos hablando del primer nivel de nuestra defensa ― nuestras protecciones costeras, empezando con nuestras playas.  Sandy dejó claro el importante rol que pueden jugar las playas mismas en la prevención de inundaciones.  He aquí fotos antes y después de la calle Beach 94th en los Rockaways ― no tiene dunas y está desgastada por el agua.  He aquí fotos de la calle Beach 56th, apenas dos millas más allá en la costa.  Hay dunas fuertes, y todo está mayormente bien.  Esta combinación de dunas y playas anchas con mucha arena es potente.

“Así que ahora mismo, en Staten Island, estamos tomando medidas inmediatas para restaurar playas y construir barreras resistentes y protectoras.  Estamos trabajando con el Cuerpo de Ingenieros del Ejército para reforzar sistemas de dunas y playas en todo Staten Island, el Sur de Brooklyn y Queens, incluso en Coney Island y a lo largo de los Rockaways.

“Hay trabajo a corto plazo que será completado este año ― con etapas adicionales a seguir en los próximos años.  En Breezy Point, estamos proponiendo un nuevo sistema de dunas dobles que ofrecería dos niveles de defensa a esta comunidad devastada por Sandy, una estrategia que podría ser realizada gradualmente a lo largo de los Rockaways.

“La península Rockaway es una de las partes más expuestas de nuestra Ciudad, pero este sistema de dunas ― al combinar con otras protecciones que estamos proponiendo hoy ― asegurarán que las comunidades en la península estén mejor protegidas de las tormentas futuras.

“Gracias a los comisionados Veronica White, en el Departamento de Parques (DPR, en inglés), y David Burney, en el Departamento de Diseño y Construcción (DDC, en inglés) por su trabajo increíblemente rápido para empezar la labor a lo largo de nuestras playas, y gracias a la colaboración entre muchas agencias municipales y miles de voluntarios de NYC Service que prestaron una mano, no solo abrimos nuestras playas a tiempo para la temporada de verano, sino que también avanzamos mucho en el fortalecimiento de la costa en áreas vulnerables.

“No podríamos haberlo hecho sin el enorme esfuerzo del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, bajo el fuerte liderazgo del coronel Paul Owen aquí en el área de Nueva York y el Departamento de Conservación Ambiental del Estado bajo el comisionado Joseph Martens y la directora regional Venetia Lannon, una exintegrante de nuestra Administración.

“Nada tan monumental como esto puede ocurrir sin que trabajen unidos los gobiernos local, estatal y federal, y quiero agradecer al Presidente Obama y al gobernador Cuomo ― y a sus equipos de trabajo, especialmente al secretario del Departamento federal de Vivienda y Desarrollo Urbano (USHUD, en inglés) Shaun Donovan, quien nos ayudó a superar la burocracia y realizar el trabajo tan rápidamente como fue posible.

“Un sistema de dunas más fuerte y la ampliación de playas será una de las mayores prioridades para nuestra costa, pero ese es solo el comienzo.  Nuestro informe incluye 37 proyectos de defensa de costas, incluyendo la restauración de humedales naturales para disminuir las olas en la costa sur de Staten Island y en toda la Bahía de Jamaica, incluso cerca de Howard Beach, y la colocación de rompeolas fuera de la costa en áreas donde estas representan la mayor amenaza ― incluyendo una primera etapa de estas defensas fuera del Puerto de Great Kills en Staten Island, que trabajaremos con el Cuerpo del Ejército para empezar a estudiar de inmediato.

“Fortificar nuestras defensas naturales es crucial ― pero no basta.  Aunque una barrera gigante a lo largo de todo nuestro puerto no es práctica o costeable, se pueden hacer barreras más pequeñas para las marejadas ― y podrían haber evitado gran parte de la inundación que vimos durante Sandy.

“Eso es verdad especialmente para la llamada ‘inundación por la puerta trasera (‘back-door flooding’, en inglés), los desbordes de agua de ríos, cañadas y canales.  Hoy, estamos proponiendo que sean consideradas varias barreras para marejadas a fin de cerrar estas puertas traseras.  Construirlas tomará años de diseño y trabajos de construcción ― pero podemos empezar el proceso ahora, y lo estamos haciendo.

“Una barrera para marejadas de tormentas estaría en el arroyo Newtown Creek, donde la marejada llevó las aguas de la inundación a los vecindarios aledaños de Greenpoint y Long Island City e incluso tan adentro como Maspeth.  Una barrera de marejadas en la boca de Newtown Creek reduciría drásticamente la inundación en estos vecindarios, y trabajaremos con el Cuerpo del Ejército para empezar a estudiarla inmediatamente.

“También estamos empezando una serie de estudios de otras barreras posibles en las vías fluviales.  Piensen en Coney Island.  Gran parte de la inundación que ocurrió a lo largo de la península de Coney Island y en vecindarios como Gravesend no fue realmente el resultado de agua que pasó por encima de la playa y el paseo entablado.  En vez de ello, esta fue causada por agua que dio la vuelta alrededor de la península y subió por la cañada de Coney Island (Creek) ― una ‘puerta trasera’ que Sandy abrió con facilidad.

“Una barrera de mareas a lo largo de Coney Island Creek podría proteger a la vecindad de la inundación, y la Ciudad podría construir nuevos terrenos para parques al cruzar la barrera misma, conectando a dos parques locales existentes.

“El agua que entró por estas puertas traseras se encargó de gran parte del daño de la inundación.  Y la puerta trasera más grande de todas, por supuesto, fue la Bahía de Jamaica.  Una barrera para marejadas en la entrada de la bahía podría ayudar a proteger las comunidades de Gerritsen Beach, Howard Beach, Broad Channel, Canarsie y Mill Basin, todas las cuales experimentaron inundaciones devastadoras durante Sandy.

“Ahora, esa barrera para marejadas sería muy complicada y tomaría años construirla, y primero exigiría un estudio real para que podamos determinar si vale la pena.  Pero ese análisis puede empezar hoy.

“Ahora mismo, el Cuerpo de Ingenieros del Ejército está dirigiendo un estudio por $20 millones de las posibilidades e protección contra inundaciones en toda la costa del noreste.  Cuando se trata del Puerto de Nueva York, queremos que ellos hagan un estudio completo de todos los proyectos de más largo plazo que estamos proponiendo ― incluyendo la barrera de la Bahía de Jamaica, así como también una posible barrera que cruce el canal Gowanus.  Y trabajaremos con el Cuerpo y nuestros representantes congresuales para asegurar que eso ocurra.

“Además de dunas, ampliación de playas y barreras para las mareas ― nuestro plan de defensa costera también requiere la construcción de una red diversa de mamparas, diques y otras protecciones.  Por ejemplo, para proteger contra inundaciones y la erosión, apilaremos montones de rocas ― también conocidos como rompeolas ― en sitios vulnerables a lo largo de la costa sur de Staten Island, incluyendo en Wolfe’s Pond, donde ya estamos trabajando, y en el Sur de Brooklyn, a lo largo del arroyo Coney Island (Creek).

“También trabajaremos con el Cuerpo [de Ingenieros] del Ejército para asegurar que se construya un sistema sólido de diques, muros de contención contra inundaciones y otras medidas permanentes de protección a lo largo de la costa este de Staten Island ― de Fort Wadsworth a Tottenville, incluída Midland Beach.  Este proyecto de Staten Island se elevará hasta 15 a 20 pies, protegiendo comunidades que fueron devastadas por Sandy y que han visto inundaciones costeras por años, aun en tormentas regulares del noreste (Nor’easters, en inglés), y trabajaremos para asegurar que provea una protección sólida que también se integre en la comunidad actual.

“Lo que quiero decir con eso es que un muro de contención no tiene que ser solamente una pared, también puede ser parte de un parque o paseo entablado elevados, y aun así bloquear las aguas de las inundaciones.

“El Cuerpo [de Ingenieros] tiene los fondos para este proyecto, y trabajaremos con el Concejo Municipal para incluir los fondos municipales de contrapartida necesarios de unos $50 millones en el presupuesto que entrará en vigor el 1ro de julio, lo cual es otra acción que podemos y vamos a tomar inmediatamente.  El Estado necesitará también deberá proveer una contrapartida ― y estamos urgiéndolos a hacerlo.

“También vamos a ampliar y acelerar los ‘cinturones azules’ (bluebelts, en inglés) que han tenido un éxito increíble absorbiendo aguas de inundaciones en Staten Island.

“Además de los casi $50 millones de fondos de inversión de la Ciudad que apoyarán los proyectos que he descrito, hoy estamos anunciando que invertiremos aproximadamente $20 millones para acelerar la sección del Bluebelt de Staten Island en la parte media de la isla, en el parque Last Chance Pond.  Y proseguiremos la expansión de cinturones azules a los otros distritos municipales, incluyendo el parque Van Cortlandt en el Bronx.

“En zonas más desarrolladas de nuestra Ciudad que vieron inundaciones, también estamos recomendando una combinación de elementos permanentes y sistemas flexibles de protección contra inundaciones que puedan ser fortificados temporalmente antes de que llegue una tormenta, y luego almacenados de nuevo para la próxima ocasión.

“Por ejemplo, en lugares como Red Hook, el Barrio Chino, el Lower East Side, East Harlem, Hunts Point y frente la hospital Bellevue y a lo largo de Hospital Row, y posiblemente hasta el Battery, un sistema de muros de contención, diques y otros elementos colocados estratégicamente proveerían una línea sólida de defensa contra inundaciones.

“Estos serán construidos con elementos permanentes como macetas y explanadas elevadas, así como muros provisionales con paneles removibles ― como los que se ven en esta diapositiva.  Gradualmente, a medida que se aseguren más recursos, pensamos extender estos sistemas hacia el norte en el río Harlem, el oeste (West Side) de Manhattan y en cualquier otra parte en la Ciudad.

“Ahora, algunas de nuestras protecciones para las costas pueden ser controversiales.  Algunas podrían bloquear vistas.  Pero la alternativa es ser inundados ― o peor.  No podemos detener a la naturaleza, así que, si vamos a salvar vidas y a proteger las vidas de las comunidades, vamos a tener que vivir con algunas nuevas realidades.

“La Primera fase de nuestro plan integrado para la protección de las costas incluye iniciativas que deberían empezar de inmediato, incluidos muchos elementos que ya hemos empezado.  A medida que las construimos, haremos a todas nuestras comunidades costeras más seguras día a día, incluso para los más de 80,000 neoyorquinos en 400 edificios de vivienda pública muy golpeados por la tormenta.  Nuestras protecciones costeras también pueden abrir una gama de posibilidades emocionantes para nuestra Ciudad.

“Por ejemplo, durante el huracán Sandy, el este del Bajo Manhattan fue muy inundado ― mientras que la ribera del Hudson al sur de la calle Chambers y al norte del Battery resistió bastante bien.

“¿Qué fue lo que marcó la diferencia?  Battery Park City.  De hecho, Battery Park City habría protegido áreas tierra adentro ― incluyendo al World Trade Center ― si las aguas de la inundación no hubieran podido penetrar zonas bajas de la costa al norte y al sur.  Cuando fue construida en los años ’70, Battery Park City fue diseñada para resistir grandes inundaciones ― y en su mayor parte, lo hizo.

“Podemos lograr lo mismo en el este del Bajo Manhattan.  Podemos construirlo, elevarlo sobre el nivel de inundaciones ― y desarrollarlo.  Llámenla Seaport City (o ‘Ciudad puerto’).  Si; construirla sería caro.  Pero con el tiempo, esto probaría ser una gran inversión, justo al igual que lo ha sido Battery Park City.

“La demanda de vivienda en el Bajo Manhattan nunca ha sido más fuerte ― y nuestra Ciudad necesita más espacios modernos de oficinas.  Seaport City aprovecharía esa demanda, trayendo a miles de residentes nuevos y cientos de negocios al área a la vez que protege a residentes y negocios existentes de tormentas futuras.  Es una idea ambiciosa ― sí.  Pero también lo fue Battery Park City.

“Y creemos que es una idea que merece una atención especial y más estudio, el cual empezaremos inmediatamente, y le corresponderá a nuestro sucesor continuar el trabajo.

“Todos estos planes prepararán mejor a nuestra Ciudad para manejar eventos climáticos extremos.  Pero también los vemos como oportunidades para hacer a nuestras comunidades más fuertes y más vibrantes.

“¿Por qué una barrera contra mareas en Coney Island no debería ser también un puente a un nuevo parque litoral protegido?  ¿Por qué no deberíamos integrar nuestras defensas costeras en hermosas explanadas costeras?  ¿Por qué una fortificación que protege al Bajo Manhattan contra el aumento de los niveles del mar ― no puede ser también el cimiento para un vecindario nuevo y vibrante?

“Esta es la Ciudad de Nueva York.  Siempre hemos convertido los retos en oportunidades.  Sandy fue un contratiempo temporal que en última instancia puede impulsarnos hacia delante, si pensamos en grande y aprovechamos el momento.

“Sin embargo, por todo lo que hacemos, no podemos prevenir totalmente que el agua entre a nuestros vecindarios.  Así que nuestro plan también está diseñado para asegurar que, cuando ocurran inundaciones y otros eventos climáticos extremos, los edificios puedan sobrevivir con menos daño.

“Hemos propuesto nuevas zonificaciones que faciliten la elevación de edificios existentes por encima de la altura de inundaciones.  Y también estamos trabajando con la presidente Quinn y el Equipo de adaptación de edificios para implementar cambios a los códigos de construcción de la Ciudad que elevarán estándares aun más para las construcciones nuevas.  Pero 95 por ciento de los 800 edificios gravemente dañados o destruidos durante Sandy fueron construidos hace más de 50 años, antes de los estándares modernos del Código de construcción.

“Ya hemos ayudado a miles de hogares, negocios y entidades no lucrativas dañados a reconstruir más fuertes y más seguros, y con los $1,770 millones en fondos federales de ayuda que nos han asignado, podremos ayudar a muchos más.  Los fondos federales de ayuda incluyen más de $100 millones que hemos reservado a viviendas públicas dañadas por Sandy, además de los cientos de millones de dólares en fondos de FEMA que es probable que la Autoridad de Vivienda reciba ― dinero que esta ya está poniendo a trabajar en la protección de edificios contra tormentas futuras.

“Pero, por cada edificio con daños graves de Sandy, hay muchos más que son vulnerables o que fueron dañados, pero suficiente como para calificar para ayuda federal para elevarlos sobre la altura de inundaciones.  También queremos hacer a esos edificios más fuertes y más seguros.

“Así que trabajaremos con el Departamento federal de Vivienda para crear un programa de incentivos de $1,200 millones a fin de alentar a propietarios vulnerables a realizar mejoras adicionales de protección contra inundaciones a sus propiedades.  Este programa de $1,200 millones será el más grande plan local de incentivos para adaptación jamás creado, y ayudará a dueños a proteger sistemas críticos de electricidad, calefacción, telecomunicaciones y otros contra inundaciones.

“También ofreceremos incentivos para mejoras estructurales a los edificios más vulnerables.  Este programa significará que, cuando llegue un evento climático extremo, la gente podrá volver a sus casas y negocios más rápidamente y hallar mucho menos daño al hacerlo.

“Y eso nos trae a otro enorme reto que enfrentan las comunidades: el precio del seguro contra inundaciones.  Debido a una ley federal aprobada el año pasado antes de que llegara Sandy, el costo del seguro federal contra inundaciones aumentará drásticamente.  Y cuando los nuevos mapas de inundaciones de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias para el área de Nueva York se oficialicen, estos precios aumentarán aun más.

“Una familia típica que vive en Tottenville, Staten Island ― donde el ingreso mediano por hogar es de $80,000 ― podría pagar dentro de poco tiempo hasta $10,000 anuales para seguro contra inundaciones.  Con la ampliación de la zona de inundaciones, más y más residentes van a necesitar este seguro.  De hecho, si usted vive en una zona de inundaciones y tiene una hipoteca con respaldo federal, tiene que comprar seguro contra inundaciones, y la mayoria de la gente lo compra a través del programa federal.

“He aquí el problema: En su mayor parte, el Gobierno federal le hará una oferta en el seguro solamente si usted eleva su casa.  Como se puede ver en esta diapositiva ― su póliza cae desde unos $9,500 a unos $1,400.  Elevar los hogares puede estar bien para muchas comunidades playeras a lo largo de la costa del este.

“Pero la Ciudad de Nueva York es distinta.  Muchos de nuestros edificios no pueden ser elevados físicamente, por motivos estructurales o de otro tipo.

“Este enfoque de una solución para todos simplemente no funciona, y necesita cambiar.  Si queremos que la gente realice inversiones para proteger sus hogares ― tenemos que darles incentivos para hacerlo.

“En el día de hoy estamos proponiendo una solución a este problema: una reducción parcial en la tarifa para los hogares que realicen mejoras relacionadas con las inundaciones, aun si estas no incluyen elevarlos.  Bajo nuestra propuesta, si usted da pasos para proteger su hogar de las inundaciones ― como elevar los sistemas eléctricos o calderas más allá de la altura de inundación ― su póliza de seguro descenderá.

“No podemos hacer esto sin el apoyo del Gobierno federal, y en las próximas semanas y los próximos meses vamos a darle una gran prioridad en Washington.  Este es un asunto crucial de seguridad pública ― y también es un asunto crucial para los bolsillos.

“Para miles de neoyorquinos, la diferencia en el costo del seguro de la que estamos hablando es la diferencia entre poder quedarse en sus comunidades y tener que mudarse.  Qué verguenza sería ― después de todo lo que estas comunidades han atravesado, después de todo lo que hemos hecho juntos para ayudarlas a reconstruir, si costos del seguro que no reflejan realidades del mercado obligaran a las familias a irse.  No podemos permitir que eso ocurra.

“Ahora, también hay neoyorquinos a los que no se les exige tener seguro contra inundaciones, pero probablemente deberían tenerlo, y probablemente lo comprarían si hubiera una opción razonable.  Así que trabajaremos con nuestros líderes en Washington para impulsar la creación de pólizas de bajo costo con un deducible alto para que más neoyorquinos estén cubiertos en caso de emergencia.

“Y trabajaremos con ellos para asegurar que creen un programa de subsidios federales para dueños de viviendas con bajos ingresos, el cual FEMA está supuesta por ley a estar estudiando.  Un programa federal de seguros debería exhortar a la gente a protegerse ― no a hacer nada y esperar lo mejor”.

“Luego, justo como necesitamos un plan para proteger a nuestros hogares y negocios, también necesitamos proteger nuestros hospitales y centros de atención de salud.  Gracias a la increíble labor de miles de profesionales de salud, agencias municipales y voluntarios, no se perdieron vidas cuando muchas de estas instalaciones fueron evacuadas debido a Sandy.

“Pero queremos evitar evacuaciones urgentes cuando sea posible.  Y tenemos que asegurar que las instalaciones de las cuales dependemos en emergencias estén listas para nosotros cuando las necesitamos más.

“Así que enmendaremos los códigos de construcción para requerir que las nuevas instalaciones cumplan con un alto nivel de resistencia a inundaciones ― y tengan acceso a capacidad de energía de reserva y otros sistemas críticos, no solo en caso de inundaciones, sino también de olas de calor.

“Exigiremos que las instalaciones existentes cumplan muchos de los mismos estándares para el 2030, y hoy estamos proponiendo un programa de incentivos de $50 millones para ayudar a algunos de los hogares de cuidado y centros de atención para ancianos con más problemas financieros a cumplir esos requisitos mucho más rápido.

“También tenemos que asegurar que los eventos climáticos extremos no derriben otras infraestructuras críticas.  Millones de neoyorquinos perdieron la electricidad durante Sandy, y cientos de miles perdieron la calefacción, el servicio de Internet o el telefónico.  Los suministros de combustibles también fueron suspendidos ― produciendo largas esperas en las estaciones.

“En los últimos seis meses, hemos observado cada aspecto de cómo funcionan nuestras redes mayores de infraestructura: cuáles son sus reglamentos y regulaciones, quién las controla, dónde yacen sus vulnerabilidades esenciales y qué podemos hacer para asegurar que sucesos futuros no las inutilicen como lo hizo Sandy.

“Y lo que aprendimos es que muchos de los operadores que regentan esas redes no han priorizado un servicio continuo durante y después de eventos climáticos extremos, mientras que otros necesitan hacerlo más que una prioridad.

“Debemos cambiar eso ― y lo haremos.  Los neoyorquinos dependemos de estas redes.  Pagamos por ellas.  Les otorgamos acceso a nuestras calles.  Pero cuando una crisis se presenta, cuando realmente las necesitamos más, perdemos el acceso a ellas.

“Eso es inaceptable.  La mayoría de estas redes no son regentadas o reguladas por la Ciudad, pero ha llegado la hora de que todos nuestros colaboradores en el sector privado se pongan en pie y se unan a nosotros para proteger a los neoyorquinos.

“Consideren nuestra red eléctrica.  Con Ed ha realizado grandes inversiones en la capacidad de resistencia.  Ese es uno de los grandes motivos por los que no hemos tenido grandes apagones en unos cuantos años, y ellos merecen un verdadero reconocimiento por eso.

“Pero unas dos terceras partes de nuestras subestaciones grandes y casi todas las plantas generadoras de la ciudad están actualmente en zonas de inundaciones.  Cada verano, nuestra red eléctrica soporta tensiones extremas durante olas de calor.

“Ambos riesgos empeorarán con el cambio climático.  Un día sin energía puede costar a la Ciudad de Nueva York más de mil millones de dólares.  Pero los reguladores, las empresas de servicios públicos y los generadores no están atendiendo suficientemente estos riesgos.  Y eso necesita cambiar ahora.

“Tenemos que trabajar en colaboración con ellos ― criticarlos no va a lograr nada.  Todos estamos en esto juntos.

“Así que la Ciudad trabajará con el gobernador, compañía privadas y la Comisión de Servicio Público (Public Service Commission, en inglés), la agencia estatal que regula a las empresas de servicios públicos ― para intentar asegurar que nuestros sistemas no nos fallen.

“Eso incluye un plan sistemático para fortalecer infraestructura y pautas claras de rendimiento y expectativas para mantener servicios durante eventos climáticos extremos.

“Ahora mismo, hay puntos de referencia para la confiabilidad que las empresas de servicios públicos deben cumplir, pero esas referencias excluyen en gran medida a las tormentas y no toman en cuenta el cambio climático.  Eso no tiene sentido, y trabajaremos para arreglarlo.

“De hecho, justo la semana pasada presentamos más de 400 páginas de testimonio ante la Comisión de Servicio Público proponiendo medidas más estrictas para proteger la red de energía de las marejadas de tormentas, olas de calor y otros riesgos, y nos aseguraremos de que las empresas tomen esas medidas.

“Nuestros sistemas de servicios públicos son regentados por empresas privadas, pero deben rendir cuentas al público.  Porque la Ciudad tiene un interés público en ellas ― así que tenemos que asegurar que ellas hagan lo que es correcto, no solo para los accionistas, sino para todos los neoyorquinos.

“Nuestra meta es no solo fortalecer el sistema eléctrico, sino desarrollar un sistema de energía más limpio, más confiable, costeable e innovador.

“Nuestro plan llama a las empresas de servicios públicos y reguladores a diversificar las fuentes de energía que alimentan a la ciudad para arreglar normas que impiden el crecimiento de la generación distribuida, incluso para clientes que desean generar su propia energía y trabajar con la Ciudad para evaluar y adoptar planes experimentales de microredes.

“Tenemos la misma meta para nuestra red de telecomunicaciones, no solo fortalecerla, sino modernizarla.

“Aquí, la Ciudad tiene cierto poder de aprovechamiento: tenemos franquicias y otros acuerdos que permiten a las empresas de telecomunicaciones usar nuestras calles para cableado.  Bien, si quieren seguir usando nuestras calles, tienen que priorizar la capacidad de resistencia.  Ellas están regentando empresas comerciales, pero están usando recursos públicos para hacerlo, y tenemos todo el derecho de esperar que protejan la seguridad pública.

“Así que estableceremos un marco de trabajo para que la Ciudad utilice la revisión de franquicias y otros procesos para asegurar que estas empresas privadas inviertan en medidas de seguridad pública.

“Y estamos creando una nueva Oficina de Planificación y Adaptación (Planning and Resiliency Office, en inglés) en la agencia municipal de Informática (DoITT, en inglés) a fin de diseñar y hacer cumplir estos nuevos estándares, y para monitorear el desempeño de los proveedores de telecomunicaciones.

“Tenemos que hacer a las empresas responsables de mantener las luces encendidas, los teléfonos y la calefacción funcionando, especialmente durante emergencias.  Nuestras propuestas ayudarán a hacer eso ― incluso para otras redes críticas como nuestro suministro de alimentos y nuestro abastecimiento de combustibles.

“En la Ciudad de Nueva York, más de 90 por ciento de las gasolineras tenían energía después de Sandy, pero la mayoría no tenía gasolina, en gran parte debido a interrupciones en la cadena regional de abastecimiento.

“Eso tampoco es aceptable ― y es evitable, con las inversiones y supervisión correctas.

“Así que vamos a trabajar con la industria de combustibles y el Gobierno federal para hacer que las tuberías y terminales sean más resistentes a eventos climáticos extremos y puedan recuperarse mejor cuando ocurran interrupciones.

“El hecho solo de que las empresas estén ubicadas fuera de la Ciudad de Nueva York no es una excusa.  Aún dependemos de ellas ― así que nos corresponde a nosotros trabajar con ellas para asegurar que satisfagan nuestras necesidades.

“También tenemos planes ambiciosos para la red de transporte de la Ciudad, nuestros parques, sistemas de suministro de agua y aguas residuales, sistemas de desechos sólidos y otros ― todos los cuales son críticos para construir una Nueva York más fuerte y resistente.

“Nuestro análisis de infraestructura crítica fue en toda la ciudad, pero enfocado en especial en las áreas más vulnerables.  Y para ayudar a hacer a esas áreas menos vulnerables, nuestro informe también incluye un número de ideas grandes con el fin de ayudar a esas comunidades a avanzar.

“Por ejemplo, ayudar a Red Hook a recuperarse de Sandy también significa mejorar sus conexiones de transporte ― incluso proveyendo más servicio de ferris al Bajo Manhattan y creando mejores conexiones de peatones y autobuses con el resto de Brooklyn.

“Un paseo entablado y playa más fuertes en los Rockaways debería ir de la mano con el desarrollo económico, incluso trabajando para revitalizar la zona comercial de la calle Beach 116th y el centro de transporte de la avenida Mott Avenue en Far Rockaway.

“A medida que fortalecemos las playas a lo largo de las costas este y sur de Staten Island, también solicitaremos ideas para nuevas concesiones y atracciones en ubicaciones estratégicas a lo largo de la costa.

“Estas ideas y más están en los Planes comunitarios de reconstrucción y adaptación que estamos proponiendo para cada área golpeada.

“Estamos proponiendo muchas ideas ambiciosas ― y una pregunta justa que se puede hacer es: ¿cuánto costaría todo?  Estimamos que el costo total de todo lo que estamos proponiendo es de $19.5 mil millones.

“Aproximadamente $10 mil millones de eso está cubierto por una combinación de fondos municipales de inversión que ya han sido asignados, y ayuda federal y otros fondos ya asignados para la Ciudad.  Otros $5 mil millones deberían venir del Gobierno federal en rondas subsecuentes de ayuda para Sandy que ha sido asignada por el Congreso, así como a través de fondos de mitigación de riesgos de FEMA y otras fuentes.

“En cuanto al resto, presionaremos al Gobierno federal para que cubra tanto de los costos restantes como sea posible.

“Después de desastres previos, ellos han dado pasos para hacer justamente eso, incluso después del huracán Katrina, cuando $9 mil millones en fondos federales fueron pagados para gestiones de reconstrucción después de la recuperación inicial y después de la primera ronda federal de financiación.

“Nuestra delegación congresual ha realizado un trabajo fantástico defendiendo a Nueva York después de Sandy y consiguiéndonos el apoyo que necesitamos, y sabemos que ellos continuarán haciendo eso.

“Esto es mucho trabajo ― y va a requerir mucha cooperación, desde organismos hasta colaboradores comunitarios, para hacerlo posible.

“He instruido a nuestra Oficina de Sustentabilidad y Planificación a Largo Plazo para que supervise nuestra labor de adaptación.  Y hoy estoy designando a un miembro clave del equipo del reporte, Daniel Zarilli, como director de Adaptación.  Él es un ingeniero extraordinario de Staten Island, y no podríamos tener a un hombre mejor para el trabajo.

“No sabemos con seguridad si alguna vez veremos otra tormenta tan fuerte como Sandy, y esperamos que no.  Pero debemos prepararnos para esa posibilidad ― y otras.

“Las olas de calor, sequías y aumento de los niveles del mar también presentarán retos significativos en los años siguientes.  Va a necesitarse mucho trabajo, pero no es imposible.  Muy lejos de ello.  Y podemos hacer muchas cosas, incluso en los próximos seis meses.

“Podemos empezar importantes estudios y empezar la labor de diseño para grandes proyectos de inversión.  Podemos realizar cambios a los códigos de construcción y zonificación.  Podemos asegurar fondos sustanciales de nuevas rondas de asignaciones de fondos federales para recuperación.  Podemos proceder con la reconstrucción de hogares destruidos y conseguir préstamos y subvenciones para negocios dañados.  Y podemos encaminar proyectos importantes justo al igual que estamos haciendo en las playas.

“Si damos todos los pasos que he descrito, entonces, si y cuando llegue una tormenta en el futuro, encontrará una Nueva York muy distinta que la que Sandy golpeó tan duro.

“En vez de chocar contra hogares enfrentando el océano, las olas que se encaminen hacia nuestra ciudad se estrellarán contra rompeolas y humedales que ayudarán a reducir su fuerza y a romper su ímpetu.

“Las olas que alcancen nuestras costas hallarán una fuerte línea de defensas costeras: Dunas reforzadas y playas ampliadas, diques, muros de contención y mamparas y esclusas para las mareas y barreras para las marejadas.

“Toda el agua que atraviese nuestra primera línea de defensa hallará hogares y negocios mejor fortificados contra todos los elementos y nuevas construcciones inteligentes capaces de resistir incluso el peor clima.

“Nueva infraestructura ‘verde’ absorberá el agua o la desviará a alcantarillas de más capacidad.  Y nuestros sistemas críticos funcionarán con menos interrupción durante toda la tormenta y se recuperarán más rápidamente si fallan.

“No podemos proteger a nuestra ciudad completamente contra el clima.  Eso sería imposible.  Pero podemos hacerla más fuerte y más segura ― y podemos empezar hoy.

“¿Y qué mejor lugar para iniciar este trabajo que aquí, en el ‘Can-Do Yard’?  Porque, pese a todo el trabajo por delante, pese a lo grande de la tarea que enfrentamos ― podemos hacerlo.  Esta es la Ciudad de Nueva York.  Nada ha destrozado jamás nuestro espíritu o nuestra determinación de avanzar.

“Tenemos un plan.  Sabemos lo que necesitamos que pase.  Y que no puede esperar.

“Les corresponde a ustedes hacer que rindamos cuentas por lograr tanto progreso como sea posible en los próximos 203 días, y les corresponde a ustedes hacer que nuestro sucesor rinda cuentas por completar el trabajo.

“Juntos, podemos construir una Ciudad de Nueva York más fuerte, más resistente ― y mejor.  Gracias”.







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Marc La Vorgna / Lauren Passalacqua   (212) 788-2958



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