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PR- 179-07
8 de junio de 2007

EL ALCALDE BLOOMBERG HABLA SOBRE PLANYC ANTE ASAMBLEA ESTATAL

A continuaciĆ³n se presenta el texto preparado para el testimonio del alcalde Bloomberg. Por favor confirme con el testimonio final.

“Gracias, portavoz Silver. Presidentes Farrell, Brodsky, Brennan, Sweeney, Tonko y Gantt: Buenos días, y gracias a todos por traer sus comités a nuestra ciudad.  Hoy, pasajeros de aquí y de los alrededores de nuestra ciudad encendieron sus televisores y radios para escuchar las noticias. 

“Ellos escucharon que, además del tránsito pesado y los retrasos comunes de cualquier día de trabajo, hoy hay un aviso de estancamiento del aire como resultado en las siguientes áreas: los condados Suffolk, Nassau, Richmond, Kings, Queens, Nueva York, Bronx, Westchester, Rockland, Orange y Putnam.

“Altos niveles de ozono, un contaminante producido por — entre otras fuentes — los gases de combustión de los automóviles, son hoy en día especialmente peligrosos para los que sufren de asma y otras condiciones respiratorias.  Eso fue un mensaje de que cuando los automóviles y camiones inactivos se amontonan en nuestras carreteras, túneles y puentes, ocasionan más que solo úlceras e irritaciones.  Ellos suman contaminación peligrosa al aire que nosotros y nuestros hijos respiramos.  Las emisisones de gases de invernadero que emiten acrecientan el calentamiento global que amenaza a nuestro medioambiente y pone en peligro nuestro futuro.  Y las horas perdidas por los retrasos del tránsito vacían de empleos y oportunidades a nuestra economía.

“Nuestro plan para aliviar la congestión del tránsito en la Ciudad de Nueva York — un plan que tendría beneficios esenciales para toda nuestra región — es el tema de la audiencia de hoy, y elogio a cada uno de ustedes por la gran atención que le han dado.  Es un plan que continúa recibiendo gran respaldo por parte de grupos civicos, organizaciones laborales y organizaciones de negocios, desde juntas editoriales y columnistas de diarios, activistas del tránsito y organizaciones medioambientales, hasta un creciente grupo de funcionarios electos en toda nuestra ciudad.

“Ha sido — solo por nombrar algunos — respaldado por Association for a Better New York, la Citizens Budget Commission, la Asociación General de Contratistas, el Instituto Drum Major, la Cámara Hispana de Comercio de Nueva York, West Harlem Action for Environmental Justice, el Concejo Laboral Central de la Ciudad de Nueva York, el Concejo de Oficios de Edificios y la Construcción, el Local 32BJ del Sindicato Internacional de Empleados de Servicios (SEIU), la League of Conservation Voters, Straphangers y más de 80 grupos en toda la ciudad.

“¿Por qué?  Porque ellos reconocen que las amenazas a nuestra ciudad y nuestro planeta son ‘verdades incómodas’ que ya no podemos evitar enfrentar, y que no podemos esperar más que Washington las enfrente.  No, el desafío ante nosotros no es si haremos algo para abordar el asunto más urgente de nuestro tiempo, sino qué haremos.

“Así que para empezar, permítanme invitarlos a enmarcar sus ideas sobre el plan de poner precio a la congestión en este contexto más amplio: Actualmente, la Ciudad de Nueva York alberga un récord de 8.2 millones de personas — y sigue creciendo.  De hecho, para el año 2030 esperamos que la ciudad tenga más de nueve millones de residentes. 

“Para acomodar ese crecimiento, para mantener nuestra economía sólida y nuestro medioambiente saludable, necesitamos actuar ahora para mantener y ampliar nuestra infraestructura vital, para mejorar nuestra agua y calidad del aire y además para mejorar la calidad de nuestras vidas.  Un buen ejemplo es el plan completo y sustentable para el manejo de desechos sólidos de la Ciudad de Nueva York que nuestro Concejo Municipal aprobó el año pasado.

“Es la única forma práctica en que podemos eliminar casi seis millones de millas al año en viajes de camiones de Sanidad Pública y de remolques diesel para recorridos largos, y reemplazarlos con un sistema económico y medioambientalmente más sano para transportar por barco y tren los desechos residenciales, comerciales y de reciclaje de nuestra ciudad.

“Para que ese plan entre en vigor, necesitamos que la Legislatura apruebe la enmienda a la Ley del Parque del Río Hudson, lo cual nos permitirá establecer una estación detransbordo marítimoen la península Gansevoort.  Esto es un asunto de toda la ciudad; no solo de una vecindad.  Y ya que sacaría a camiones contaminantes de las calles del norte de Manhattan y el Bronx, es perfecto para mantener el espíritu e intención de esa ley, y recomiendo a cada miembro de la Asamblea hoy aquí que respalde esta enmienda.

“La clave para lograr un futuro sustentable para la Ciudad de Nueva York y sus suburbios yace en nuestra agenda plaNYC.  Esta fue desarrollada durante el pasado año y medio, con grandes aportes de líderes comunitarios y neoyorquinos en toda la ciudad.  Fija diez metas ambiciosas pero alcanzables en campos que van desde la vivienda asequible a la limpieza de terrenos industriales abandonados y eficiencia de energía… y desde proteger nuestro suministro de agua a mejorar nuestros parques y espacios abiertos.  Hoy, agradezco la oportunidad de enfocarnos en una parte de ese amplio plan.

“Transporte: Es un componente crucial de plaNYC, ya que el transporte presenta las barreras más grandes para nuestra capacidad de acomodar el crecimiento y construcción de una de una ciudad mejor y más verde.  Ahora es el momento de actuar y prepararnos para el futuro; y es por eso que he comprometido para ello los últimos 937 días de mi Administración.

“Lo que proponemos hacer es dar incentivos económicos para el uso de transporte masivo (la única respuesta a la congestión), a medida que ampliamos y mejoramos las opciones de transporte masivo para aquellos que quieran entrar a los sectores más activos de nuestro distrito comercial.  He aquí como funcionaría.

“Solicitamos su autoridad para establecer un programa piloto de tres años, cobrando $8 por día a los automóviles que entren Manhattan al sur de la Calle 86, y $ 21 diarios a los camiones.  Estas tarifas serían recolectadas solo de lunes a viernes durante las horas de 6 a.m. a 6 p.m., cuando el tránsito es peor.  Pero bajaríamos los peajes que los viajeros pagan en puentes y túneles, para que el viaje no sea tan oneroso y no aleje a los que vengan a hacer negocios o de compras.

“Por ejemplo, si uno sale y entra de Manhattan usando el Túnel de Midtown, ahora paga $8 por un viaje de ida y vuelta.  El precio a la congestión no añadirá nada a este costo.  No habría peaje por usar el FDR Drive o el West Side Highway, para que se pueda ir a los otros condados sin pagar extra.  Los taxistas también estarían exentos.  Y los que solo viajan dentro de la zona de congestión pagarían la mitad del precio, y por supuesto, sin cobros por mover el automóvil a pocas cuadras para cumplir con las reglas de parqueo alternado.

“Miembros de la Asamblea, debo confesar que cuando empezamos el proceso de plaNYC dudé en cuanto a poner precio a la congestión.  Pero estaba dispuesto a no tener prejuicios sobre el tema.  Porque, cuando lo haces, creo que uno encuentra que ninguna otra solución logra las cinco metas esenciales para salvaguardar nuestro futuro: Reducir la congestión; mejorar el transporte masivo; mejorar la salud pública; fortalecer nuestra economía; y combatir el cambio climático.

“Permítanme decir algo sobre cada uno, empezando con la congestión: De los 25 condados de áreas metropolitanas en los Estdos Unidos con los tiempos de viajes más largos, ahora tenemos la dudosa distinción de tener 13 de ellos en la Ciudad de Nuva York.  Los números 1, 2, 3, y 4 son Queens, Staten Island, el Bronx y Brooklyn.

“Poner precio a la congestión es el primer paso esencial para ayudarnos a empezar a cambiar eso.  La experiencia de Londres y Singapur, que han puesto precio a la congestión, es muy favorable.  Los datos más recientes de Londres muestran que el tránsito bajó un 12 por ciento.  Supongamos un impacto muy conservador del precio a la congestión que reduciría el tránsito al sur de la Calle 86 solo en seis por ciento. 

“Quizás eso no sea mucho, pero haría de que un típico día de trabajo se sienta como uno de los días a mediado de verano cuando el tráfico realmente se mueve en nuestras calles porque mucha gente está afuera de vacaciones.

“Segundo, poner precio a la congestión sería crucial para financiar las mejoras de tránsito regional que tanta falta hacen.  Para lograr esto, proponemos combinar el dinero obtenido por los peajes del precio a la congestión con fondos de otras dos fuentes: una contribución municipal, de nuestros propios ingresos fiscales, de casi $200 millones al año; y un contribución de impuestos estatales de contrapartida por casi $200 millones.

“El flujo de estos tres fondos juntos crearía un fondo de Movilidad Sustentable y Transporte Regional, o ‘SMART’.  Uniendo este dinero, el fondo SMART nos permitirá recaudar los casi $30 mil millones necesarios para completar el enlace del tren del Bajo Manhattan, toda la línea del subway de la Segunda Avenida, el Acceso del East Side a la estación Grand Central, el Centro de Transporte del condado Nassau, y más de otros doce proyectos regionales de transporte.

“Todos saben que estos proyectos son esenciales para el futuro de Nueva York.  Por años han estado en nuestra lista de deseos, y algunos de ellos ya se están realizando — pero eso no significa que tenemos el dinero para terminarlos.  Y permanecerán incompletos o en las mesas de dibujo hasta que una fuente de fondos adecuada y previsible sea dedicada a su desarrollo.  Poniendo precio a la congestión podemos borrar estos proyectos de la lista de deseos, poner palas en la tierra y garantizar su culminación.

“Tercero, poner precio a la congestión mejorará significativamente nuestra salud pública.  Esto es porque el tránsito de automóviles representa 25% de la contaminación de nuestro aire.  Cincuenta y dos por ciento del óxido de nitrógeno en nuestro aire que se produce localmente proviene de automoviles; eso también sucede con casi el un tercio de los compuestos orgánicos volátiles en nuestra atmósfera. 

“Juntos, ellos forman ozono y niebla tóxica a nivel de tierra — responsables de graves casos de enfermedades respiratorias, incluyendo asma, especialmente en días calidos y húmedos como hoy, cuando estos contaminantes no se disipan.  En el sur del Bronx, Harlem y comunidades en Brooklyn, cuatro veces más niños son hospitalizados por asma que el índice nacional. Y como informó hace justo un mes la American Lung Association, la calidad del aire en nuestra ciudad está empeorando.

“Cualquiera que esté buscando por una conexión entre el tránsito automovilistico y el asma debe ver la experiencia de Atlanta durante las Olimpíadas de 1996.  Durante los Juegos, el tránsito vehicular de las áreas del centro de la ciudad fue prohibido — y las hospitalizaciones por asma bajaron 20%.  Poner precio a la congestión nos ayudará a mejorar nuestra salud limpiando nuestro aire, no solo en Manhattan, sino en toda la ciudad.

“En la actualidad, las calles residenciales del Bronx, Brooklyn y Queens están atascadas de conductores que hacen lo posible por no pagar peajes.  Además, los autos y camiones rumbo a Manhattan representan casi la mitad del tránsito en las carreteras más importantes, como la Avenida Flatbush en Brooklyn y Queens Boulevard en Long Island City.  Poner precio a la congestión reducirá ese tráfico durante las horas pico — buena noticia para los que viajan, trabajan, hacen compras y respiran en esos vecindarios, y lo mismo en Nassau y Suffolk con los vientos moviéndose predominantemente hacia el este.

“Cuarto, nuestra propuesta empezará a reducir los costos económicos de la congestión.  Hoy, esos costos — medidos en desperdicio de combustibles, pérdida de ingresos comerciales, alza en la operación de negocios y baja productividad — suman anualmente casi $13 mil millones. Reducir la congestión vehicular resultará en ahorros ampliamente compartidos y mejoras en los ingresos comerciales.  Por ejemplo, como han señalado Crain’s New York Business y otros, hoy en día conductores contratistas y comerciales pierden horas diarias sentados en el tránsito.  Al aliviar los atascos, poner precio a la congestión aumentará su productividad y ganancias.

“En quinto y último lugar en cuanto al cambio climatico: Los automóviles, camiones y otros vehículos actualmente producen 20% de los gases de invernadero que generamos.  Si permitimos que aumente el número de vehículos en las carreteras, este impacto— tan peligroso para el mundo que dejaremos a nuestros hijos — empeorará.

“La Ciudad de Nueva York está ya en el proceso de combatir el cambio de clima, por ejemplo, requiriendo que para el año 2012 todos nuestros 13,000 taxis sean híbridos.  También es crucial el mover a la gente al tránsito [masivo] y fuera de los caminos para poder combatir el calentamiento global — y poner precio a la congestión nos conduce a esa meta.

“Antes de concluir, también quiero enfatizar dos pasos que hemos dado en el diseño de nuestro plan para poner precio a la congestión a fin de hacerlo justo para los conductores en cada región y en nuestra ciudad. 

“Primero, poner precio a la congestión igualará, no añadirá, los costos de conducir para muchos viajeros.  Y evitará que la gente ‘esquive peajes’, lo que causa congestión en muchas de nuestras vecindades.

“Segundo, poner precio a la congestión producirá inmediatamente alternativas más tentadoras de conducir para los viajeros que ahora mismo se encuentran atascados en el tránsito.  Solo cinco por ciento de los viajeros de la Ciudad de Nueva York que viven fuera de Manhattan dependen de automóviles para llegar a Manhattan.  Sinembargo, sabemos que existen vecindades donde la falta de alternativas al tránsito masivo cómodo y seguro hace el conducir — aún cuando produce dolores de cabeza — parecer como la mejor alternativa. 

“Por lo tanto, ya hemos identificado como parte de nuestro plan al menos 22 vecindades de la ciudad con el número más alto de conductores que viajan a Manhattan.  Estamos preparados para trabajar con la Autorida Metropolitana de Transporte (MTA, en inglés) a fin de encontrar formas de mejorar los servicios de autobuses, subway y ferry en todas esas comunidades — no para el año 2030, sino en los próximos uno o dos años.

“Tenemos buenas razones para creer que el gobierno federal cargará los costos de estas mejoras de tránsito, así como los gastos iniciales de implementar el precio a la congestión.  Ya hemos presentado una solicitud preliminar de casi $400 millones para dichos fondos, y tenemos mucha fe en que los recibiremos.  Justo ayer estuvo aquí Mary Peters, secretaria de Transporte del país, para anunciar que la Ciudad de Nueva York se encuentra en la “lista corta” de ciudades para recibir fondos de Colaboración Federal Urbana de su departamento. 

“Estamos ahora ansiosos de trabajar con la MTA y con líderes estatales para pulir las propuestas en esta solicitud para que sean un grupo de soluciones dedicadas, eficaces y posibles — como darle a los autobuses prioridad en nuestras calles, mejorar las conexiones de transbordo entre autobuses y subways y más ferris en nuestras vías fluviales.

“Se necesita un consenso estatal en cuanto al precio a la congestión para garantizar estos fondos federales y para avanzar el precio a la congestión este año.  Por ello estamos buscando que la legislatura estatal nos autorize a implementar el precio a la congestión con todos los ingresos consagrados al Fondo SMART.

“Además, estamos solicitando que la legislación nos permita establecer distritos de estacionamiento residenciales en la ciudad.  Muchos de ustedes han demostrado un interés comprensible en cuanto a los problemas que poner precio a la congestión podría causar en sectores directamente en los límites de la zona de congestión.  Los programas de estacionamiento residencial son una de las varias soluciones posibles a dichos problemas. 

“Nuestra nueva comisionada de Transporte, Jeanette Sadik-Khan, está estudiando estas opciones y trabajará con comunidades para elaborar soluciones prácticas.  También buscamos su aprobación en otras medidas relacionadas con el transporte para este período.

“Estas incluyen otorgar a la Ciudad la opción de emitir multas por violación de no-movimiento cuando se ‘bloque la casilla’, infracciones de intersecciones y autoridad para usar cámaras en autobuses a fin de garantizar el uso de ciertos carriles rápidos y grabar los números de las placas de automóviles estacionados en los carriles de autobuses.

“Estas últimas dos medidas nos ayudarían a mantener sin problemas a nuestro actual volumen de movimiento del tránsito — y por lo tanto son muy importantes para nosotros.  Sin embargo, ellos solos no reducirán el volumen del tránsito ni financiarán las mejoras esenciales de transporte.  Solo poner precio a la congestión enfrenta directamente ambos asuntos vitales.  Es por eso que yace en el corazón de nuestra agenda de transporte para la Ciudad de Nueva York.

“Para aquellos que dicen que la implementación del poner precio a la congestión es un asunto de libertades civiles, quiero recordarles que tenemos números de placas de automóviles, E-Z pass, celulares que continuamente reportan nuestra ubicación (aun en uso o no), y miles de cámaras de seguridad vigilando virtualmente cada paso que damos fuera de los negocios y edificios de apartmentos.

“Miembros de la Asamblea, esta es una oportunidad única para nuestra ciudad.  Los límites del período me impiden postularme otra vez — y tampoco me voy a postular para ningún otro cargo.  Así que no tengo nada que perder al trabajar para las necesidades a largo plazo de la ciudad.  Es por eso que estoy dedicando enérgicamente mi Administración al esfuerzo de ubicar nuestra ciudad en suelo sano para el futuro. 

“Así que, una vez más los exalto por celebrar esta audiencia sobre este asunto tan importante.  Les recomiendo aprobar los elementos de transporte de plaNYC — este año.  Y ahora, con mucho gusto contestaré sus preguntas”.







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