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PR- 323-12
12 de septiembre de 2012

EL ALCALDE BLOOMBERG HABLA DEL ESTADO DE LA ECONOMÍA CUATRO AÑOS DESPUÉS DEL INICIO DE LA CRISIS FINANCIERA

En el cuarto aniversario del colapso de Lehman Brothers, el alcalde explica cómo la economía de la Ciudad de Nueva York se ha recuperado más rápido que el resto del país y cómo Washington puede ayudar a acelerar el crecimiento del empleo

La economía nacional no se recuperará por completo hasta que se restablezca la confianza, mejore el ambiente para los negocios, se realicen inversiones inteligentes en infraestructura, se abran nuevos mercados a la inversión y arreglen las políticas migratorias y educativas

A continuación se ofrece el discurso pronunciado hoy por el alcalde Michael R. Bloomberg en un foro organizado por The Economic Club de Washington, DC.


“David, gracias por esa introducción.  Permítanme empezar simplemente diciendo lo que sé que está en la mente de todos: el ataque al consulado estadounidense en Libia.  Es apenas otro trágico recordatorio de que las libertades que amamos siguen bajo el ataque de aquellos que no comparten nuestro compromiso con la libertad, y creo que el Presidente, esta mañana ― no se si lo oyeron, pero imprimió el tono correcto en sus palabras.  Y claramente, nuestros pensamientos y plegarias están con las familias de las tres víctimas.

“Permítanme hablar un poquito sobre la economía en este país.  Ayer, en la Ciudad de Nueva York y en Washington y en Shanksville y todo el país, conmemoramos el 11mo aniversario de los ataques del 11-S.  En aquel entonces, muchos pensaron que a nuestra ciudad, Nueva York, le tomaría décadas recuperarse.

“Pero hoy, me alegra decir, hay dos veces más personas viviendo en el Bajo Manhattan que 11 años atrás ― y también hay más empleos.  Hace cuatro años, todo el progreso que habíamos logrado recuperándonos de los ataques ― y la recesión que le siguió ― parecía estar nuevamente en riesgo.

“El viernes 12 de septiembre de 2008, la creciente crisis financiera llegó a un punto álgido.  Bear Stearns ya había fracasado.  Fannie Mae y Freddy Mac acaban de ser rescatadas.  Y ahora Lehman Brothers estaba al borde de la bancarrota.  El futuro de la economía global, creo que es justo decir, estaba ahora en peligro.

“Al concluir el fin de semana, estaba claro que Lehman Brothers no sobreviviría.  Y eso era casi lo único que estaba claro.  Aun después de que el gobierno intervino para salvar a AIG, el pánico se esparció por los mercados ― y por primera vez en nuestras vidas, el sistema financiero completo estuvo en peligro inminente de colapsar.

“Hank Paulson, Bob Steel, Tim Geithner, Ben Bernanke ― todos ellos y sus equipos de trabajo ― merecen un enorme reconocimiento por la forma en que manejaron la crisis.  Pero también lo merece alguien más, y ese alguien es el Presidente George W. Bush.  Después de que Paulson esbozó el plan TARP al Presidente Bush, empezó entonces a hablar de cuán difícil sería conseguir que el Congreso accediera.

“Dicen que el Presidente lo interrumpió y dijo: ‘Hank, deja que me preocupe yo por la política.  Haz tú simplemente lo que sea correcto’.  Y ese fue exactamente el mensaje correcto ― y es posible que haya salvado a este país, y al mundo entero, de un colapso económico catastrófico.

“‘Haz tú lo que sea correcto.  Deja que yo me preocupe por la política’.  Si ustedes están buscando una definición de liderazgo en el gobierno, esta es una tan buena como creo que hallarán jamás.  Pero en Washington, esa idea es usualmente puesta de cabeza ― por miembros de ambos partidos.  Demasiado a menudo, las cosas se hacen ― o no se hacen ― por la política.

“Hoy, cada posición en cuanto a normativa requiere un cálculo político: ¿Qué significará esto en términos de las encuestas, contribuciones de campaña, anuncios de televisión, apoyos?  Y si quieren saber por qué la recuperación de la Gran Recesión ha sido tan floja como lo ha sido, el peso que estas cuestiones tienen en Washington, creo, es un buen sitio para empezar.

“Hace cuatro años, una crisis financiera socavó nuestra economía.  Hoy, una crisis política ― ocasionada por la parálisis de Washington ― obstruye el camino hacia una recuperación plena.

“Ambos partidos, y ambos extremos de la avenida Pennsylvania, nos han fallado.  Ellos se han concentrado en generar titulares en los medios de comunicación, en vez de generar empleos en los lugares de trabajo.  Ellos nos han dado una economía que está encogiendo a nuestra fuerza laboral en vez de acrecentar nuestro futuro.  Y ellos han intentado dividir a nuetra nación en pequeños grupos de constituyentes unidos por asuntos únicos ― enfrentando a los unos contra los otros ― en vez de ponernos a trabajar unidos para todos los ciudadanos.

“Como resultado de este vacío en el liderazgo, ciudades en todo el país hemos tenido que enfrentar nuestros problemas económicos mayormente por nuestra cuenta.  Los funcionarios electos locales están encargados de hacer, no de debatir.  De innovar, no de discutir.  Del pragmatismo, no del partidarismo.  Tenemos que rendir resultados al nivel local ― y ese es el motivo por el cual, desde el colapso financiero de 2008, la mayor parte del crecimiento de empleos en Estados Unidos ha ocurrido en las ciudades.

“Permítanme usar a Nueva York como ejemplo ― pero estoy seguro de que hay otras ciudades que lo han hecho aún mejor que nosotros.  Cuatro años atrás, la Ciudad de Nueva York fue el epicentro del colapso financiero.  Pero desde entonces ― a pesar de estar abrumados con enormes pérdidas de empleos en Wall Street ― hemos sido el epicentro de la recuperación económica nacional.

“Como señaló David, desde el comienzo de la recesión nacional, Estados Unidos ha recuperado justo más de 40 por ciento de los empleos que perdimos.  Así que el país aún tiene un déficit de 60 por ciento.

“En la Ciudad de Nueva York, hemos recuperado más de 200 por ciento de los empleos que perdimos.  Así que, por cada puesto de trabajo que perdimos, hemos añadido dos más.  Para poner eso en perspectiva, si el resto del país hubiera sorteado la recesión tan sólidamente como la Ciudad de Nueva York, hoy habrían 12 millones más de empleos.  Y eso sería una noticia terriblemente buena para los casi 12.5 millones de estadounidenses sin empleo ahora mismo.

“Eso no significa que todo es color rosa en Nueva York.  Todas las ciudades ― sin importar cuán responsablemente han enfrentado los problemas reales del mundo ― aún tienen mucho que hacer.  El desempleo aún es demasiado alto ― aunque en la Ciudad de Nueva York eso se debe en parte a que la gente viene a Nueva York sabiendo que hay empleos que encontrar.  De hecho, hay más empleos en la Ciudad de Nueva York ― y más gente trabajando en la Ciudad de Nueva York ― que en cualquier otro momento en nuestra historia.

“A nivel nacional, el cuadro es, desafortunadamente, mucho más sombrío.  Y es por ello que la gran pregunta en la campaña de este año se ha convertido en: ¿Estamos mejor hoy que hace cuatro años?  Por motivos políticos, los demócratas dicen obviamente que si; los republicanos dicen obviamente que no.

“Pero creo que estamos formulando la pregunta equivocada.  No se trata de si estamos mejor, si estamos tan bien como deberíamos estar, y si un partido o el otro tiene un plan para darnos los niveles de crecimiento que necesitamos.

“Tristemente, la respuesta a ambas preguntas parece ser no.  Porque la verdad del asunto es ― el trabajo que las ciudades están realizando para impulsar el crecimiento del empleo ha sido frenado por el fracaso de ambos partidos en Washington en abordar los retos más grandes que nuestra economía enfrenta.  Uno de esos retos es de corto plazo: la incertidumbre que está paralizando a negocios y dificultando la inversión tanto en fábricas como en personal, y permítanme hablar brevemente de eso antes de hablar sobre el desafío a largo plazo.

“Cuando los negocios ven inestables a las finanzas gubernamentales, cuando ven niveles insostenibles de préstamos tomados y un entorno de regulaciones impredecible, los negociantes se preocupan.  Casi todos los CEOs y líderes empresariales que conozco me dicen que las preguntas que penden sobre Washington están afectando negativamente a grandes decisiones de inversión.  Y aunque muchas empresas tienen resultados saludables ― de hecho, están sentadas sobre montos récord de efectivo, y las tasas de interés están en niveles históricamente bajos ― ellas no están invirtiendo o contratando.

“Y creo que eso continuará hasta que Washington dé dos pasos: Primero, debe adoptar un plan creíble para lidiar con nuestro déficit, siguiendo las pautas de Simpson-Bowles.  Y si los demócratas son serios en cuanto a lograr que esto se haga, y tienen todas las cartas en la mano, ellos pueden decir sencillamente a los republicanos: ‘Todos los recortes fiscales de Bush son para grupos de ingresos a los que ustedes protegen, y están caducando el 31 de diciembre.  Ustedes nos necesitan para ayudar a detenerlo.  Ahora, ¿quieren hablar sobre recortes en gastos y adoptan una reforma fiscal integral con una tasa de impuestos corporativos más baja?  Bueno, simplemente hablen con nosotros’.  Y si los republicanos son serios en cuanto al crecimiento, ellos tomarán la oferta.

“El segundo paso que el sector privado está esperando que sea dado por Washington es implementar las nuevas regulaciones de cuidado de salud y financieras que todo el mundo está esperando.  Ahora mismo están siendo escritas miles de páginas de nuevas regulaciones conflictivas e incomprensibles por abogados gubernamentales que tienen poco aprecio por la forma en que los mercados funcionan o la forma en que operan los negocios y los bancos.

“Nadie sabe cuál será el impacto real en el sector privado ― y esa incertidumbre está deprimiendo artificialmente los niveles de préstamo, inversión y contratación.  Quitar del camino esa incertidumbre ― y la incertidumbre sobre la salud fiscal ― sería una enorme inyección en el brazo para nuestra economía.

“Ese es el reto a corto plazo que enfrentamos ― y esa es la parte fácil.  Abordarlo nos ayudará a resolver la crisis económica cíclica que enfrentamos.  Pero estamos enfrentando, creo, una crisis económica estructural que es mucho más peligrosa para nuestro futuro.  Lidiar con ese desafío a largo plazo es la parte difícil ― y es un reto que está siendo en gran parte ignorado en Washington.

“El hecho es que los fundamentos de la economía estadounidense han estado cambiando por décadas y no hemos estado manteniéndonos al día.  La burbuja de la vivienda escondió algunos de los problemas durante la mejor parte de una década al ampliar la industria de la construcción hasta un nivel que no era sostenible y permitir que gente tomara prestado con el respaldo del valor de sus hogares, lo cual alimentó el gasto de los consumidores hasta un nivel que tampoco era sostenible.

“Cuando todo se derrumbó, el gobierno federal intervino para proteger a los bancos y la industria automovilística, pero esas fueron solo medidas provisionales.  A largo plazo, la pregunta que necesitamos formular  no es: ¿Cómo protegemos a industrias particulares?  Es: ¿Cómo fortalecemos a una clase media norteamericana que está bajo sitio para ayudarla a crecer? Ese es el reto difícil que enfrentamos hoy.

“La creación de la clase media más abierta y próspera que el mundo haya conocido jamás en nuestra nación es uno de los grandes triunfos del siglo XX.  Fue el crecimiento de nuestra clase media, de hecho, tanto como nuestra política militar y estrategia diplomática, que condujeron a la caída de la Unión Soviética.  Y no crean que el gobierno chino no se dio cuenta.

“Ahora mismo, la clase media estadounidense está siendo presionada por todos lados.  La globalización se ha llevado a muchos empleos de clase media a otros países donde están siendo creadas las industrias del mañana.  La automatización ha hecho obsoletos a muchos empleos de clase media.  Los aumentos de costos ― especialmente para atención médica, matrícula universitaria y leyes de daños y perjuicios ― han carcomido el ingreso real.  La educación superior está mejorando fuera de Estados Unidos a una velocidad que casi garantiza la reducción de nuestra competitividad.  Y la productividad relativa ha decrecido tanto que ahora se necesitan frecuentemente dos personas de clase media trabajando para llegar al fin de mes, en vez de una.

“Los fundamentos cambiantes de la economía estadounidense ― y la contracción de la clase media del país ― es un problema enorme que la Gran Recesión ha puesto en evidencia.

“No es un problema que ciudad alguna pueda resolver por sí sola.  Pero es un problema que muchas ciudades, a diferencia de Washington, estamos intentando resolver.  Sin embargo, Washington nos está atando una mano a las espaldas.

“Siempre he dicho que una de las diferencias más grandes entre el gobierno y los negocios es que en los negocios uno mueve recursos a la línea de productos más exitosa a fin de impulsar el crecimiento.  Pero en Washington, con demasiada frecuencia es exactamente lo contrario: Se sacan recursos de las áreas más exitosas y se distribuyen en base a quién tiene el poder y quien grita más alto.

“Así que, en vez de invertir en ciudades para impulsar más crecimiento para todo el país, Washington ha tomado ingresos fiscales de ciudades y los ha gastado donde son mejoradas sus [posibilidades] políticas personales en vez de donde las inversiones rendirían frutos.

“No podemos solucionar los problemas económicos estructurales del país y reconstruir nuestras ciudades sin echar leña a los motores económicos del crecimiento ― y es ahí donde vive la mayoría de la gente.  Es ahí de donde provendrá la mayor cantidad de empleos creados ― e ingresos fiscales.  No obstante, las ciudades están hallando formas innovadoras de enfrentar estos problemas por cuenta propia.  Y las ciudades, me alegra decir, están logrando un poco de progreso, incluyendo a Nueva York.  Y las ciudades están, hasta cierto punto, encabezando a la nación en crecimiento del empleo.

“Así que permítanme abordar solo cuatro maneras esenciales en que estamos trabajando para alinear nuestra economía con los cambios estructurales que están teniendo lugar y cómo Washington pueden ayudarnos a acelerar nuestro progreso.  Uso a Nueva York como ejemplo.  Todo lo que hacemos no se puede transferir directamente a otras ciudades, pero ha estado funcionando, y se puede copiar una gran parte.  Primero, en Nueva York hemos tomado un enfoque integral al mejoramiento de nuestro entorno de negocios.

“Usualmente, los entendidos creen que esto se trata de reducir impuestos ―algo que hemos hecho para miles de pequeños negocios en la Ciudad de Nueva York.  Pero los impuestos son apenas un elemento de este entorno ― y usualmente no son el más importante.  La primera pregunta que la mayoría de los emprendedores formulan no es: ¿Puedo costear los impuestos?  No es eso.  Es: ¿Quiénes son mis clientes y dónde necesito estar para darles servicio, y cómo empiezo a funcionar rápidamente?  No es: ¿Puedo costear los impuestos?

“No hay nada tan difícil que yo conozca como lo es el empezar un negocio.  He estado ahí y he hecho eso.  Largos días y largas noches ― llenas de estrés sobre si uno va a poder pagar el alquiler y mantener las puertas abiertas.  Si somos serios en cuanto  a la creación de empleos, deberíamos estar haciendo mucho más para ayudar a emprendedores, ya que la mayoría del crecimiento del empleo que  experimentamos en Estados Unidos proviene de la formación de nuevas empresas.

“En la Ciudad de Nueva York, estamos ayudando a emprendedores a poner sus ideas en práctica, uniéndonos con los sectores privado y no lucrativo para crear centros de incubación que tienen la capacidad de lanzar más de 1,000 negocios nuevos durante los próximos tres años.

“También hemos ayudado a emprendedores a abrir sus puertas más rápidamente ― creando lo que llamamos un Equipo de aceleración de nuevos negocios (New Business Acceleration Team, en inglés), que acelera el proceso de aprobación para restaurantes y establecimientos de comercio.  Y hemos creado Centros de soluciones para pequeños negocios (Small Business Solution Centers, en inglés), como los llamamos, para ayudar a conectar a emprendedores con el capital y conocimientos que necesitan para empezar y crecer.

“También hemos creado una nueva posición en el Ayuntamiento — director de Operaciones de Negocios — con la única tarea de hacer al gobierno más responsable y eficiente al tratar con clientes comerciales.

“Ustedes saben, los negocios pueden establecerse donde sea y depende del gobierno si saca la alfombra para dar la bienvenida creando un medio que favorezca el crecimiento.  Si el próximo presidente y el próximo Congreso pasasen la mitad de su tiempo hablando sobre cómo ayudar a los emprendedores en vez de discutir si las tasas impuestos del extremo alto han de ser 35 o 39.6 por ciento, estaríamos en una situación mucho mejor.

“Muéstrenme ustedes a una persona de negocios a quien le incumba su tasa de impuestos federales más que sus clientes, y les mostraré a Darwin en pleno trabajo.

“La segunda idea en la que nos hemos enfocado en la Ciudad de Nueva York es creando la infraestructura que necesitamos para construir la economía del siglo XXI.  Por ejemplo, estamos construyendo la primera extensión del metro financiada por la ciudad en cinco décadas.  Nuestro gobierno estatal rehusó hacerlo, así que decidimos hacerlo con nuestros propios fondos municipales.

“Eso ya está atrayendo miles de millones de dólares en inversión nueva en nuestra ciudad en el extremo oeste del Midtown de Manhattan, el cual será nuestro próximo gran distrito comercial y residencial.  Con fondos municipales y un pequeño monto de fondos estatales y federales muy bienvenidos, hemos construido nuevas tuberías de alcantarillado y de agua por todo el Bajo Manhattan.  Hemos invertido en nuevas terminales de cruceros, nuevas terminales para contenedores, un nuevo servicio de trenes de carga y un nuevo servicio de trasbordadores.  Y con la ayuda de fondos privados de algunos de nuestros ciudadanos más generosos, hemos añadido 730 acres de terrenos para parques nuevos, los cuales no solo atraerán a nuevos residentes, sino también a importantes desarrollos comerciales nuevos.

“Los funcionarios electos en Washington hablan de la infraestructura cuando hablan de la economía.  Esa es la clave, ‘Resolveré todos los problemas con la infraestructura’.  Es algo que nuestra economía ciertamente necesita para nuestro futuro.  Pero ellos hablan de ello como si fuese un programa de empleo en vez de una estrategia de desarrollo económico.

“Financiar infraestructura no es un programa de empleos directos que resolverá los problemas de desempleo actuales.  Fondos de estímulo federal ayudaron a algunos obreros de construcción a trabajar de nuevo — eso es cierto — pero no hicieron y no pudieron crear empleos para 96 por ciento de los norteamericanos que no trabajan y que no pueden trabajar en la construcción.

“Uno tiene que preguntarse quién en Washington piensa que un empleado de clase media puede operar una grúa, verter cemento o levantar 100 libras de tuberías.  ¿Han estado alguna vez en una construcción?  Necesitamos más inversión federal en infraestructura, no para crear empleos en construcción, sino para crear las bases para que sean empezados negocios y crezcan aquí.  Y en los últimos siete años, la infraestructura norteamericana ha pasado de ser número 1 a número 14 en términos de competitividad económica en el mundo.

“Tenemos la peor congestión de tránsito aéreo en el mundo.  De los 10 puertos principales del mundo, no tenemos ninguno.  China tiene seis.  Hay 15,000 millas de vías férreas verdaderamente rápidas en el mundo — y ninguna se encuentra en Estados Unidos.  Las ciudades que necesitan inversión en infraestructura para impulsar el crecimiento de empleos no lo obtienen por razones políticas, pese a que nuestros impuestos sustentan al resto del país.

“Y creo que la prueba de exhibición A es el rentable corredor de la zona noreste de Amtrak, el cual Washington usa para subvencionar líneas que pierden dinero en áreas rurales, en vez de invertir en trenes de alta velocidad y un mejor servicio en el noreste.

“Integrantes de ambos partidos gastan dinero para proteger los empleos del sector público en industrias anticuadas — manteniendo un sistema de correo tradicional en la era de Internet es un buen ejemplo de eso.  Y compran bienes producidos por el sector privado — incluyendo equipo militar que las Fuerzas Armadas dicen que no necesitan — para proteger los empleos en sus distritos y sus propios empleos.

“Empeorando aún más la cuestión, Washington impone costos de infraestructura a ciudades que nos impiden construir lo que realmente necesitamos.  Por ejemplo, en Nueva York, la Agencia federal de Protección Ambiental (EPA, en inglés) trató de hacernos construir una cubierta para un depósito de $2 mil millones.  ¿Por qué?  Porque las aves que vuelan sobre él podrían defecar en el depósito, a pesar de que cada estudio científico indicaba que no era necesario y que nadie en la comunidad lo quería.  Y solo después de que los medios recalcaron lo absurdo del mandato fue que la EPA decidió que no era realmente necesario.

“Y en este momento la Agencia de Protección Ambiental nos está obligando — y a otras ciudades — a gastar miles de millones de dólares en proyectos de calidad de agua sin tener base científica o de salud pública alguna.

“Washington es el último sitio donde deberíamos estar creando políticas sobre cuál infraestructura local debe construirse.  El problema es que Washington ve a la infraestructura como un requisito regulatorio — o una oportunidad política — en vez de un imperativo económico.

“Y mientras más tiempo continúe, más atrás quedaremos de nuestros competidores.

“La tercera área en la cual nos enfocamos en la Ciudad de Nueva York es en abrir nuevos mercados a la inversión.  Por ejemplo, hemos modernizado las regulaciones de zonificación para abrir áreas enormes de la ciudad — la mayoría fuera de Manhattan — al desarrollo comercial y residencial, lo cual ha generado miles de millones de dólares en inversión nueva.

“Esa es una razón del por qué Brooklyn se ha convertido en el sitio más popular del mundo.  Creo que es definitivamente demasiado popular para este grupo.  Pregúntenle a cualquiera que va a Nueva York: “¿Dónde se hospedaron?”  Es un hotel en Brooklyn o Queens, no en Manhattan.  ‘¿Dónde almorzaron?’  En un restaurante del que ustedes nunca oyeron antes en un sitio donde no sabían que había restaurantes.  Por toda la ciudad, cambios de zonificación producirán cientos de miles de empleos nuevos, muchos de los cuales pagan salarios medianos y más altos.

“Hemos recuperado áreas de nuestras costas que habían estado oxidándose por décadas — y las hemos abierto a nueva inversión.  Hemos abierto nuestras puertas al mundo al abrir y ampliar oficinas de turismo en 18 países.  Como resultado, el turismo proveniente de esos países ha incrementado en 60 por ciento.

“Hace diez años, nuestra ciudad tenía 37 millones de visitantes anuales.  El año pasado, tuvimos 51 millones — y eso ha significado miles de nuevos empleos.  Ahora, no todo empleo creado por el turismo es un empleo de clase media, pero necesitamos empleos para las personas en cada nivel de la escalera económica.

“Y la verdad es que la mayoría son empleos de clase media.  Los turistas apoyan a los artistas y actores, músicos y comerciantes, gerentes de hoteles, restaurantes, y museos — todos empleos de clase media, y todos ellos han estado creciendo en la Ciudad de Nueva York.

“Ahora, hemos oído mucho de cómo la Administración está enfocada en incrementar las exportaciones.  Pero el turismo es una enorme industria de exportación — y la política de visas del gobierno federal no podría estar diseñada mejor para desalentar que los visitantes vengan aquí y traigan su dinero para apoyar nuestros empleos.

“Washington podría estar haciendo más para abrir nuestro mercado de exportaciones al eliminar las barreras comerciales.  Atacar a China — el próximo gran mercado para nuestras industrias de manufactura — no nos lleva a nada.  Los chinos son no solo nuestros competidores; también son nuestros clientes y necesitamos un mejor acceso a esa creciente clase media allí.

“Los tres grandes acuerdos de Comercio que han sido firmados durante los últimos cuatro años con Colombia, Panamá y Corea del Sur son de gran ayuda, pero a la vez, la Administración no le ha hecho un favor a nuestro país al perseguir políticas proteccionistas, como los nuevos aranceles a turbinas eólicas y paneles solares chinos.

“Todos hemos visto cuán bien funcionaron los aranceles para la industria automovilística de Estados Unidos.  Y no creo que funcionará mejor en nuestra industria de energía verde.  Aún somos una nación de productores — pero la mayoría de los productos que hacemos ahora requieren una gran destreza, donde tenemos una ventaja competitiva.

“Mientras más podamos abrir estos mercados a nuestros productos, más empleos podremos crear aquí en casa.  Pero mientras más barreras enfrentemos en esos mercados, más países adicionales se meterán en ese negocio y se llevarán todos los empleos que van con él.

“Por supuesto, la fabricación de productos especializados requiere mano de obra cualificada — y ese es el cuarto punto principal de enfoque.

“Reconstruir a la clase media norteamericana no se puede lograr sin reorganizar nuestro conjunto de destrezas.  Cuando estaba en secundaria, llegaban muchos empleos que no exigen especialización con un boleto hacia la clase media.  Pero no más.  Hoy, en la mayoría de los empleos de obreros, uno trabaja no solo ‘con sus manos’.  Casi todo trabajo requiere más pensamiento analítico, más destrezas técnicas y más educación informática.

“Y por ello es tan crucial y urgente la reforma de la educación pública.  Ahora, les doy a los Presidentes Bush y Obama mucho reconocimiento por promulgar No Child Left Behind (Que Ningún Niño Se Quede Atrás) y el Concurso de reforma educativa Race to the Top.  Ambos han ayudado a inyectar innovación y rendición de cuentas en nuestras escuelas.  Pero la economía cambiante exige que hagamos más para dar a los estudiantes las destrezas que necesitarán para triunfar en las universidades y en sus carreras.

“Y por eso debemos parar la desastrosa política de administrar nuestros sistemas de escuelas públicas por todo el país para las personas a quienes emplean, en vez de los estudiantes a quienes deben servir.  Y también debemos elevar los estándares en nuestras escuelas y enfocarnos en matemáticas y ciencias y las cualidades analíticas que el mercado está exigiendo.

“La Ciudad de Nueva York ha empezado a conectar directamente a estudiantes con universidades y profesiones mediante una nueva colaboración con IBM que convierte a la secundaria en una experiencia de seis años.  Los que se gradúan no solo obtienen un diploma de técnico de dos años, sino también una entrevista con IBM.

“La semana pasada, inauguramos una nueva escuela secundaria enfocada en ingeniería de software — ya que la programación está empezando a competir con el inglés como lenguaje internacional de los negocios.  Y aunque la educación superior y la investigación básica de ciencias están recibiendo menos fondos federales y estatales a un paso alarmante, por lo menos en la Ciudad de Nueva York estamos haciendo todo lo que podamos para avanzarlos.

“El año pasado, tras hablar con líderes de negocio sobre qué recursos necesitan para crecer, lanzamos un concurso invitando a universidades de primera clase a construir nuevos recintos de ciencias e ingeniería en nuestra ciudad, y la respuesta fue realmente impresionante. 

“Cornell y el Instituto Technion de Israel invertirán $2 mil millones para construir un nuevo campus en Roosevelt Island, y también serán edificadas dos instalaciones nuevas por colaboraciones que incluyen a Columbia, NYU, Carnegie Mellon, la Universidad de Toronto, la Universidad de Warwick, la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY, en inglés) y el Instituto de Tecnología de la India, al igual que IBM y Cisco.

“Juntos, estos proyectos, los cuales Bob Steel organizó, aumentarán más del doble los estudiantes y docentes de ingeniería en nuestra ciudad — y creemos que darán un cambio a nuestra economía.  Crearán decenas de miles de empleos nuevos — y colocarán a la Ciudad de Nueva York como el líder mundial en innovación tecnológica, incluso delante de Silicon Valley.

“Si desean ver el tipo de diferencia que los investigadores e ingenieros pueden significar para una economía, solo miren Carolina del Norte.  Un artículo reciente comparó las economías de Carolina del Norte y del Sur.  No hay motivo alguno por el que tengan que ser drásticamente distintas — pero el hecho es que lo son.  Carolina del Norte tiene 14 compañías en la lista de las 500 empresas más grandes de la revista Fortune.  Carolina del Sur tiene una.

“Y una gran razón es que mientras que Carolina del Sur quedó atada a su industria textil y de manufactura, Carolina del Norte se enfocó en desarrollar su sistema universitario, creando el Triángulo de investigaciones (Research Triangle, en inglés), y en atraer a la industria bancaria.  Las ciudades alrededor del Triángulo de investigaciones — junto con Charlotte, que es hogar de una gran universidad estatal — han encabezado el renacimiento económico de Carolina del Norte.  Ese es el curso que estamos trazando en la Ciudad de Nueva York — y es un camino que el gobierno federal debería ayudar a más ciudades a seguir.

“El concurso de ciencias aplicadas creo que es solo una de las maneras en que hemos trabajado para atraer al talento que impulsará el crecimiento en la nueva economía.  Y como siempre he dicho, el talento atrae capital más eficientemente que el capital atrae al talento.

“Así que también hemos invertido en las condiciones que atraen a los mejores y los más inteligentes y los que trabajan más arduamente de todo el mundo: calles seguras; atracciones culturales modernas; bellos parques; escuelas públicas de primera categoría.

“Pero mientras que el resto del mundo está extendiendo la “alfombra roja” para atraer a inmigrantes, nuestro gobierno federal está presentándoles los documentos para que salgan.  Califico a nuestras políticas nacionales de inmigración como suicidas.  Al volver la espalda a nuestra propia historia, estamos destruyendo nuestro futuro.

“El hecho de que damos a los estudiantes una educación universitaria de primera clase y después les decimos que tienen que irse a vivir en otros países que compiten contra nosotros puede ser individualmente la política económica más tonta que tenemos en los archivos.

“No es coincidencia alguna que las ciudades con los índices más altos de inmigración — incluyendo a la Ciudad de Nueva York — tienen las tasas más altas de crecimiento económico.  Pero Washington acaba de negarse a reconocer que sus cuotas de inmigración son mucho más bajas que lo que exige nuestra economía.  Y hasta que eso cambie, nuestro crecimiento económico continuará estando artificialmente deprimido.

“Ahora, confío en el futuro de nuestro país, pese a que es posible que no suene así.  Creo que nuestros mejores días están por venir, en parte porque creo en las ciudades.  También creo que la mayoría de los norteamericanos creen igual.  Pero los líderes de negocios no toman decisiones sobre inversiones en base al patriotismo y amor al país — y tampoco parece que lo hace así Washington.  Para hacer que nuestra economía continúe marchando, necesitamos que Washington finalmente atienda nuestros retos económicos más apremiantes.

“A corto plazo, esto significa eliminar la incertidumbre que está paralizando a nuestros negocios, adoptando un plan creíble de reducción del déficit que equilibre nuevos ingresos con recortes de gastos.  Y a largo plazo, significa ayudar a ciudades y estados a hacer más para crear medios económicos positivos para el negocio que estimulan el emprendimiento.  Significa permitir que entren negocios en nuevos mercados al eliminar barreras comerciales.

“Significa ayudarnos a construir la infraestructura moderna que catalizará la inversión privada.  Y significa atraer y desarrollar a obreros especializados al arreglar nuestro averiado sistema migratorio y alinear nuestro sistema escolar con las realidades económicas de hoy.

“Como dijo el Presidente Clinton la semana pasada: ‘La vieja economía no volverá y tenemos que construir una nueva — y educar a personas para hacer esos trabajos’.

“Le tocará al nuevo presidente — quien sea que resulte serlo — y al nuevo Congreso — quien sea que lo dirija — asumir el reto y dar pasos que aseguren que nuestra economía continúe como modelo de progreso y prosperidad durante generaciones por venir.  Muchísimas gracias”.







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