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PARA DIFUSIÓN INMEDIATA
PR- 520-10
21 de diciembre de 2010

EL ALCALDE BLOOMBERG PROPONE REVISIÓN DEL SISTEMA DE JUSTICIA JUVENIL DEL ESTADO DE NUEVA YORK PARA MEJORAR LA SEGURIDAD PÚBLICA, ROMPER EL CICLO DE CRIMEN Y AHORRAR MILLONES A LOS CONTRIBUYENTES

El alcalde y el reverendo Al Sharpton visitan la instalación Finger Lakes en el condado de Tompkins y se reúnen con jóvenes de los Programas de Justicia Juvenil municipales

El alcalde Michael R. Bloomberg esbozó hoy un plan exhaustivo para hacer una revisión del sistema de justicia juvenil del Estado al conceder a las localidades la autoridad de operar todos los servicios juveniles.  El plan surge después de décadas de disfunción y derroche por un sistema estatal con unas de las tasas más altas de reincidencia en el país: 81 por ciento de los muchachos son vueltos a arrestar dentro de los tres años siguientes.  El sistema actual también envía a jóvenes miles de millas lejos de sus familias e interrumpe su educación.  El plan esbozado hoy permitirá un enfoque con base en la comunidad dando a la Ciudad la flexibilidad de cambiar niveles de supervisión y servicios basados en el progreso de los jóvenes que se encuentran en las instalaciones.  El plan fue develado después de que el alcalde, el reverendo Al Sharpton, la vicealcaldesa Linda Gibbs y el principal asesor de Políticas y Planificación Estratégica del alcalde John Feinblatt viajaron al condado Tompkins para visitar las instalaciones Finger Lakes y se reunieron con muchachos que pasaron tiempo en los programas administrados por la Ciudad.

“Las instalaciones, administradas por el Estado, son reliquias de una era de otros tiempos donde los niños atribulados de la ciudad eran despojados de sus familias y enviados a centros de detención en áreas rurales remotas”, dijo el alcalde Bloomberg.  “Sabemos que hay una mejor forma de ayudar a los chicos a que enderecen sus vidas, mientras que también se ahorra millones de dólares a los contribuyentes.  No podemos simplemente continuar apoyando un sistema que tiene una de las tasas de reincidencia más altas del país.  Se le debería de permitir a Ciudad de Nueva York usar los recursos necesarios para desarrollar aún más su programa de justicia juvenil, el cual ya ha tenido éxito ayudando a jóvenes a girar sus vidas y proteger mejor a la comunidad”.

“He estado preocupado durante mucho tiempo por las alegaciones de abuso que ocurren en las instalaciones estatales que podrían ser monitoreadas más fácilmente si los jóvenes estuviesen más cerca de sus familias”, dijo el reverendo Al Sharpton.  “La carga económica colocada sobre las familias que quieren visitar a sus hijos es onerosa, y es importante para la reforma de los jóvenes que éstos tengan una conexión a sus familias y amigos para que así no solo sean retenidos sino también reformados.  La meta final debería de devolverlos a un ambiente familiar y comunitario — no simplemente aislarlos y devolverlos a su medio”.

Para prepararse la Ciudad de Nueva York para efectuar el traslado del sistema de justicia juvenil, está haciendo un llamado al Estado para que:

  • Apruebe leyes que permitan un cierre más expedito de las instalaciones administradas por el Estado y el traslado de las operaciones de esas instalaciones a las localidades;
  • Firme una orden ejecutiva otorgando a localidades la autorización de empezar a trabajar inmediatamente con jóvenes en instalaciones locales sin seguridad; y
  • Fije una estructura de cuotas liberando recursos para financiar instalaciones locales y programas con base en la comunidad.

Al mantener a los jóvenes cerca de casa y permitiéndoles así que mantengan o establezcan lazos familiares y comunitarios, estos programas promoverán la rehabilitación y el éxito a largo plazo a los jóvenes que estén en peligro.  Dichos programas también ayudarán a jóvenes revoltosos a evitar recaídas en la educación y asegurarán que reciban crédito académico por su labor en medios donde exista la tutela de tribunales de menores.  Lamentablemente, ninguna de las instalaciones juveniles del norte del estado tiene escuelas acreditadas, así que la gente joven que vuelve del Estado está más atrasada en su trabajo escolar que cuando se fueron.

La Ciudad de Nueva York ya ha tenido éxito administrando programas locales que ofrecen una alternativa a la colocación.  La Iniciativa de Justicia Juvenil (JJI, en inglés) de la Administración de Servicios para Niños (ACS, en inglés) y el programa Esperanza del Departamento de Probatoria, ambos proveen servicios intensivos para jóvenes involucrados en el sistema de justicia juvenil.  Juntos, estos dos programas han provisto a aproximadamente 1,000 jóvenes con servicios dentro de sus hogares o en programas que ofrecen control posterior a la alta y ofrecen supervisión intensa y servicios a jóvenes delincuentes que de otra manera cumplirían sus sentencias en instituciones.  Estos programas también ofrecen servicios de transición y terapéuticos al ser readmitidos.  Los modelos similares que son usados en otras jurisdicciones han mostrado una reducción en el número de reincidencias.  La Ciudad también ha demostrado que no solo puede reducir las tasas de detención para jóvenes con casos que actualmente se estén procesando por la Corte de Familia, pero también reducen las reincidencias al enfocarse en los recursos donde más se necesitan.  En el 2007, la Ciudad introdujo un Instrumento de Evaluación de Riesgo (Risk Assessment Instrument, en inglés) para jóvenes que enfrentan cargos de delincuencia, que ayudó a jueces a colocar a jóvenes con programas comunitarios y de detención.  Entre el 2006 y el 2008, las tasas de arresto subsiguientes para jóvenes con casos pendientes cayeron del 26 por ciento al 17 por ciento, a pesar de que 22 por ciento menos fueron detenidos durante su instrucción de cargos.

“Las reformas de justicia juvenil del alcalde han probado que la Ciudad de Nueva York puede hacer una mejor labor al servir a gente joven en sus comunidades a un precio menor para los contribuyentes”, dijo la vicealcaldesa Linda Gibbs.  “Estamos comprometidos a mantener nuestras comunidades seguras evaluando los programas en base a sus resultados y responsabilizándonos ante la comunidad que servimos”.

“La Ciudad puede mantener al público y a los jóvenes seguros ofreciendo una continuidad graduada de supervisión, incluyendo programas residenciales para chicos de alto riesgo que incluyen servicios designados y así prepararlos mejor para su inevitable regreso a la comunidad”, dijo el principal asesor de Políticas y Planificación Estratégica de la Alcaldía John Feinblatt.

“Desde que lanzamos el programa Esperanza en el 2003, más de 1,000 jóvenes y sus familias han recibido orientación intensiva en sus hogares, que ultimadamente fortalece no solo a familias pero también a las comunidades en las que viven”, dijo el comisionado de Departamento de Libertad Condicional Vincent Schiraldi. 

“Sabemos que programas como éste funcionan, pero hasta que el Estado cambie el absurdo esquema de financiación en el que le cobra a la Ciudad más aún cuando reduce el número de jóvenes que coloca en sus instalaciones, la oferta siempre será menor que la demanda”.

“Esta reforma permitirá a la Ciudad de basarse sobre nuestra Iniciativa de Justicia Juvenil, proveyendo apoyo a familias y ayudando a los adolescentes para que así nuestras comunidades sean más seguras para todos”, dijo el comisionado de la Administración de Servicios para Niños John B. Mattingly.  La Iniciativa de Justicia Juvenil representa una de las más importantes reformas de servicio de justicia juvenil en la historia reciente de nuestra Ciudad.  Cada año, servimos a cientos de jóvenes y a sus familias en los cinco condados de la Ciudad de Nueva York.  Ahora, al desarrollar recursos para los jóvenes que no pueden permanecer de manera segura en sus hogares, la Ciudad estaría proveyendo un espectro completo de supervisión y ayuda para éstos que estén entrando en el sistema de justicia juvenil con el claro objetivo de mejorar los resultados de largo plazo”.

Aproximadamente 400 jóvenes de la Ciudad de Nueva York se encuentran recluidos en instalaciones del Estado.  El Departamento de Justicia de los EE UU (DOJ, en inglés) está monitoreando en estos momentos cuatro instalaciones debido a que una investigación encontró que el Estado de Nueva York violó los derechos constitucionales de los jóvenes en estos complejos, usó fuerza excesiva, tenían servicios no adecuados de salud mental y utilizaban esposas de manera poco apropiada.

El mes pasado, la Ciudad entabló una demanda para prevenir que el Estado de Nueva York cobrará por costos poco económicos y no necesarios que el Estado contrae al administrar su sistema de justicia juvenil.  Desde el 2000, la población promedio diaria de jóvenes en la Ciudad de Nueva York en instalaciones estatales ha disminuido en dos terceras partes.  Aún así, la Ciudad le pagó al Estado casi $62 millones en el ejercicio fiscal 2010, más dinero del que pagó en 2000, debido a que las cuotas cobradas a la Ciudad incluyen los costos estatales de mantenimiento y personal en instalaciones no habitadas.  Por ejemplo, el sistema del Estado apoya actualmente a 13 instalaciones (de un total de 25) que se encuentran a mitad de llenas (ver adjunto).

El Estado de Nueva York les cobra actualmente a las localidades cargos excesivos y tasas fijas artificiales por el costo de su sistema operativo.  Las tasas se fijan cada año al calcular los costos por mantener todas las instalaciones, sin importar si éstas están siendo utilizadas y si están habitadas.  Este cálculo también incluye todos los salarios y beneficios adicionales de los empleados, no importando si éstos se requieren o no y si están proporcionando servicios a jóvenes, y hasta incluyen el personal asignado a instalaciones que han sido cerradas pero que continúan en el presupuesto del Estado.  Cada año, al reducirse la población, las tasas suben para cubrir el incremento en costos de las porciones no usadas del sistema, y las tasas anunciadas para el 2010 reflejan los incrementos más altos de la historia.  Por ejemplo, el Centro residencial Tryon Boys se encuentra completamente deshabitado por gente joven, pero aún así continúa empleando gente.  Las leyes del Estado autorizan a éste a cobrar a las localidades por la mitad del costo del “cuidado, manutención y supervisión” suministrados a jóvenes locales.  Estas leyes también disponen que la tasa calculada para dicho cuidado deba basarse sobre “los servicios actualmente provistos durante el año regular de calendario” y ha de ser aprobado por la División de Presupuestos del Estado de Nueva York.  Las tasas anunciadas para el 2010, sin embargo, cobran a la Ciudad de Nueva York muchos costos no permisibles — el personal que no tiene labores, las camas que se encuentran vacías y las instalaciones actualmente inactivas.  Como lo afirma la demanda municipal, dichos costos no deberían de incluirse en las tasas ya que no son para servicios que realmente se están rindiendo en el cuidado, la manutención y la supervisión de los jóvenes de la Ciudad de Nueva York en instalaciones estatales.  La demanda busca obligar a la Administración de Servicios para Niños y Familias a que vuelva a calcular las tasas de manera que elimine estos cargos erróneos.

“La Ciudad no debería tener que pagar millones debido al derroche por parte del sistema de justicia juvenil del Estado”, dijo el abogado del ayuntamiento del Departamento Legal de la Alcaldía de Nueva York.  “Las tasas de la Administración de Servicios para Niños y Familias quebrantan la ley, y no deberíamos pagar por camas vacías y empleados con horas de ocio.  Por otra parte, el Estado abusa su criterio al cobrarle a la Ciudad por costos que no tienen nada que ver con el suministro de servicios rendidos para el cuidado, la administración y la supervisión de nuestros jóvenes”.





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