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PR- 357-08
15 de septiembre de 2008

EL ALCALDE BLOOMBERG INFORMA A NEOYORQUINOS SOBRE IMPACTO DE LAS CONDICIONES DE WALL STREET EN LA ECONOMÍA MUNICIPAL

La Ciudad de Nueva York está tan bien posicionada como siempre para manejar la agitación en Wall Street

La Comisión de Bolsa y Valores debe movilizarse para llevar más estabilidad al mercado y prevenir pánicos de ventas subvaloradas

A continuación se presentan las palabras pronunciadas por el alcalde Michael R. Bloomberg

“Buenas tardes.

“Ha sido una semana muy difícil en los mercados financieros — y otro largo fin de semana de trabajo para muchos líderes de Wall Street y reguladores federales y para nuestro personal.  Durante el fin de semana, hablé personalmente muchas veces con líderes del Gobierno y ejecutivos financieros aquí en los Estados Unidos, y también en Europa y Asia, en relación con los últimos acontecimientos y para ofrecer nuestra asistencia, y quiero actualizar a los neoyorquinos sobre lo que estas dislocaciones significan para la economía municipal.

“Aunque la noticia económica es aleccionadora, la Ciudad está tan bien posicionada como lo ha estado siempre para manejar la agitación en Wall Street.  Como todo el mundo, yo había esperado que Lehman Brothers podía ser salvada, junto con las plazas de trabajo que emplean a más de 12,000 personas que viven en el área de Nueva York.  Lehman Brothers había proporcionado una oportunidad a innumerables neoyorquinos para perseguir el sueño americano, y es un día triste para nuestra ciudad al verla cerrar sus puertas.  Sin embargo, todos continúan trabajando para estructurar adquisiciones de varias divisiones de la compañía que protegerán a muchas de las personas que han trabajado tan duro para construirlas.  Esta es una firma con talentos de clase mundial.  Como vimos con Bear Stearns, muchos de estos individuos talentosos — aunque, desafortunadamente, es probable que no todos — hallarán posiciones para poner su talento a trabajar.

“La agitación en Wall Street también ha afectado a otro gran ciudadano corporativo, Merrill Lynch.  Afortunadamente, la compañía parece haber logrado un acuerdo con Bank of America que debería preservar la mayor parte de sus plazas de trabajo aquí en Nueva York.  Greg Fleming, presidente y jefe de Operaciones de Merrill, y Ken Lewis, presidente y ejecutivo principal de Bank of America, me han informado de que creen que las pérdidas de empleos en el área de Nueva York serán relativamente mínimas.

“Lehman y Merrill están entre los principales manejadores de las ofertas de deudas de la Ciudad, pero los contratos que tenemos con ellas nos inoculan contra cualquier pérdida material.  Y el resquicio de esperanza aquí es que la fusión fortalecerá tanto a Bank of America como a Merrill Lynch — de modo que, a largo plazo, aunque uno odia ver a una gran firma como Merrill perder su  independencia, al final la fusión podría probar que es positiva para la ciudad.

La semana que sigue traerá más dificultades, ya que quedan preguntas sobre empresas como AIG — una gran compañía que tiene más de 7,000 empleados en la Ciudad de Nueva York.  He tenido conversaciones con funcionarios federales acerca de la situación, y les he dado mis sugerencias sobre cómo ayudar a AIG a resolver sus problemas.  Sin embargo, continúo creyendo que AIG es una compañía con muchas fortalezas, y espero que sobreviva.

“La verdad es que nuestro sistema financiero no puede continuar soportando este juego de especuladores alimentándose de las firmas más débiles — e intentando destruirlas por una ganancia.  Siempre habrá una firma que es la más débil — por definición, debe haber una —, y debemos entender que el futuro de nuestro país está vinculado a nuestra capacidad para trabajar unidos en ver de intentar tirarnos hacia abajo mutuamente.

“La pérdida de empleos en el sector financiero tendrán por supuesto un impacto en los ingresos fiscales de la Ciudad.  Generalmente se cree que un empleo de Wall Street ayuda a crear dos o tres empleos de otro tipo.  Este efecto multiplicador tendrá un impacto grave no solo en los empleados del sector financiero que pierden empleos, sino también en tantas familias de Nueva York que son afectadas indirectamente por estas pérdidas de empleos... y en muchos ingresos fiscales de los gobiernos locales.

“Es prematuro el cuantificar el impacto económico específico de estas pérdidas de empleos; mucho dependerá del resultado de negociaciones en curso para minimizar las pérdidas.  Pero claramente, la cantidad de dinero que vamos a tener que gastar para pagar nuestra fuerza laboral, realizar inversiones y contratar servicios va a ser menor, aunque la demanda de servicios de los neoyorquinos necesitados ciertamente crecerá.  Creo que, gracias a nuestra prudencia fiscal, tenemos una mejor capacidad para lidiar con esta crisis, pero nadie debe esperar que proporcionemos fondos que compensen su propia imprudencia en sus presupuestos.

“Hasta agosto, los ingresos fiscales de la Ciudad han alcanzado más o menos el nivel que proyectamos — lo cual significa que el presupuesto sigue equilibrado.  Hemos sido muy cuidados de ser conservadores en nuestras proyecciones, y contuvimos el crecimiento de gastos a solo 1.6 por ciento, mucho menos que la tasa de inflación.

“Ustedes recordarán [que], a pesar de aquellos que deseaban gastar ahora y rogar que Dios proveyera en el futuro, también utilizamos los tiempos buenos para ahorrar para los tiempos difíciles.  En años en que los ingresos excedieron los gastos, ahorramos tanto como fue posible para los años en que realmente lo necesitaríamos.  Hicimos esto en parte prepagando deuda, y también creando un fondo fiduciario de cuidado médico para los futuros jubilados — uno de los primeros en la nación.  Y el otoño pasado, cuando estuvo claro que la economía se encaminaba a tener problemas, actuamos inmediatamente, implementando un congelamiento temporal de las contrataciones e instruyendo a las agencias [municipales] para que redujeran los gastos financiados por la Ciudad, lo cual producirá ahorros de más de $1,000 millones en este año fiscal.  Para reducir aún más los costos, estamos ralentizando la velocidad de gastos de inversión de la Ciudad.  Haremos eso estirando el plan capital actual a cuatro años por un quinto año adicional, hasta el año fiscal 2013.

“El presupuesto responsable ha sido una parte central de nuestra preparación para este descenso, pero igual de importante, hemos invertido en los programas, políticas y proyectos que han hecho a Nueva York más sólida, más segura y más atractiva que nunca.  Hoy, la delincuencia está más baja que hace más de 40 años, nuestras escuelas están logrando progreso real con tasas de graduación que han crecido más de 20 por ciento, las calles están más limpias de lo que han estado en 30 años, la ribera está reviviendo, y nuevos parques están abriendo en los cinco condados.  Nueva York es una ciudad donde la gente quiere vivir, y eso la hace una ciudad donde necesitan estar las compañías.  Si permitimos que nuestra calidad de vida resbale, lastimamos nuestra ventaja competitiva.

“No podemos controlar las fuerzas económicas globales, y la agitación en los mercados financieros no se limita a los Estados Unidos.  Las bolsas de valores rusa y china bajaron 40 y 60 por ciento respectivamente. Y junto con el fortalecimiento del dólar, esto tendrá obviamente un impacto en la inversión foránea en nuestra economía, al igual que en los gastos locales de los turistas extranjeros.

“Nuestra defensa es mitigar los efectos de estos acontecimientos reforzando nuestra calidad de vida y enfocando nuestras ventajas competitivas en nuestras industrias claves, como el cine, la moda, el turismo, medios de comunicación, cuidado médico, educación universitaria, biociencias y artes.  Afortunadamente, en los últimos seis años hemos trabajado arduamente para diversificar nuestra economía invirtiendo en todas estas industrias, y como resultado, pese que Wall Street continúa siendo central para nuestra salud económica, estamos en una posición mucho más sólida para resistir un descenso.

“Hoy, aunque Wall Street ha estado en problemas por meses,  la tasa de desempleo local es solo 5 por ciento, mucho menor que el índice nacional de 6.1 por ciento.  El índice de espacio de oficinas vacante en Manhattan es 5.4 por ciento, menos de la mitad que el índice nacional.  El turismo, que ha caído nacionalmente, aun está creciendo a niveles récord en la Ciudad de Nueva York.  Los valores inmobiliarios, que han caído en todo el país, aquí se han mantenido estables.

“Tenemos una buena carta para jugar como cualquier ciudad en el mundo, incluyendo, debo decir, nuestro principal competidor global: Londres.  De forma interesante, Londres ha sido lastimada por la crisis financiera mucho más que Nueva York.  Eso no nos alegra; cuando Londres triunfa, es bueno para Nueva York.  Pero lo menciono porque es importante mantener una perspectiva amplia en cuanto a lo que está ocurriendo en la economía global.

“Para manejar la crisis inmediata que enfrenta el país, creo que la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, en inglés) debe movilizarse rápido para traer estabilidad al mercado y prevenir los pánicos de ventas subvaloradas que hemos estado viendo.  Esta mañana hablé con Chris Cox, el presidente de la SEC, y él me aseguró que esto es realmente su prioridad principal.

Algunos han pedido al Gobierno federal que saque de apuros a Lehman Brothers, y entiendo los argumentos para ello.  En marzo pasado, respaldé el rol del Gobierno federal en la adquisición de Bear Stearns.  Pero la realidad es que el Gobierno federal no puede ayudar a cada compañía en peligro, ni debería intentarlo.  Estados Unidos no puede costearlo, y es mala política.  El capitalismo se basa en el riesgo, y si garantizamos a cada compañía que fracasa, impulsamos riesgos malos y terminamos con más rescates.

“En el caso de Fannie Mae y Freddie Mac, la privatización de ganancias y la socialización de pérdidas que empezaron con el presidente Johnson es un buen ejemplo de política gubernamental que ignora las leyes básicas de la economía, como lo verán.  La semana pasada, el Gobierno federal no tuvo más que dar la cara y proteger las casas de personas, pero, en primer lugar, nunca debería haber estado en esa posición.

“Esta semana parece ser una difícil en Wall Street.  Otras compañías están enfrentando  serias preguntas sobre su futuro, y la incertidumbre de los mercados significa, probablemente, que aún no hemos tocado el final del ciclo.  No debemos engañarnos y pensar que no habrán decisiones muy difíciles en el futuro.  Las habrán.

“A la vez, las señales vitales de la economía local continúan sólidas — más sólidas que el resto del país.  En el pasado, los neoyorquinos han superado los altibajos de Wall Street, y también superaremos este.  Sabemos cómo tomar decisiones difíciles, sabemos cómo unirnos, y sabemos surgir como una ciudad más sólida como resultado.

“Nuestro trabajo es seguir practicando disciplina, seguir invirtiendo en el futuro, seguir mejorando nuestra calidad de vida, seguir agudizando nuestra ventaja competitiva en industrias claves, y seguir impulsando para arreglar un sistema de inmigración descompuesto que — más que el colapso de cualquier compañía — amenaza nuestro estatus como potencia económica mundial.

“Por último, vale la pena recordar que las hipotecas de riesgo elevado tuvieron su origen en una idea admirable: ampliar el sueño de ser dueño de casa para más familias estadounidenses.  Desafortunadamente, los préstamos giraron fuera de control, y ahora estamos pagando el precio.  Pero no deberíamos alejarnos de la meta de ayudar a más estadounidenses a comprar — y retener — sus casas, y en la Ciudad de Nueva York no lo haremos.

“Creo que si continuamos realizando las inversiones de largo plazo inteligentes y continuamos administrando nuestros recursos en forma responsable y conservadora entonces nuestros mejores días están aún por llegar”.







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