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PR- 322-08
19 de agosto de 2008

EL ALCALDE BLOOMBERG ANUNCIA PRIMEROS PASOS DE LA CIUDAD DE NUEVA YORK PARA DESARROLLAR PARQUES EÓLICOS EN MAR ABIERTO Y OTRAS FUENTES DE ENERGÍA RENOVABLE EN CUMBRE NACIONAL DE ENERGÍA LIMPIA 2008

El alcalde Michael R. Bloomberg, hablando en la Cumbre Nacional de Energía Limpia 2008 presentada por el senador Harry Reid, la organización Center for American Progress Action Fund y la Universidad de Nevada en Las Vegas anunció hoy que la Ciudad de Nueva York está dando los primeros pasos para el desarrollo de nuevas fuentes de energía renovable, incluyendo centrales eólicas fuera de la costa  A nombre del Gobierno municipal, la Corporación de Desarrollo Económico (EDC, en inglés) publicó hoy una Solicitud de Expresiones de Interés que llamará a presentar ideas innovadoras para ayudar a la Ciudad de Nueva York a desarrollar fuentes de energía renovable.  Además de los parques eólicos en mar abierto, estas ideas podrían incluir turbinas de viento sobre puentes y rascacielos de la ciudad y la generación de energía mareomotriz, solar y geotérmica.  Las respuestas a la Solicitud (o RFEI, por sus siglas en inglés) deben entregarse a más tardar el próximo día 19 de septiembre.

A continuación se presenta el texto preparado para el discurso central del alcalde Bloomberg.  Por favor confirme con el discurso final.

“Gracias, Harry.  Quiero felicitarte, al Center for American Progress Action Fund, y a nuestros anfitriones, la Universidad de Nevada en Las Vegas, por esta conferencia tan exitosa.  Es un acto más concurrido aun que Cher en el Caesar’s Palace, aunque nuestros disfraces son un poco más modestos.

“Este es el encuentro adecuado — con la gente adecuada — y en el lugar adecuado.  Esta es una ciudad donde las personas realmente aman lo ‘verde’.  De hecho, ellas quieren salir de la ciudad con tanto verde como les sea posible — en sus bolsillos.  Aunque debo señalar que, en las mesas de ruleta, apostar al verde es una proposición riesgosa.  En el mundo real, la verde es la única apuesta segura, para el futuro de Estados Unidos y, de hecho, el de todo el mundo.

“Hace apenas cinco años, cumplidos la semana pasada — el 14 de agosto de 2003 — este país tuvo una lección palpable sobre la dimensión de la apuesta que estamos realizando con nuestro futuro si no cambiamos el curso.  Cerca de las cuatro de esa tarde, la electricidad colapsó súbitamente para 50 millones de personas en todo el noreste de Estados Unidos y Canadá.  Eso incluyó mi ciudad, Nueva York.  Y cómo alcalde de Nueva York, nunca olvidará lo que sucedió ese día.  Afortunadamente, como nuestros socorristas estaban bien entrenados y bien equipados, ellos rescataron a cientos de personas que estaban atrapadas en ascensores de edificios altos por toda la ciudad sin incidentes.  Miles más fueron evacuados de trenes de subway varados a través de túneles oscuros y sofocantes.  Los hospitales, que estaban preparados para tal evento, cambiaron rápidamente a generadores de emergencia para mantener operando los respiradores y otros equipos para salvar vidas y, me alegra decirlo, prácticamente sin fallo alguno.

“Esa noche, la Gran Vía Blanca — también conocida como Broadway — se oscureció.  Los vuelos desde y hacia nuestros tres aeropuertos se detuvieron, y el tráfico en nuestras calles se paralizó.  El servicio de telefonía y celulares fue perturbado gravemente.  Por unas 24 horas, la ciudad más grandiosa de la tierra dejó de hacer negocios, educar a nuestros jóvenes y entretener a nuestros visitantes.  También podría señalar [que], durante eser período, nuestra ya bajo índice de criminalidad se hundió.  La gente de Nueva York, incluso los llamados ‘elementos criminales’, se unieron y lograron hacerla funcionar.

“Me enorgulleció la forma como los neoyorquinos se esforzaron para salir de esa crisis — esforzándose juntos.  Aún así, al presentarse el apagón esa tarde, el mismo pensamiento se apoderó de las mentes de muchos neoyorqinos: ¿Habíamos sido atacados por terroristas?  Habían pasado, después de todo, menos de dos años tras el 11-S.  Pero, en vez de ello, supimos que, en ese momento, el enemigo éramos nosotros y nuestra falta de cuidado de nuestra infraestructura.  Permítanme decirles cómo ocurrió el más grande apagón en la historia de nuestra nación.  Las líneas conductoras de energía en Ohio se sobrecargaron.  Se hundieron.  Tocaron algunas ramas de árboles.  Causaron cortocircuitos, y luego se inició un fallo eléctrico que se multiplicó a lo largo de miles de millas cuadradas tras unos cuantos minutos.  Se mostró que la nación más grandiosa del mundo tenía una red eléctrica que estaba gravemente abusada y anticuada.

“Ahora, avancen cinco años hasta hoy.  En esos cinco años, la población de Estados Unidos ha crecido en unos diez millones de habitantes.  La demanda de electricidad, como se puede ver fuera de este edificio a lo largo del Strip, también se ha mantenido en ascenso.  ¿Y nuestra red de electricidad?  Desde entonces, para ser justos, se han dado algunos pasos para mejorar su confiabilidad.  Pero sigue siendo cierto que en su última ‘tarjeta de calificaciones’ sobre nuestra infraestructura, hace tres años, la Sociedad Americana de Ingenieros Civiles todavía le dio a la red de electricidad de la nación una ‘D’.  Y desde entonces ni siquiera hemos empezado a hacer suficiente como para preparar la red para los retos de transportar a los enormes nuevos suministros de energía limpia y renovable que necesita nuestra nación.

“Ahora mismo, la energía es el problema número uno en Estados Unidos.  Cualquier persona que haya llenado un tanque de gasolina recientemente puede decirles eso.  Y deberíamos estar teniendo un debate real de nuestros candidatos presidenciales mayores acerca del futuro de la energía.  En su lugar, tristemente, ellos nos están invitando a una temporada política tonta, con un candidato haciendo llamados para abrir las reservas estratégicas de petróleo de la nación y el otro para eliminar el impuesto federal de gasolina en el verano.  Para vergüenza — lo mejor que puede decirse sobre esas ideas es que son demagogia.  Mucho peor, son distracciones de la empresa sumamente seria de crear una nueva política energética nacional.

“Hace poco cené con un embajador ante la ONU de uno de los estados del Golfo Pérsico, quien describió en gran detalle las inversiones masivas que su nación está realizando para desarrollar fuentes de energía alternativa para no ser dependientes del ‘petróleo extranjero’ cuando el de ellos se acabe.  Piensen en eso: ¿Quién pone al mundo boca arriba?  Nosotros deberíamos estar haciendo también.  Eso debería estar haciendo nuestro gobierno, y de eso deberían estar hablando nuestros candidatos.  No solo planificación y producción de energía limpia, sino también conservación, transmisión y cada elemento de nuestras necesidades de energía.  En otras palabras, necesitamos una visión unificada de nuestro futuro de energía y cómo implementarlo — cuál, cuándo, qué, dónde.  ¿Cuáles industrias ganarán y cuáles perderán?  ¿Cuándo, cómo y quién pagará por ello?  ¿A qué debemos renunciar para obtenerla?  ¿De quién será el patio que proveerá el espacio y recursos?

En cierta medida, en Nueva York hemos intentado hacer lo que podemos en un nivel local.  Nosotros llamamos a lo que hemos creado PlaNYC — nuestro plan para el futuro sostenible de la ciudad.  Porque Nueva York — como las ciudades a lo largo de la nación —  está llenando el vacío de liderazgo que Washington ha dejado.  Y, a propósito, estoy hablando del Nueva York real — no el que está en The Strip, con la silueta falsa, la Estatua de la Libertad sintética y el Puente de Brooklyn falso.  (Creo que incluso vi un Vaquero Desnudo falso.)

“En el Nueva York real, estamos apegándonos a la realidad con un PlaNYC que establece una política energética integrada para limpiar el aire de nuestra ciudad, enverdecer nuestro medio ambiente, y también impulsar nuestra economía.

“El primer elemento clave de esa política es la conservación de energía.  En Nueva York, hemos determinado hacer lo que ninguna otra ciudad jamás ha intentado: Mantener nuestro uso de energía en o cerca del nivel actual aun mientras crece nuestra población.  Como ejemplo para el sector privado, espero avergonzar al Gobierno federal — si eso es posible — nuestra Administración ha creado un plan para reducir en 30 por ciento el consumo de energía en nuestros organismos municipales para el año 2017.

“Nosotros haremos eso invirtiendo fuertemente en hacer más eficientes en el uso de energía a nuestras escuelas, hospitales, estaciones de policía y bomberos — todas las instalaciones municipales.  Estimamos que todas la inversiones de la Ciudad para conservar energía reducirán unos 220 megavatios de la demanda pico de energía en Nueva York.  Y en cinco años, ellas se habrán pagado solas.  Después de eso, ellas producirán dinero.

“De hecho, el resultado final de todas nuestras iniciativas de energía de PlaNYC es que devolverán cientos de dólares anuales a los presupuestos de los hogares en nuestra ciudad en unos cuantos años.  Eso no es un arreglo a corto plazo en la estación de gasolina; eso es dinero real en el largo plazo.

“Entonces, a la vez, para ayudar a los dueños de edificios privados a conservar, pronto ejecutaremos nuevas leyes locales y regulaciones propuestas que requerirán nuevos niveles de transparencia acerca del uso de energía en edificios comerciales.  Ellas darán al mercado la información precisa que necesita para dar valor real a la eficiencia energética.  Y requerirán el re-equipamiento rentable de nuestros edificios más grandes existentes.

También nos estamos uniendo a ciudades a lo largo de la nación para trabajar por nuevos estándares en los códigos de construcción a fin de incrementar drásticamente la eficiencia de energía en nuevos hogares y negocios.  Pero, no importa cuántas ciudades y estados lo hagan, necesitamos a Washington, porque la conservación es de alcance nacional y global.  Esto debe ser una prioridad nacional.  Es hora de que también Washington asuma un rol.  El Congreso puede dar el primer paso correcto al volver a trabajar el próximo mes, financiando “subvenciones de bloque para la conservación de energía” federales para las ciudades de la nación.  De esa manera, más ciudades en todo el país pueden hacer los tipos de cosas que estamos haciendo en Nueva York.  Senadores de ambos partidos, incluyendo nuestro anfitrión Harry Reid — y alcaldes de una costa a la otra — respaldan esta idea.  Ahora hagamos que esto suceda.

“La conservación sola no es suficiente.  También necesitamos aumentar drásticamente la producción de energía limpia para nuestra ciudad y economía crecientes.  Por ejemplo, creo que debemos tener la voluntad de hacer lo que otras naciones — como Francia — ya han hecho, e incrementar nuestra capacidad de energía nuclear segura y limpia.

“También tenemos que aceptar que muchos proyectos de energía alternativa que ahora están en las mesas de planificación no producirán sus primeros kilovatios de electricidad por muchos años.  Pero todavía debemos meter nuestras manos en nuestros propios bolsillos ahora, o nuestros niños no tendrán los beneficios en los próximos 10 a 15 años.  Además, al construir plantas nuevas usando combustibles más limpios y tecnología de punta, y al modernizar nuestras plantas existentes, algunas de las cuales queman ahora petróleo altamente contaminante en Nueva York, podemos ya empezar a generar energía más limpia.  Dar estos dos pasos mejorará sustancialmente la eficiencia energética, reducirá la contaminación y reducirá nuestra emisión de gases de invernadero.  Por ellos son grandes temas en nuestra agenda de energía PlaNYC.

“Quizás encuentren interesante que el generar más energía renovable también es una prioridad real para Nueva York.  Y está en camino.  En junio logramos una gran victoria legislativa, convenciendo a nuestro Gobierno estatal de permitirnos otorgar subvenciones en forma de recortes fiscales a las propiedades para motivar a los dueños de edificios privados a usar energía solar.  Y el Estado también aprobó una propuesta que respaldamos y que permitirá a los neoyorquinos generar su propia energía solar para vender lo que no utilicen a otros consumidores de energía — un incentivo económico real para la energía renovable.  Para esta temporada el próximo año, habremos duplicado aun más la cantidad de energía solar producida en la Ciudad de Nueva York, instalando nuevos paneles solares en las escuelas y otros edificios municipales.  También estamos convirtiéndonos rápidamente en un líder nacional en co-generación de energía en construcciones residenciales y comerciales mayores.

“Pero eso es solo el principio.  Hoy, estamos dando un paso que realmente pondrá en marcha la producción de energía alternativa en la Gran Manzana.  Es una ‘Solicitud de Expresiones de Interés’ (RFEI, en inglés) que irá a empresas con una trayectoria sólida en la producción de energía renovable.  Queremos sus mejores ideas para crear proyectos de pequeña y gran escala que sirvan a los neoyorquinos.

“Por ejemplo, podrían diseñarse proyectos para sacar energía de la corriente de los ríos Hudson y del Este — algo que ya estamos haciendo de forma experimental.  Estos podrían requerir el aumento en la producción de energía solar de tejados, que hemos estimado que podría satisfacer casi 20 por ciento de la necesidad eléctrica local.  Podrían explorar la energía geotérmica.  De hecho, algunos dueños de casas y edificios privados ya han perforado sus propios ‘pozos de calefacción’.  O quizás las compañías querrán desarrollar parques eólicos sobre nuestros puentes y rascacielos, o usar el enorme potencial de los poderosos vientos a millas de la costa en el Océano Atlántico, donde las turbinas podrían generar casi dos veces la energía que los parques eólicos producen en tierra.  Los parques eólicos ubicados lejos de nuestro litoral, muestran algunas evidencias, podrían satisfacer en el plazo de una década 10 por ciento de la electricidad que nuestra ciudad necesita.

“Hace más de 100 años, una nueva estatua erguida en el Puerto de Nueva York dio a nuestra nación su símbolo más grande de la libertad.  En este siglo, esa libertad está siendo socavada por la dependencia de petróleo extranjero.  Así que creo sería una belleza, cuando la Dama de la Libertad vea hacia el horizonte, que no solo reciba a nuevos inmigrantes, sino que también alumbre su camino con una antorcha encendida por un parque eólico marino.

“Ahora mismo, no puedo decirles exactamente cómo lucirá cada proyecto.  Pero les puedo decir esto: En Nueva York, no consideramos a la energía alternativa como algo que solo importamos desde otras partes del país.  La eficiencia y seguridad de energía estadounidense también son asuntos que nos conciernen.  Así que, en la producción de energía limpia, estamos determinados a hacer a Nueva York la ciudad número uno del país.

“Cuando se trata de producir energía limpia, también podemos hacer al país el número uno del mundo.  T. Boone Pickens, que habló antes hoy, dio en el clavo.  La Gran Planicie es la posible Arabia Saudita de la energía eólica.  Harry Reid también dio en el clavo.  Si mejoramos la producción de energía solar en el desierto del sureste, esta podría alcanzar para satisfacer toda la demanda de energía eléctrica del país.  Podemos hacer que eso suceda — si nos ponemos serios en cuanto a la investigación y desarrollo, y actualizamos nuestra infraestructura de energía.  Esos son condicionales grandes — pero lograr ambos está a nuestro alcance.

“Ahora, cuando se trata de ‘investigación y desarrollo’, lo primero que podemos hacer es sencillo.  Junto con aprobar esas subvenciones de bloque para conservar energía, el Congreso también necesita ampliar inmediatamente los créditos fiscales de energía renovable.  Eso estimulará proyectos de energía alternativa y promoverá la inversión en investigación y desarrollo de energía renovable.  Ha sido estimado que esta acción sola fomentará $11 mil millones en inversiones y creará 75,000 empleos en el sector ecológico.

“Luego está el problema obvio que no queremos ver: Poner un precio a las emisiones de carbono.  Nuestra política nacional debería ser que la energía que depende en combustibles y tecnología anticuada altamente contaminantes debe ser más cara que la energía limpia y eficiente — para reflejar sus verdaderos costos de salud y medioambientales.  Dicha política haría los costos de combustible alternativo — un gran estímulo para su futuro, y el nuestro.  Y cualquier sistema que pone precio a las emisiones de dióxido de carbono debería también financiar investigación y desarrollo para energía limpia y eficiente.  Algunos desean un sistema de límites e intercambio, que es como girar tres veces a la derecha en vez de una sola a la izquierda.  Estoy a favor de un impuesto al carbono, que es lo único que funcionará sin corrupción y hará el trabajo que necesitamos.  Pero sinceramente, es difícil ver el coraje que necesitamos para implementarlo.  Sin embargo, tenemos que hacer algo — y no solo la cosmética usual.

“Por último está el asunto con el que empecé mi charla: La necesidad de actualizar nuestro sistema de transmisión de energía — no solo para asegurar su responsabilidad, sino también para llevar la energía eólica y solar desde aquí en el Oeste a los mercados en toda la nación.  Hacer eso no será barato, o fácil.  El Departamento de Energía (US DOE, en inglés) estima que generar 20 por ciento de la electricidad del país con energía eólica para el año 2030 requeriría invertir $60 mil millones en nuestra infraestructura de transmisión.

“Desafortunadamente, tenemos que pagar para ponernos al día — el resultado de un patrón muy familiar de negligencia de la infraestructura vital de nuestra nación.  El gobernador de Pensilvania, Ed Rendell, el gobernador de California, Arnold Schwarzenegger y yo hemos reunido un grupo llamado Building America’s Future (“Edificando el Futuro de Estados Unidos”) a fin de instar al Congreso y el Presidente a enfrentar la crisis.  Ustedes pueden ver esa crisis en el estado deplorable de muchos de nuestros aeropuertos y sistemas ferroviarios.  También lo pueden ver en nuestra red de energía, ya que por más de 20 años, desde mediados de los años ’70 hasta el final de los ‘90, aun cuando la demanda de energía creció en el país, la cantidad invertida en líneas de transmisión cayó a la mitad.  El apagón que tocó a Nueva York y el noreste hace cinco años fue un aviso de que era hora de cambiar el curso y rápido.  La buena noticia es que la inversión en líneas de transmisión ha aumentado.  Y tendrá que seguir aumentando si es que vamos a seguir el ritmo con la demanda pico de energía que algunos han estimado crecerá en más de 17 por ciento en los próximos diez años.

“Hay más en este problema que solo dólares y centavos.  Hay un retraso regulatorio relacionado con la aprobación de nuevos proyectos.  Están los gritos perennes de ‘no en mi patio’, que ha dificultado los esfuerzos para traer a la Ciudad de Nueva York nuevas líneas de energía, lo cual el gobernador Schwarzenegger está defendiendo en California, y que suspende los proyectos de transmisión en cada estado en el medio.

“No estoy diciendo que descubrir líneas de transmisión es simple.  Sé que tales proyectos se tienen que hacer bien.  Sé que se tienen que respetar los intereses de la propiedad privada y nuestro medioambiente tiene que protegerse.  Pero también sé esto: El sistema de autopistas interestatales que construimos hace 50 años mejoró nuestra seguridad y prosperidad nacional.  Y hoy, una nueva red de energía en todo el país hará lo mismo.

“Si ustedes quieren que la energía renovable mueva al país, entonces necesitamos más transmisión.  O, si ustedes quieren más energía nuclear, que creo que nuestra nación también debería tener, necesitamos más transmisión.  Si ustedes quieren más autos híbridos de enchufe, necesitamos más transmisión.  Si quieren dejar de envenenar el aire con plantas de energía que queman carbón, entonces necesitamos más transmisión.  Si, tal como lo dijo Boone Pickens, quieren dejar de financiar la guerra contra nosotros mismos, para dejar de poner dinero en las manos de personas que, si no son nuestros enemigos, tampoco pueden ser nuestros amigos, entonces necesitamos más transmisión.  Si quieren que nuestra nación tenga energía económica y segura, entonces ¿adivinen qué? Necesitamos más transmisión.

“La vida se trata de elecciones.  Se trata de establecer prioridades, y resolver problemas.  Se trata de no hacer que lo perfecto sea enemigo de lo bueno.  Y especialmente en este año de elecciones, se trata de hacer lo correcto para el futuro del país.

“Así que, con ese espíritu, tomemos la fantástica energía de esta cumbre — y asegurémonos de que esta vez, lo que ha ocurrido en Las Vegas no se quede en Las Vegas.  Vamos a aprovechar los recursos naturales más grandes que tiene Estados Unidos.  No solo nuestro sol, nuestro viento, nuestras corrientes  y nuestra energía de calefacción geotérmica no explorada, sino también nuestro optimismo, nuestra creatividad y nuestro compromiso de crear un mejor mundo para todos nuestros niños.

“Si ahora vamos a hacer las elecciones correctas, si nos ponemos serios sobre el plan nacional integrado de energía en el cual esta conferencia ha hecho una gran labor de poner al país, entonces los planes audaces de Boone Pickens para generar energía eólica en nuestra vasta Gran Planicie y la riqueza de energía solar limpia que Harry Reid y otros saben que puede producirse aquí en el bronceado sureste beneficiará a todos los estadounidenses.  Ellos traerán cientos de miles de empleos ‘ecológicos’ al centro de nuestro país.  Librarán a las compañías de servicios en los estados centrales de depender del carbón que contamina nuestro aire y nubla nuestro futuro.  Ellos darán a la gente de Nueva York y el noreste la energía renovable y fiable que necesitamos.  Ellos harán al país un líder en la prevención de un desastre climático global y la protección de nuestro planeta para nuestros niños.

“El libre comercio nos ayudará a lograr esas metas, ya que nuestro incomparable sistema de libre comercio está basado en el poder del mercado.  Sin embargo, por mucho tiempo, el mercado para la energía ha estado torcido.  Porque no hemos sido honestos sobre los verdaderos costos de la energía sucia, hemos arriesgado nuestra salud, contaminado nuestro aire, socavado nuestra seguridad nacional, y ahora, amenazado el futuro de nuestro mundo.  Si fuéramos honestos con nosotros mismos sobre estos gastos ignorados pero muy reales, el precio de los combustibles sucios sería mucho mayor.  Si fuéramos honestos, el mercado hoy — no diez años a partir de hoy, sino hoy — haría rentables y económicamente viables a la energía solar, eólica, geotérmica y otros combustibles alternativos.

“¿Somos lo suficientemente honestos para ver eso?  ¿Estamos suficientemente comprometidos con un sistema de mercado real y de principios? ¿Somos suficientemente independientes como para cambiar un status quo fracasado, y crear un mejor futuro?

“La elección es nuestra. El momento es ahora.

“Muchas gracias, y que Dios los bendiga a todos”.







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