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PR- 394-07
1 de noviembre de 2007

EL ALCALDE BLOOMBERG PRONUNCIA DISCURSO EN LA CONFERENCIA DE MANHATTAN INSTITUTE 'GRANDES IDEAS PARA LA CIUDAD DE NUEVA YORK'

A continuaciĆ³n se presenta el texto preparado para el discurso del alcalde Bloomberg. Por favor confirme con el discurso final.

“Gracias, Julia, y buenos días a todos.  Veo que algunas personas todavía están entrando; quizás salieron a celebrar Halloween hasta tarde anoche.  Y luego, llegar aquí esta mañana… uff! Este tráfico de Midtown es realmente horrible, ¿no? Saben, ¡alguien debería idear un plan para hacer algo al respecto!

“Quiero agradecer a Manhattan Institute y su presidente Larry Mone, no solo por reunirnos esta mañana, sino también por más de 25 años de erudición y liderazgo rehaciendo las políticas públicas en nuestra ciudad.  En temas que van desde la reforma de la asistencia social hasta la política fiscal, las obstinadas y bien estudiadas ideas de Manhattan Institute han tenido un impacto tremendo.  Y quiero agradecerles especialmente por encabezar el movimiento para prohibir las grasas trans.

“En ningún lugar ha sido el impacto de esas ideas más fuerte que en la arena del orden y la seguridad públicos.  Manhattan Institute acertó perfectamente cuando argumentó que una baja criminalidad era esencial para el crecimiento económico, la estabilidad de las vecindades y una ciudad fuerte y unificada. Y con ‘Thinking Big for New York City’(o “Grandes ideas para la Ciudad de Nueva York”), y luego convirtiendo ese pensamiento en prescripciones políticas realistas, Manhattan Institute ha ayudado a la que una vez fue desahuciada como una ‘ciudad ingobernable’ a enderezar su rumbo nuevamente.

“Hemos estado en el Ayuntamiento por casi seis años.  Y, en esos seis años, hemos aprovechado el récord que heredamos y mantenido a Nueva York avanzando en direcciones que Manhattan Institute ha señalado; hemos reducido el crimen 25 más de lo que estaba hace seis años; hemos superado el ritmo de la nación en llevar a gente de la asistencia social al trabajo, y hoy las nóminas de asistencia están en su nivel más bajo en más de 40 años.

También hemos traído los principios de la reforma de la asistencia social al sistema de desamparo, y liberándonos — como Julia notó recientemente en el Post — de la ‘tiranía de los activistas’ y los ‘grilletes de lo políticamente correcto’ mientras empleamos nuevas estrategias para continuar reduciendo el desamparo en las calles de esta gran ciudad.  Y, quizás lo más importante de todo, hemos traído responsabilidad a nuestro sistema escolar, impulsado las escuelas públicas independientes (“charter schools”, en inglés) y creado el mayor programa de pago por rendimiento para maestros y directores en la nación.

“No es solo que la ciudad ingobernable se ha convertido en gobernable de nuevo; hemos recuperado nuestro título como la ciudad más grandiosa en la tierra. Porque la verdad es que hoy la Ciudad de Nueva York está de vuelta — y no solo de vuelta tras el 11 de Septiembre, sino de medio siglo en que el motor de crecimiento de la ciudad — nuestra población — estuvo esencialmente atascado en marcha neutral.

“Hoy, ese motor está en marcha veloz.  Desde el 2002, hemos ganado cerca de un cuarto de millón de habitantes, y esperamos que nuestra población ascienda a nueve millones de habitantes para el año 2030.  Esa es una noticia magnífica, ya que la capacidad de atraer gente y talento es por sí sola el mejor vaticinador del éxito económico de una ciudad.  Un factor mayor en este renovado crecimiento y recuperación económica es nuestra apertura a los inmigrantes.  Y continuaremos defendiendo una política migratoria que cree fronteras seguras para nuestra nación y abra puertas para los inmigrantes que son el futuro de nuestra ciudad.  Los otros indicadores del crecimiento de nuestra ciudad son igualmente fuertes.

“Este año, por tercer año consecutivo, nos encaminamos a expedir permisos para un mínimo de 30,000 viviendas que empiezan a construirse.  Diez mil millones de dólares en construcción están en curso en un radio de tres millas del World Trade Center.  Y, siguiendo cualquier medición de la calidad de vida — el crimen, la limpieza de las calles, la limpieza de los parques, las calificaciones en las pruebas escolares y las tasas de graduación —, la ciudad es un lugar más atractivo para vivir, y para invertir, de lo que ha sido en décadas.

“Podememos estar dirigiéndonos hacia un desaceleramiento económico nacional, pero la Ciudad de Nueva York nunca ha estado mejor preparada para capear uno de lo que estamos ahora mismo.  Hace seis años, nadie estaba prediciendo que seríamos tan fuertes como lo somos hoy.  Muy por el contrario.

“De hecho, tras el 11-S, la opinión generalizada era que los mejores días de Nueva York como ciudad estaban probablemente en nuestro pasado.  Cuando llegamos a la Alcaldía, el santo y seña era ‘recuperación’.  Si pudiésemos de alguna manera arreglárnoslas para evitar el esperado éxodo de negocios y residentes; si pudiésemos mantener el crimen abajo, en los niveles vistos durante la Administración Giuliani — podríamos considerarlo como un trabajo bien hecho.  No demasiadas personas estaban apostando que alcanzaríamos esos objetivos.  Pero creímos que la recuperación no era suficiente.

“Yo pasé 15 años en Wall Street y otros 20 construyendo y administrando mi propia compañía.  Y aprendí que se tiene que administrar para el próximo trimestre, y también para las décadas que vendrán.  De modo que llegué a la Alcaldía determinado a lograr, no solo la recuperación a corto plazo, sino el crecimiento a largo plazo.  Empezamos haciendo precisamente lo que el centro de Julia, el Center for Rethinking Development, hace tan intuititvamente: dirigimos preguntas fundamentales sobre el pasado reciente de la ciudad, su presente y su futuro.

“La pregunta inicial fue: ¿Cómo hacemos que la Ciudad de Nueva York sea más competitiva?  ¿Cómo la hacemos atractiva tanto para las empresas como para la gente que le dará vitalidad en este siglo?  Decidimos con bastante rapidez que eso significaba cambiar el curso en una manera fundamental.  Sabíamos que lo que determinaría ese cambio sería la inversión privada, no los programas gubernamentales.  Sin embargo, la pregunta era: ¿Cómo incentivamos esa inversión?

“La respuesta a la que llegamos fue que necesitábamos repensar completamente las regulaciones que regían la manera como usamos la tierra en esta ciudad.  Necesitábamos combinar esa reducción de regulación con inversiones en la infraestructura pública y amenidades que hacen a las comunidades atractivas para el desarrollo privado.  Y necesitábamos lograr que todas las agencias claves de la Ciudad, y los actores claves de las comunidades, se sumaran al proceso — algo que no siempre es fácil de hacer en esta grandiosa pero a veces contenciosa ciudad nuestra.

“Al principio de nuestra Administración, nos comprometimos a hacer que las regulaciones municipales apoyaran, no impidieran, la inversión privada.  Por ejemplo, cuando me postulé por primera vez para alcalde en el 2001, prometí modernizar el Código de Construcción — que fue adoptado en 1968.  En ese momento no me di cuenta de cuan difícil sería, lo cual es probablemente la razón por la que nadie más lo había hecho.  Pero trabajamos muy duro, y Patricia Lancaster, nuestra comisionada del Departamento de Edificios (DOB, en inglés) merece mucho crédito por llevar a todos a la mesa — promotores, sindicatos, profesionales de incendios y seguridad, el Concejo Municipal — y mantenerlos ahí hasta que cada detalle fue elaborado.

“Ahora, las anticuadas regulaciones que eran innecesariamente complejas y enrevesadas han sido reemplazadas con un conjunto racionalizado de códigos que reducirán los costos de construcción y llevarán a edificios más seguros, con uso más eficiente de energía.  También hemos racionalizado el proceso de desarrollo asumiendo la responsabilidad de las revisiones medioambientales asociadas con la rezonificación.  En el pasado, estas eran siempre la obligación de los promotores privados para sus proyectos individuales.  Estas revisiones pueden ser extensas, dolorosas y costosas trabas para el desarrollo.

“Ahora, [el Departamento de] Planificación Urbana (DCP, en inglés) toma estas revisiones y las mueve a través del proceso.  Eso impulsará el desarrollo y empleos en áreas preparadas para manejar el crecimiento — y recuperaremos fácilmente nuestros costos a trav’es de los nuevos ingresos fiscales producidos.  Algunas personas llaman a este trabajo un regalo a los promotores inmobiliarios; yo creo que es simplemente una manera inteligente de hacer el negocio del pueblo, ya que el desarrollo y el crecimiento son esenciales para el futuro de nuestra ciudad.  Pero las más importantes regulaciones en que nos hemos enfocado fueron en las mismas regulaciones de zonificación.

“Sabíamos que Nueva York no podría convertirse en una ciudad del siglo 21 si seguía operando bajo una resolución de zonificación que fue adoptada en 1961 y que era obsoleta para 1975.  Hace décadas existía la creencia — que todavía existe hoy — de que, con la zonificación correcta, se podía preservar una gran parte de la economía industrial de la ciudad.  No hubo tal suerte.  A principios de los años ’70, teníamos una hemorragia de empleos en el sector industrial.

“Para el 2002, la economía de la ciudad había cambiado drásticamente — pero estábamos encerrados por restricciones de uso de suelos que ya no tenían sentido.  Los muelles del litoral estaban casi vacíos, los almacenes se caían, las industrias cerradas, pero todavía estaban allí en pie.  Y, aunque las fuerzas del mercado estaban presionando por viviendas en esas áreas, las regulaciones municipales lo prohibían.  La resolución de zonificación del ’61 tuvo éxito en cumplir uno de sus objetivos mayores: impulsar el desarrollo en la periferia de la ciudad, fuera del transporte masivo.  Aquí era donde los planificadores esperaban que la ciudad creciera.  Co-op City y Starrett City eran vistos como el futuro.  Pero — como ocurre a menudo — el gobierno no es muy experto en predecir el futuro.

“El gobierno estaba cometiendo dos grandes errores: estaba congelando el desarrollo en áreas donde tenía sentido el crecimiento y enviándolo a lugares que no tenían la infraestructura para manejarlo.  Estábamos determinados a cambiar esto — a desatar el potencial de los terrenos subutilizados de la ciudad para permitir que las fuerzas del mercado crearan comunidades de uso mixto y alejarnos de un modelo económico 'centrado en Manhattan'.  Pero, para hacer esto, no podíamos simplemente cambiar los colores en un mapa de zonificación.

“Además de eliminar las barreras de regulación, también tuvimos que eliminar barreras físicas.  Vimos que la rezonificación tenía que ser combinada con mejoras focalizadas, especialmente en comunidades que habían sido descuidadas por mucho tiempo, ya que las compañías privadas simplemente no van a invertir en esas comunidades a menos que la Ciudad invierta en amenidades e infraestructura pública.  Eso significa aumentar la capacidad de las alcantarillas, ampliar el transporte público, mejorar el paisaje de las calles y crear nuevos parques y espacios abiertos.  Estos son bienes públicos que catalizan el desarrollo privado.

“Como ejemplo, piensen en el Canary Wharf de Londres.  Fue construido en base a la premisa de que el gobierno llevaría el metro de Londres hasta él.  Cuando el Gobierno no hizo eso, Canary Wharf se fue a la bancarrota — pero cuando el Gobierno finalmente actuó, se convirtió en uno de los más exitosos negocios de bienes raíces de todos los tiempos.  Sin esa extensión del metro, Canary Wharf aún estaría en bancarrota, y los empleos que ahora están allí estarían repartidos por todo el mundo.

“Aprendimos esa lección de corazón.  Por ello no esperamos que la MTA encontrara el capital para pagar por la extensión del tren Número 7 hasta Hudson Yards; esto se habría convertido en el próximo subway de 2da Avenida, demorado 50 años.  Pusimos el dinero — porque, sin el metro, los promotores no van a construir el espacio para oficinas y viviendas que necesitaremos en las décadas futuras.  Y me complace decir que ahora este trabajo está avanzando.  El primer contrato para construir el nuevo túnel ha sido autorizado.  Y ese es un paso esencial para crear el moderno y bien accesible espacio para oficinas que necesitamos para permanecer competitivos en la economía global.

“Eliminar barreras de regulación y comprometernos a inversiones de infraestrucutura fueron las primeras dos piezas grandes en nuestra estrategia de rezonificación y uso de suelos.  Pero la tercera pieza era igualmente importante: involucrar a la comunidad en el proceso, y lograr que todas las agencias municipales claves trabajasen juntas como un equipo.  Si vamos a redibujar planes para comunidades, debemos reconocer que el Gobierno no siempre sabe más, y debe escucharse la voz de la comunidad.  Y si vamos a invertir en infraestructura pública, es mejor que nos aseguremos de que estamos poniendo nuestro dinero en el lugar correcto — y que todas las agencias están trabajando unidas para completarlo a tiempo y ajustadas al presupuesto.

“La planificación urbana autocrática tiene la virtud de la velocidad, pero también conduce a errores arrogantes.  Cuando Robert Moses quería arrasar un vecindario, solo tenía que enviar las excavadoras.  Por lo menos 200,000 personas fueron desplazadas solo con estos proyectos de ‘renovación urbana’.  Ya ese no es el mundo en que vivimos, y nuestro trabajo lo muestra.  Tanto Dan Doctoroff como Amanda Burden merecen un gran crédito por la forma como han trabajado con líderes comunitarios, logrando consensos y que se adoptaran nuestras rezonificaciones.

“Solo consideren esto: Desde el 2002, hemos llevado 78 rezonificaciones a través del proceso de revisión de uso de suelos (ULURP, en inglés).  No hemos perdido una sola de esas rezonificaciones — ni una.  Y esto es Nueva York, donde, si usted pregunta algo a cinco personas, obtendrá seis respuestas.  Reformar regulaciones, realizar inversiones inteligentes y trabajar en forma de colaboración para lograr que todo ocurra.

“Esos son los elementos que han definado nuestro enfoque al uso de suelos — y ustedes pueden verlos todos en nuestros recientes esfuerzos en Jamaica: El mes pasado, el Concejo Municipal aprobó una rezonificación que cubre casi 370 cuadras en esta parte del sureste de Queens — la mayor rezonificación individual que nuestra Administración ha realizado, o realizará, y una de las más grandes en la historia de la ciudad.  El voto fue el resultado de una enorme cantidad de trabajo.

“Recuerdo que caminaba hacia un encuentro en Jamaica el pasado mes de julio.  Había 42 personas en el salón de 15 agencias, y cada una de ellas estaba describiendo sus responsabilidades en esta comunidad: actualizaciones del alcantarillado, mejoras de paisajismo, extensión de la Avenida Atlantic, construcción de aceras y caminos peatonales, mejoramiento de la iluminación en las calles, siembra de árboles y creación de estacionamiento adicional en las calles.  Todo este trabajo, combinado con la rezonificación, sentará las bases para el desarrollo de tres millones de pies cuadrados de espacios nuevos para oficinas, comercio y hoteles; 9,500 empleos nuevos; y también 5,200 hogares nuevos en una comunidad que tiene un servicio espléndido del transporte público.  Esto allanará el camino para que Jamaica despegue como un pujante distrito comercial conectado con nuestro aeropuerto regional de mayor tráfico — el tipo de centro comercial de aeropuerto que ya tienen la mayoría de las otras grandes ciudades del mundo.

“Jamaica no es una historia única.  En toda la ciudad, hemos tomado el mismo enfoque para crear las condiciones para nuevas infusiones mayores de inversión privada.  En el futuro se ubicarán en Hudson Yards 100,000 empleos del Midtown, 14,000 apartamentos, y más de 20 acres de espacios abiertos nuevos.

“En Greenpoint-Williamsburg, unas 2,400 unidades nuevas de vivienda están en camino en las áreas que fueron rezonificadas en el 2005, con miles más por venir.  En Queens, Long Island City está empezando finalmente a aprovechar su potencial.  También lo está haciendo Flushing. Y también el Downtown de Brooklyn, y el Oeste de Chelsea, hogar del High Line.

“En cada uno de estos vecindarios, la Ciudad no redibujó simplemente las regulaciones de zonificación: estamos invirtiendo en la infraestructura pública que atrae capital privado, y estamos haciendo esas inversiones en base a una visión a la cual la comunidad da forma.  En cada caso, hemos impulsado el crecimiento en áreas que tienen buenos enlaces con el transporte masivo — una tendencia que se hará más pronunciada en los años futuros.

“En conformidad con esa visión, en unas semanas esbozaremos una recomendación de rezonificación para Coney Island que aprovechará en su totalidad la maravillosamente rediseñada y reconstruida estación de la Avenida Stillwell: y rezonificaciones similares han sido planificadas para áreas del sur del Bronx; a lo largo de la Calle 125 en Harlem; en Queens West; y en St. George, en Staten Island.  Y PlaNYC, nuestra visión para crear vivienda para nuestra creciente ciudad, proyecta que 95 por ciento de esa vivienda será construida a menos de media milla de un subway, comparado a menos de 70 por ciento de nuestra vivienda hoy.  Y, desde Riverdale a Bedford-Stuyvesant, y desde Maspeth hasta la costa sur de Staten Island, aun mientras trabajamos para crear nuevas viviendas y oportunidades comerciales, también hemos actuado para proteger la calidad de vida y valores de las propiedades en los vecindarios.

“Al repensar fundamentalmente cómo utilizamos nuestra tierra, hemos podido rebatir la creencia tradicional de que ya no se pueden hacer proyectos grandes.  Cuando el Centro Deportivo y de Convenciones del West Side no obtuvo aprobación estatal, era popular decir que las creencias tradicionales eran correctas.  Pero no lo eran.

“Solo miren por la ciudad; verán que se construyen grandes cosas en los cinco condados.  No solo dos estadios nuevos de béisbol, uno en el Bronx y uno en Queens.  No solo una nueva cancha de baloncesto y torres de apartamentos en Brooklyn; y no solo el histórico redesarrollo del Bajo Manhattan.  Estos proyectos son solo una pequeña parte de un cuadro mucho más grande.

“Desde la distancia, ellos son lo que se destaca para el observador casual.  Pero, si miran más de cerca, verán la delicada rezonificación cuadra por cuadra de comunidades en toda la ciudad.  Tomadas individualmente, algunas de ellas pueden parecer relativamente pequeñas en escala, y, si han sido reportadas en los medios de noticias, usualmente han sido tratadas como historias de barrios.  Pero sumen esos incrementos y verán algo dramático.

“Hemos asegurado aprobación para la rezonificación de casi 6,000 cuadras de la ciudad.  Eso es casi una sexta parte del área de la Ciudad Nueva York — más rezonificación en los últimos seis años de lo que se logró desde 1961 bajo los últimos seis alcaldes combinados.

“Cuando se añaden las 18 Zonas de Empreasas Industriales que hemos reservado para empleados de fábricas y almacenes en los cinco condados, el impacto acumulativo es aun mayor. El resultado es que, desde el 2002, hemos creado la capacidad para hasta 40 millones de pies cuadrados de nuevo complejo comercial — casi el equivalente del Downtown de Houston — y hasta 45,000 nuevas casas y apartamentos (suficiente para ubicar a 120,000 personas).

“Lo que es más, para el 2009, la rezonificación iniciada por nuestra Administración habrá despejado el camino para la creación de cientos de miles unidades de vivienda.  Combinadas con otras reformas reguladoras, inversiones de infraestructura pública, nuestras rezonificaciones han ayudado a impulsar un crecimiento increíble en la construcción.  Pero la única cosa más increíble que la cantidad de construcción que está ocurriendo es la calidad del diseño que ha hecho a la Ciudad de Nueva York el lugar para trabajar para casi todos los mejores arquitectos del mundo.

“Todas las grandes ciudades tienen gran arquitectura — y gran arquitectura no solo atrae a los mejores y más brillantes que quieren vivir en ella, sino también a visitantes que quieren experimentarla.  Frank Gehry, Renzo Piano, Rafael Viñoly, Diller, Scofidio + Renfro; esos son solo algunos de las estrellas brillantes en una constelación deslumbrante de arquitectos que están trabajando hoy en Nueva York. Ellos dejarán un legado estético que añadirá valor a nuestra economía por años futuros.

“Realizar una labor ardua en el uso de suelos para maximizar la inversión privada no tiene el atractivo político de reducir impuestos, pero puede tener un impacto mucho mayor.  Ahora, eso no significa que no podemos hacer ambos, por lo que hemos eliminado el impuesto a la venta de ropa y calzado, y es por lo que estamos trabajando ahora mismo para convencer a Albany de que reduzca el impuesto para corporaciones S, el cual recortará impuestos para pequeños negocios.

“Ya sea recortando impuestos o modernizando el código de construcción, o asumiendo la carga de revisiones medioambientales, o realizando rezonificaciones en forma proactiva.  Siempre estamos trabajando para reducir obstáculos que limitan la inversión privada para que Nueva York siga creciendo, siga cambiando, siga dirigiendo.

“En conclusión, pensaba dejarlos con una cita de alguien que conoce a Nueva York tan bien como cualquiera: Pete Hamill.  En su libro “Downtown”, él escribió: ‘En Nueva York, el presente se convierte en pasado más rápidamente que en cualquier otra ciudad del mundo’.  Cuando eso deje de ser verdad, Nueva York dejará de ser la ciudad más grandiosa del planeta.

“Pero les puedo garantizar: No va a pasar en mi turno.  El futuro de nuestra ciudad brilla con promesa; y los mejores días de Nueva York están aún por venir.  Gracias, y disfruten el resto del programa.







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