“Aplaudo a la Oficina de Responsabilidad Gubernamental (GAO, en inglés) por reconocer que el Gobierno federal debe asegurar que las pruebas, monitoreo y tratamiento estén disponibles para todos los que respondieron a los ataques terroristas al World Trade Center el 11 de septiembre del 2001.  Estos servicios son críticos para identificar y atender los impactos de salud del 11 de Septiembre, incluyendo los que surjan en el futuro.  El informe señala además que el financiamiento ad hoc e inestable que el Gobierno federal ha provisto hasta el momento no satisface las necesidades de miles de socorristas y otras personas que participaron en la recuperación de la Ciudad luego de los ataques. 

“Por ello, he solicitado al Congreso y la Administración Bush que provean los recursos necesarios para desarrollar programas de pruebas, monitoreo y tratamiento para todos los afectados por los ataques del 11 de Septiembre.  El informe menciona que los estimados de costo de estos efectos no son precisos, pero además no hay duda de que se necesitan recursos federales sustanciales para cumplir en el futuro inmediato nuestro compromiso de cuidar a los que hoy están enfermos — y crear la capacidad de identificar y responder a enfermedades que aparezcan mañana.  El Gobierno federal deben actuar rápidamente a fin de proveer los recursos para esta necesidad urgente”.