El alcalde de Blasio pronuncia discurso sobre el futuro de la Ciudad de Nueva York

April 10, 2014

Video disponible en: http://www.youtube.com/watch?v=4HY587Lj-EM

Gracias. Muchas gracias. Gracias a todos por estar aquí. Quiero agradecer especialmente a Jennifer Jones Austin por su extraordinaria introducción, pero más importante, por su extraordinaria labor ayudándonos a construir esta administración y a hacer los cambios que estamos haciendo en esta ciudad. Tenemos una deuda de gratitud con ella por haber desempeñado un rol de liderazgo tan importante en nuestra transición. Démosle gracias.

Y agradezcamos a Katherine Ponce de León por dirigirnos de una forma tan bella en el juramento de lealtad.

Agradezco a todos los funcionarios electos, a todos los comisionados y funcionarios municipales, a todos los amigos que están con nosotros hoy por acompañarnos al marcar esta ocasión. Pero tengo que agradecer especialmente a mi pareja en todo lo que hago, la persona en quien pienso y sueño, y la persona que ha estado conmigo en cada paso del camino, la primera dama de la Ciudad de Nueva York, mi esposa Chirlane McCray.

Tenemos mucho que celebrar. Tenemos mucho por lo que estar agradecidos, pero nuestros corazones aún están muy dolidos hoy. Ayer perdimos a un buen hombre. Perdimos al oficial Dennis Guerra, del Departamento de Policía (NYPD, en inglés) de la Ciudad de Nueva York. Y quiero que entiendan lo que esto significa en términos humanos — un padre casado de cuatro hijos, apenas 38 años de edad, un héroe, un hombre que se enfrentó al peligro para intentar salvar a otros, y lo vio como su deber y su responsabilidad. Perdimos a alguien que ejemplificó todo lo que es bueno sobre la Ciudad de Nueva York, y mi corazón está con su familia. Sentimos su pérdida con ellos. Y quiero pedirles que los tengan en sus oraciones, y también pedirles que tengan en sus oraciones a la oficial de policía Rosa Rodríguez, quien está aún en condición crítica, luchando todavía por su vida. Recuérdenla y recuerden a su familia. Ella es también una heroína. Y necesita nuestras plegarias y apoyo en este momento.

Y ellos representan las tradiciones más desinteresadas y nobles de esta ciudad. Y tengamos un momento de silencio por el oficial Guerra.

Quiero tomar un momento para agradecer a todos en Cooper Union, este tesoro extraordinario de la Ciudad de Nueva York. Quiero agradecer al presidente Bharucha por su liderazgo, y quiero agradecer a la facultad, a todos los trabajadores aquí en Cooper Union y a todos los estudiantes que hacen de este lugar una de las grandes instituciones de esta ciudad.

Es un honor especial estar aquí porque este escenario es famoso por más de un siglo y medio por ser uno de los sitios donde neoyorquinos se reúnen a pensar, a hablar, a soñar. Y es parte de una — una institución que siempre ha tenido los estándares académicos más altos, pero siempre ha creído en la inclusión. Es de creer que todos merecen una oportunidad de tener la extraordinaria educación que se da aquí.

Ustedes oyeron al presidente; este es un escenario donde científicos y artistas y presidentes y alcaldes han hablado. Y hablado ante almas apasionadas y mentes curiosas a través de las generaciones — gente que busca la verdad y gente que intenta hallar el sentido a los tiempos en que viven y el lugar hacia donde nos dirigimos.

Así que nos encontramos en un ambiente perfecto para discutir todo lo que nuestra ciudad es y todo lo que somos capaces de hacer cuando damos lo mejor de nosotros.

Una de las personas más distinguidas en subir a este escenario en la historia, Abraham Lincoln, dijo aquí mismo en Cooper Union, “Tengamos fe de que hacer las cosas bien da poder”.

Y ese es el espíritu que traemos a esta labor.

Cuando esta Administración fue juramentada hace 100 días, seguramente hubo algunos que no sabían qué pensar de nosotros — no solo de mí, sino de todos ustedes, de toda la gente que ayudó para que llegáramos aquí.

Así que permítanme tomar un momento para decirles qué somos.

Esta administración es producto de la política de movimientos.

Pero el movimiento del que somos parte no define los límites de sus filas por la exclusividad.

En su lugar, es un movimiento de gente que comparte una visión — gente en cada condado, de todos los orígenes y de cada nivel de ingresos que cree en las tradiciones progresistas de nuestra ciudad.

En los últimos 100 días, hemos sido inspirados por el apoyo de tantos neoyorquinos — padres de familia que trabajan y jubilados, docentes de escuelas y líderes empresariales.

Y lo que todos compartimos es una visión de una ciudad progresista: una ciudad que es gestionada con los estándares más altos de efectividad y profesionalismo, una ciudad que respeta la dignidad de todos, una ciudad que honra nuestra orgullosa tradición de inclusión e igualdad.

Acogemos a todos los neoyorquinos en esta labor porque creemos que estamos en nuestro mejor momento cuando todos tienen una oportunidad de alcanzar sus sueños.

Alguna gente no sabía con seguridad qué pensar de nuestra agenda progresista para reducir la desigualdad y restaurar la oportunidad. Pero ahora están empezando a ver.

Porque la política del tipo en que creemos no mide el éxito por cifras en encuestas, sino por acciones.

Creemos en el gobierno impulsado por la gente a nivel local.

Juzgamos el éxito por los resultados — si marcamos una diferencia en las vidas de gente real en cada vecindad en los cinco condados.

Ahora, la visión que estamos avanzando no es nueva para nuestra ciudad — el progresismo, la oportunidad, la inclusión, la justicia — estos valores son parte del código de ADN de Nueva York.

Nueva York siempre ha estado en el centro del progresismo en Estados Unidos. Esta es la ciudad donde trabajadores corajudos fueron pioneros en el movimiento sindical; donde se formó la NAACP (o Asociación nacional para el avance de gente de color) y donde las protestas de Stonewall lanzaron el movimiento de derechos de homosexuales, lesbianas, bisexuales y transexuales (LGBT, en inglés); la ciudad de la Estatua de la libertad, el último símbolo de las puertas abiertas y oportunidades incomparables para gente de cada rincón del planeta.

No fuimos enviados al Ayuntamiento a cambiar el carácter de Nueva York. Ustedes nos enviaron aquí a restaurar el orgulloso legado de Nueva York como la ciudad progresista. Ustedes nos enviaron aquí para mantener la sagrada promesa de nuestra ciudad hay lugar para todos, y todos tenemos voz.

No nos enviaron a la Alcaldía para cambiar el carácter de Nueva York; ustedes nos trajeron aquí para restaurar el orgulloso legado de Nueva York como la ciudad progresista. Y para preservar la sagrada promesa de que en Nueva York hay lugar para todos y que todos tenemos voz (en español en el original).

Nuestra crisis de desigualdad — la Historia de dos ciudades que hemos estado viviendo por años y años — amenaza nuestra identidad, y amenaza al tipo de ciudad que seremos.

Restaurar una Nueva York progresista, esa es nuestra visión y es lo que ha impulsado los pasos que damos, y es lo que impulsa los pasos que daremos en el futuro, unidos.

Sin embargo, puedo decirles, en los primeros 100 días, ya hemos logrado grandes avances. Y quiero agradecer a todos en esta sala los que han sido parte de ello. Ustedes saben que tuve una oportunidad durante el espectáculo del Inner Circle que los medios de comunicación organizan cada año — tuve la oportunidad de interpretar a uno de los grandes neoyorquinos de la historia de la televisión, a Ralph Kramden, interpretado por Jackie Gleason.

Y si él estuviera aquí — si Ralph Kramden estuviera aquí, él diría en este momento ‘qué dulce es’.

En una ciudad progresista, el gobierno debe desempeñarse con el más alto nivel de efectividad y profesionalismo. Es la forma como mantenemos la fe del pueblo. Es como le mostramos nuestra intención de honrar su confianza. Y suena sencillo, pero les aseguro que no lo es.

Empieza con encontrar a las mejores personas, las más talentosas, para servir a los demás — sin importar el sacrificio que signifique para ellos. Gente que dará de sí a esta ciudad — muchas de ellas están aquí — los líderes de nuestras agencias municipales, gente que trabaja para hacer que este lugar funcione, y está trabajando para hacerlo mejor. Por favor denles un aplauso para agradecer a todos ellos.

Mucha gente me dijo en los meses antes de llegar a la Alcaldía que sería difícil hallar buen talento, mucho menos talento excelente. Pero conozcan a nuestros vicealcaldes y directores de nuestras agencias y a toda la gente que están haciendo que este proyecto, este plan, se organice, que han hecho posibles estos 100 días — y los hará más orgullosos de ser neoyorquinos.

Ahora, si los neoyorquinos no pueden confiar en que su ciudad proveerá servicios básicos, todas las demás cosas que estamos haciendo — todo el resto de nuestra visión para una ciudad progresista — significarán muy poco.

Mantener a los neoyorquinos seguros y proveer los servicios esenciales que los neoyorquinos necesitan fue, es y siempre será el primer trabajo.

Nunca hemos perdido de vista este primer trabajo — sin importar cuántos desafíos hemos enfrentado.

Sí, no esperábamos uno de los inviernos más nevados en la historia registrada de la ciudad. Las estadísticas se remontan literalmente al tiempo en que Abraham Lincoln estuvo en este escenario.

Y tuvimos los meses de enero y febrero más nevados en la historia. Así que aprendimos haciendo el trabajo. Pero les diré, nuestros empleados de sanidad pública y de todas las agencias municipales involucradas realizaron una labor extraordinaria para mantener limpia a esta ciudad.

Y luego, una mañana, sin advertencia alguna, tuvimos la tragedia en East Harlem. En un momento, la vida era normal, y el próximo, todo estaba en ruinas para tantas familias. Y nuestros socorristas tuvieron un desempeño extraordinario Quiero agradecerles a todos ellos, particularmente a nuestros bomberos, quienes hicieron tanto para salvar a personas.

Y la comunidad de East Harlem se unió, los unos por los otros, protegiéndose, consolándose, apoyándose. Y neoyorquinos de toda esta ciudad cerraron filas para ayudar a la gente de East Harlem.

Y entonces, cuando llegamos a la Alcaldía, experimentamos un tipo diferente de reto y un tipo diferente de tragedia — la creciente epidemia de muertes de peatones. Y vimos ante nuestros ojos un problema creciendo cada día, amenazando las vidas de nuestras familias y nuestros niños. Y es por eso que implementamos inmediatamente el plan Vision Zero, para lograr inmediatamente un mejor desempeño en proteger a nuestra gente. Y me enorgullece decir, aunque este plan acaba de empezar, aunque solo se han dado los primeros pasos, que en el primer trimestre de este año — comparado, debo decir, con el primer trimestre del año pasado — la cantidad de muertes en el tránsito ha disminuido 26 por ciento.

Y cuando se trata de la seguridad pública en general, el comisionado Bratton y los hombres y mujeres del Departamento de Policía (NYPD, en inglés) están haciendo cosas extraordinarias cada día, y las están haciendo a la vez que construyen una relación más sólida entre la policía y todas nuestras comunidades. Ellos están manteniendo una delincuencia baja a la vez que sanan la relación y acercan a las comunidades y la policía. Y eso es algo por lo que todos deberíamos estar agradecidos.

De nuevo, comparando el primer trimestre de este año con el primer trimestre del año pasado, los homicidios han descendido en 9.5 por ciento, las balaceras han caído 3.4 por ciento, los robos han disminuido 7.2 por ciento. Y en general, el crimen ha descendido. Todo esto ha sido hecho por los extraordinarios hombres y mujeres de los que dependemos cada día. Y ellos han continuado, pero es realmente — es algo que tenemos que evaluar todo el tiempo. Ellos continúan manteniéndonos seguros, y están trabajando cada día para construir una colaboración más profunda entre la policía y la comunidad.

Entonces, tenemos que asegurar que el gobierno equilibre su contabilidad. Y tenemos que ser honestos con la gente de esta ciudad sobre los desafíos que vinieron con eso. Así que produjimos un presupuesto preliminar que era fiscalmente responsable, transparente y progresista para mantener a esta ciudad sobre una base sólida para que pudiéramos hacer todas las cosas que pensamos hacer en el futuro.

Y finalmente, evaluar el trabajo diario del gobierno, esa base que tenemos que establecer cada uno y todos los días para que podamos construir con miras a una mejor ciudad, yo diría que nada identifica la labor mundana del gobierno mejor que el rellenar baches.

Ustedes pueden notar la diferencia cuando los baches han sido rellenados y cuando no lo han sido. Bien, equipos de nuestro Departamento de Transporte (DOT, en inglés) — permítanme decirles algo que es realmente extraordinario: El año pasado, los equipos del Departamento de Transporte rellenaron 115,000 baches en el primer trimestre. Este año han rellenado casi 289,000 baches.

Eso es algo para enorgullecerse.

Así que el tipo de excelencia en el gobierno de la que estoy hablando es crucial para restaurar a Nueva York como la ciudad progresista, pero de ninguna manera es suficiente.

En una ciudad progresista, somos honestos, reconocemos que la creciente desigualdad es la crisis de nuestros tiempos, y contradice todo lo que sabemos que es bueno sobre esta ciudad.

Durante toda nuestra historia, Nueva York ha sido el centro global de la oportunidad y el progreso, el comercio y la cultura.  Nuestros pequeños confines geográficos han producido innumerables líderes e innovadores, desde las finanzas hasta el teatro y la educación. Este ha sido un lugar donde las ganas, la creatividad y, sobre todo, el trabajo duro, han sido recompensados. El trabajo siempre ha sido recompensado.

Pero ahora tenemos que luchar para mantenerlo así. Porque ahora, para tanta gente en Nueva York — para tanta gente buena y laboriosa — incluso las cosas básicas se han convertido en una lucha. Las cosas que pensamos que la gente debería poder tener al levantarse y depender de ellas cada día, las cosas que pensamos que deberían ser obvias — un lugar decente para vivir, el ingreso para sustentar a una familia, un futuro mejor para sus hijos. En la Nueva York de hoy, la gente está luchando solo para lograr esas cosas básicas. Y tenemos el deber de ayudarlas a mejorar, ayudarlas a asegurar que cada neoyorquino pueda tener esas garantías nuevamente.

Tenemos que recordar que los mejores y los más brillantes nacen en cada vecindad, en cada área postal.

Y lo que marca a una sociedad justa es que les permita alcanzar su potencial.

Pero ahora no estamos en esa situación. Y si no podemos llegar ahí de nuevo, nos arriesgamos a perder tanto de lo que hace que Nueva York sea Nueva York.

Así que hablemos sobre las cosas que necesitamos hacer.

En una ciudad progresista, hay igualdad de oportunidades de educación para cada niño. Cada niño.

Cuando emprendimos nuestras gestiones, dijimos que las cosas que íbamos a hacer, los cambios que haríamos, no serían solo en un vecindario o el otro. No sería solo un programa de prueba. Nuestra meta era crear algo universal, porque los problemas eran tan profundos. No podíamos solo ayudar a unos cuantos, teníamos que llegar a todo el conjunto. Teníamos que alcanzar a todos. Y les diré que cuando hacemos eso, cuando realizamos ese tipo de inversión — cuando es algo para toda la ciudad, toda la sociedad — la gente puede sentir que representa nuestros valores y nuestras prioridades. ¿Y saben quién lo siente más? Nuestros hijos. Nuestros hijos saben cuándo se está invirtiendo en ellos. Ellos saben cuándo pensamos que realmente son nuestro futuro, porque invertimos en ellos.

Así que dimos pasos para esa visión. Y en estas últimas semanas, aseguramos la mayor financiación estatal para pre-K en la historia del Estado y la Ciudad de Nueva York.

Cuando digo ‘aseguramos’, me refiero a todos en esta sala, ya que ustedes marcaron la diferencia. Ahora, a partir de este mes de septiembre, decenas de miles de niños adicionales en Nueva York tendrán pre-kindergarten de día completo — decenas de miles más.

Y hay cínicos ahí afuera intentando convencernos a veces de que las cosas que vemos ante nuestros propios ojos no son ciertas. Pero permítanme recordarles las investigaciones, porque el jurado está de vuelta y las investigaciones son claras — el pre-K es una de las mejores cosas que podemos hacer para iniciar a los niños en una carrera educativa exitosa, y una vida exitosa en el futuro.

Estudios han mostrado una y otra vez que los niños que tienen pre-K de día completo de alta calidad — exactamente el tipo que produciremos — están mejor preparados para empezar la escuela que aquellos que no lo tienen. Tienen un mejor vocabulario y destrezas en matemáticas.  Tienen una probabilidad menor de convertirse en delincuentes más tarde en la vida. Tienen una probabilidad mayor de ser empleados consistentemente más tarde en la vida.

Esos son los estudios, esas son las investigaciones académicas. Permítanme hablarles de algo que vi hace apenas unos días. Estaba leyendo una obra “notable” de literatura, “La oruga muy hambrienta (“The Very Hunger Caterpillar”, en inglés) a una clase de pre-K. Afortunadamente la había leído muchas, muchas veces antes a Dante y Chiara. Estaba listo para todos los giros de la historia. Estaba leyéndola a una clase de pre-K en la Escuela pública (PS) 239 en Ridgewood, Queens. Uno de los estudiantes no había hablado mucho. Muchos estaban muy involucrados, muy activos, pero un niño de 4 años en la parte trasera del aula se atrevió finalmente, levantó la mano y tuvo una palabra que quería compartir con el resto de la clase, una de las palabras del vocabulario que habían aprendido por haber leído este libro.

Así que este niño de 4 años antes tímido en Queens levanta su mano y yo le doy permiso. Y él dice orgullosamente, “¡Metamorfosis!”

Si eso es lo que el pre-K hace, quier mucho más pre-K.

Y además de eso, miles de estudiantes tendrán acceso a programas extracurriculares que nunca tuvieron antes. Nuestra meta es asegurar que cada estudiante de intermedia en esta ciudad tenga programas extracurriculares gratis para que estén seguros, estén aprendiendo —

Y para que sus padres puedan ir a trabajar un poco menos preocupados.

Hace poco visité un programa extracurricular en la Escuela intermedia (MS) 331 en el sector Morris Heights del Bronx. Ahí van — El Bronx está presente.

Fui con la canciller Fariña y ambos quedamos asombrados con lo que vimos.

Es un programa maravilloso — ofrecía todo desde ayuda con tareas hasta artes y cultura.

Y vimos a un grupo de chicas de intermedia, y estaban dando unos pasos de baile. Y eran precisas y estaban enfocadas, y eran energéticas, y estaban ayudándose mutuamente. Estaban trabajando para mejorar con cada intento. Y empecé a hablar con ellas, y ellas hablaron sobre cada una y cómo una había sido tímida hasta que entraron en un programa extracurricular, cómo una no participaba en la clase hasta que entraron en un programa extracurricular. Una de ellas dijo que no había su tarea tanto hasta que entró en un programa extracurricular.

Estas eras niñas llenas de energía y vida y propósitos y esperanza, y estaban seguras. Y estaban mejorando cada día. Y de eso es que se tratan los programas extracurriculares.

Hay mucho que hacer en una ciudad progresista. Y en ese tipo de ciudad, la lucha agresiva contra la delincuencia y honrar la dignidad de todos los neoyorquinos no son ideas mutuamente exclusivas. Son ideas que van de la mano.

Hemos empezado una nueva era en la relación entre el NYPD y las comunidades a las que presta servicio.

Y quiero darles un ejemplo de justo cuánto ha cambiado, justo cuánto hemos avanzado todos en un camino juntos en los últimos dos años.

Hace unos años, un joven llamado Nicolas Peart, un joven de Harlem, escribió una opinión editorial — una opinión editorial muy poderosa — en el New York Times que decía que, pese a intentar hacer todo bien — yendo a la escuela y luchando por sus sueños y acatando la ley — él ya había sido parado y revisado cinco veces. Y esto había tenido un costo para él. Pero, en vez de meterse en su concha, él decidió actuar. Nicolas se unió con otros, entabló una demanda de derechos civiles. Una de las demandas, me enorgullece decir, fue zanjada por nosotros recientemente.

Y esta es la realidad. Él es un joven bueno. Es el tipo de joven que queremos construyendo el futuro de esta ciudad. Pero estaba siendo descontado. Estaba siendo tratado como parte del problema. De hecho, todo el tiempo, él era parte de la solución. Y él respondió a la injusticia que experimentó con madurez, con inteligencia, con tenacidad. Él trabajo usando el sistema y mostró que el sistema podía funcionar. Así que, en una ciudad progresista, celebramos a un joven que fue una vez humillado, y ahora podemos verlo como un ejemplo para todos nosotros.

Justo esta semana, pude ver más del cambio que está ocurriendo cuando hablé a una nueva clase de cadetes del NYPD. Y verlos fue realmente una inspiración. Hombres y mujeres jóvenes de todas las procedencias, de cada rincón de la ciudad. Ellos trabajaron tan duro para llegar a la academia. Ellos creyeron en esta ciudad. Ellos creyeron en el servicio público. Ellos quieren ayudar a otros. Y ahora están recibiendo un tipo diferente de entrenamiento — entrenamiento que se concentra en desarrollar colaboraciones, desarrollar fe y confianza entre la policía y la comunidad — por el bien de todos, y por la seguridad de todos Y ellos acogieron esa visión. Y son parte del futuro venturoso de Nueva York.

Ahora, en la ciudad progresista, nos aseguramos de que la gente esté segura en muchas maneras. Nos aseguramos de que estén seguras de trastornos económicos. Nos aseguramos de que algo tan simple como una enfermedad no signifique salarios o empleos perdidos. Y es por ello, justo en estas últimas semanas, que promulgué legislación que incrementó y extendió la cobertura de pago de licencias por enfermedad para medio millón más de neoyorquinos.

Vamos a honrar a la familia. Vamos a honrar el trabajo. Tenemos que dar a la gente una oportunidad de lograrlo. Tenemos que darles alguna estabilidad. Tenemos que estar ahí para ellas cuando las cosas andan mal. El pago de licencias por enfermedad es una de esas cosas sencillas pero fundamentales que hacemos para ayudar a la gente a capear las tormentas de sus vidas, para ayudarlas a estar presentes para sus hijos cuando sus hijos están enfermos y saber que no perderán ese pago crucial de un día, o dos días, o una semana, que tan pocos neoyorquinos pueden permitirse perder.

Y a propósito, por años y años, pese al arduo trabajo de tanta gente en esta ciudad, no pudimos ni conseguir una votación de esta legislación. Pero ahora es la ley de la Ciudad de Nueva York, y estamos orgullosos de ese hecho.

A propósito, el pago de licencias por enfermedad no solo protege a la gente trabajadora, también ayuda a construir excelentes empresas. Cada vez más, estoy hablando con dueños de negocios por toda esta ciudad que reconocen y acogen la idea de que una fuerza laboral más sana es buena para todos, que una fuerza laboral que sea respetada y cuidada es algo bueno para todos. Ellos entienden que eso desarrolla lealtad, que desarrolla productividad, que desarrolla longevidad y puestos de trabajo.

Y les diré, promulgamos la legislación en una compañía increíble, Steve's Ice Cream en Greenpoint, Brooklyn. El dueño de la empresa, David Stein, nos explicó a todos que él creía en crear un producto de calidad. Para hacer eso, él necesitaba trabajadores de calidad. Él necesitaba trabajadores comprometidos. Él necesitaba trabajadores que sintieran que la compañía era algo especial para ellos, y que el trabajo que hacían fuera especial para ellos. Así que él cree en el pago de licencias por enfermedad porque quiere que sus trabajadores sepan que también se invierte en ellos. Y puedo decirles que fue inspirador. Y sentí que lo que debía hacer era probar el sabor para afirmar su filosofía, y es cierto que la devoción de sus trabajadores ha creado un helado fabuloso.

Y en una ciudad progresista, hacemos todo lo que podemos para asegurar que la gente pueda costear el vivir en y permanecer en las vecindades que aman. Eso es parte de lo que hace que Nueva York sea lo que es. Una mezcla de todos nosotros. Un lugar para todos. Así que hemos empezado a cumplir nuestra promesa de crear 200,000 unidades de vivienda asequible que esta ciudad necesita desesperadamente.

Déjenme poner eso en términos humanos. Eso será suficiente vivienda para de 400,000 a 500,000 neoyorquinos. Ahora, a la vez, estamos creando empleos. Y nos enfocaremos en asegurar esos empleos de construcción mientras que creamos esa vivienda, los empleos de mantenimiento mientras que creamos esa vivienda — que tantos de ellos como sea posible irán a residentes de las comunidades en las que se está construyendo la vivienda. Tenemos que crear oportunidades para ellos.

Y como muchas, muchas personas me preguntaron en la campaña el año pasado, ¿qué significa ‘asequible’? Una de las preguntas que recibí más frecuentemente de — saben, los neoyorquinos tímidos y recogidos. Pocas veces te dicen lo que están realmente sintiendo. Mucha gente quería saber eso. Así que creemos en vivienda asequible que alcance a toda la gama de ingresos. Gente que gana el mínimo hasta gente que consideraríamos de clase obrera, y de clase media. Necesitamos que todos tengan una oportunidad.

Así que hemos buscado, desde el principio, cada oportunidad de hacer más, de decir a la industria inmobiliaria: Trabajaremos con ustedes, pero el público debe tener su parte justa. Miramos el plan de Domino Sugar en Brooklyn. Dijimos, creemos que podemos conseguir más. Y entonces, como resultado de negociaciones duras pero justas, ahora habrá 110,000 pies cuadrados más de vivienda asequible en ese proyecto.

En total, más de 700 unidades de viviendas permanentemente asequibles — 32 por ciento del total de unidades en ese proyecto serán asequibles.

Miramos el desarrollo de Hudson Yards — una parte muy importante del futuro de esta ciudad. Dijimos que tenemos que asegurar que cree más oportunidades para la gente. 1600 empleos en ese desarrollo no estaban programados para pagar sueldos dignos. Pero sentimos que era importante para la gente trabajadora el conseguir suficiente dinero para poder alimentar a una familia, para realmente cuidar de sí mismos. Y ahora, basados en negociaciones duras pero justas, esos 1,600 empleos pagarán un sueldo digno.

En East New York, empezamos las obras, hace apenas unos días, en un increíble proyecto de vivienda asequible llamado Livonia Commons. Es un proyecto de múltiples etapas que creará 278 unidades de vivienda asequible. Y como gran reconocimiento a todos los involucrados, hubo un compromiso de contratar a nivel local, de trabajar con organizaciones comunitarias en East New York, para asegurar que gente que a menudo no ha tenido la oportunidad pudiera finalmente conseguirla, creando las viviendas de las que se beneficiaría su propia comunidad. Ese es el rumbo que tomarán nuestros planes en el futuro. Ese es el rumbo en el que creemos para crear una ciudad más justa.

Entonces, ustedes me han oído hablar de algunos de los pasos que hemos dado y por qué los hemos dado. Ahora me gustaría tomar solo un momento para que ustedes oigan de algunos neoyorquinos que han visto esta visión de una ciudad progresista funcionando, y les dirá lo que significa para sus vidas. [Reproduce un video].

Algunos de estos elocuentes neoyorquinos se encuentran aquí hoy. Permítanme agradecerles. Kassim Hinds, el obispo Eric Garnes, Juan Carlos Rivera y Elizabeth Caquias. Y sus historias son apenas unos cuantos ejemplos poderosos de lo que significa un verdadero cambio. Y hay mucho más por venir.

Hemos realizado nuestro comienzo en estos últimos 100 días. Y Platón escribió: “El comienzo es la parte más importante de toda labor, ya que es el momento en el que se está formando el carácter”. Así que esa declaración simboliza lo que sentimos en cuanto a estos 100 días. Los temas, las ideas en las que nos enfocamos — de la eficacia gubernamental, la igualdad y la inclusión — son las mismas que guiarán toda nuestra labor en los meses y años que siguen al abordar algunos de los mayores retos que enfrentamos.

Hablemos por un momento sobre la educación. Nuestras metas, nuestras creencias, nuestra misión es llegar a todos los niños. Empieza con inversiones tales como el pre-K de día completo para todos y programas extracurriculares para cada estudiante de intermedia. Esos son cambios estructurales. Esos son cimientos que establecemos para cambios más grandes. Y, de nuevo, son universales en naturaleza, ya que no vamos a arreglar algo que está averiado con medidas a medias y pasos pequeños.

Hace unas semanas hablé en la iglesia Riverside (Church). Planteé una visión para mejorar escuelas vecinales por toda la ciudad. Y una de las cosas más fundamentales que dije es que no permitiremos por más tiempo la idea de una escuela que no puede ser arreglada o una escuela vecinal en la que los padres no se sienten cómodos enviando a sus hijos. Eso tiene que ser algo del pasado de la Ciudad de Nueva York.

Así que los cambios grandes, como el pre-K y programas extracurriculares, no solo ayudan a los niños y familias que se benefician de inmediato — empiezan a mejorar todo nuestro sistema escolar. Año tras año, generación tras generación, cada año tendremos a estudiantes mejor preparados, mejor apoyados con más tiempo en las aulas. Y eso levantará a todas las embarcaciones.

Pero hay mucho más por hacer. Tenemos que enfocarnos en los padres porque con demasiada frecuencia en años recientes, los padres fueron tratados como espectadores.

Permítanme decir, como padre con un hijo en una escuela pública de la Ciudad de Nueva York, que no somos espectadores — somos parte interesada.

Y acoger sistemáticamente el rol de los padres en la educación de sus propios hijos, involucrarlos estratégicamente, hacerles más fácil el participar en el mejoramiento de sus propios hijos, facilitarles el participar en el mejoramiento de sus escuelas — eso es lo que pensamos hacer.

Y sabemos que la mejor forma de aprovechar lo que ya hemos empezado es continuar trayendo decentes de la más alta calidad. No basta solo reclutarlos. No basta contratarlos por un año. Tenemos que mantenerlos. Y en esta área, lamentablemente, la Ciudad de Nueva York ha estado retrocediendo en años recientes. En 2008, solo 15 por ciento de los maestros en mitad de su carrera renunciaron. Para 2013, cinco años más tarde, esa cifra se había triplicado a 43 por ciento. Maestros dedicados y capaces dejando la profesión o dejando el trabajo de nuestras escuelas por otros sistemas escolares — tenemos que darle vuelta a eso. Tenemos que atraer a los mejores y los más brillantes, seguir entrenándolos y hacerlos mejores, hacerlos seguir altos estándares y mantenerlos para que nuestro sistema escolar pueda avanzar.

Y, como todos los padres saben, donde sea que podamos, cuando sea que podemos, particularmente en los grados más bajos, tenemos que empezar el trabajo de reducir el tamaño de las clases, ya que eso es tan fundamental para mejorar la calidad educativa.

Así que queremos enfocarnos en las cosas que son intrínsecas — la educación para la primera infancia, extender el día de clases hasta programas extracurriculares, involucrar a los padres más profundamente en la educación de sus hijos, reclutar y mantener a los mejores docentes, reducir el tamaño de las clases. Estos son fundamentos. No han tenido siempre la atención que merecen — seguramente no consiguen la inversión que merecen. Pero así es cómo se hace el cambio.

Vamos a asegurar que menos y menos niños estén en remolques porque no se puede aprender el camino en un remolque; se puede hacer en un aula.

Pero les diré lo que no haremos. No continuaremos una política errónea — una política que ha frustrado a los padres tan profundamente, que nos ha llevado por el camino equivocado, que ha distorsionado nuestras asunciones sobre lo que es la verdadera educación. En todas las formas que podamos, vamos a alejarnos de las pruebas de alto impacto.

Porque no es razonable que al evaluar a un niño o a cualquiera de nosotros, haya tanto más en ello que una simple prueba estandarizada. Vamos a estudiar todas las medidas, todas las cosas que componen el trabajo de nuestros jóvenes. Y me siento muy, muy orgulloso de decir que ayer, nuestro Departamento de Educación (DOE, en inglés), encabezado por nuestra extraordinaria canciller Carmen Fariña, dio un paso histórico, reduciendo formalmente la dependencia en pruebas estandarizadas para 3er a 8vo grados — un gran comienzo en hacer una reforma que necesitamos desesperadamente.

Así que, como dije en la iglesia Riverside, haremos este trabajo. Lo haremos juntos. Lo haremos a nivel local. Lo haremos en una forma inclusiva. Porque necesitamos que todos nuestros niños triunfen. No importa si asisten a una escuela pública tradicional, una escuela pública independiente (o “chárter”), una escuela religiosa — todas ellas conformarán el futuro de Nueva York. Y trabajaremos con todas ellas para hacerlo bien.

Permítanme hablarles rápidamente sobre unas cuantas áreas más donde tenemos que hacer cosas de manera distinta. Saben, casi medio millón de neoyorquinos residen en viviendas públicas — casi medio millón de personas que solo están pidiendo imparcialidad. Por mucho tiempo, pareció que los gobiernos locales no asumían totalmente sus deberes con la Autoridad de Vivienda (NYCHA, en inglés). Se hablaba mucho del control del alcalde a la educación — con razón. No se hablaba mucho del deber de la Alcaldía para con la Autoridad de Vivienda. Bien, ese medio millón de personas merece ese sentido de responsabilidad y rendición de cuentas en City Hall.

Así que hemos dicho desde el principio que vamos a hacer las cosas de manera distinta, y esto empieza con la reparación de hogares de personas. Empieza con tratarlas con la dignidad y el respeto para realmente hacer que sus apartamentos sean buenos y limpios y utilizables para ellos otra vez. Entonces, proporcionamos los recursos que se habían negado a NYCHA por tanto tiempo. Permítanme darles un pequeño ejemplo. El año pasado, en reparaciones complejas necesarias en apartamentos, grandes problemas de plomería y otras cosas que requerían una mano de obra muy especializada, un residente típico esperaba un promedio de 250 días para una reparación. Ahora, este año, en la misma fecha, ellos esperan 50 días.

Pero cuando se trata de reparaciones básicas, las cosas cotidianas que importan mucho en las vidas de las personas — el año pasado, un residente típico de NYCHA esperaba un promedio de 150 días para incluso las reparaciones más básicas. Este año esperan cinco días.

Y quiero agradecer a la dirección de NYCHA y a toda la gente laboriosa allí por decir que podemos hacerlo mejor y que lo haremos mejor. Y ellos han probado que es posible.

Podemos hacerlo aún mejor. Porque hay tanto que podemos lograr en NYCHA por el bien de todos. Y he hablado de la increíble oportunidad que tenemos al hacer requipamientos de energía en todos nuestros edificios de NYCHA. Requerirá tiempo, no hay duda. Pero hará que nuestro medioambiente sea más limpio. En última instancia se pagará solo. Y, en el proceso, proveeremos empleos para la gente que vive en esos complejos. Ahora que lo mencioné, casi medio millón de neoyorquinos residen en viviendas públicas.

Permítanme darles otra categoría con casi medio millón de personas. Casi medio millón de nuestros conciudadanos neoyorquinos son indocumentados. Pero ellos siguen siendo nuestros conciudadanos.

Así que este año, este año proveeremos una nueva identificación municipal para que puedan tener una vida mejor aquí en nuestra ciudad.

Si uno no puede firmar un alquiler, si no puede conseguir una cuenta bancaria, si no puede hacer las cosas básicas, si no puede ni siquiera probar quién es, no hay realmente un sentido de pertenencia. Uno no siente que fuera respetado y acogido. Pero este medio millón de neoyorquinos están construyendo esta ciudad junto con todos nosotros cada día, y haremos las cosas mejores para ellos.

Ahora hablemos sobre otra área que afecta a cientos de miles de neoyorquinos. Y esto empieza en Brooklyn, pero es algo que estamos sintiendo por toda la ciudad. Así que muchas personas se están preguntando si habrá cuidado de salud disponible para ellos en su comunidad. Y se están preguntando, por una buena razón — porque han visto durante los últimos doce años a más de una docena de hospitales que cerraron ante sus propios ojos — instituciones que pensaron que eran sagradas y permanentes, súbitamente desaparecieron. El cuidado de salud se alejó, se hizo menos accesible.

Pero la gente necesita cuidado de salud en todas partes. Lo necesitan con igualdad. Lo necesitan con imparcialidad. En una ciudad creciente, de hecho, necesitamos más capacidad para proveer cuidado de salud. Así que dijimos que podríamos hacerlo de manera distinta. Dijimos que podríamos usar las herramientas del gobierno para proteger instalaciones comunitarias de salud — actualizarlas, modernizarlas, hacer que las finanzas funcionen mejor y de manera distinta, pero aun protegiendo siempre el cuidado de salud en el nivel local, ya que es ahí donde la gente lo necesita — en sus vecindarios. Y miren al Hospital universitario Long Island (College Hospital) en Brooklyn hoy. Justo la semana pasada se alcanzó un acuerdo para mantener el cuidado de salud en ese lugar, para mantener a esa comunidad recibiendo servicios en la forma en que merecen.

Y ese es solo el comienzo. A medida que empezamos con nuestra visión para una Autoridad de Salud de Brooklyn (Health Authority), la desarrollemos por los cinco condados, usando realmente las herramientas de los gobiernos municipal y estatal unidos, trabajando con residentes de las comunidades, escuchando sus necesidades, hallando una forma de hacer que funcione, pero empezando con la asunción de que si no se provee cuidado de salud en algún lugar alcanzable, el cuidado de salud simplemente no está disponible. Y eso no ocurrirá en nuestra ciudad progresista.

Finalmente, un grupo de tantos miles de nuestros conciudadanos neoyorquinos, quienes han experimentado algo muy difícil de describir o expresar, porque ellos experimentaron el peor desastre natural en la historia de esta ciudad cuando Sandy pasó. Y para tanta gente eso significó textualmente que todo desapareció. Sus casas completas desaparecieron. Para tantas personas, su forma de vida desapareció.

Y tengamos claro — ellos han estado esperando mucho tiempo. Esta espera no les ha dado mucha fe de que el gobierno estuvo de su parte o que la ayuda estaba en camino. Y hemos dicho que sencillamente no nos quedaríamos de brazos cruzados. Así que hicimos un compromiso: Dije que tomaremos $100 millones en fondos federales que iban a otra parte, y vamos a ponerlos en la reconstrucción de hogares para la gente a fin de que puedan restablecer sus vidas otra vez.

Hemos añadido nuevos líderes. Hemos añadidos nuevo personal. Lo hemos dicho muy claramente, de arriba hacia abajo en el gobierno municipal, esto tiene que hacerse. Y hemos hecho un compromiso — un compromiso muy público — que todos, todos aquellos cuyos hogares fueron destruidos tendrán sus hogares reconstruidos. Le debemos eso a ellos, y lo lograremos.

Así que déjenme solo hablar sobre la visión que traemos, como una forma de concluir. Porque tenemos que pensar en todas las cosas que necesitamos hacer, y tenemos que pensar en lo que da vida para que este trabajo avance. A veces hay que descomponerlo hasta los elementos básicos — ¿por qué hacemos este trabajo? ¿Por qué estamos tan involucrados en nuestras comunidades? ¿Por qué involucramos al proceso político?

Alguien que habló muy vigorosamente por un país diferente y mejor lo dijo en una forma que realmente me conmueve — Robert F. Kennedy. Él dijo: “Todo lo que hace que nuestras vidas valgan la pena — la familia, el trabajo, la educación, un lugar donde criar los hijos y un lugar donde reposar — todo esto depende de las decisiones del gobierno. Por lo tanto, nuestra humanidad esencial puede ser protegida y preservada solo donde el gobierno debe responder — no solo a los acaudalados, no solo a aquellos de una religión en particular o una raza en particular, sino a toda su gente”.

Ese sencillo concepto — que debemos responder, debemos responder, que es nuestro deber el ver claramente lo que la gente está experimentando y hacer algo para mejorar sus vidas. En eso es que creemos. Y creemos en el tipo de política que empodera a la gente.

Lo vimos el año pasado. La elección del año pasado envió un mensaje claro — la gente de esta ciudad quería un gobierno municipal que trabajaría para cada uno de los vecindarios. Y dijimos que les daríamos eso. Y en estos 100 días, hemos avanzado esa visión — la idea de que nuestra prosperidad puede ser compartida ampliamente, la idea de que todos necesitan de nuevo una oportunidad, o de otra manera la ciudad simplemente no puede funcionar como está supuesta a funcionar.

No les sorprenderá que hayamos experimentado un poco de resistencia de algunos intereses poderosos. Hay alguna gente que tiene un interés en el estatus quo y no quieren ver estos cambios. Se espera que uno experimente oposición cuando se trata de hacer cambios de esta naturaleza — no es algo de sorprender, no es nada nuevo. Nuestra responsabilidad es mirar eso de frente y continuar nuestro trabajo y profundizar nuestro trabajo.

Porque el verdadero poder — el verdadero poder reside con el pueblo.

La política del nivel local, la política vecinal, nos dice que la gente está casi siempre por delante de sus líderes. Les daré algunos ejemplos — padres que han estado luchando por la ampliación del pre-K y programas extracurriculares por décadas. Sus voces han sido finalmente oídas. Gente trabajadora que ha estado pidiendo el pago de licencias por enfermedad durante años en esta ciudad y, finalmente, sus voces han sido oídas. Neoyorquinos de todo tipo — pero especialmente padres y madres de color — que protestaron los abusos de la política de parar y revisar (stop-and-frisk, en inglés). Ellos se unieron — gente de toda la ciudad reunida en el Día de los padres de 2012 — esa marcha silente por 5ta Avenida — diciendo que no podíamos seguir así, tenemos que sanar esta herida — y finalmente sus voces han sido oídas.

En eso es que creemos — el nivel local, la voz del pueblo. Eso es lo que nos da vida. Eso es lo que me da esperanza. Eso es lo que me da fuerza. Eso es lo que me da a mí y a todos nosotros un propósito renovado todos los días.

Este escenario fue conocido por recibir a gente que desafió al estatus quo, que desafió lo que era injusto. Y un estadounidense que simbolizó esa idea fue James Russell Lowell — poeta del siglo XIX y fiero abolicionista, quien escribió en una ocasión: “Al destino le encantan los que no tienen miedo”.

Para aprovechar las grandes oportunidades de cambio hay que tener corazón y agallas. Pero los neoyorquinos, cuando se les da una oportunidad de cambio, ven lo que pueden lograr como ninguna otra gente. Y gracias a todos ustedes, hemos logrado este progreso durante estos 100 días, porque pensamos en ello desde en nivel de nuestra gente y nuestras vecindades, y lo que eso significaría.

Debido al progreso que hemos logrado, ese niño de 4 años de Ridgewood, Queens, aprendiendo conceptos científicos en pre-K, podría algún día ser un cirujano que salve vidas en uno de nuestros hospitales vecinales. Debido al progreso que hemos logrado, esa chica de intermedia en Morris Heights, practicando cuidadosamente sus pasos de danza con sus amigas, podría algún día extasiar e inspirar a audiencias en Lincoln Center o en un teatro comunitario. Debido a ese progreso que hemos logrado, una joven de St. George cambiará un día las vidas de nuestros nietos como una gran maestra. Pongan a esos niños en el camino del éxito, y nos daremos cuenta de que la pequeña inversión que hemos realizado ahora construyó nuestro futuro profundamente.

Así es como luce una ciudad progresista.

Y ustedes han mostrado al mundo que de cara a crisis de todo tipo — e incluso frente a las crisis más difíciles, más complejas, de desigualdad, que actuaremos. Y para continuar esta misión, necesitamos su ayuda. Ahora, más que nunca, necesitamos su ayuda. Necesitamos que ustedes vayan a sus comunidades y se aseguren de que las familias se inscriban en pre-K y programas extracurriculares. Necesitamos que ustedes continúen señalando el camino, que sigan mostrando a los líderes el camino, haciendo que sus funcionarios electos rindan cuentas. Necesitamos que ustedes mantengan este ímpetu de estos últimos 100 días creciendo todo el tiempo.

Tenemos mucho más por hacer, pero sabemos por lo que ya hemos logrado que puede ser hecho y se hará. Si ustedes mantienen su energía, su concentración, su impulso, no tengo dudas de que juntos construiremos, una vez más, una ciudad progresista aquí, en nuestra amada Nueva York. Gracias, y que Dios les bendiga.

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