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PARA DIFUSIÓN INMEDIATA
PR- 277-12
24 de julio de 2012

EL ALCALDE BLOOMBERG OFRECE PANEGÍRICO EN EL FUNERAL DE SYLVIA WOODS

A continuación, las palabras pronunciadas esta tarde por el alcalde Michael R. Bloomberg en la Iglesia Bautista Abisinia en Harlem.

“Buenas tardes a todos.

“Reverendo Butts, gracias.  Reverendo Flake, disfrutamos su presencia, y en particular, disfruté cuando nos dijo que Dios le dijo a usted que Él llamó a Sylvia por la comida soul.  Ustedes deben saber que Dios habló con el reverendo Butts y también conmigo ― y dijo que, en unas cuantas décadas, cuando lo llame a usted, definitivamente no será por su comida.

“De todas maneras, he estado en esta iglesia, la iglesia del reverendo Butts, en muchas mañanas de domingos para celebrar la vida y hablar un poco de cómo podemos mejorar a nuestra maravillosa ciudad.  Sin embargo, hoy nos encontramos aquí para hablar no de la vida, sino de una vida.  Y no de cómo mejorar a nuestra ciudad, sino de cómo continuar un legado que ha sido seguramente establecido e hizo a nuestra ciudad lo que es.

“Poca gente ha llegado a significar tanto para tantos como Sylvia Woods lo hizo para generaciones de neoyorquinos ― y especialmente para la comunidad de Harlem.

“El motivo no es un secreto.  Cuando se entraba por las puertas de Sylvia’s, ella hacía que uno se sintiera justo en casa.  Al igual que sus cuatro hijos, 18 nietos, sus biznietos y choznos, cuando uno se sentaba en la mesa, se hacía parte de la familia extendida.

“Y nunca olvidaré cuando celebramos su 80mo cumpleaños con ella ― y lo único que pudo compararse a su cocina ese día fue su legendaria hospitalidad.  Esa cálida bienvenida significaba mucho ― especialmente en una ciudad donde tantos han venido de tan lejos por la oportunidad para labrarse una vida mejor ― justo como lo hizo Sylvia Woods.

“Su historia es una historia 100 por ciento de la vida real en la Ciudad de Nueva York.  En su juventud, Sylvia vino desde Carolina del Sur para unirse con su madre aquí.  Tomó un empleo como camarera en un pequeño comedor en Harlem, sin seguridad laboral alguna y sin mucho ingreso.  Luego aprovechó una gran oportunidad, tomando un préstamo de la hipoteca de la granja familiar para construir un negocio y un sueño.

“Ella entregaba su corazón y alma en su empresa, y con un poquito de suerte, una tonelada de trabajo duro y unas increíbles costillas a la barbacoa — que aún llevo en el contorno de mi cintura — ella hizo a ese negocio reconocido por todo el mundo.

“Eso no es una exageración.  Y mientras hablamos, familias de todo el mundo están haciendo sus maletas para venir a visitar la Ciudad de Nueva York — incluyendo una visita a Harlem y al restaurante Sylvia’s como foco de sus planes.

“Ella trajo a todo el mundo a Harlem, y se aseguró de que todo el mundo llevase Harlem de vuelta a sus hogares.

“Hubo cosas que Sylvia hizo que beneficiaron a nuestra ciudad — y, sin lugar a dudas, muchas de ellas están en el menú.  Pero creo que las cosas más importantes e impactantes no lo están — como su dedicación a apoyar la comunidad por medio de obras de caridad.

“Esa es la Sylvia que recordaremos, y aunque la llamaron la Reina de la comida soul, fue su calidez, su gracia y su generosidad que realmente la convirtieron en realeza.

“El imperio que ella construyó perdurará.  Mientras que Sylvia ya se ha ido a casa, ella está otra vez con su verdadero amor: Herbert.  Sabemos que Sylvia’s está en buenas manos: los parientes que nos acompañan hoy.

“Si alguien conoce la receta secreta de su éxito, son ellos.  Como ella dijo, tomen ‘un poquito de esto y otro poquito de aquello, y revuelvan todo.  Pero asegúrense de poner mucho en ello’.  Ella dijo: ‘Si no tienen eso, no tienen absolutamente nada’.

“Que Dios siempre vele por ella, y que Él la bendiga y proteja a la comunidad de Harlem que ella tanto cuidó y amó, y todos en esta maravillosa ciudad nuestra.  Nos vemos en Sylvia’s”.







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