“La decisión de hoy es una injusticia para nuestros niños que ― si se permite que persista ― afectará a miles de estudiantes y pondrá en peligro a su futuro.  El dictamen pone los intereses profesionales de adultos por delante de las necesidades educativas de los niños, y contradice la decisión del Departamento de Educación del estado que autoriza el avance de nuestro plan.  Creemos que todos los estudiantes de escuelas públicas de la Ciudad de Nueva York merecen educación de la más alta calidad, y estas 24 escuelas no la estaban proporcionando.  Ejecutamos un plan para cerrar las escuelas y reabrirlas en septiembre con personal nuevo.  El plan fue permitido por ley estatal y es consistente con contratos actuales de sindicatos ― pero ahora nos arriesgamos a perder la oportunidad de contratar a una facultad eficaz dispuesta a ser parte de la nueva comunidad escolar.  Apelaremos la decisión porque no abandonaremos a los estudiantes en estas 24 escuelas”.