Formato Amistoso con la Impresora Compartir


PARA DIFUSIÓN INMEDIATA
PR- 206-12
7 de junio de 2012

EL ALCALDE BLOOMBERG PRONUNCIA DISCURSO CENTRAL EN LA CUMBRE "INTEGRIDAD PÚBLICA: ESTRATEGIAS ANTICORRUPCIÓN, DESARROLLO ECONÓMICO Y BUEN GOBIERNO" DE NEW YORK CITY GLOBAL PARTNERS

A continuación, el texto preparado para el discurso del alcalde Michael R. Bloomberg este 7 de junio en Fordham College:

“Gracias, Meyer, por tu amable introducción y por todo lo que has hecho para apoyar a New York City Global Partners.  Quiero reconocer a cuatro de mis colegas alcaldes que nos acompañan en el día de hoy: el Honorable Antonio José Ledezma, alcalde de Caracas, Venezuela; su Excelencia Hussain Nasser Lootah, director-general de la municipalidad de Dubái; el Honorable Aníbal Gaviria, alcalde de Medellín, Colombia; y el Honorable Regis Labeaume, alcalde de Ciudad Quebec, Canadá.  Y a todos nuestros ‘socios globales’, quienes han venido aquí para esta conferencia, permítanme decir con típica humildad neoyorquina: Bienvenidos a la ciudad más grandiosa del mundo.  Después de todo, yo soy el alcalde; ¿realmente esperaban ustedes que dijera algo diferente?

“Quiero reconocer a mi hermana, Marjorie Tiven, la comisionada municipal para las Naciones Unidas, Cuerpos Consulares & Protocolo, por su liderazgo en la organización de esta conferencia, y a la profesora Ester Fuchs, de la Escuela de Asuntos Internacionales y Públicos de Columbia University, por toda su ardua labor en esta conferencia.

“También quiero agradecer al Padre McShane, a Michael Martin, decano de la Escuela de derecho, y a toda la comunidad de Fordham University por presentar la conferencia de hoy, que se ajusta perfectamente a una de las más dignas tradiciones de esta escuela.  Porque, cuando se trata de prevenir el abuso de la autoridad pública y privada para provecho personal, y de proveer servidores públicos de integridad incuestionable ― pocas escuelas tienen historiales que puedan compararse al de Fordham.  Dos ejemplos en particular me llegan a la memoria.

“El primero es John Feerick, exdecano distinguido de la Escuela de derecho de Fordham y autor del informe de la Comisión Feerick, un trabajo esencial sobre el fortalecimiento de la honestidad en el gobierno en Nueva York.  Y el segundo es alguien de quien ustedes ya han oído hoy.  Ella no es solo una graduada de la Escuela de derecho de Fordham; también es, en mi opinión, la líder más distinguida que el Departamento de Investigación de la Ciudad de Nueva York (DOI, en inglés) ha tenido jamás: la comisionada Rose Gill Hearn.

“Al igual que Fordham, la agencia que Rose encabeza tiene su propia historia digna.  Hoy, como lo ha hecho por casi 140 años, el Departamento protege con dinamismo del engaño y el fraude a los contribuyentes de impuestos de la Ciudad de Nueva York.  Vimos recientemente un ejemplo de primer orden de tal labor cuando, en cooperación con fiscales federales, este aseguró el repago de cientos de millones de dólares en sobrecargos fraudulentos asociados con la institución de un sistema computarizado de nóminas para la Ciudad.  En ese caso, el Departamento de Investigación ejerció su autoridad en exactamente la forma correcta ― sin miedo ni favoritismo.

“Además de su labor investigativa, la agencia de Rose también desempeña un rol crucial educando a empleados de la Ciudad sobre sus obligaciones de reportar la corrupción, y ayudando a cerrar la puerta de las oportunidades para tal corrupción antes de que ocurra.  Esas gestiones son complementadas por el excelente trabajo de la Junta de Conflictos de Intereses de la Ciudad (COIB, en inglés), y también por muchos pasos que nuestra Administración ha dado para fortalecer la integridad en el gobierno municipal.  Estos incluyen nuevas reformas del cabildeo y límites a las contribuciones de campañas por parte de aquellos qu hacen negocios con la ciudad.  En conjunto, ellos expresan nuestra determinación de dar a los neoyorquinos un gobierno municipal cuya integridad no admite reproche.

“Como muestra esta conferencia, gobiernos municipales y locales de todo el mundo ― como los de Hong Kong y Quebec, cuyo trabajo ya ha sido presentado hoy ― están en la misma página.  Esa es una noticia bienvenida que llega en un momento histórico porque coincide con la creciente urbanización de nuestro planeta.

“Hoy, por primera vez en la historia, la mayoría de los habitantes de la Tierra viven en ciudades ― y esa tendencia se está acelerando rápidamente.  De hecho, se estima que, para mediados de siglo, hasta tres cuartas partes de la humanidad vivirán en ciudades.  Ya sea que la autoridad haya sido devuelta a las ciudades o no, seguimos siendo el nivel de gobierno más cercano a la gente.  Y en las democracias, los votantes hacen que las ciudades rindan cuentas por los servicios que afectan a sus vidas cotidianas.

“Como presidente del Grupo  C40 de Ciudades del Liderazgo del Clima, eso es algo que veo, y que los líderes de ciudades de todo el mundo nos dicen.  Las ciudades también han sido por mucho tiempo centros del comercio.  Y en la economía globalizada, somos cada vez más el lugar donde está la acción económica.  Las ciudades de los Estados Unidos, por ejemplo, generan 90 por ciento de nuestro Producto interno bruto y 85 por ciento de nuestros empleos.

“El mismo patrón se mantiene en el resto del mundo.  Por ejemplo, Tokio sola representa una tercera parte del Producto interno bruto de Japón, y Mumbai produce 40 por ciento de los ingresos fiscales en India.  Con ese creciente poder económico viene, desgraciadamente, más oportunidades para la corrupción en cada nivel municipal.  Y eso hace imperativo que las ciudades de todas partes desarrollen y apoyen a fuertes medidas e instituciones independientes de integridad pública, medidas e instituciones que armonicen con acuerdos internacionales tales como la Convención antisoborno de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD, en inglés), y la Convención de las Naciones Unidas Contra la Corrupción; gestiones efectivas anticorrupción en el sector privado, incluso aquellas de la Cámara Internacional de Comercio, así como los códigos de integridad implementados por muchas corporaciones multinacionales reconocidas, y también la indispensable labor de la principal entidad no gubernamental en esta área, Transparency International.

“A medida que intensificamos nuestro trabajo, tenemos una responsabilidad especial de disipar tres mitos insidiosos que permiten el florecimiento de la corrupción.  El primero es el mito de que la corrupción es de alguna manera un ‘crimen sin víctimas’.  Y si nadie realmente es afectado por la corrupción, entonces, ¿para qué tanta alharaca?  La respuesta a eso es: La corrupción realmente afecta a todos: Negocios, gobiernos y a la sociedad en general.

“Saben, como he trabajado tanto en el sector privado como en el público, la gente me pregunta a menudo cuál es la diferencia entre ellos.  Yo les digo que, en los negocios, el perro se come al perro.  Pero, en el gobierno, no es al revés.  También puedo decirles que la corrupción es un perro que muerde a todos.  Y nuestra mejor herramienta para demoler el mito de que la corrupción es un crimen sin víctimas es la transparencia ― traer a la luz a todos sus males.

“Solo empiecen con el hecho de que, como lo ha estimado de manera fidedigna el Foro Económico Mundial, la corrupción desvía más de 5 por ciento del producto interno bruto cada año — el equivalente de más de $2.6 billones.  Ese es dinero que no está siendo invertido productivamente ni generando empleos, o no está siendo utilizado para mejorar la salud pública, la seguridad pública u otros servicios públicos esenciales.  En el sector privado, la corrupción incrementa los costos de realizar negocios.  Esto distorsiona al mercado.  Desalienta la inversión.  Ahoga la innovación al penalizar a emprendedores principiantes y que no tienen las ‘conexiones’ o grandes bolsillos.  Y puede nublar o hasta arruinar las reputaciones de ciudadanos corporativos que de otra forma serían respetados.

“No es de extrañar que las empresas detesten y eviten hacer negocios donde reina la corrupción, y adopten la transparencia como un activo económico.  En el sector público, la corrupción puede desviar prioridades gubernamentales, por ejemplo, reduciendo los fondos de programas efectivos pero de bajo costo a favor de proyectos con precios elevados donde las oportunidades para comisiones y sobornos son mayores.

“La corrupción también afecta a todos en la sociedad.  Por ejemplo, a menudo debilita el cumplimiento de leyes que nos protegen a todos contra la polución o construcciones de muy mala calidad en la infraestructura de la cual dependemos, o hasta de ser explotados por criminales violentos.  Y en un nivel fundamental, la confianza en la ley es el fundamento de la democracia misma.  Y el cinismo generado por la corrupción entre empleados municipales y la gente a quienes sirven socava la confianza en y el apoyo para el gobierno y el proceso político.

“Cuando los ciudadanos creen que su gobierno es corrupto, se desconectan de las actividades esenciales para la sobrevivencia de su propia democracia.  El número de votantes disminuye, al igual que el respeto por la ley y, en el peor de los casos, las personas a su vez toman la ley en sus propias manos.  Así que los peligros de la corrupción son claros — al igual que el primer paso hacia combatirla.  Uno de los grades juristas de nuestro país, Louis Brandeis, escribió algo famoso que dice que cuando se trata de prevenir la corrupción, ‘la luz del sol es el mejor desinfectante’.  Y en términos de eliminar el mito del crimen sin víctimas, la transparencia es la mejor manera de ver sus verdaderos costos, y los pasos que estamos dando para detenerla, aparentes ante todos.

Ahora, incluso algunos que reconocen estos costos de la corrupción los ignoran, diciendo que la corrupción es un mal necesario — un costo de hacer negocios si uno quiere ‘que se hagan las cosas’.  Este aparente ‘realismo’ es el segundo mito que necesitamos desacreditar.  Porque una visión verdaderamente realista de la corrupción muestra que esta no permite el progreso económico.  En su lugar, lo impide, y finalmente, lo destruye.

“Donde los sobornos y comisiones clandestinos son un costo de hacer negocios, el progreso se logra a pesar de dicha corrupción, no debido a ella.  La corrupción crea innumerables ineficiencias, demoras y costos para los negocios.  Y a nivel macroeconómico, la corrupción es ruinosa.  Las economías saludables son sostenibles y autorenovables. Pero la corrupción impide esos procesos.

“La corrupción cierra oportunidades para pequeñas empresas.  Socava los libres mercados.  Convierte en una burla a las fuerzas de la competencia que impulsan el crecimiento económico.  Así que es un mito perverso que la corrupción sea un catalizador del progreso.  Y la eficiencia es una forma activa de mostrar la mentira de ese mito.  Racionalizar los procesos de regulación y eliminar la burocracia y obstáculos impiden que la corrupción se arraigue.  Esto cea un entorno que demuestra a los negocios que las agencias del gobierno pueden hacer las cosas rápido y bien, sin necesitar de coimas u otros favores.

“El tercer mito que las ciudades pueden y deben desmentir es que la corrupción es simplemente inevitable, y por lo tanto, erradicarlo está más allá de nuestras posibilidades.  Al igual que con muchos mitos, hay una indiscutible pizca de verdad aquí ― dígase, que no somos y nunca seremos santos.  La gente siempre será tentada a hacer trampas, mentir, sobornar y encontrar nuevas e imaginativas formas de eludir a cualquier sistema para beneficio personal.  Pero esa no es excusa para la autocomplacencia.  El crimen nunca será eliminado tampoco.  Ni tampoco, tristemente, la enfermedad.

“Sin embargo, hemos mostrado que podemos hacer mucho para prevenir ambos, y en el proceso, salvar vidas y mejorar vidas.  También podemos hacer mucho para prevenir la corrupción y sus nocivos efectos.  Y la clave es remplazar una cultura de autocomplacencia con respecto a la corrupción con la cultura de la responsabilidad para prevenirla.  Esa es una gran parte de la misión del Departamento de Investigación de la Ciudad de Nueva York.

“Incansable y eficazmente, ellos se comunican con los gerentes y empleados municipales, dejándoles saber sobre sus obligaciones de reportar una sospecha de corrupción y también sobre protecciones legales que ofrecemos a quienes dan el primer paso.

“Un gran filósofo, el rabino Abraham Joshua Heschel, escribió una vez que en la democracia, cuando ocurren terribles cosas, ‘algunos son culpables, pero todos somos responsables’.  Creo que eso habla directamente sobre el tema de la corrupción.  Porque cuando se trata de asegurar la integridad en el gobierno, no solo tenemos que identificar y castigar a los pocos que participaron en los actos corruptos.

“Además, todos tenemos una gran responsabilidad de prevenir que la corrupción ocurra.  Y podemos hacer eso atacando los mitos que permiten que florezca la corrupción — y promoviendo la transparencia, eficiencia y responsabilidad en los gobiernos municipales y locales.  Los saludo a todos por su compromiso de lograr esas metas, y les deseo una muy exitosa conferencia”.







CONTACTO PARA LOS MEDIOS:


Stu Loeser / Evelyn Erskine   (212) 788-2958



SIGA CONECTADO

TwitterTwitter   TwitterYouTube   FlickrFlickr
Mas Recursos
Vea las fotos (en inglés)
Lea el comunicado de prensa
Vea el video (en inglés)