“Esta decisión es una victoria importante para todos los neoyorquinos.  Permitir que se cobren impuestos en todas las ventas de cigarrillos, incluso los vendidos en reservas de nativo-americanos, debería producir al tesoro del Estado hasta medio millar de millones anuales en ingresos fiscales muy necesitados.  También reducirá en gran medida las pérdidas de impuestos de la Ciudad de Nueva York causadas por el contrabando de cigarrillos sin sellos.  Felicito a los que fueron decisivos para asegurar y defender esta legislación, incluyendo al gobernador Cuomo, el fiscal general Schneiderman y el ex gobernador Paterson.  Urjo al gobernador a empezar a hacer cumplir esta ley inmediatamente”.