"Gracias presidente Rangel, y miembros del comité.

"Es hora que nuestro país reduzca nuestra dependencia en combustibles fósiles. Haciendo esto aumentará nuestra eficacia económica y competitiva, elevará nuestra seguridad nacional, mejorará la calidad de nuestro aire, fomentará la salud pública y reducirá nuestro impacto en el cambio climático.

"Muchos Gobiernos estatales y locales ya están señalando el camino. En la Ciudad de Nueva York, hemos establecido una meta para reducir nuestra producción de gases de invernadero en 30 por ciento para el año 2017 - aun cuando nuestra población crece a unos nueve millones de habitantes. Estamos siguiendo una estrategia dinámica, multifacética que enfatiza la conservación y el fomento del uso de combustibles alternativos.

"Estamos progresando. Hoy, estamos publicando nuestro 'inventario de gases de invernadero' anual para la Ciudad de Nueva York. Muestra que nuestra huella de carbono cayó 2.5 por ciento entre los años 2005 y 2007, principalmente gracias a temperaturas templadas y dos nuevas y más eficientes plantas de energía.

"Sin embargo, nuestros retos más grandes - consumo de energía y tráfico vehicular - continúan creciendo más rápido que nuestra población. Eso demuestra por qué, para que los esfuerzos estatales y locales sean eficaces, deben equivaler al nivel federal. Eso debe empezar con una política nacional que pone precio a las emisiones de carbono.

"Establezcan dicho precio, y el mercado reducirá las emisiones, facilitando una iniciativa para el uso de combustibles más limpios, e igualando el terreno de juego para formas alternativas de energía. Poner un precio a las emisiones podría implicar imponer un impuesto al carbono, como los congresistas Stark y Larson han propuesto. Este es el enfoque que casi todo economista prefiere, yo también. O, como otros, incluyendo el congresista Doggett, han propuesto, sistemas integrados de 'permiso y subasta' para emisiones de gases también podrían ser eficaces.

"Cualquier régimen de tarifa debe ser basado en cuatro principios esenciales:

"Primero, la implementación debe ser simple y directa. El mejor lugar para poner precio a las emisiones de carbono que excede un permiso aprobado va 'contra la corriente', en los puntos de producción de combustible fósil, tales como las minas de carbón y refinerías petroleras. Esto significaría evaluar un precio al carbono en cientos de lugares en nuestro país, no los muchos miles que tendrían que ser monitoreados si el precio fuera impuesto aun más abajo en el proceso del uso de combustibles.

"Segundo, debemos asegurar un precio uniforme para las emisiones de carbono que sea administrado uniformemente. La subasta de créditos del Gobierno debe cubrir 100 por ciento de los créditos. Negocios cariñosos para los mejor asociados destrozaría y menoscabaría el proceso, sembrando confusión y desconfianza.

"Algunas industrias sostienen que ellas serán lastimadas. Pero ellas son las que más contaminan. Ellas tienen que corregirlo más rápido. Mucho mejor que sus activistas contratistas para llegar a acuerdos que socavarían todo el proceso. Asegurar un precio justo y la previsibilidad también fomentará la inversión en recursos de energía alternativa para el futuro de nuestra nación.

"Tercero, el precio al carbono debe estar acompañado por un compromiso para aprovechar la neutralidad. Se ha estimado que una subasta federal de créditos por carbono podría traer $1.1 trillones al Departamento del Tesoro de los Estados Unidos durante los primeros seis años en que dicho sistema este en efecto. Si Washington trata esto como una piñata de ingresos, los estadounidenses serían justificadamente rechazados, y la causa de la reducción a nuestra dependencia de combustibles fósiles será trágicamente aplazada. Así que el Congreso debería compensar los altos costos que los consumidores soportaran como resultado del precio al carbono con reembolsos en sus nominas de pago u otros impuestos personales.

"Cuarto, y por último, aunque una 'tarifa de carbono' en países que no firman acuerdos globales para reducir sus emisiones se puedan convertir necesarias finalmente, enseñemos con ejemplo, y no busquemos excusas para refugiarnos en el proteccionismo.

"Miembros del comité, es muy alentador ver cuan rápido está avanzando el debate sobre la tarifa al carbono. Eso es manifestado por esta audiencia sobre la mejor forma de diseñar dicho sistema de tarifa. El diablo, como siempre, continúa en los detalles. Pero empleando los principios que he esbozado, creo que podemos crear un sistema de tarifa que es justo y progresista".