“El hecho de que conspiradores se confabularan para planear un ataque al Aeropuerto John F. Kennedy es otro mensaje de que en el mundo actual enfrentamos continuas amenazas de gente que quiere despojarnos de nuestras libertades y destruir nuestra forma de vida.  Trabajando juntos, el Departamento de Policía de Nueva York (NYPD, en inglés) y otros organismos competentes locales y federales han estado al tanto del desarrollo de este complot durante meses y merecen nuestra gratitud y elogio.  Este complot estaba solo en sus primeras fases y nadie estuvo en peligro inmediato en ningún momento.  Los neoyorquinos deben sentirse aliviados de que los niveles de seguridad provistos por los oficiales antiterroristas paralizaron a estas personas antes de que pudieran hacer daño alguno a nuestra forma de vida”.