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PR- 200-12
5 de junio de 2012

EL ALCALDE BLOOMBERG, EL DEFENSOR PÚBLICO, EL PRESIDENTE DEL CONDADO DE MANHATTAN, EL CEO DEL HOSPITAL MONTEFIORE, LA VICEALCALDESA GIBBS Y EL COMISIONADO HARLEY DESTACAN EFECTOS DE LA OBESIDAD PARA LA SALUD

Es la segunda causa principal de mortalidad prematura prevenible, causando la muerte a 5,800 neoyorquinos por año, y el único gran problema de salud pública en la nación que está empeorando

Uno de cada tres neoyorquinos adultos tiene diabetes o pre-diabetes

Las bebidas azucaradas son un factor esencial en la epidemia de obesidad

El alcalde Michael R. Bloomberg, la vicealcaldesa de Salud y Servicios Humanos Linda I. Gibbs y el Dr. Thomas A. Farley, comisionado del Departamento de Salud e Higiene Mental (DOHMH, en inglés), visitaron hoy el Centro médico Montefiore para resaltar los efectos de la obesidad, que cada año causa la muerte a unos 5,800 neoyorquinos y es una de las principales causas de mortalidad evitable en los Estados Unidos, solo superada por el hábito de fumar.  A causa de la obesidad, uno de cada tres adultos neoyorquinos tiene diabetes o pre-diabetes, y la condición incrementa el riesgo de algunos tipos de cáncer, enfermedades cardíacas, artritis y depresión.  La obesidad es la única gran crisis de salud pública en el país que está empeorando ― actualmente, casi 60 por ciento de los residentes de la Ciudad de Nueva York City tienen sobrepeso o son obesos.  Además del costo para la salud, los costos para el público son excesivos: En la Ciudad de Nueva York se gastan $4 mil millones anuales en costos de atención médica relacionados con la obesidad.  El Equipo de la Alcaldía para la obesidad (Mayor’s Task Force on Obesity, en inglés) ha propuesto iniciativas ― entre ellas limitar el tamaño de las bebidas azucaradas, que contribuyen significativamente a la epidemia ― con el objetivo de reducir en 10 por ciento el número de adultos obesos y en 15 por ciento el número de niños obesos en los próximos cinco años.  Montefiore Medical Center está ubicado en el Bronx, el centro de la epidemia de obesidad, donde las tasas de obesidad y diabetes son las más altas en la ciudad.  El alcalde Bloomberg fue acompañado por el defensor público (o defensor del pueblo) Bill de Blasio; el presidente del condado de Manhattan, Scott M. Stringer; el Dr. Steve Safyer, presidente y ejecutivo principal del Centro médico Montefiore; el Dr. Philip Ozuah, vicepresidente y director de Operaciones del Centro médico; el Dr. David Appel, director de Pediatría y del programa de Salud Escolar de Montefiore; Jessica Rieder, directora del programa B'N Fit de Montefiore; el Dr. Peter Selwyn, presidente del Departamento de Medicina Familiar y Social y director de Salud y Bienestar de la Comunidad en Montefiore; Alan Avilés, presidente de la Corporación de Salud y Hospitales de la Ciudad de Nueva York (HHC, en inglés); Pat Wang, presidente y ejecutivo principal de  HealthFirst; Carter Strickland, comisionado del Departamento de Protección Ambiental (DEP, en inglés); Kim Kessler, coordinadora de Política Alimenticia de la Ciudad; y Kathleen Grimm, vicecanciller de Operaciones del Departamento de Educación (DOE, en inglés).

“En la Ciudad de Nueva York, casi 60 por ciento de los adultos y casi 40 por ciento de los niños tienen sobrepeso o son obesos, y hay consecuencias reales en el mundo”, dijo el alcalde Bloomberg.  “Las vidas de las personas pueden ser más cortas, su calidad de vida será reducida drásticamente y la obesidad va a empezar a matar a más gente en este país que el hábito de fumar.  La obesidad es el único gran problema que tenemos de salud pública que está empeorando, y la Ciudad de Nueva York tiene el coraje de ponerse de pie y hacer algo al respecto”.

“La epidemia de obesidad se encamina a revertir el enorme progreso logrado en salud y expectativa de vida en décadas recientes”, dijo la vicealcaldesa Gibbs.  “Si las tasas de obesidad continúan creciendo, esta generación de niños podría ser la primera en vivir menos tiempo que sus padres.  Nuestras iniciativas son audaces, específicas y buscan combatir este desafío peligroso y creciente”.

“Limitar el tamaño de las bebidas azucaradas a no más de 16 onzas en los establecimientos de comidas nos ayudará a confrontar las epidemias de obesidad y diabetes, que ahora afectan a millones de neoyorquinos”, dijo el Dr. Thomas Farley, comisionado de Salud de la Ciudad.  “Esta intervención empezará a reducir los miles de calorías vacías e innecesarias que los neoyorquinos consumen de bebidas azucaradas cada año y educará a la gente sobre los riesgos que representan para la salud”.

“Como padre de familia, sé que cada vez que mis hijos recorren el pasillo del deli en nuestra vecindad se enfrentan a más opciones males que buenas”, dijo el defensor público Bill de Blasio.  “Es una batalla cuesta arriba que está teniendo un precio terrible para familias por toda esta Ciudad ― y nadie pagará un costo más alto que nuestros niños si no actuamos.  El alcalde Bloomberg entiende que estamos perdiendo la lucha contra la obesidad y es hora de un nuevo enfoque.  Elogio al alcalde por reconocer esta crisis de salud pública y abordarla de frente”.

“Si la salud pública es nuestra meta y la obesidad es nuestro enemigo, debemos ser creativos y agresivos para luchar y ganar esta guerra”, dijo Scott Stringer, presidente del condado de Manhattan.  “Por ese motivo, elogio al alcalde Bloomberg por fijar un límite y enfrentar al cártel de las sodas que está impulsando la epidemia de obesidad en este país.  La normativa es un comienzo audaz, pero necesita hacerse mucho más.  Deberíamos dar a cada niño de la Ciudad de Nueva York las herramientas necesarias para tomar decisiones sanas e inteligentes enfocándonos en la nutrición en las escuelas, y deberíamos dar a los dueños de pequeños negocios un empuje incrementando los fondos para iniciativas de comercios tales como Healthy Bodegas.  Durante mis seis años como presidente del condado, romper el patrón de las condiciones nocivas para la salud y el medioambiente en muchos de los vecindarios de Manhattan ha sido de gran prioridad.  La acción del alcalde continúa el historial de la Ciudad de Nueva York encabezando a la nación en estrategias innovadoras para proteger la salud de sus residentes”.

“Cada día vemos los impactos a menudo graves para la salud de la epidemia de obesidad por todo nuestro sistema hospitalario, con cantidades cada vez mayores de pacientes con sobrepeso que se presentan con diabetes, hipertensión y fallo cardíaco”, dijo el presidente de la Corporación de Salud y Hospitales Alan D. Avilés.  “Aunque no hay una acción única que ayudará a todos los pacientes a evitar o reducir el aumento excesivo de peso, una restricción sensata a los tamaños disponibles de bebidas azucaradas puede incrementar las probabilidades”.

“La prohibición propuesta por el alcalde Bloomberg a la venta de bebidas azucaradas grandes es un paso importante en la lucha contra la obesidad”, dijo el Dr. Steve Safyer, presidente y CEO de Montefiore Medical Center.  “Por años he visto como las bebidas azucaradas y comidas insalubres han sido mercadeadas a nuestros niños, mientras que explotaba la epidemia de la obesidad.  Lo que necesitamos ahora es medidas de gran alcance para proteger a nuestros niños de los riesgos de la diabetes, enfermedades cardíacas y tipos de cáncer relacionados con la obesidad”.

“La importancia de la iniciativa del alcalde Bloomberg no puede ser subestimada”, dijo el Dr. Philip Ozuah, vicepresidente ejecutivo y director de Operaciones de Montefiore.  “Como médico en jefe del Hospital de niños en Montefiore, ha sido increíblemente difícil ver a más y más niños viviendo cada año con complicaciones de enfermedades relacionadas con la obesidad.  Con esta prohibición, tengo la esperanza de que los niños, así como los adultos, puedan empezar a establecer hábitos más sanos y a trabajar para un futuro más sano”.

“Healthfirst aplaude la gestión del alcalde Michael Bloomberg para limitar el tamaño de las porciones de sodas azucaradas en los establecimientos públicos de comidas”, dijo Pat Wang, presidente y CEO de Healthfirst.  “Como plan de salud no lucrativo que coordina la atención médica de unas 600,000 personas en la Ciudad de Nueva York, vemos diariamente los costos tanto humanos como financieros de la obesidad ― el sufrimiento de personas con enfermedades relacionadas con la obesidad, el impacto en sus familias y los crecientes costos financieros de tratar estas condiciones una vez se han establecido.  La iniciativa del alcalde es importante porque busca reducir la incidencia de las enfermedades relacionadas con la obesidad reduciendo la tasa misma de obesidad”.

 “Aplaudo al alcalde Bloomberg por dar pasos para hacer de la Ciudad de Nueva York y el Bronx comunidades más sanas”, dijo el senador estatal Gustavo Rivera.  “Gran parte de lo que determina la salud de una persona son sus hábitos.  Creo que, en el largo plazo, asegurar que nuestra juventud no esté desarrollando hábitos poco sanos como beber grandes cantidades de soda en vez de agua o bebidas más saludables es una causa importante.  Puede parece un cambio pequeño, pero hacer a nuestra comunidad más sana es como hacer más sana a una persona ― se van a necesitar muchas cosas pequeñas”.

“El Agua de la Ciudad de Nueva York le ayuda a mantener un peso balanceado porque tiene cero calorías, cero azúcar y cero grasas ― ya sea bebiendo una onza o 32”, dijo el comisionado de Protección Ambiental Carter Strickland.  “Nuestra agua potable de primera categoría es una alternativa sana a las bebidas azucaradas altas en calorías, y es una forma efectiva de luchar contra la obesidad, ya que está disponible para todos los neoyorquinos a solo un centavo por galón”.

“El alcalde ha sido un líder intrépido en el área de la política alimenticia durante su tiempo en el cargo, y la propuesta para el tamaño de las porciones de bebidas azucaradas es otra acción audaz más que ayudará a nuestra Ciudad a continuar avanzando hacia nuestra meta de hacer que las opciones sanas sean las opciones fáciles para todos los neoyorquinos”, dijo la coordinadora de Política Alimenticia Kim Kessler.  “La Ciudad ha tenido por mucho tiempo un enfoque dinámico al reto complejo de la obesidad ― con programas dirigidos a incrementar el acceso a y la educación sobre comidas sanas, y a reducir el consumo de comidas insalubres.  Estoy feliz de que las iniciativas de nuestro equipo de trabajo prosigan este enfoque holístico, con recomendaciones dirigidas a tener un impacto inmediato e inversiones de largo plazo como la ampliación de nuestros programas de bienestar y huertos escolares”.

La obesidad es un problema de salud pública grave y en rápido crecimiento. A principio de los años ’60, la obesidad afectaba a solo 13 por ciento de los estadounidenses; para 2009-2010, 35.7 por ciento eran obesos.  Con un mínimo de 58 por ciento de los adultos de la Ciudad de Nueva York ― 3,437,000 personas ― con sobrepeso u obesos actualmente, la obesidad se ha convertido en la norma en la Ciudad de Nueva York.  No es, sin embargo, una norma sin consecuencias: la obesity es una de las causas principales de muertes prematuras evitables, solo superada por el tabaco, y es responsable por las muertes de 5,800 residentes locales al año por causa de enfermedades tales como la diabetes, enfermedades cardíacas y derrames.

La epidemia de obesidad ha conducido a un incremento masivo en la prevalencia de la diabetes tipo 2, la cual puede resultar en ceguera, fallo renal y amputaciones.  Actualmente, uno de cada tres adultos neoyorquinos tiene diabetes o una condición conocida como pre-diabetes, un estado donde el nivel de azúcar en la sangre está más alto de lo normal pero no suficientemente alto para que se le considere diabetes, y la persona corre el riesgo de padecer diabetes en un futuro.  Se estima que en la Ciudad de Nueva York hay 2,600 hospitalizaciones anuales por amputaciones relacionadas a la diabetes y 1,400 pacientes nuevos de diálisis cada año debido a la diabetes.  Además, aplicando estimados nacionales a la población de la Ciudad de Nueva York, más de 100,000 adultos mayores de 40 años tienen retinopatía diabética (enfermedad de los ojos) que, si no es tratada, puede resultar en ceguera.  La obesidad también incrementa el riesgo de algunos cánceres, cardiopatía y artritis; la obesidad grave lleva a la inmovilidad y la depresión.

Las estadísticas de obesidad son aun más alarmantes entre los jóvenes de la Ciudad de Nueva York.  A pesar del progreso reciente en la obesidad juvenil, 21.3 por ciento de los niños de la Ciudad de 6 a 11 años de edad son obesos, comparado con 19.6 por ciento en todo el país.

La epidemia de obesidad afecta más a las comunidades que ya están sufriendo por disparidades de salud y económicas, particularmente los vecindarios de negros, latinos y de bajo ingreso; los neoyorquinos negros tienen tres veces más, y los hispanos dos veces más probabilidades de morir por diabetes comparado con los blancos.  El Bronx, en particular, está enfrentando una crisis de obesidad.  Mientras que el índice municipal de sobrepeso y obesidad es de 58 por ciento, en el Bronx 70 por ciento de los adultos — aproximadamente 630,000 personas — tienen sobrepeso o son obesas.

El precio de la obesidad va más allá del sufrimiento humano.  A nivel nacional, los costos médicos directos relacionados a la obesidad en 2006 fueron de $147 mil millones.  En todo el país, el incremento en las tasas de mortalidad de empleados obesos cuesta unos $44 mil millones anuales.  La pérdida de productividad debido a la incapacidad de empleados activos ($39 mil millones) y debido a incapacidad total ($65 mil millones) causados por el sobrepeso y la obesidad se suman a esta carga.  En la Ciudad de Nueva York, los costos de la obesidad por sí sola son de unos $4 mil millones anuales, incluyendo al seguro privado y gastos propios.  Los estimados de costos futuros son aun más alarmantes: según un estudio, se espera que los gastos directos relacionados a la obesidad lleguen a más de 21% del gasto de cuidado de salud directo del país en 2018.

El Equipo de la Alcaldía para la Obesidad, codirigido por la vicealcaldesa Gibbs y el vicealcalde de Operaciones Cas Holloway, ha lanzado un grupo de iniciativas que buscan, durante los próximos cinco años:

  • Reducir el porcentaje de adultos de la Ciudad de Nueva York que son obesos en 10 por ciento (de 23.4 a 21.1 por ciento);
  • Reducir el porcentaje de niños (de kindergarten al 8vo grado) que son obesos en 15 por ciento (de 20.7 a 17.6 por ciento);
  • Reducir el porcentaje de adultos neoyorquinos que consumen una o más bebidas azucaradas por día en 30 por ciento (de 30. 3 a 21. 2 por ciento); que no consumen frutas o vegetales el día previo en 30 por ciento (de 11.6 a 8.1 por ciento); y que no han reportado actividad física alguna en los últimos 30 días en 15 por ciento (de 27.3 a 23.3 por ciento).

El foco de la iniciativa es la propuesta de la Ciudad para limitar el tamaño de bebidas azucaradas que se venden en los establecimientos de alimentos a 16 onzas o menos.  Esto se aplicaría a los restaurantes, carritos de comidas, a tiendas que venden comida preparada o delis, concesiones en cines, estadios y arenas deportivas.  Las bebidas azucaradas son omnipresentes, tienen un alto contenido de calorías, son baratas, se sirven en tamaño grande y son promovidas agresivamente.  Tienen un valor nutritivo nulo y no crean la sensación de saciedad, lo cual significa que las personasl usualmente no reducen otras calorías cuando consumen calorías extras al ingerir bebidas azucaradas.

El incremento de peso a largo plazo y un mayor riesgo de enfermedades cardíacas y diabetes asociadas con las bebidas azucaradas ha sido documentado en material publicado y, en 2010, los expertos de Harvard y tres reconocidas instituciones de investigaciones de nutrición en Estados Unidos y Canadá concluyeron que, ya que las bebidas azucaradas son importantes contribuidores de la obesidad, diabetes y cardiopatía, su consumo “debería ser limitado y remplazado por alternativas saludables tales como el agua”.

Los hospitales públicos de la Ciudad de Nueva York han estado realizando importantes cambios a las comidas y refrigerios que sirven, al igual que a las bebidas que ofrecen las máquinas de expendio.  El Centro médico Montefiore ha asumido de manera voluntaria muchos de los mismos cambios y logrado grandes avances en la eliminación de gaseosas regulares y reduciendo la disponibilidad de bebidas con un alto contenido de calorías en sus cafeterías y máquinas expendedoras. 

Como parte de su esfuerzo continuo y exhaustivo de educación pública, la Ciudad también proseguirá su liderazgo en el desarrollo de campañas impactantes que comuniquen los riesgos de las porciones súper grandes y el consumo excesivo de bebidas azucaradas.  Estos mensajes directos abordan los aspectos negativos del consumo excesivo y calorías del azúcar y construyen nuevas normas para una alimentación saludable.

Acerca del Equipo de la Alcaldía para la Obesidad

En diciembre del 2011, el alcalde Bloomberg asignó a la vicealcaldesa Gibbs y al vicealcalde de Operaciones Holloway la tarea de fortalecer significativamente los esfuerzos municipales antiobesidad, reuniendo a un equipo que recomiende soluciones innovadoras y agresivas para atender la crisis de la obesidad en la Ciudad de Nueva York.  El Equipo se reunió en enero de 2012 y realizó su labor durante varios meses.

Presidido por los vicealcaldes Gibbs y Holloway, los comisionados de once agencias de la Ciudad y representantes de la Alcaldía que participaron fueron Alan Avilés, presidente de la Corporación de Salud y Hospitales; Adrian Benepe, comisionado del Departamento de Parques & Recreación (DPR, en inglés); David Bragdon, director de la Oficina de la Alcaldía para Planificación y Sustentabilidad a Largo Plazo (Office of Long Term Planning and Sustainability, en inglés); Amanda Burden, comisionada del Departamento de Planificación Urbana (DCP, en inglés); David Burney, FAIA, comisionado del Departamento de Diseño y Construcción (DDC, en inglés); Robert Doar, comisionado de la Administración de Recursos Humanos (HRA, en inglés); el Dr. Thomas Farley, comisionado del Departamento de Salud e Higiene Mental; Kim Kessler, coordinadora de Política Alimenticia; Robert LiMandri, comisionado del Departamento de Edificios (DOB, en inglés); John Rhea, presidente de la Autoridad de Vivienda de la Ciudad de Nueva York (NYCHA, en inglés); Janette Sadik-Khan, comisionada del Departamento de Transporte (DOT, en inglés); Carter Strickland, comisionado del Departamento de Protección Ambiental; y Dennis Walcott, canciller del Departamento of Educación.

Acerca del sobrepeso y la obesidad

La obesidad se define como un índice de masa corporal (BMI, en inglés) de 30 o más, y el sobrepeso es un BMI de 25 o más.  El índice de masa corporal es una medición del exceso de peso en relación a la altura.  Para más información de cómo calcular el BMI de niños, visite la página web de la oficina federal de Centros de Control y Prevención de Enfermedades (www.cdc.gov).  Muchas condiciones graves de salud están relacionadas con el sobrepeso o la obesidad, incluyendo la depresión, la diabetes, la hipertensión, problemas respiratorios y las enfermedades cardíacas.

Iniciativas actuales y en curso en la Ciudad de Nueva York

  • Calificación de menús: La Ciudad de Nueva York requiere que las cadenas de restaurantes que tienen permisos del Departamento de Salud publiquen claramente el conteo de calorías en pizarras y menús de sus establecimientos.

  • Estándares de comidas y máquinas expendedoras: La Ciudad de Nueva York estableció estándares de nutrición para cada agencia municipal que compra o sirve alimentos a clientes a fin de mejorar la salud del 1.1 millón de estudiantes que asisten a las escuelas de la Ciudad; pacientes en los hospitales y hogares de ancianos de la Ciudad; clientes que reciben servicios en albergues para desamparados, centros de cuidado infantil y de ancianos; y reclusos en prisiones municipales.  La Ciudad también establece estándares para maquinas de expendio en la Ciudad que reducen la disponibilidad de refrigerios altos en calorías y bebidas azucaradas en las instalaciones de la Ciudad.

  • Green Carts: La Ciudad de Nueva York emitió más de 500 permisos para carritos ‘verdes’ que venden frutas y vegetales frescos en áreas con acceso reducido a productos frescos.  Con el apoyo del Fondo Laurie M. Tisch Illumination, esta iniciativa financia préstamos pequeños y asistencia técnica para operadores de los ‘Green Carts’, al igual que promoción de marcas, mercadotecnia y acercamiento comunitario para instar a los residentes en las áreas donde hay ‘Green Carts’ a comprar productos agrícolas frescos de los carritos.

  • Health Bucks: Las papeletas de ‘Dólares para la salud’ (Health Bucks, en inglés), con un valor de $2 cada una, pueden ser utilizados para comprar fruta y verdura fresca en todos los mercados agrícolas al aire libre en la Ciudad de Nueva York.  Los mercados de productos frescos que aceptan cupones de alimentos (transferencias de beneficios electrónicos o EBT, en inglés) ofrecerán un cupón de un Health Buck a cada cliente por cada $5 de cupones de alimentos utilizados en la compra de frutas y verduras.

  • Move-to-Improve: Ofrecido a través de los Departamentos de Salud y Educación de la Ciudad, este es un programa exhaustivo que busca la participación y ayuda a maestros a integrar la actividad física en todas las áreas de estudios académicos en las aulas.

  • Pautas de diseño activo: Desarrolladas por una colaboración de los Departamentos de Diseño y Construcción, Salud e Higiene Mental, Transporte, Planificación Urbana y la Oficina de Administración y Presupuesto (OMB, en inglés), esta iniciativa proporciona a arquitectos y diseñadores urbanos un manual de estrategias para crear edificios, calles y espacios urbanos más saludables, utilizando como base los últimos hallazgos de investigaciones académicas y las mejores prácticas en el campo.

  • Ciclismo urbano: La Ciudad de Nueva York ha repensado el paisaje urbano para promover un ciclismo seguro con fines recreativos y para llegar a sus empleos.  En solo tres años, el Departamento de Transporte ha completado la ambiciosa meta de la Ciudad de construir 250 millas de vías para ciclistas en los cinco condados.






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Sam Miller / Alexandra Waldhorn   (Department of Health)
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