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PARA DIFUSIÓN INMEDIATA
PR- 450-11
23 de diciembre de 2011

EL ALCALDE BLOOMBERG PRONUNCIA PANEGÍRICO PARA EL EMPLEADO DE SANIDAD PÚBLICA THOMAS LERMAND

A continuación, el texto preparado para el alcalde Michael R. Bloomberg, quien ofreció este panegírico esta mañana en la funeraria Guarino de Brooklyn

“Gracias, monseñor.  Esta mañana, en edificios públicos en los cinco condados, los neoyorquinos verán banderas ondeando a media asta.  Si les preguntan por qué, díganles que es un homenaje a uno de Los Más Fuertes de la Ciudad de Nueva York ― que también era uno de nuestros más bondadosos.  El hombre a quien honramos hoy aquí, Tommy Lermand.

“Así que, Barbara, Kelly, Karen, Loretta y Richard: Al igual que ustedes, todos estamos entristecidos por haber perdido a Tommy.  Y hablando a nombre de 8.4 millones de neoyorquinos, también estamos increíblemente agradecidos por los 16 años de servicio abnegado que dio a la ciudad más grandiosa en el mundo.

“Para la gente que más le importaba, Tommy lo dio todo.  Eso incluía a todos los que trabajaban con él en el primer turno del Garaje BK 18, los muchachos a quienes invariablemente saludaba con una sonrisa cada vez que se pasaba la lista en las mañanas.  Ellos les dirán que Tommy siempre estaba dando, nunca recibiendo.

“Si usted llegaba al estacionamiento de la estación con un ruido en los frenos de su auto, Tommy estaba ahí listo con su caja de herramientas, diciendo: ‘Hey, cambiemos las almohadillas; no tienes que pagar un mecánico’.  Y siempre era generoso con su aparentemente interminable abastecimiento de cupones de tiendas y restaurantes.  Un incansable cazador de baratijas ― y acaso también, un poquito acaparador ― realmente le gustaban los cupones.  Conservaba montañas de cupones por todas partes: en su automóvil, en su mochila de diario, en su vestidor.  Un buen tipo para conocer durante la temporada de fiestas del fin de año ― o en cualquier otro momento.

“Pero los cupones no eran todo lo que se podía ver en el vestidor de Tommy.  El lugar de honor ahí, y en su cartera, lo ocupaban sus fotos de ti, Barbara.  Y de ustedes, Karen y Kelly.  Y en años recientes, la foto de la nietecilla que también portaba ― tú, Mia.

“Las mujeres en su vida significaban mucho para él.  ¿Cuánto?  Bueno, Tommy tenía una alergia: el pelo de los gatos.  Y si alguno de ustedes padece esa alergia, saben que realmente no es divertido.  Pero a Barbara le encanta tener gatos.  Así que Tommy tomaba medicamentos y vacunas para alergias sin quejarse, para que ella pudiera tener las mascotas que adora.

“Y siempre terminaba las llamadas que le hacía al finalizar su turno con estas palabras: ‘Te amo, cariño’.  Uno de los muchachos lo escuchó una vez, y luego le preguntó a Tommy: ‘¿Por qué nunca nos dices eso?’  Bueno, él realmente los quería a todos ustedes ― pero no así.

“Tommy era leal con sus amigos y cariñoso con su familia.  Pero había algo que lo volvía loco: los trenes de miniatura.  Eran una pasión que venía desde la infancia que afortunadamente nunca perdió.

“Los coleccionaba, los intercambiaba, de todos tamaños y modelos.  Leía sobre ellos en las revistas y en el Internet.  Si había una convención de modelos de trenes en la ciudad, a Tommy se le encontraba ahí.  Ninguna temporada de fiestas estaría completa sin un viaje al Bronx para ver el fantástico show de trenes en el Jardín Botánico de Nueva York.  Y cuando estaba de humor, ponía en marcha sobre las vías algunos de sus propios trenes en su casa en Holliswood.

“Amaba sus modelos — y también soñaba más grande.  Recientemente, Ray Holloway, su compañero de camión durante mucho tiempo, le mostró una antigua foto.  Ray tenía ocho años, y estaba sentado en una locomotora, con una gorra de ingeniero en la cabeza, al lado de su padre, un bombero de trenes que permitía a Ray ‘operar el tren’.  Los ojos de Tommy se pusieron más grandes que los de una ballena.  Y no pasó mucho tiempo antes de que organizase unas vacaciones en un ‘campamento de fantasía’ de trenes, donde creaba sus propios sueños conduciendo un tren de verdad.  Lamentablemente, no lo logró — en todo caso, no en esta vida.  Pero si es que hay un poco de justicia, entonces en su próxima vida, Tommy se transportará por las vías, en un futuro no muy lejano, con una gran sonrisa en su cara.

“Esas son algunas de las cosas que recordaremos sobre este hombre bueno y decente.  Permítanme añadir esto también.  Mucho antes de la madrugada en esta mañana de diciembre, los equipos de trabajo del Departamento de Sanidad Pública (DSNY, en inglérs) estaban en las calles de nuestra Ciudad, haciéndolas más seguras y más limpias para todos nosotros — justamente como Tommy lo hizo durante 16 años.  La labor que hizo tan bien — y que muchos de ustedes hacen, también — es difícil y exigente.  Y logra marcar una gran diferencia para nuestra ciudad.  Permite al resto de nosotros disfrutar todo lo que Nueva York tiene que ofrecer.

“De vez en cuando, se toma por descontado; la gente no recuerda lo bastante seguido cuan importante es como trabajo.  Pero quiero que sepan que siempre respetaré a toda persona que forme parte del mejor Departamento de Sanidad Pública de cualquier lado.  Que Dios bendiga el recuerdo de uno de nuestros Más Fuertes, Tommy Lermand.  Y que Dios bendiga y los proteja a todos”.







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