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PR- 413-11
16 de noviembre de 2011

EL ALCALDE BLOOMBERG PRONUNCIA DISCURSO EN EL 10mo ANIVERSARIO DEL INSTITUTO JOHNS HOPKINS DE INVESTIGACIÓN DE LA MALARIA

A continuación se ofrece el texto preparado del alcalde Michael R. Bloomberg para el discurso pronunciado en la Academia de Ciencias de Nueva York en 7 World Trade. Por favor confirme con el discurso final.

“Muchas gracias, Dr. Klag.

“Para aquellos de ustedes que acaso no estén familiarizados con el liderazgo del Dr. Klag en la Escuela Bloomberg de Salud Pública, permítanme decirles: Lo que hace de él un líder tan estupendo es que tiene el don poco común de inspirar a todos ― desde el estudiante más nuevo al investigador de más experiencia ― y hacer que todos sientan que son de importancia vital para la escuela y su misión.

“Y para los que están aquí hoy desde Baltimore, desde Zambia y otros lugares comprendidos entre estos dos: Bienvenidos a Nueva York.  Mientras que estén aquí, les urjo como alcalde a disfrutar de todo lo que nuestra gran ciudad tiene para ofrecer.  ¡Disfruten las vistas! ¡Vayan de compra! ¡Vean un show! ¡Y gasten mucho dinero!  Realmente nos caerían bien los ingresos de impuestos de ventas.  De cualquier lugar de donde provengan, gracias por acompañarnos para celebrar el 10mo aniversario del Instituto Johns Hopkins de investigación de la malaria.

“Diez años atrás, el Instituto apenas algo más que un resplandor en el ojo del predecesor del Dr. Klag como decano de la Escuela Bloomberg de Salud Pública: El siempre-convincente y siempre-persistente Dr. Al Sommer. Bajo su primera directora, la Dra. Diane Griffin ― quien también está con nosotros en el día de hoy ― y ahora bajo la dirección del Dr. Peter Agre, ganador del Nobel ― de quien oirán más un poco más tarde ― el Instituto se ha convertido en una fuerza de creciente importancia en lo que los investigadores allí llaman nuestra “lucha eterna” contra la malaria.  Si ustedes se remontan y miran huesos del tiempo del Imperio romano, dos cosas están claras: Todos tenían envenenamiento con plomo, de modo que Nerón realmente estaba loco; y todos tenían malaria.  Muchos la tenían.  Y cuando drenaron los pantanos en Roma, la malaria desapareció.  El beneficio secreto del Canal de Panamá fue que drenaron los pantanos, y por desgracia, simplemente no se puede hacer eso en todo el mundo.

“Eso es evidente en el siempre-creciente alcance de la labor del Instituto.  Hace diez años, esta consistía de exactamente dos investigadores.  Desde entonces, el Instituto ha reunido al equipo más dotado de investigadores dedicados a eliminar la malaria, con una facultad de 25 miembros y unos 200 jóvenes científicos y empleados que trabajan muy duro ― tanto en Baltimore como en África.  Su trabajo abarca toda la gama, desde la vanguardia de la salud pública hasta las fronteras de la ingeniería del genoma.

“Diez años después, no estamos en posición de declarar victoria sobre la malaria; muy lejos de eso.  Pero, en los últimos 10 años, hemos avanzado hacia esa victoria.  Hemos conseguido una idea más clara de dónde y cómo concentrar nuestro trabajo.

“Y hemos visto avances prometedores en diversas áreas, desde la investigación hasta vacunas y evitar la propagación de la malaria resistente a los fármacos, y un programa de vigilancia y control de la malaria de mucha eficacia en Zambia, hasta el proyecto más radical y emocionante de todos: la gestión para desarrollar un mosquito mejor ― o sea, uno que sea resistente a la malaria ― en los laboratorios del Instituto.

“Ahora, el impacto mortal que tiene la malaria en todo el mundo es el motivo por el que me involucré en este asunto, y por el que otros ― incluso Bill y Melinda Gates ― también le han dado prioridad.  Y los Gates verdaderamente han intentado hacer todo lo que puedan, y deben ser felicitados por toda su generosidad y todo su trabajo.  Pero aun con el progreso que hemos logrado en la última década, piensen en esto: Durante los próximos 12 meses, hasta 10% de lso hombres, mujeres y ― especialmente ― los niños de la Tierra contraerán malaria.

“Cerca de un millón morirán ― la mayoría de ellos, niños.  Muchos millones más de los que sobrevivan enfrentarán vidas afectadas por la epilepsia, la ceguera, la pérdida de la audición o, a menudo, graves discapacidades de aprendizaje.  Casi 40% de la población del mundo corre el riesgo de padecer malaria ― un porcentaje que es marcadamente más elevado en el África subsahariana.  Cada año, la malaria mata a 5% de los niños africanos ― un promedio de 3,000 niños cada día, como vieron en la película.  Y en todo el mundo, la edad más común para morir de malaria es a los cuatro años.  Piensen solo en eso.  Si fuera un hijo de ustedes, ¿qué harían?

“Eso hace de la victoria contra la malaria uno de los mayores desafíos de salud pública en el mundo ― un reto que una y otra vez ha obstaculizado nuestros mejores esfuerzos.  De hecho, el reto de triunfar contra la malaria plantea interminables preguntas ― muchas de ellas sorprendentes.

“Por ejemplo, ¿quién creería que los científicos realmente han emprendido la creación de una nueva colaboración para salvar vidas con un insecto al que todos querríamos rápidamente muerto?

“Estoy hablando, por supuesto, de los mosquitos ― y específicamente, las hembras de cierta especie portadora de la malaria, que introduce el parásito de la malaria en la sangre humana.  Porque una de las ramas más prometedoras de la investigación de la malaria trata de la ingeniería genética de un mosquito que puede resistir, y matar, al parásito mismo.  Dar un corto circuito a su ciclo de vida antes de que llegue a nosotros.  Hacer eso sería un logro enorme, uno en el que los científicos del Instituto están logrando avances emocionantes.

“Uno de los talentosos equipos de investigación del Instituto también ha modificado ya al mosquito en formas que interferirían de forma drástica con su capacidad para transmitir la malaria de una persona a otra.

“Otros equipos están trabajando en otras modificaciones que también son promisorias.  Y en la actualidad se realizan pruebas para determinar si tales modificaciones podrían ser una forma viable, y ambientalmente sostenibles, de atacar la malaria.  Aun hay un largo camino que recorrer antes de que lleguemos ahí ― pero no hay duda de que el Instituto está logrando avances revolucionarios e increíblemente alentadores.

“El trabajo del Instituto de investigación de la malaria está diseñado para atacar la enfermedad en el frente más amplio posible.  Combina la investigación de laboratorio con la labor de acercamiento de la salud pública.  No porque ese enfoque es fácil ― sino porque es difícil, y también porque resulta ser el único con esperanza alguna de éxito. 

“Y aunque el Instituto ya tiene 10 años de edad, en muchas formas su trabajo aun está en sus primeras etapas.  Pero, al igual que el programa integrado para el control del tabaco e iniciativas para una dieta saludable que hemos empezado aquí en la Ciudad de Nueva York; y al igual que las iniciativas globales de Bloomberg Philanthropies que apoyan activamente a los disuasivos del hábito de fumar, incrementan la seguridad en el tránsito en naciones en desarrollo del mundo, y amplían políticas ambientales sostenibles en una amplia gama de ciudades, la labor del Instituto está diseñada para cumplir el sencillo objetivo de la Escuela Bloomberg de Salud Pública en Johns Hopkins:

“Promover la salud y salvar vidas ― millones a la vez.  No puedo pensar en una misión más importante, o gratificante.  Así que permítanme desear al Dr. Agre, al decano Klag, y a sus colegas, un feliz aniversario.

“Que tengan un estupendo simposio aquí hoy.  Y después, volvamos todos al trabajo.  Que Dios los bendiga”.







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