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PARA DIFUSIÓN INMEDIATA
PR- 155-11
15 de mayo de 2011

EL ALCALDE BLOOMBERG PRONUNCIA DISCURSO EN LA CEREMONIA DE GRADUACIÓN DE UNIVERSIDAD GEORGE WASHINGTON

A continuación se presenta el texto preparado para el discurso del alcalde Michael R. Bloomberg

“Buenos días a todos.  Y gracias, Presidente Knapp, por esa amable introducción.  Se que este es un día dulce y amargo para todos ustedes que están graduándose.  No será fácil dejar un lugar donde se puede frotar la nariz de un hipopótamo, bailar el break-dance con el gran George, sentarse en el regazo de Einstein, mimar a un perro llamado Ruffles, ¡y comprar un perro caliente de un tipo llamado Manouch! ¡Puedo entender por qué ustedes aman este lugar!  También puedo ver — aun desde aquí arriba — que algunos de ustedes lucen un poco cansados esta mañana.  ¿Acaso no se han recuperado aún de ayer en la noche en McFadden’s?  Así que prometo ser breve — y además, ¡no quiero ser yo el mayor obstáculo entre ustedes y sus diplomas!

“Sin embargo, antes les ofrezco algunas ideas que ustedes, los graduados, sin duda recordarán palabra por palabra décadas después de hoy.  Primero, permítanme agradecer a otro grupo muy importante aquí presente: Estoy hablando de un grupo que está sentado ahí afuera esta mañana relucientes de orgullo y no pensando ni siquiera en lo que costó llevarles a ustedes hasta este día.  O lo que ocurre si ustedes no pueden hallar un empleo y tienen que volver a vivir en la casa de ellos.

¡Sus padres y parientes!  Démosles un gran aplauso.  ¡Ellos lo merecen!

“Con su apoyo, todos ustedes se están uniendo ahora a una lista distinguida de graduados que incluye a Jacqueline Bouvier Kennedy y Colin Powell.  Así que denle un vistazo a la gente que está sentado a su alrededor.  El tipo sentado a su izquierda podría ser un futuro secretario de Estado, y la muchacha que está sentada a su derecha podría ser una futura Presidente de los Estados Unidos de América.

“También quiero tomar un momento para dar un vistazo por este National Mall.  Estamos reunidos no solo a los pies del Monumento de Washington — lo cual es simplemente apropiado —  sino también bajo la gran sombra del Presidente Abraham Lincoln.  El mes pasado, nuestra nación conmemoró el 150mo aniversario del inicio de la Guerra Civil.  En ella se luchó para preservar la Unión — para preservar el audaz experimento que es nuestra nación con un gobierno autónomo y democrático.  Pero la guerra de Lincoln por la Unión creció hasta convertirse en algo aun más grande: una lucha por la libertad.  Y aunque seguiría más de un siglo de luchas por la igualdad de derechos y oportunidades tras su muerte, el liderazgo de Lincoln redimió el pecado original de nuestra nación y nos permitió cumplir nuestro destino como una tierra de la libertad y la oportunidad.

“Hace diez años, mientras que muchos de ustedes estaban en 6to y 7mo grados, la libertad que Lincoln aseguró para todos los americanos, y que generaciones de americanos han luchado para proteger, fue atacada por terroristas —  el más letal ataque extranjero en la historia de nuestra nación.  Estoy seguro de que algunos de ustedes recuerdan dónde estaban o lo que estaban haciendo ese día de septiembre cuando escucharon la noticia por primera vez.  Y estoy seguro de que todos ustedes recordarán — por el resto de sus vidas — lo que estaban haciendo cuando oyeron la noticia de que Osama bin Laden había sido muerto.

“Existen ciertos momentos en la vida de nuestro país que permanecen con nosotros para siempre.  Para mi generación fueron los asesinatos del Presidente Kennedy, Bobby Kennedy y el Dr. Martin Luther King, Jr.  Para la generación de mis padres, fue Pearl Harbor y luego el Día de la Victoria.  Ha habido muchos otros momentos de celebración y nacionales — el alunizaje, la explosión del transbordador espacial Challenger, la asunción del primer presidente afroamericano de los Estados Unidos.

“Y habrá muchos más.

“Pero antes de que este momento más reciente se convierta en un recuerdo, y debido a que todos ustedes han participado en tal forma de él, tomemos un momento para reflexionar sobre el legado del 11 de Septiembre más allá de la Guerra en curso contra el terrorismo y lo que significa para el futuro de nuestra democracia.  Fui elegido alcalde apenas dos meses después de los ataques del 11 de Septiembre, cuando el humo aún surgía de los escombros de la Zona Cero.  Entonces, la idea generalizada era que a la Ciudad le tomaría décadas recuperarse — si acaso lo hacíamos alguna vez.

“La gente pensó que los negocios huirían, y que habría un éxodo masivo a los suburbios, y que la delincuencia regresaría.  Nada de eso ocurrió — y les diré por qué.  Nuestra Ciudad — y nuestro país — no cedieron ante el miedo.  Nos unimos como nunca antes e hicimos todo lo que pudimos para ayudar a las víctimas y sus familias.  Ofrecimos nuestros rezos.  Donamos nuestra sangre.  Abrimos nuestras carteras.  Bomberos y trabajadores de acero del país entero vinieron a Nueva York a ayudar.  Gente de todo el mundo nos dio su apoyo.  Y al realizar inversiones inteligentes en nuestro futuro, recuperamos a la Ciudad más rápido y más fuerte de lo que nadie pensó posible.

“Hoy, Osama bin Laden está muerto, y la Ciudad de Nueva York nunca ha estado más vida.  La unidad que definió a nuestra nación tras los ataques fue crucial para revitalizar a nuestra Ciudad, y también condujo a dos otros eventos muy positivos para nuestro país.  Primero, nos recordó que estamos de acuerdo en muchas más cosas que aquellas en las cuales discordamos.  Especialmente aquí en Washington, eso puede ser fácil de olvidar.  Se que muchos de ustedes hicieron pasantías en el Congreso o en la Casa Blanca, luciendo orgullosamente sus insignias a toda hora del día y la noche — y probablemente molestando a sus compañeros de vivienda mientras lo hacían.

“Ustedes han visto directamente cuan desgastante, y cuan contraproducente, pueden ser el partidismo.  Pero en Nueva York, no recuperamos a nuestra Ciudad como demócratas o como republicanos, como liberales o conservadores.  La recuperamos como neoyorquinos y americanos.

“Al dirigirnos hacia el próximo ciclo de elecciones, nuestros líderes harían bien en recordar que, aunque nuestras libertades ganadas con tanta dificultad nos dieron el derecho a estar en desacuerdo, también nos dan el derecho de concordar.  La idea generalizada de que demócratas y republicanos tienen creencias diametralmente opuestas — y que uno tiene razón y el otro no — simplemente no es cierta.  Se puede ser demócrata o republicano — yo he sido de ambos.  O se puede ser cualquier otra cosa.  Pero nunca cometan el error de creer que un partido en particular tiene un monopolio de las ideas buenas o a Dios de su lado.

“Aun cuando la unidad que existió tras los ataques del 11-S no tuvo un impacto duradero en Washington — tuvo un impacto duradero en los americanos, especialmente en los jóvenes.  La generación de ustedes, más que cualquier otra antes de ella, reconoce la verdad de las sabias palabras de John F. Kennedy al decir, ‘A veces la lealtad partidista pide demasiado’.  Y esa es uno de las grandes razones por las que los independientes son el bloque de votantes de más rápido crecimiento.

“Como es de esperarse, la población está un paso adelante de los políticos — especialmente los jóvenes.  Y creo que cuando la generación de ustedes se apodere de esta ciudad — y no tengo duda que muchos de ustedes ocuparán unas de las posiciones más poderosas — empezarán a alejar al país de ese período de extremo partidismo que nos impide atender tantas necesidades urgentes, y nos llevarán hacia una nueva era donde una forma de pensar más independiente permite soluciones impulsadas por el consenso.

“El segundo resultado positivo duradero que surgió de los ataques del 11-S fue igual de alentador: un incremento en el servicio y la participación como voluntarios.  Norteamericanos de todo tipo de origen — pero especialmente de la generación de ustedes — querían hacer más para ayudar a nuestro país.  Así que se registraron como voluntarios en una escuela u hospital o centro para personas mayores, y como resultado, el servicio voluntario se ha convertido en una parte aun más importante de nuestra cultura.  Sé que hay muchas oportunidades para rendir servicio aquí en GW.  Y me han informado que su escuela no solo ha alcanzado, sino también superado el reto que la Primera Dama Michelle Obama fijó para el año pasado: realizar en conjunto 100,000 horas de servicio voluntario.  Creo que eso definitivamente merece un aplauso.

“También quisiera dar un aplauso especial a aquellos graduados que han brindado servicio en las tareas más peligrosas y altruistas, o sea, sirviendo en las fuerzas uniformadas de nuestra nación.

“No podemos dar su servicio y sacrificio por sentado en momento alguno — y nunca debemos cometer el error de pensar que la defensa de la libertad es únicamente una preocupación de los cuerpos militares.  La libertad que nuestros Padres Fundadores aseguraron, la libertad que Lincoln extendió, la libertad que nuestras fuerzas armadas protegen ahora, la libertad que miles de millones de personas anhelan sentir cada día, es una libertad que todos debemos defender.  Aun cuando no sea popular — especialmente cuando no sea popular — tenemos la responsabilidad de defender el derecho de las personas a expresarse, por medio de su religión, donde y como sea que lo deseen, y a amar a quien deseen amar.

“Por este motivo, hace dos semanas, apoyé con mis palabras a un artista que tenía planeado abrir una exhibición en la Ciudad de Nueva York pero que ha sido detenido indefinidamente por las autoridades chinas.  Es la razón por la que, hace diez meses, defendí firmemente los derechos de la comunidad musulmana en Nueva York de construir una mezquita y centro comunitario en el Bajo Manhattan, y es el motivo por el que, este martes, iré al Capitolio del estado de Nueva York para apoyar la legislación que permitiría la igualdad de matrimonio a todos los hombres y todas las mujeres.

“Entre más libertad tengamos para expresarnos como individuos, más fuerte seremos como nación.  Entiendo que un estudiante de GW, Todd Belok, fue expulsado del programa ROTC debido a su orientación sexual.  Pero, gracias a que él y muchos más lucharon por un cambio — incluyendo uno de los graduados de hoy, Michael Komo, el Congreso aprobó recientemente — y el presidente Obama promulgó — la revocación de la ley Don’t Ask, Don’t tell (o “No pregunte, no diga”).

“Se requiere valentía para enfrentarse al poder.  Para tomar una posición poco popular. Para arriesgar la vida, las extremidades y el sustento por nuestros ideales.  Pero ese es el valor que condujo Lexington y Concord hasta Fort Sumter, Seneca Falls, Selma, Alabama y al Stonewall Inn, y al National Mall, donde Martin Luther King compartió su sueño con la nación, y cambió para siempre el curso de la historia.

“Hoy en día, gracias a todos aquellos que tuvieron el valor de marchar en protesta y pelear y expresarse por la libertad, no hay camino alguno que uno no pueda tomar.  Ningún futuro que no pueda crear.  Ningún sueño que no pueda realizar.  La única limitación es la de su imaginación.  La pregunta para todos ustedes, los graduandos, es: ¿Cómo utilizarán esa libertad?  No se preocupen si no tienen todas las respuestas en este momento.

“Sus vidas — y sus caminos profesionales — no serán una línea recta.  Cuando me gradué de la universidad, nadie hubiera creído — y mucho menos, mis profesores — que iniciaría una empresa de medios de comunicación e información y que después me convertiría en alcalde de la Ciudad de Nueva York.  ¡Mi propia madre aún no lo puede creer!

“Así que mientras piensan en sus carreras, sin importar lo que hagan, no se preocupen por crear un plan exacto — y no se vayan por el camino seguro.  No sean la persona que abandona una empresa nueva — o una banda — antes de darle la oportunidad de que llegue a algo grande.  Y no tengan miedo de volver a empezar o a cambiar de dirección.  Entre más riesgos tomen, más felices se sentirán — aun cuando no resulten.  Y puedo asegurarles: de vez en cuando no resultarán.  Pero también puedo asegurarles esto: No importa qué trabajo tengan, no importa quién sea su empleador; mientras más trabajen, más suerte tendrán.

“No importa si se sienten listos para empezar o no una carrera, la educación que han recibido aquí en GW los ha preparado para el éxito — y no me refiero solo a la educación que han recibido en el aula.  Han escuchado a algunos de los líderes más importantes e influyentes de nuestro tiempo.  Se les ha dado un acceso sin precedentes al centro de poder del gobierno.  Y les apuesto que han aprendido algunas cosas más también, como qué comidas evitar en la calle J y qué exactamente se les permite hacer en cada una de esas áreas de estudio Gellman — donde pueden usar computadoras portátiles, donde pueden estudiar en grupo, donde pueden merendar y donde no pueden hacer ningunas de esas cosas.

“Sin importar cual sea su próximo paso, existirán nuevas reglas que habrá que llegar a dominar, y nuevas fronteras que conquistar.  Mi recomendación es muy sencilla: sigan aprendiendo.  Sigan haciendo preguntas difíciles.  Sigan pensando independientemente.  Sigan sirviendo como voluntarios para ayudar a otros.  Sigan defendiendo — y disfrutando — la libertad que hace grande a nuestra nación.  Y, lo más importante, sigan llamando a sus madres.

“Hoy por la noche — antes de que empiecen esta nueva y emocionante fase de sus vidas — disfruten un último y feliz momento en McFadden’s, un último perro caliente de Manouch, y un último saludo al Buff y Blue, ya que mañana ¡empieza el verdadero trabajo!  ¡Felicitaciones a todos!  Les deseo la mejor de las suertes, y que Dios los bendiga”.







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