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PR- 367-10
24 de agosto de 2010

EL ALCALDE BLOOMBERG ENCABEZA CENA ANUAL DEL IFTAR POR EL MES DE RAMADÁN EN LA MANSIÓN GRACIE

A continuación se ofrecen las palabras pronunciadas por el alcalde Michael R. Bloomberg.

“Bien, buenas noches, y Ramadán Kareem, y quiero dar la bienvenida a todos en nuestra cena anual del Iftar, por el mes de Ramadán, en Gracie Mansion. 

“Nosotros llamamos a esta ‘La casa del pueblo’ porque pertenece a los 8.4 millones de neoyorquinos que llaman a esta ciudad su hogar.  Gente de todas las razas y religiones, todos los orígenes y creencias.  Y nosotros celebramos esa diversidad aquí en esta casa con encuentros tales como este.

“Y para mí, ya sea conmemorando el Día de San Patricio o la Semana de Harlem o cualquier otra ocasión, estos encuentros son siempre una forma poderosa de recordar lo que hace a nuestra ciudad tan fuerte y a nuestro país tan bueno.

“Saben, Estados Unidos es una nación de inmigrantes, y creo que es justo decir que ningún lugar abre sus puertas más ancho al mundo que la Ciudad de Nueva York. Estados Unidos es la tierra de la oportunidad, y creo que es justo decir que ningún lugar ofrece a sus residentes más oportunidades de perseguir sus sueños que la Ciudad de Nueva York.  Y Estados Unidos es un faro de la libertad, y creo que es justo decir que ningún lugar defiende esas libertades de manera más ferviente, o ha sido atacado por esas libertades de manera más feroz, que la Ciudad de Nueva York.

“En las últimas semanas ha surgido un debate que creo que llega al centro de lo que somos como ciudad y como país.  La propuesta de construir una mezquita y centro comunitario en el Bajo Manhattan ha creado una conversación nacional sobre la religión en Estados Unidos, y como el Ramadán ofrece un momento para la reflexión, quería tomar unos minutos para reflexionar sobre ese mismo tema.

“Hay gente de buena voluntad en ambos lados del debate, y yo esperaría que todos puedan continuar un diálogo en una forma cívica y respetuosa.  De hecho, creo que la mayoría de la gente ya concuerda en dos asuntos fundamentales: Primero, que los musulmanes tienen un derecho constitucional de construir una mezquita en el Bajo Manhattan; y segundo, que el lugar del World Trade Center es un sitio santificado.  Y la única pregunta que enfrentamos es: ¿cómo honramos ese sitio santificado?

“Las heridas del 11-S aún están en gran medida con nosotros.  Y sé que eso es cierto para Talat Hamdani, quien nos acompaña esta noche, y quien perdió a su hijo, Salman Hamdani, el 11-S.  Siempre habrá un vacío en nuestros corazones para los hombres y mujeres que perecieron ese día.

“Tras los ataques, algunas personas arguyeron — incluyendo algunas de ellas que perdieron a seres queridos — que el lugar entero debería ser reservado para un monumento conmemorativo.  Pero decidimos — juntos, como ciudad — que la mejor manera de honrar a todos los que perdimos, y de repudiar a nuestros enemigos, era construir un conmovedor centro conmemorativo y reconstruir el lugar.

“Queríamos que el lugar fuera una forma inspiradora de recordar al mundo que esta ciudad nunca olvidará a nuestros muertos y nunca dejará de vivir.  Juramos recuperar al Bajo Manhattan — más fuerte que nunca — como un símbolo de nuestra resistencia, y creo que es justo decir que lo hemos hecho.  Hoy es más que un vecindario de la comunidad que nunca antes, con más gente que nunca viviendo, trabajando, divirtiéndose y adorando allí.

“Pero si decimos que no se debe construir una mezquita o un centro comunitario cerca del perímetro del lugar del World Trade Center, desacreditaríamos nuestro compromiso de combatir el terror con libertad.

“Socavaríamos los valores y principios que tantos héroes murieron protegiendo.  Alimentaríamos las falsas impresiones que algunos estadounidenses tienen acerca de los musulmanes.  Enviaríamos una señal a todo el mundo de que los musulmanes americanos pueden ser iguales ante los ojos de la ley, pero separados ante los ojos de sus compatriotas.  Y daríamos una valiosa herramienta de propaganda a reclutadores de terroristas, quienes difunden la falacia de que Estados Unidos está en guerra con el Islam.

“El Islam no atacó el World Trade Center — Al-Qaeda lo hizo.  Implicar a todo el Islam por las acciones de unos cuantos que distorsionarlon una gran religión es injusto y anti-estadounidense.  No estamos hoy en guerra con el Islam — estamos en guerra con Al-Qaeda y otros extremistas que odian la libertad.

“Y en este mismo momento, hay jóvenes estadounidenses — algunos de ellos musulmanes — cuidando las libertades en Irak y Afganistán, y en todo el mundo.  Una pareja que está aquí esta noche, Sakibeh y Asaad Mustafá, tienen hijos que han servido a nuestro país en ultramar, y después del 11-S, uno de ellos ayudó en los esfuerzos de socorro en la Zona Cero.  Y quisieera pedirles que se pongan de pie, para que podamos mostrarles nuestro aprecio.  Ahí están.  Gracias.

“Los miembros de nuestras fuerzas armadas son hombres y mujeres en armas — luchando por corazones e ideas.  Y su arma más grande es que esa lucha es la fortaleza de nuestros valores americanos, que ya han inspirado a gente de todo el mundo.  Si no practicamos aquí en casa lo que predicamos en otros países — si no damos el ejemplo — socavamos a nuestros soldados.  Socavamos los objetivos de nuestra política exterior.  Y socavamos nuestra seguridad nacional.

“En una era diferente, con distintos retos internacionales que el país enfrentaba, el secretario de Relaciones Exteriores del Presidente Kennedy, Dean Rusk, explicó al Congreso por qué es importante que estemos a la altura de nuestros ideales aquí en casa.  Dean Rusk dijo, ‘Estados Unidos tiene la reputación de ser el hogar de la democracia y el líder de la lucha por la libertad, los derechos humanos, la dignidad humana.  Se espera que seamos el modelo’.

“Se espera que seamos el modelo.  Casi medio siglo más tarde, sus palabras siguen siendo verdad.  Al luchar contra nuestros enemigos, no podemos depender totalmente del valor de nuestros soldados o la aptitud de nuestros diplomáticos.  A todos nos toca hacer nuestra parte.

“Justo de la misma manera como luchamos contra el comunismo mostrándole al mundo el poder de mercados y elecciones libres, así debemos pelear contra el terrorismo mostrando al mundo el poder de la libertad religiosa y la tolerancia cultural.  La libertad y la tolerancia siempre vencerán a la tiranía y el terrorismo — y esa es la gran lección del siglo XXI, y no debemos abandonarla aquí en el XXI.

“Ahora, entiendo el deseo de que se encuentre otro lugar para la mezquita y centro comunitario.  Entiendo el dolor para aquellos que están motivados por una pérdida demasiado terrible para contemplar.  Y hay gente de todas las religiones — incluyendo, probablemente, algunos en este salón — que esperan que un compromiso acabe con el debate.

“Pero no lo hará.  La pregunta se convertirá entonces en, ¿cuál tamaño debería ser la ‘zona sin mezquitas’ alrededor del lugar del World Trade Center?  Ya hay una mezquita a cuatro cuadras de distancia.  ¿Debería ésta ser reubicada?

“Este es una prueba de nuestro compromiso con los valores de Estados Unidos.  Tenemos que tener el coraje de nuestras convicciones.  Debemos hacer lo que es correcto, no lo que sea fácil.  Y debemos poner nuestra fe en las libertades que han sostenido a nuestro gran país durante más de 200 años.

“Entonces, sé que muchos en este salón están preocupados y abatidos por el debate.  Pero vale la pena mantener cierta perspectiva sobre el tema.  Los primeros residentes coloniales vinieron a estas costas en busca de libertad religiosa, y los padres fundadores escribieron una constitución que la garantizó.  Ellos se aseguraron de que en este país al gobierno no se le permitiría escoger entre religiones o favorecer a una por encima de otra.

“No obstante, no hace mucho que judíos y católicos tuvieron que superar estereotipos y construir puentes para aquellos que los veían con sospecha y no totalmente como norteamericanos.  En 1960, muchos estadounidenses temían que John F. Kennedy impusiera la ley del papado sobre Estados Unidos.  Pero a través de su ejemplo, él nos enseñó que la piedad con una religión minoritaria no es un obstáculo para el patriotismo.  Es una lección que creo necesita ponerse al día, y es nuestra responsabilidad aceptar el reto.

“Antes de terminar, permítanme añadir un pensamiento final: el imán Rauf, quien ahora se encuentra en el extranjero promoviendo a los Estados Unidos y los valores norteamericanos, ha sido puesto bajo la atención de los medios de prensa.  Cada uno de nosotros pueda concordar fuertemente o estar rotundamente en desacuerdo con declaraciones específicas que él haya hecho.  Y así es como debería ser — ésta es la Ciudad de Nueva York.

“Y mientras que algunas de sus declaraciones han recibido mucha atención, quisiera leerles algo que él dijo que probablemente no han escuchado.  En un servicio conmemorativo de religiones para el periodista mártir Daniel Pearl, el imán Rauf dijo: ‘Si ser judío significa decir con todo el corazón, la mente, y el alma, Shma’ Yisrael, Adonai Elohenu Adonai Ehad, o Escucha, oh Israel, el Señor nuestro Dios, el Señor es uno, [entonces] no solo soy judío hoy, siempre lo he sido’.

Después continuó diciendo, ‘Si ser cristiano es amar al Señor nuestro Dios con todo mi corazón, mente y alma, y desear para el prójimo lo que deseo para mí mismo, entonces no solo soy cristiano, sino que siempre lo he sido’.

“Con ese espíritu, permítanme declarar que en Nueva York somos judíos y cristianos y musulmanes, y siempre lo hemos sido.  Y sobre todo esto, somos norteamericanos, cada uno con el mismo derecho a adorar y rezar donde escojamos hacerlo.  No hay lugar en los cinco condados de la Ciudad de Nueva York donde no se permita la entrada a cualquier religión.

“Afirmando esa idea básica, honraremos los valores de Estados Unidos y mantendremos a Nueva York como la ciudad más abierta, diversa, tolerante y libre del mundo.  Gracias, y disfruten”.







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