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PR- 035-09
22 de enero de 2009

EL ALCALDE BLOOMBERG TESTIFICA ANTE COMITÉ DE MEDIOS Y ARBITRIOS DE LA ASAMBLEA ESTATAL Y COMITÉ DE FINANZAS DEL SENADO ESTATAL ACERCA DEL IMPACTO DEL PRESUPUESTO PROPUESTO DEL ESTADO SOBRE LA CIUDAD DE NUEVA YORK

A continuación se presenta el texto preparado del testimonio del alcalde Michael R. Bloomberg. Por favor confirme con el testimonio final.

“Buenos días.  Gracias, presidente Farrell, y gracias, presidente Kruger — y felicitaciones a usted y la vicepresidente Liz Krueger por sus recientes designaciones.  Este es mi octavo año testificando ante este comité conjunto.  Me acompañan Michelle Goldstein, directora de Asuntos Legislativos del Estado de la Ciudad de Nueva York, y Mark Page, director de la Oficina de Administración y Presupuesto (OMB, en inglés) de la Ciudad.

“Cuando nos presentamos ante ustedes en enero del año pasado, nubes oscuras de incertidumbre ya ondeaban sobre nuestra economía.  Debido a que sabíamos que ningún auge dura indefinidamente, la Ciudad de Nueva York ya estaba asegurando sus escotillas al prepagar deudas y reservando miles de millones de dólares para cerrar futuras brechas presupuestarias.

“Pero desde entonces, las condiciones económicas se han deteriorado más allá de lo que nadie anticipó.  Ahora estamos en el 13er mes de una recesión nacional, y metidos en una crisis financiera global centrada en nuestra ciudad.

“En los últimos dos años, las firmas de Wall Street — contribuyentes mayores de la economía estatal — han reportado pérdidas de más de $36 mil millones y podrían terminar despidiendo una cuarta parte de su fuerza laboral.  Hace dos meses, pronosticamos que los ingresos municipales provenientes de impuestos económicamente sensibles en el año fiscal 2010 serían por lo menos $4.9 mil millones más bajos que en el año fiscal 2008 — una caída del 20%.  Pero eso es solo en el año fiscal 2010.  La dura verdad es que las pérdidas en Wall Street afectarán nuestros ingresos fiscales por muchos años.

“En tiempos económicos tan graves, el Gobierno está obligado a presupuestar sabiamente — estirar cada dólar para mantener servicios y enfocarse en acelerar la recuperación económica.  En la Ciudad de Nueva York, hemos tomado muy seriamente estas responsabilidades.

“Desde mi testimonio hace 12 meses, las agencias de la Ciudad han tomado, bajo mi dirección, $2.2 mil millones en acciones diseñadas para ayudar a cerrar la aún inminente brecha presupuestaria en el año fiscal 2010, que empieza el 1ro de julio.  El mes pasado instruí a los organismos municipales para que identifiquen $1.4 mil millones adicionales en recortes para el próximo año fiscal.

“Los resultados aparecerán en el presupuesto preliminar de la Ciudad que presentaré la próxima semana.  Pero, como la mayoría de los gastos de la Ciudad son para el personal, ustedes pueden estar seguros de que pronosticará una fuerza laboral más pequeña.  Y, como el recortar los gastos no preservará por sí solo servicios esenciales, también hemos tenido que aumentar los ingresos.

“El mes pasado, como fue propuesto por nuestra Administración, el Concejo Municipal aprobó mudar el vencimiento de la reducción de 7% en el impuesto a las propiedades al 1ro de enero, de la fecha original del 1ro de julio.  Esta acción generará $600 millones en nuestro año fiscal actual, que serán usados para ayudar a cerrar la brecha presupuestaria que enfrentamos en el año fiscal 2010.

“El gobernador también entiende la gravedad de esta crisis fiscal, evidenciado por su presentación de un Presupuesto Ejecutivo un mes antes de la fecha límite constitucional de nuestro Estado.  Este presupuesto incluye algunas propuestas inteligentes — pero, desafortunadamente, también contiene graves fallos.  En demasiados casos, [el prespupuesto] utiliza la crisis fiscal como una excusa para transferir gastos estatales a localidades de Nueva York — en muchos casos, permanentemente.

“Además, lo cual es aun más penoso, los residentes de la Ciudad de Nueva York cargarían con una parte desproporcionadamente pesada de recortes de servicios y cambios en la forma como se comparten los ingresos, lo cual nos obligaría a aumentar impuestos locales.

“A todas las localidades se les está pidiendo que tomen una píldora amarga; a la Ciudad de Nueva York se le está pidiendo que se trague una botella entera.

“En total, el presupuesto propuesto por el gobernador produciría una pérdida de $1.6 mil millones para la Ciudad.  Pero, permítanme insistir en que no estoy aquí hoy para dar el típico discurso de “recipiente de hojalata” que los alcaldes siempre pronuncian en Albany.  Entendemos que cerrar un déficit de $15 mil millones requiere grandes recortes — y la Ciudad no puede estar exenta [de ellos].

“Pero estas cargas deben ser compartidas en forma justa.  Ciertamente, la Ciudad no debe ser penalizada por mostrar el buen sentido que hemos mostrado anticipando esta recesión y habiendo recortado ya nuestro propio presupuesto.  Ni Albany debe sobrecargar a una economía municipal que, aunque presionada, sigue siendo el motor económico del estado.

“A corto plazo, eso significaría tanto impuestos municipales más altos como también miles de policías, bomberos y maestros menos — todo combinando los efectos locales de la recesión.  Y, a largo plazo, haría mucho más difícil que se reconstruya la industria de servicios financieros de la ciudad.  No se equivoquen al respecto.  Aumentar impuestos a aquellos con la flexibilidad para mudar sus empresas — como se hizo en crisis anteriores — conducirá a un éxodo que nos lesionará por décadas y tendrá devastadoras consecuencias para todo el estado.

“Existe una gran probabilidad de que el Congreso y el Presidente Obama acordarán un paquete de estímulo federal que podría ayudar a aliviar algunos de nuestros déficits fiscales.  Hasta donde sea posible, estamos trabajando para que este dinero vaya directamente a las ciudades para que podamos utilizarlo tan rápidamente como sea posible.

“Los fondos que lleguen al Estado también deben ser compartidos de forma rápida y justa con las localidades, incluyendo la Ciudad de Nueva York.  Por ejemplo, el Departamento de Transporte (DOT, en inglés) recibe actualmente 19 por ciento del financiamiento federal enviado al Estado para trabajos de vías y puentes — y por ello debe quedarse con fondos del estímulo.  Pero es importante notar que tales fondos — ya sean para gastos o inversiones — no son una panacea para nuestros problemas presupuestales.  Solo están pensados para dos años.  Y la situación del Estado es tan grave que no podemos ignorar nuestra responsabilidad principal, y el curso de acción más seguro: controlar los gastos.

“Antes de sugerir algunas medidas potenciales para ahorrar costos, permítanme primero tratar puntos en el presupuesto que requieren la atención más urgente de parte de ustedes.  Sin dudas, el más apremiante es la decepcionante propuesta del gobernador para excluir a la Ciudad de Nueva York — y solo a la Ciudad de Nueva York — de compartir ingresos del Estado.

“Esta es, en realidad, la segunda ocasión en tres años en que enfrentamos la posibilidad de que se eliminen completamente la parte que nos corresponde de los fondos para compartir del Estado.  Debido a que nuestros ingresos de impuestos a los bienes raíces servicios financieros y otras industrias han caído tan pronunciadamente, esto no podría ocurrir en un peor momento.  Y eso es especialmente cierto porque los fondos de ingresos compartidos nos proveen una flexibilidad de gastos bienvenida incluso a medida que los gastos no fijos en nuestro presupuesto se contraen año tras año.  Como la Ciudad genera casi 50 por ciento de todos los ingresos fiscales del Estado, es difícil justificar el sacarnos por completo de compartir ingresos.

El presupuesto del gobernador sugiere que impuestos adicionales para los residentes de la ciudad podrían compensar la diferencia.  Pero eso solo exacerbaría nuestro desequilibrio actual de pagos con el Estado — el cual equivale ya a unos $1,300 por cada residente de la Ciudad de Nueva York.

“Para la Ciudad de Nueva York, las consecuencias de la eliminación propuesta de fondos compartidos son en realidad mucho peores de lo que parecen en el presupuesto del gobernador.  Debido a la forma como estos fondos son pagados a la Ciudad, se perderían pagos de $328 millones tanto en nuestro año fiscal actual como en años fiscales posteriores.  $656 millones no es solo monedas; es suficiente para pagar los salarios de unos 9,000 oficiales de policía o 10,000 maestros o 11,000 oficiales correccionales o 12,000 trabajadores de sanidad pública.  Nuestros propios problemas presupuestales nos dejarían sin protección para suavizar un golpe de esta magnitud.  De modo que, sin un restablecimiento de los fondos compartidos, enfrentamos $666 mil millones adicionales en nuevos impuestos y recortes de servicios, incluyendo miles de despidos patrocinados por el Estado.

“Lo que hace esta situación aún más difícil es la continua práctica de Albany de posponer ciertos pagos que se deben a la Ciudad.  Este año, el Estado está demorando $522 millones, incluyendo financiamiento para nuestros colegios públicos.  En tiempos buenos, estas demoras son apenas una molestia.  Pero este año, combinadas con la eliminación de fondos de ingresos compartidos, ellas están creando una presión intolerable precisamente cuando debemos alinear nuestro presupuesto.

“Miembros de la Legislatura: Eso no es tratar a la Ciudad de forma justa, y no es dirigir el Estado apropiadamente.  Sin embargo, una vez más estamos contando con ustedes — nuestros representantes locales — para restaurar plenamente los ingresos compartidos que la Ciudad necesita y merece.

“Permítanme ahora hablar sobre la educación.

“Quiero dejar claro precisamente cuánto está perdiendo la Ciudad en ayuda para operaciones de educación del Estado.  Al menos, deberíamos ser honestos en cuanto a eso.  Si ustedes leen el Presupuesto Ejecutivo, esa reducción es de $206 millones.  Pero esa cifra es el producto de contabilidad engañosa.  Se alcanza tomando diversos aumentos y reducciones en ayuda para operaciones que combinados equivalen a una reducción neta de $296 millones, y luego compensando eso con $90 millones en fondos adicionales del Estado para inversión.  Este dinero para inversiones es ciertamente bienvenido.  Pero no es y nunca será dinero para operaciones — y nunca debe ser contado como tal.

“De hecho, el recorte actual en ayuda a las escuelas municipales es un asombroso total de $770 millones.

“He aquí cómo se divide eso: Incluye la reducción neta de $296 millones en ayuda para operaciones.  También incluye la eliminación de $293 millones en el aumento de fondos ordenado por el acuerdo de la Campaña por la Equidad Fiscal.  Finalmente, el Estado también está pidiendo a la Ciudad que absorba más de $180 millones en los costos para educar unos 30,000 estudiantes de pre-kindergarten que tienen necesidades especiales de educación.  Estos costos para educación especial de pre-K han crecido un 52% desde el 2003.  Y ahora el gobernador propone recortar la parte que le corresponde al estado de 59.5% a 47% — un cambio permanente en los costos.

“Reducciones tan pronunciadas nos golperían duro en el peor momento posible.  Debido a la forma como a la Ciudad de Nueva York se le requiere por ley estatal que prepare su propio presupuesto, $84.3 millones en costos adicionales para educación especial de pre-K caerían sobre nuestros contribuyentes a mediados del año escolar.  Eso obligaría al Departamento de Educación (DOE, en inglés) de la ciudad a cubrir estos gastos inmediatamente.  También enfrentaríamos $97.3 millones adicionales en gastos obligatorios para educación especial de pre-K en nuestro año fiscal 2010.  En vez de solo tranferir estos gastos crecientes a los distritos escolares, el Estado debería trabajar para contenerlos — y estamos comprometidos a trabajar con el gobernador y todos ustedes para lograr que eso ocurra.

“Ahora, consideremos a Medicaid.

“El Estado de Nueva York tiene uno de los programas de Medicaid más caros en la nación — y seguramente se pueden obtener ahorros hasta donde sean generados justamente.  Pero es una empresa compleja.  Al contener costos, debemos asegurar que no sacrificamos el acceso al cuidado médico para nuestros neoyorquinos más vulnerables ni socavamos nuestra infraestructura de cuidado de la salud.

“Desafortunadamente, enfrentamos tales problemas potenciales.  Las propuestas del gobernador costarían a la Corporación de Salud y Hospitales (HHC, en inglés) de la Ciudad de Nueva York casi $300 millones.  Estos recortes vendrían en forma de reducciones de fondos para Medicaid y subvenciones estatales, y una reinstauración de un impuesto a los ingresos brutos de los hospitales.  Además, nuestro Departamento de Bomberos (FDNY, en inglés) perdería $60 millones en respaldo de Medicaid para sus críticos Servicios de Emergencias Médicas (EMS, en inglés).  No podemos absorber tales reducciones sin poner en riesgo servicios vitales.

“Un camino mucho mejor hacia el ahorro sería incrementar las gestiones del Estado para eliminar el fraude y desperdicios de Medicaid.  Para empezar, la Legislatura estatal debería aprobar legislación que facilite el recuperar fondos de beneficiarios de Medicaid que esconden activos o reciben recompensas en efectivo.  El inspector general de Medicaid del Estado también debe responder más rápidamente a los casos de desperdicio que han encontrado las auditorías de la Ciudad.  En los últimos dos años, nuestros auditores han identificado unos $25 millones en recuperaciones posibles — pero el inspector general de Medicaid no nos ha dado la luz verde para perseguirlas.  Empecemos eliminando este desperdicio ahora — y luego podemos hablar sobre el resto.

“El gobernador también está buscando ampliar la elegibilidad para el programa Family Health Plus del Estado.  Aunque respaldo la extensión de la cobertura de salud para más neoyorquinos, el Estado no debe pagar por su expansión con fondos dedicados en la actualidad a servicios centrales proporcionados por hospitales públicos y hogares para ancianos.  Es, después de todo, la ley estatal que requiere a las instalaciones de la HHC cuidar a cualquier paciente, sin importar su capacidad de pago.  En su lugar, trabajemos unidos para controlar los gastos de Medicaid, ampliar la cobertura de salud y también mantener nuestros hospitales públicos como los mejores en la nación.

“Los servicios sociales son otra área donde el Presupuesto Ejecutivo golpea a la Ciudad de Nueva York más fuerte que a los demás, con recortes que suman más de $200 millones.

“En realidad, no tendríamos otra opción que asumir nosotros mismos millones de dólares de esos gastos — ya que a menudo, las medidas estatales propuestas son en realidad traspasos camuflados de gastos obligatorios a la Ciudad.  Por ejemplo, el Presupuesto Ejecutivo cambiaría cómo el Estado y la Ciudad comparten los gastos de retener menores en centros de detenciones juveniles locales.  El año pasado, como muchos recuerdan, el Presupuesto Ejecutivo propuso que el Estado termine su vieja política de pagar 50% de estos costos.  Nosotros nos opusimos, y la Legislatura sabiamente dijo ‘no’ a esta idea.

“El Presupuesto Ejecutivo de este año propone en su lugar crear ‘paquetes de subvenciones para el desarrollo de jóvenes’ para la Ciudad y otras localidades que teóricamente pagarían esos costos de detención juvenil así como las alternativas de encarcelación, programas extracurriculares, y otras iniciativas.

“Pero hay un problema.  En realidad, la población juvenil en detención es inherentemente impredecible, mientras que los costos de detención per capita son asignados legalmente.  Por lo tanto, los gastos totales de detención terminarían estando más allá del control de la Ciudad aun cuando la cantidad de dólares que tendríamos que lograr sería fijada por el tamaño de nuestro paquete de subvención.  Casi inevitablemente, la Ciudad tendría que apartar dinero en su paquete de subvención de otras iniciativas valiosas para cubrir los gastos de detención que el Estado tradicionalmente ha ayudado a pagar.  Eso nos haría recortar los programas o pagar la diferencia nosotros mismos.

“Se propone otro traspaso de costos en la forma que el Estado financia programas locales bajo el programa Ayuda Temporal a Familias Necesitadas (TANF, en inglés).  El Presupuesto Ejecutivo eliminaría todas las contribuciones estatales generales financiadas para empleo local, prevención de desamparo, administración y otros servicios para los necesitados — y reemplazaría estos fondos con dinero federal TANF.  Pero el presupuesto también busca usar dinero federal para pagar los aumentos en beneficios sociales propuestos por el gobernador, dejando dólares federales para otros programas TANF.  Ya que los fondos federales no aumentarán, la Ciudad tendrá que eliminar programas o cubrir la diferencia — otro ejemplo de la ‘reducción de costos’ estatal transfiriendo gastos a la Ciudad.

“Antes de reducir drásticamente los fondos a hospitales, escuelas y seguridad pública, asegurémonos de que hemos explorado cada alternativa posible.  Así que permítanme tocar las medidas en el presupuesto propuesto por el gobernador — y otras que propongo hoy — que podrían ayudar a unir las brechas presupuestarias estatales y locales sin afectar los servicios.  Los intereses especiales pueden oponerse automáticamente a algunas de ellas.  Pero no podemos ignorar nuestra responsabilidad con el Estado en general durante este tiempo de crisis.

“Primero, damos la bienvenida a la continuación de la reforma de la Ley Wicks.  Cuando se promulgó en 1961, esta requirió a las localidades expedir múltiples contratos de construcción para proyectos de obras públicas que costaban más de $50,000 — aun cuando se necesitaba solo un contratista.  Y ese requisito permaneció — sin cambios — hasta el año pasado, cuando el Estado finalmente eliminó el umbral para proyectos que costaban más de $3 millones en la Ciudad de Nueva York.

“Este año, el gobernador propone elevarla nuevamente — a $10 millones en la Ciudad de Nueva York.  Esa medida producirá en los próximos cinco años casi $160 millones en ahorros de construcción capital para la Ciudad.

“Pero la Legislatura estatal puede hacer aun más, eliminando completamente la costosa y pesada ley.  Por lo menos, debemos asegurar que los fondos federales de estímulo que la Ciudad probablemente reciba estén exentos deLey Wicks.  Eso nos ayudará a estirar ese dinero federal y a poner más gente a trabajar de nuevo modernizando nuestra infraestructura.

“También elogiamos al gobernador por incluir en su presupuesto dos reformas de sentido común que generarían millones en ahorros para la Ciudad.

“La primera nos ahorraría $14.5 millones al año, instruyendo a los tribunales para que compensen indemnizaciones por lesiones personales con pagos de ‘fuentes colaterales’.  Ahora mismo, los demandantes que ganan indemnizaciones que reciben otra compensación — como seguro médico o beneficios por discapacidad — esencialmente están recibiendo mucho más dinero de lo que reclaman haber perdido.  Todos queremos justicia para las víctimas; la propuesta del gobernador también aseguraría justicia para los contribuyentes.

“La segunda reforma reduciría la tasa de interés que la Ciudad, el Estado y otras entidades públicas deben pagar por las sentencias.  Actualmente, la tasa está fijada al 9 por ciento — pero esto no tiene ningún sentido cuando las tasas de interés están en un nivel históricamente bajo.  Vinculando la tasa, en vez de esto, con la tasa de la Ley de Hacienda — que ha tenido un promedio de 3.5 por ciento en los últimos cuatro años — ahorraríamos $1.5 millones al año.

“El presupuesto del gobernador también incluye una expansión significativa de nuestro programa de cámara de luz roja, que nos ayudará a hacer nuestras calles todavía más seguras.

“Pero la reforma más significativa en el presupuesto es la propuesta de crear un quinto nivel en el plan municipal de pensiones y alinearlo con la realidad.  Siempre he creído en pagar a nuestra fuerza laboral lo que más podamos, y hacer al servicio público atractivo para los mejores y más brillantes.  Pero ahora mismo, estamos pagando beneficios de jubilación completos a personas de 40 y pocos años.  No podemos continuar eso para la próxima generación de jubilados — especialmente con gente que está viviendo más y más.  De hecho, desde el 2000, los gastos municipales de pensiones han aumentado en $5 mil millones — un promedio de $1,600 en impuestos adicionales el año pasado para cada familia en la Ciudad de Nueva York.

“Las reformas del gobernador incluyen establecer una nueva edad mínima de 50 años de jubilación para ‘beneficios completos’ y requerir 25 años de servicios en vez de 20 para beneficios completos a miembros de nuestros servicios uniformados.  Estos cambios ahorrarían a los contribuyentes $7.4 mil millones en los próximos 20 años.  Con nuestra economía en pique, dicha reforma de pensiones es una idea cuyo momento sin duda ha llegado.

“Nosotros también recomendamos otras medidas de ahorro de costos.

“Primero, proponemos integrar los 21,000 empleados inscritos en el Sistema de Jubilacion de la Junta de Educación (BERS, en inglés) — el sistema de pensión local más pequeño — al Sistema de Jubilación de Maestros (TRS, en inglés) o el Sistema de Jubilacion de Empleados de la Ciudad de Nueva Y (NYCERS, en inglés).  Esto produciría millones de dólares en ahorros de economías de escala sin la pérdida de un solo empleo.

“Busquemos también la oportunidad de promulgar reformas pendientes de reclamaciones de agravio que alinearían a Nueva York con el resto del país.  El año pasado, gastamos unos asombrosos $550 millones resolviendo demandas por agravio.  Pero podemos reducir esa suma astronómica mediante cambios sencillos en la ley, tales como limitar los premios.  Por ejemplo, solo el imponer un límite de $250,000 en la responsabilidad municipal por daños asociados con dolor y sufrimiento — algo que está en los libros en 38 otros estados — podría ahorrarnos $63 millones cada año.

“Antes de contestar sus preguntas, permítanme hablar durante esta sesión sobre otros cinco asuntos claves en la agenda de la Ciudad.

“Primero, encabezando nuestra lista está el trabajar con ustedes para reautorizar el control de la Alcaldía sobre nuestro sistema escolar.  Desde la sabia decisión de la Legislatura estatal en el 2002 de abolir la antigua Junta de Educación, hemos reemplazado una cultura de disfunción en nuestras escuelas con una cultura de responsabilidad y logros.

“Hemos reducido la delincuencia escolar en 34 por ciento, y cortado la burocracia escolar en $350 millones.  Hemos dado a los directores más poder sobre sus escuelas.  Hemos creado bonos para maestros de alto rendimiento.  Hemos hecho a los padres colaboradores mayores en la educación de sus hijos.  Y hemos terminado la desastrosa política de promoción social.

“Ninguna de estas reformas ha sido fácil o siempre popular.  Pero ellas han obtenido resultados: Las tasas de graduación están en un nivel histórico alto, los resultados de los exámenes están mejorando en toda la Ciudad, y hemos reducido la vergonzosa brecha entre estudiantes de diferentes razas — cortándola a la mitad en matemáticas de 4to grado.

“Claramente, aún tenemos mucho por recorrer.  Aunque nuestras escuelas son buenas y están mejorando, todavía no son suficientemente buenas.

“Pero por primera vez en mucho tiempo, vamos por buen camino — y simplemente no podemos volver a los viejos dias.  Por el bienestar de nuestros niños, por el bienestar de nuestro futuro.  Espero que reautorizen el control de la Alcaldía.

“El segundo asunto en nuestra agenda es la reforma del Impuesto de Empresas No Incorporadas (UBT, en inglés).  La semana pasada, en mi discurso del Estado de la Ciudad, señalé que el UBT grava doble e injustamente a miles de negocios, y puede desalentar a los neoyorquinos recientemente desplazados de hacer trabajo independiente o empezar su propio negocio.  Dichas actividades están sujetas a impuestos — y sin embargo pueden impulsar nuestra economía y ayudarnos a salir de esta recesión.  En el 2007, ustedes aprobaron prudentemente una ley limitando el UBT.  Ahora, esperamos que ustedes den el próximo paso eliminando o reduciendo el impuesto para 17,000 pequeños negocios — ahorrando a cada uno de ellos hasta $3,400.  Eso dará a su fundamento un impulso cuando más lo necesitan.

Tercero, estamos proponiendo una legislación que cobraría cinco centavos a los compradores por cada bolsa plástica que usen en sus comercios locales.  Unos 5 mil millones de bolsas plásticas terminan en nuestra cadena de desechos municipales cada año, ensuciando nuestras calles y saturando nuestros vertederos.  Implementando una pequeña tarifa, generaríamos $100 millones al año y motivaríamos a los neoyorquinos a usar menos bolsas plásticas, reduciendo la carga pesada que recibe nuestro medioambiente.

Cuarto, les urgimos a impulsar a la Comisión de Servicio Público para mejorar la eficiencia de energía del Estado.  El junio pasado, la Comisión aprobó $175 millones para proyectos a fin de ayudar a los neoyorquinos a reducir sus facturas de energía y proteger nuestro medioambiente.  Hoy, estos fondos aun están en custodia.  No sé lo que estamos esperando.  La Comisión debe entregar esos fondos inmediatamente para que empiecen a funcionar programas de eficiencia de energía.

“Quinto y último, debemos idear urgentemente un plan que mantenga y mejore el transporte público.  El presupuesto de la Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA, en inglés) para el 2009 incluye un pronunciado aumento de tarifas y peajes del 23% y una reducción significativa en el servicio — todo lo cual podría entrar en efecto esta primavera.

“Eso no puede suceder; los líderes estatales necesitan ayudar a equilibrar el presupuesto de operaciones de la MTA sin recurrir a estos pasos draconianos.  Eso debe implicar el establecimiento de un flujo de fondos consagrado y previsible para las necesidades de operación y capitales de la MTA.

“La Comisión dirigida por Dick Ravitch ha ofrecido una posible solución que mantiene tarifas razonables implementando un impuesto de nóminas y colocando peajes en los puentes del East River y el río Harlem.  Esa es una opción — y siempre he favorecido pedir a los conductores que contribuyan al transporte público, a la vez que reducimos el tránsito y mejoramos la calidad del aire.

“No obstante, a la larga, les tocará a ustedes llegar a una solución — una que sea justa para los viajeros y contribuyentes.  Y con nuestra creciente población poniendo más y más presión en el sistema, necesitamos esa solución sin demoras.

“La recesión ha traído la hora de la verdad a mi ciudad y nuestro estado — y debemos atender todos nuestros problemas fiscales, honesta y francamente, para poder proteger a la gente de Nueva York.

“El éxito depende de mantener una imparcialidad básica en la Ciudad de Nueva York y el resto del estado.  Cada enero parece que debatimos sobre este punto.  Pero este año los riesgos son más altos que nunca— y es absolutamente crítico que tengamos un presupuesto que sea legítimo, con visión futura, y más importante, equitativo.

“Si podemos trabajar unidos, confío en que podemos sacar a Nueva York de esta profunda recesión — más temprano que tarde — y ubicarla nuevamente en el camino de un futuro más brillante y más fuerte”.







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