Formato Amistoso con la Impresora Envíe a un Amigo


PARA DIFUSIÓN INMEDIATA
PR- 463-07
14 de diciembre de 2007

EL ALCALDE MICHAEL R. BLOOMBERG HABLA ANTE DELEGADOS EN CONVENCIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA EL CAMBIO CLIMÁTICO A NOMBRE DEL ICLEI — GOBIERNOS LOCALES POR LA SUSTENTABILIDAD

A continuación se presenta el texto del discurso preparado del alcalde Bloomberg. Por favor confirme con el discurso final.

“Gracias, señor Ministro.  Señor Secretario Ejecutivo; Sus Excelencias; distinguidos invitados: Tengo el privilegio de hablar no solo por los ocho y un cuarto de millones de habitantes de la Ciudad de Nueva York, sino también por los casi 3.3 mil millones de hombres, mujeres y niños —casi la mitad de la población de la Tierra — que viven en ciudades.

“Hoy convergen dos fuerzas poderosas e históricas: La urbanización de la gente del mundo y nuestra alteración del clima del mundo.  Ambas tendencias se están acelerando.  Hace cincuenta años, menos de 100 de las ciudades del mundo tenían poblaciones de un millón o más habitantes.  En los próximos 10 años, casi 500 ciudades los tendrán.

“La evidencia de un cambio climático creciente es también indisputable, y las ciudades del mundo, que representan al 80% de la producción de gases de invernadero de la humanidad, reconocen que la inacción no es una opción.

“Los alcaldes están en el nivel de gobierno más cercano a la gente, y no tenemos el lujo de hablar sobre cambios, sino de producirlos.  Son, después de todo, nuestros hijos quienes deben respirar la polución de las plantas generadoras que también contribuyen al cambio climático, y nuestras economías son las que están estranguladas por la siempre-creciente congestión vehicular que ensucia y a la vez calienta nuestra atmósfera.  Los alcaldes de las ciudades del mundo son los pragmáticos más grandes en el escenario mundial.  Los resultados, no las ideologías, son lo que nos importa.

“No es de sorprender, entonces, que las ciudades y villas de todo el planeta, actuando individual y conjuntamente, se hayan movido audaz e imaginativamente para reducir nuestras huellas de carbono.

“Más de 700 ciudades, villas y condados de todo el mundo mantienen una red activa que promueve la acción ambiental internacional a través del ICLEI, Gobiernos Locales por la Sustentabilidad, en cuyo nombre estoy hablando con ustedes hoy.  Las 40 ciudades más grandes del mundo se han unido en la organización C-40, cuya reunión se celebró en mi ciudad en una fecha previa de este año, con una estupenda ayuda del ex presidente Clinton y la Iniciativa para el Clima de la Fundación Clinton.  Y, aunque nuestro Gobierno nacional no ha ratificado el Protocolo de Kyoto, unas 700 ciudades de Estados Unidos, en representación de 80 millones de estadounidenses, han acordado voluntariamente cumplir los objetivos de Kyoto.

“Esto incluye a mi Ciudad de Nueva York.  Nos hemos comprometido a reducir en 30% nuestras emisiones de calentamiento global para el año 2030.  Haremos eso trabajando junto a nuestros colaboradores en el Gobierno estatal para desarrollar un programa piloto de tarifa de congestión.  Crearemos incentivos para reemplazar generadoras viejas y contaminantes con plantas nuevas que usen combustibles más limpios.  Sembraremos un millón de árboles nuevos en toda nuestra ciudad en los próximos diez años.  Justo esta semana, dimos pasos para asegurar que, para el año 2012, los 13,000 taxis de nuestra ciudad serán híbridos o equivalentes de híbridos.  Eso solo recortará las emisiones de carbono de la Ciudad de Nueva York en casi medio punto porcentual, y ahorraremos a cada taxista unos $5,000 al año en costos de combustible.

“Delegados: Como yo, la mayoría de ustedes habitan en ciudades.  Y, como yo, muchos de ustedes también son papás.  Cuando regresen a sus hogares, sus hijos les preguntarán, como mis hijas me preguntarán a mí: ¿Qué lograste en Bali?  Es posible que, algún día, nuestros nietos también nos pregunten eso.  Permítanme darles una respuesta de la que todos podemos estar orgullosos, no una excusa que estaremos avergonzados de explicar.

“Concentrémonos en lo que las naciones que ustedes representan, y las ciudades por las que hablo, pueden hacer, en vez de enfocarnos en lo que no pueden hacer.  Con ese espíritu, les pido que den estos dos pasos para finalizar el Mapa de Ruta de Bali.

“Primero, establezcan, honesta y completamente, las obligaciones que todos compartimos.  Si vamos a estabilizar el clima del mundo, la ciencia dice que debemos recortar las emisiones de carbono de aproximadamente 60% a 80% en todo el mundo a mediados de siglo.

“Ayer, los gobiernos locales lanzaron el Acuerdo de Alcaldes y Gobiernos Locales del Mundo para la Protección del Clima, comprometiéndose a estos objetivos.  Pero las metas a largo plazo no pueden simplemente convertirse en pretextos para la inacción.  Debemos establecer metas, proponer planes realistas para lograrlos, y responsabilizarnos por hacer precisamente eso.

 Como estadounidense, quiero que mi país establezca el ritmo del cambio.  Una gran nación acoge el deber de dirigir con el ejemplo.  Y la posición de cualquier país en la comunidad de naciones se eleva a medida que esta cumple sus obligaciones con el mundo que todos nuestros hijos heredarán.  Entonces, necesitamos compromisos justos de todos.

“Y segundo, les pido que hagan a las ciudades y gobiernos locales del mundo una parte integral de este proceso.

“Mis esperanza es que, cuando esta conferencia se reúna en el 2008, los funcionarios locales de cada lugar podrán hablar por sí mismos, no como forasteros, sino como miembros plenos de sus delegaciones nacionales.  Eso sentará las bases para que jueguen un rol productivo negociando al sucesor del Protocolo de Kyoto en Copenhague, en el 2009.  La autoridad y los recursos necesarios para enfrentar el mayor reto que la humanidad se haya creado jamás debe ser compartida por los funcionarios que confrontan más directamente estos desafíos.

“Tenemos mucho que traer a la mesa.  Desde los albores de la civilización, las ciudades siempre han sido el centro de la industria humana y la matriz de la invención humana.  En tiempos medievales se decía que ‘el aire de la ciudad es más libre’ porque las ciudades liberaban a la gente de los lazos del feudalismo y desataban la creatividad humana y encendían la imaginación de los seres humanos.

“Ahora las ciudades pueden y deben ayudar a hacer el aire más libre y más sano, para todos los que habitan nuestro planeta.  Les pido que nos den el poder de enfrentar ese reto”.







CONTACTO PARA LOS MEDIOS DE DIFUSIÓN:


Stu Loeser   (212) 788-2958




Mas Recursos
Vea el video (In English) en 92k o 512k