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PR- 315-07
28 de agosto de 2007

EL ALCALDE BLOOMBERG HABLA EN “SESIÓN INFORMATIVA SOBRE INFORME DE POBREZA DEL CENSO” DEL CENTRO DE NIÑOS Y FAMILIAS DE BROOKINGS

El alcalde propone un nuevo Crédito Fiscal por Ingreso Devengado que exige más de los destinatarios a cambio de mayores beneficios

A continuación se presenta el texto preparado para el discurso del alcalde Bloomberg. Por favor confirme con el discurso final.

“Gracias, Strobe, y buenas tardes a todos. The Brookings Institution ha logrado un gran respeto en Washington porque ha ido más allá del partidismo — y eso no es algo fácil de lograr en esta ciudad.

“Es un honor ser invitado a unirme a este grupo hoy para hablar sobre las últimas cifras de la pobreza de la Oficina del Censo.  Este mes se cumplen 40 años desde que la Oficina publicó su primera evaluación nacional de la pobreza en Estados Unidos.  Y desde entonces, hemos aprendido lo suficiente sobre lo que funciona — y lo que no funciona — en la lucha contra la pobreza.

“Por ejemplo, sabemos que una buena educación es una de las mejores formas de combatir la pobreza.  Pero por décadas, los políticos solo lanzaban dinero a nuestras escuelas, sin hacerlas responsables de su triunfo — y una generación de niños pagaron un precio muy alto.  Aumentamos nuestros gastos, contrariamos a los que pagan sus facturas, y no hicimos ningún cambio significativo en los resultados.  Los niños están ahora luchando por triunfar en una economía global cada vez más competitiva — y muchos de ellos están fracasando.  Sé por mi propia vida cuan importante es una buena educación.  Soy el producto de las escuelas públicas, y conozco la oportunidad que la educación pública provee. 

“En la Ciudad de Nueva York, hay 1.1 millones de estudiantes en escuelas públicas, y durante mucho tiempo fueron discriminados por un sistema que prioriza a los políticos y el clientelismo sobre el aprendizaje y la excelencia.  Estamos empezando a transformar las escuelas en la Ciudad de Nueva York, estableciendo metas elevadas y haciendo a todos — estudiantes, maestros, directores, y administradores — rendir cuentas por el éxito y, si no lo logramos, suspenderemos los fondos.  Como resultado, las calificaciones de los exámenes han aumentado de 10 a 20 puntos, y las tasas de graduación aumentaron casi 20 por ciento.

“Por cada niño adicional que logremos que se gradúe de la secundaria y continúe una enseñanza superior — eso es un niño más que probablemente no quedará atrapado en una vida de pobreza — y con muchas más probabilidades de ascender por la escalera del éxito. 

Lecciones aprendidas en la lucha contra la pobreza

“Transformar a nuestras escuelas en centros de aprendizaje donde se espera la excelencia y no se acepta el fracaso es la mejor estrategia a largo plazo que tenemos para combatir la pobreza — y para garantizar la continuidad del dominio económico de los Estados Unidos.

“Sin embargo, ¿qué de aquellos que están estancados en la pobreza ahora?  ¿Cómo los ayudamos a aprovechar oportunidades y salir de la pobreza?  Esas son las preguntas en las que me gustaría enfocarme hoy.  Claro está, no tengo que decirle a nadie en esta sala que no existe una respuesta simple, una bala mágica. 

“Pero hemos aprendido de forma difícil que no se puede combatir la pobreza evadiendo sus causas principales — eso incluye no solo la falta de educación, sino también la dependencia del gobierno.  La ley de reforma a la asistencia pública de 1996 — por cuya formación muchas personas en esta sala merecen crédito — se enfocó en la dependencia, y pese a que no ha sido una bala mágica, definitivamente dio en el blanco.

“Combinada con la ampliación del Crédito Fiscal por Ingreso Devengado (EITC, en inglés) y respaldada por una economía creciente, la reforma a la asistencia pública llevó a mucha gente al mercado laboral, donde obtuvieron la dignidad del trabajo y una oportunidad de salir de la pobreza.

“En la Ciudad de Nueva York, por ejemplo, la cantidad de casos de asistencia social es menor que en cualquier otro momento desde 1964.  Han caído más de 33 por ciento en los últimos cinco años, mientras hemos estado al mando, lo cual supera la reducción en el país.  El año pasado, el desempleo en nuestra ciudad alcanzó el nivel histórico más bajo — 4.9 por ciento.

“En toda la nación, la reforma a la asistencia social y las ampliaciones del EITC nos ayudaron a mover el porcentaje de estadounidenses que viven en la pobreza de un promedio desde casi 14.5 por ciento a principios de los años ’90 hasta 12.3 por ciento hoy en día.  Pero aunque esas reducciones son buenas noticias, la realidad es que el índice de la pobreza actual es aún más alto de lo que era a finales de los años ‘70.  Claro está, la exactitud de la medida de la pobreza es otra historia — y hablaré de ese tema en unos minutos.

“Pero ya que es la medida que todos utilizan, la pregunta es: ¿Dejar a uno de cada ocho estadounidenses en la pobreza es realmente lo mejor que podemos hacer?  Millones de ellos son madres y niños que viven día a día, luchando por llevar vidas estables — para poner comida en la mesa — para permanecer saludables — para sobrevivir.

“¿Vamos simplemente a encoger los hombros y esperar que la mano invisible del mercado los levante?  ¿O levantar nuestros puños y exigir que la mano dura del Gobierno los levante?  Si vamos a tomar una de estas rutas, vamos a fracasar.  No hay ‘si’, ‘y’ o ‘pero’ que valgan.

“Pero si estamos dispuestos a emplear las lecciones críticas que hemos aprendido en la lucha contra la pobreza — empezando con la necesidad de descartar ideologías a favor de la innovación y la experimentación — entonces creo que podemos sumar al progreso que hemos logrado en los últimos 10 años y reducir la pobreza a niveles históricos en los próximos 10 años.

Programas nuevos e innovadores contra la pobreza de la Ciudad de Nueva York

“Una de las lecciones de la reforma a la asistencia social fue que las ciudades y estados puedan ser catalizadores y modelos para acción federal — por lo que, en la Ciudad de Nueva York, estamos decididos a ayudar a señalar el camino.

“Hace unos nueve años, establecimos en el Gobierno municipal el Centro para Oportunidades Económicas (CEO, en inglés), con un presupuesto de $150 millones para examinar y evaluar nuevas estrategias innovadoras.  Su enfoque inicial: Reducir la pobreza entre los jóvenes adultos, familias con niños pequeños, y los trabajadores pobres — tres grupos que juntos forman casi la mitad de los 1.5 millones de neoyorquinos que viven en la pobreza.  Su filosofía: Combatir la pobreza a través de la comprobada estrategia de motivar la responsabilidad personal.

“Hasta ahora, la política gubernamental ha empleado esta filosofía principalmente desarrollando políticas que motivan a las personas a trabajar.  En la Ciudad de Nueva York, estamos comprometidos a sumar a ese esfuerzo, pero además estamos dando un paso más allá — y permítanme darles solo algunos ejemplos.

“El próximo mes, lanzaremos un programa piloto controversial que incentiva decisiones personales — las decisiones críticas que son las que tienen más probabilidades de ayudar a la gente a romper el ciclo de la pobreza.  Por ejemplo, en la Ciudad de Nueva York, más de un cuarto de millón de jóvenes de 16 a 24 años vive bajo el nivel de pobreza.  A menudo, ellos están a solo un paso equivocado y de corta visión — como el abandonar los estudios o cometer un delito — de una vida de pobreza.  Pero, con las iniciativas correctas, creemos que ellos serán más capaces de tomar las decisiones apropiadas.

“La misma idea es válida para los adultos pobres, muchos de los cuales quieren las mismas cosas para sus familias que todos queremos — y muchos de ellos están tratando de triunfar.  Pero seamos realistas: A veces, la vida nos da unos cuantos golpes duros — un hijo enfermo, un gran aumento del alquiler, una emergencia familiar. Y a veces, los recursos simplemente no están ahí.

“Pero si los recursos se hacen disponibles con la condición de que se mantenga un empleo — o que se den otros pasos que ayudarán a encabezar la salida de la pobreza —, las familias pueden controlar mejor estos golpes, en lugar de ser víctimas de ellos.

“Es ahí donde nuestro nuevo incentivo ‘Opportunity NYC’ entra en juego.  Está basado en programas que han tenido éxito en México y otros países, pero que aún no se han intentado en los Estados Unidos — hasta ahora.  A partir del próximo mes, empezaremos a realizar pagos en efectivo — de dinero recaudado privadamente — a un grupo de prueba de jóvenes y adultos, si — déjenme repetirlo — si hacen las cosas con más probabilidades de llevarlos a romper el ciclo de la pobreza.  Eso significa que los estudiantes de escuela secundaria podrán ganar $600 por cada examen estandarizado del estado que aprueben, $400 por graduarse, y hasta $50 mensuales por mantener una asistencia casi perfecta.  Mientras tanto, los adultos podrán ganar hasta $150 mensuales por un trabajo de tiempo completo.
 
“Ahora, ustedes quizás digan, ‘¿Por qué deberíamos pagar a la gente por hacer lo que están supuestos a hacer?’  Esta es una pregunta justa — pero véanlo de esta manera: Casi todo programa que ha sido intentado contra de la pobreza ha fracasado en reducir el índice nacional de pobreza bajo el 11 por ciento.  Entonces, ¿cuáles son las opciones?  ¿Hacer nada?  ¿O disfrazar las ideas antiguas y fracasadas?

“Tenemos otras opciones — pero solo si no tememos ser innovadores, incluso si eso significa romper tabúes.  Y, seamos realistas: Si hubiéramos temido de romper tabúes en los años ‘90, requerir que las madres trabajen nunca hubiera sucedido como parte de la reforma de asistencia social, pero ahora casi todos aceptan que fue algo bueno y necesario.

“Eso es liderazgo.  Hay que estar dispuesto a arriesgarse con políticas cuando se desconocen los resultados.

“Mi visión es esta: ¿Por qué no deberíamos experimentar con un programa diseñado en torno a la única estrategia que ha probado hacer maravillas una y otra vez — el capitalismo?  Los empleados están supuestos a trabajar duro, pero la promesa de un bono usualmente hace que la gente trabaje más duro.  Eso es capitalismo, y no debería ser un concepto foráneo para el gobierno.  Lo usamos a través de políticas impositivas, garantías de préstamos y subsidios para fomentar o disuadir actividad económica y conducta personal.

“Vamos a evaluar rigurosamente si estas ‘transferencias condicionales de efectivo’ (o CCT, en inglés) tienen éxito.  Si lo logran, las ampliaremos.  Si no, las modificaremos o eliminaremos.

“También sabemos que aprender nuevas destrezas ayuda a que la gente pase de empleos con salarios mínimos a empleos con salarios dignos.  De esta manera también probaremos si las transferencias condicionales de efectivo pueden motivar a adultos trabajadores a completar programas de adiestramiento para empleos de salarios más altos que los saquen de la pobreza.

“Para ayudar a más padres a unirse a la fuerza laboral y ampliar sus horas, este año también empezaremos a ofrecer un nuevo crédito fiscal para el cuidado infantil — uniéndonos a Washington DC como las dos únicas ciudades en ofrecer un crédito local.  Este beneficiará a casi 50,000 familias trabajadoras en nuestra ciudad — y para muchas personas, especialmente las madres, puede significar la diferencia entre trabajar y no trabajar, o trabajar 20 horas a la semana versus trabajar 40 horas a la semana.

Reforma y ampliación del EITC

“No obstante, un empleo de tiempo completo sigue siendo — sin duda — el mejor programa contra la pobreza alguna vez concebido.  Y la forma más eficaz con la que el Gobierno ha fomentado el empleo es el Crédito Fiscal por Ingreso Devengado.  El EITC disfruta de un respaldo inusualmente amplio de la izquierda y la derecha — no por ser un compromiso, sino por ser innovador, inteligente y eficaz.  Pero ahora mismo no estamos aprovechando su máximo poder.

“Es por eso que hoy quiero proponer una ampliación substancial y reforma del EITC federal, lo cual — creo yo — nos permitirá dar el próximo gran paso en la reducción de la pobreza.  La reforma a la asistencia pública y el EITC han incentivado el trabajo en mujeres con hijos menores.

“Pero, ¿por qué deberíamos esperar que las madres jóvenes trabajen y no los padres jóvenes?  Ahora mismo, los padres no están aprovechando nuestra estrategia de reducir el índice de pobreza.  Los logros que hemos conseguido en los últimos diez años han sido impulsados por madres.  Esa estrategia ha funcionado muy bien, pero nos estamos acercando a sus límites — en parte por la falta de la presencia de padres y en parte por la disminución de salarios reales para todos los trabajadores de bajos ingresos.

“Si vamos a alcanzar otra serie de logros substanciales como los que experimentamos después de 1996, entonces tenemos que hacer más para conectar a los padres con empleos y sus familias.  Y tenemos que aumentar las recompensas por el trabajo para que ese trabajo pague — a los padres y a las personas.  Creo que, ampliando y reformando el EITC, podemos hacer ambas.

 “Hoy, todos ustedes recibirán una hoja de datos sobre mi propuesta, pero permítanme rápidamente repasar algunos de los más notables: Actualmente la edad para calificar para el EITC individual, sin hijos, es de 25 años; deberíamos reducirla a 21.  A los 20 años y más las personas están tomando decisiones que cambian sus vidas — queremos que esas decisiones se centren en unirse a la fuerza laboral.

“Actualmente, el ingreso máximo del EITC para un contribuyente soltero es de $12,000 anual; queremos aumentar eso en casi un tercio, solo un poco más de $18,000 — lo que aumentará substancialmente la subvención del EITC para quienes ganan salarios en el nivel de pobreza.  

“Por ejemplo, junto con otros ajustes al EITC que proponemos, el resultado de estos cambios significaría que alguien que gane $11,000 al año, y califica para una subvención federal total del EITC de $86, en su lugar sería elegible a casi $1,000 más en sueldo neto.  Y como Nueva York tiene EITC estatal y EITC municipal con vínculos con el programa federal, este crédito fiscal aumentaría casi $350 más.

Eliminación de penalidades matrimoniales y pedir más a los padres

“También creo que deberíamos eliminar lo que ahora es una ‘penalidad al matrimonio’ significativa del EITC para familias con y sin hijos.  El matrimonio aumenta las oportunidades de una familia para salir de la pobreza.  ¿Por qué debería el gobierno desalentarlo?  No debería.  A la vez, ¿por qué debería el gobierno dar dinero a un padre que no está pagando manutención?  De nuevo, no debería.  El EITC debería ser catalizador para los padres que cumplen sus obligaciones como esposos, padres y ciudadanos responsables.

“Lo que propongo hoy es un EITC que ofrece más y, a cambio, espera más de los padres y de todos los trabajadores. Si uno debe la manutención de un hijo y no está al día en los pagos, no [habrá] cheque del IRS.  Y punto.  Y las personas deberían trabajar lo equivalente a 26 semanas anuales para que el incentivo sea más que un empleo ocasional que cosechará dinero extra del Gobierno, y que sea empleo estable de tiempo completo.

“Beneficios mayores — responsabilidades básicas.  Eso es cambio justo, y tal como hemos visto una y otra vez, en la reforma de asistencia social y la educativa, la gente reacciona a las expectativas que se les fijan.

“Esta propuesta cubriría a casi 445,000 residentes de la Ciudad de Nueva York, de los cuales casi 80 por ciento serían nuevos beneficiarios. En el país, 19.7 millones de estadounidenses calificarían, con 10.5 millones de ellos recientemente elegibles, lo que añadiría casi $8,500 millones anuales al costo del EITC.  Eso no es un cambio pequeño — pero no cabe duda que con más estadounidenses y padres trabajando, y pagando manutención infantil, nuestra economía y toda nuestra sociedad se beneficiarán enormemente.

Reformando la anticuada fórmula de la pobreza

“Ahora, antes de finalizar, déjenme mencionar que hasta el momento me he abstenido de decir a cuánta personas nuestro EITC ampliado no “levantaría de la pobreza’.  Hay una razón para ello, y se trata de un problema fundamental que tenemos que atender si estamos comprometidos a reducir la pobreza.

“La medición federal de la pobreza — como estoy seguro de que todos aquí saben — no ha cambiado desde que fue presentado por primera vez en 1964.  Desde entonces, el Gobierno federal ha lanzado varios programas diseñados para suplementar los ingresos — cupones alimenticios, Medicaid, viviendas subvencionadas y, por supuesto, el EITC. 

“Sin embargo, ninguno de estos programas se toman en cuenta en los ingresos de una persona con el propósito de definir la pobreza.  Tampoco se descuentan los impuestos sobre la renta y los impuestos de nóminas, pese a que afectan al ingreso real de una familia, al igual que las diferencias regionales del costo de vida.  La fórmula no indica que hemos realizado ningún logro en la lucha contra la pobreza.

“En el 2005, el índice de la pobreza fue más alto de lo que era durante los años ’70; sin embargo, en prácticamente cualquier medición de las privaciones — incluyendo el hambre, las condiciones de sobrepoblación, posesión de automóviles y electrodomésticos, cuidado de salud y dental — hemos logrado progreso real en la lucha contra la pobreza y elevando los estándares de vida desde los años ‘70.  A la vez, el nivel de pobreza está ahora mucho más lejos de la clase media de lo que estaba en 1964.

“La fórmula de la pobreza, quizás digan, está en bancarrota.  Esconde los buenos resultados que hemos logrado, así como la ardua labor que falta por hacer.  Vengo de un origen donde los números cuentan, y los datos forjan decisiones.  Todos decimos ‘En Dios confiamos’, y lo hacemos.  Pero para otros, uno tiene que traer datos.  Soy un fiel creyente del dicho ‘Si lo puedes medir, lo puedes controlar’.  Así que, al igual que necesitamos un enfoque más creativo y vigoroso para luchar contra la pobreza, necesitamos un método más preciso para evaluar si estamos realizando algún progreso.

“Es por eso que en Nueva York, a medida que experimentamos muchas de nuestras nuevas estrategias, también vamos a desarrollar nuevas mediciones de la pobreza más precisas e informativas que ambos lados apoyen de la plancha política.  Espero que haciendo esto en el curso del próximo año, contemos con la ayuda de algunas personas en esta sala.  Y también recurriremos al trabajo que ya se ha realizado en esta área a través de la Oficina del Censo y organizaciones como la Academia Nacional de Ciencias (NAS, en inglés).

“Al igual que ciudades y estados encabezaron el camino cambiando fundamentalmente la reforma al debate de la asistencia social, creo que ellos pueden jugar el mismo rol al tratarse de la pobreza — en términos de medición y control del problema.  Podemos ser los pioneros de las próximas grandes ideas  — pero, a la vez, necesitamos que el Gobierno federal amplíe las estrategias que ya han demostrado éxito.

“Entonces, en los próximos meses trabajaremos de cerca con nuestra delegación del Congreso — especialmente con Charlie Rangel, presidente del Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes — a fin de poner a la pobreza nuevamente en la agenda nacional.  Y creo que el asunto Número Uno debería ser la ampliación y reforma de la mejor herramienta contra la pobreza que tenemos: el EITC.

“Llevando estrategias comprobadas a un nivel más alto, y experimentando con nuevos programas innovadores — como estamos haciendo en Nueva York —, creo que podemos ayudar a más estadounidenses a convertirse en personas y padres independientes y responsables que invierten en su propio éxito, el de sus familias y comunidades.  Esas inversiones tienen el poder de romper el ciclo de la pobreza — y deberíamos hacer todo lo posible para motivarlas.  Todos jugamos un rol — no importa si usted es investigador, activista, funcionario electo o votante.

“El progreso no es inevitable.  Está en nosotros el crearlo.  Vamos a trabajar.  Gracias”.







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