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PR- 162-07
26 de mayo de 2007

EL ALCALDE BLOOMBERG PRONUNCIA DISCURSO CENTRAL DE GRADUACIÓN EN BARD COLLEGE

A continuación se presenta el texto preparado del alcalde Bloomberg. Por favor confirme con el discurso final.

“Gracias, Leon, por esa amable introducción.  También quiero agradecer a los fideicomisarios y la Junta de Gobernadores por este título honorario — incluyendo a Roger Scotland, quien es hoy uno de nuestros asesores políticos en City Hall.  Sin embargo, en Bard, Roger fue capitán del legendario equipo de baloncesto de 1993, el cual tuvo un récord perfecto de 0-25. 

“Es maravilloso estar en Bard, no solo porque es una escuela de distinción, un ‘lugar donde pensar’ y un campus acurrucado en uno de los lugares más hermosos de nuestro estado, sino porque, ¿dónde más se pueden disfrutar 725 estilos arquitectónicos en una milla cuadrada, incluyendo el juego más grande de orejas de conejo que he visto desde que mi familia compró una antigua televisión RCA en 1961?

“Es más, su estimado presidente y yo en realidad tenemos mucho en común: Ambos tenemos hijas que fueron a la misma escuela, ambos somos toscamente apuestos, y ambos fuimos estudiantes sobresalientes: mientras Leon estuvo en el topo de su clase, yo fui el tipo de estudiante que hizo posible que hubiera un tope en las clases.

“Permítanme empezar felicitando a los estudiantes que hoy se gradúan.  Ustedes deben estar muy orgullosos de ustedes mismos.  Ustedes han superado tantos obstáculos para llegar a este día. No creo que yo hubiese podido jamás estar de pie frente a una Junta de Moderación como estudiante de segundo año o frente a una Junta de Proyectos de Cuarto Año como ustedes han hecho este año.  A propósito, vi una lista de esos proyectos — y son increíblemente impresionantes: un estudio de movimientos laborales en América Latina, un informe sobre la economía de subcontratos, tesis literarias, composiciones musicales, ensayos fotográficos y uno que llamó mi atención: ‘La elucidación de una reacción Re-dox generadora de color incluyendo óxido de plata y dióxido de germanio en un vaso terma-crómico de boro-silicato de sodio’.

“Eso era exactamente lo que yo quería hacer para mi proyecto universitario de cuarto año.  Simplemente nunca aprendí a deletrearlo.  Afortunadamente, no había prueba de ortografía para pronunciar este discurso de graduación. Hablando de esto, se que no fui su primera opción (saben, yo también visito Facebook). Pero al menos terminé delante de Ann Coulter y el tipo que causó el brote de piojos en el último semestre.

“Sí, les prometo ser breve.  Se que algunos de ustedes llegaron algo tarde de la ‘Fiesta en la Carpa’ de anoche, y no quiero ser el mayor obstáculo entre ustedes y sus diplomas.  Sin embargo, antes de impartir esas indispensables palabras sabias a ustedes los graduados, quiero decir algo sobre otro importante grupo que se encuentra aquí en el día de hoy.

“Estoy hablando sobre sus padres y familiares, quienes están sentados ahí afuera esta mañana, resplandecientes de orgullo y ni siquiera pensando en lo que costó llegar a este día o que sucederá si ustedes no pueden conseguir un empleo y tienen que mudarse de vuelta a sus casas.  Por lo tanto, vamos a darle un gran aplauso.  ¡Ellos lo merecen!

“Ahora, cuando pronuncio un discurso de graduación, siempre enfrento el mismo dilema: ¿Cómo decirles a los graduados que el futuro está en sus manos sin asustar al resto del público?  Se que muchos de ustedes se mudarán a la Ciudad de Nueva York después de graduarse.  En realidad, tengo entendido que el sector de Williamsburg en Brooklyn tiene tantos estudiantes de Bard que se ha convertido en un dormitorio oficial de los graduados.  Pero aunque no se muden a los cinco condados, espero que ustedes lleguen a la Ciudad de Nueva York en el futuro cercano.

“Les prometo que les recibiremos con los brazos abiertos.  Porque, en verdad, los valores y prioridades que han sido importantes para ustedes en Bard son igualmente importantes para nosotros en la Gran Manzana — y espero que ustedes los llevarán con ustedes por el resto de sus vidas.  ¿De qué estoy hablando? Primero, de nuestro compromiso compartido con la educación.

“El compromiso de Bard con la educación se extiende en realidad a todo el globo: Ustedes están no solo llevando cursos gratis de humanidades a nivel universitario para los estadounidenses pobres a través del programa Clementé y B-Cap; ustedes también han ayudado a fundar Smolnee, el primer colegio universitario de artes liberales en la antigua Unión Soviética.

“En la Ciudad de Nueva York, también hemos hecho de la educación nuestra mayor prioridad — y estamos transformando un sistema de escuelas públicas que antes estuvo atascado en el clientelismo y la burocracia en un sistema que da a nuestros niños las destrezas que necesitan para competir y triunfar.  De hecho, en la vanguardia de esta histórica revolución está el Bard High School Early College del Lower East Side en Manhattan, que envía un asombroso 95% de sus estudiantes a la universidad.  Y me complace decir que, en el 2008, Bard se encamina a abrir una segunda escuela pública en nuestra ciudad.

“Nuestra segunda creencia compartida está en el poder de las artes.  La lista de graduados de Bard parece una definición de los artistas más innovadores e influyentes del mundo.  Y, permítanme decirles — nadie aprecie más el gran arte que la Ciudad de Nueva York, porque los artistas no solo alimentan nuestro espíritu colectivo, sino que a menudo son los grandes pioneros de nuestra ciudad, mudándose a vecindarios que han estado declinando y revigorizándolos con su energía y creatividad únicas.  La gente que ama el arte y hace arte puede ser la mayor razón por la que Nueva York es la ciudad más grande del mundo, y un lugar tan increíble para vivir, trabajar y criar una familia.

“Tercero, consideren nuestro amor compartido del servicio público.  Ya sea un trabajo que los estudiantes de Bard han hecho para reconstruir la Costa del Golfo tras el huracán Katrina o en la Iniciativa de Prisiones de Bard, que está dando a cientos de reclusos un sentido renovado de su propósito en la vida, ustedes han demostrado un verdadero compromiso de ‘dar a la comunidad’.  No pierdan esa pasión. 

“Es acaso la cosa más importante que ustedes pueden hacer con sus vidas — y es lo que me condujo a asumir el mayor reto — y el mayor riesgo — de mi vida: postularme para la Alcaldía.  Hoy, como alguien que está en la posición de ver de cerca el impacto real que tiene el servicio público de millones de neoyorquinos, puedo decirles que cada minuto de servicio ayuda en más maneras de las que se puede contar.

“El cuarto valor que Bard y la Ciudad de Nueva York comparten es un compromiso con la libre expresión.  Este campus — más que casi cualquier otro — late con las opiniones y debates.  Nada está fuera de los límites.  Incluso en las famosas fiestas ‘abiertas’ de Leon. A ustedes se les motiva a involucrarse, a pensar por sí mismos, a cuestionar, a retar.  De hecho, algunos estudiantes se reunieron con alguien de mi personal en City Hall para tratar asuntos de su preocupación.

“Esto es algo bueno. E, incluso cuando la gente no esté de acuerdo, ustedes aún mantienen el respeto de escuchar al otro, lo cual creo que es igualmente importante.  En Nueva York, somos el hogar de una amplia diversidad de opiniones, creencias y religiones.  Y ellas son más simplemente toleradas — son celebradas.  El resultado es que los neoyorquinos tienen una curiosidad increíble, una valiosa apertura mental — sin mencionar algunas opiniones muy fuertes sobre el mundo que nos rodea.  Es igual con los estudiantes de Bard.  Y esas cualidades van a servirles bien en los próximos años, mientras ustedes forjan nuevos campos en los negocios, mientras ustedes impulsan los descubrimientos científicos, luchan contra el hambre y las enfermedades, inspiran al público con su imaginación y creatividad, y cambian al mundo.

“Ese es realmente el quinto valor que compartimos — tanto Bard como la Ciudad de Nueva York están llenos de gente que no solo sueña con cambiar el mundo, sino que lo hacen.  Esto podría sonar como uno de esos clichés desgastados, pero les urjo a no dejar su idealismo aquí en el campus.  Llévenlo a la Ciudad de Nueva York, o dondequiera que vayan.

“Cada generación de estadounidenses ha sido definida por sus respuestas a los retos más grandes de su tiempo.  Para sus abuelos y el resto de la Generación Más Grande, fue la amenaza del fascismo.  Vuestros padres, que fueron parte de la Generación del auge de la natalidad, lucharon por ampliar los derechos civiles.  ¿Y ustedes, qué? ¿Cómo serán recordados? 

“Ustedes no son parte de la ‘Generación X’, y no creo que ‘Generación de la Internet’ les hace justicia (y ni siquiera voy a sugerir la ‘Generación Pepsi’.)  En realidad, espero que un día se les conozca como la ‘Generación Verde’.  Eso es porque ahora mismo estamos enfrentando el mayor  reto medioambiental en la historia de la humanidad — y a menos que actuemos pronto podemos despertar una mañana y encontrarnos viviendo en un planeta diferente.

“No esta exactamente claro cuáles serán los efectos del calentamiento global, pero los científicos de todo el mundo han llegado a un consenso claro de que el cambio climático es un factor real con consecuencias reales.  No podemos recostarnos y esperar que el problema desaparezca o que los gobiernos del mundo tomen la delantera.  Y, si esperamos que Washington ponga nuestros intereses antes que los intereses especiales — ¡podríamos estar aún esperando para su reunión número 50!  No.  Nos toca a nosotros — a cada uno de nosotros.

“En los últimos meses, la Ciudad de Nueva York ha asumido la lucha contra el calentamiento global con una intensidad sin igual.  Eso no es solo porque, como ciudad costera, seguramente sentiríamos los efectos del cambio climático más que la mayoría, sino también porque compartimos la responsabilidad del problema.

“Es cierto, somos uno de los lugares más agradables en cuanto al medioambiente en la tierra, ya que muchos de nuestros ciudadanos viajan al trabajo y la escuela en transporte público y porque nuestras casas y apartamentos también tienden a ser relativamente compactos y aglomerados.  Pero, colectivamente, las ciudades del mundo consumen más o menos 75% de la energía mundial y producen 80% de sus gases de invernadero.  Así que, definitivamente no podemos felicitarnos y estar satisfechos con nosotros mismos.

“En su lugar, hemos desarrollado una nueva estrategia innovadora que nos ayudará a enfrentar los retos que el cambio de clima presenta.  Y en su corazón existe una meta medioambiental verdaderamente ambiciosa pero vital: reducir las emisiones de calentamiento global de la ciudad de Nueva York en 30% para el año 2030.  En Washington se habla mucho sobre lo que deberíamos estar haciendo para reducir nuestras emisiones.  Pero déjenme decirles lo que estamos haciendo.

“Primero, estamos tratando de hacer que los 900,000 edificios que componen nuestra ciudad sean más eficientes en cuanto a la energía — ya que suman 79% de nuestras emisiones de gases de invernadero. 

“Segundo, estamos enfocándonos en nuestras antiguas y considerablemente contaminadas plantas de energía — y trabajando para reemplazarlas con generadores más nuevos y de buen rendimiento.

“Y tercero, vamos a reducir el número de vehículos en nuestras calles, ampliando nuestro sistema de tránsito, combinado con una idea innovadora de la que estoy seguro muchos de ustedes han leído en las noticias.  Se trata de cobrar una pequeña tarifa en ciertas horas a los vehículos que viajen en Manhattan bajo la Calle 86.

“Comprendo totalmente la duda en cuanto a poner precio a la congestión. Yo mismo lo dudé.  Pero he estudiado los hechos — y la realidad es, en ciudades como Londres y Singapur, las tarifas han tenido éxito reduciendo el tránsito y mejorando la calidad del aire.  Nosotros seríamos la primera ciudad de Estados Unidos en experimentar con el precio a la congestión — y ser primeros es siempre lo más difícil.  Pero un problema de esta magnitud requiere que pensemos innovadoramente y actuemos audazmente.  Este no es el momento de ser tímidos.

“No importa lo que digan los escépticos, no importan las probabilidades: uno tiene que hacer lo que crea que es correcto a largo plazo.  Y ese no es un mal mensaje para terminar hoy.  No dudo que las experiencias maravillosas que han tenido en Bard vayan a ayudarlos a lograr cosas grandes.

“A partir de la mañana del lunes, muchos de ustedes se dirigirán al mercado laboral.  (Eso puede ser espantoso).  Y a algunos de ustedes quizás les tome un poco más.  (Eso también puede ser espantoso).  Mi consejo para ustedes es: no se preocupen enseguida por su salario o título.

“Su primer trabajo debería ser algo que los eduque, beneficie y alegre.  Piensen en una actividad o proyecto que adoren hacer, donde amen a la gente que los rodea y amen estar ahí a toda hora — hasta que se realice el trabajo. 

“Es así como se deben sentir en sus trabajos.  De esa manera, sea lo que sea que decidan hacer, querrán empezar a la 6 a.m., quedarse hasta la medianoche, entregarse todos y ni siquiera se verá como un sacrificio.  Verán que, aunque la suerte es parte del éxito, mientras más arduo se trabaja, más suerte se tiene — y después tendrán más éxito.

“Y no se desesperen si sus carreras no son caminos rectos.  Mucha gente exitosa está haciendo cosas radicalmente diferentes a lo que empezaron a hacer.  Miren a su alrededor — esos parranderos que vivían frente a ustedes en Tewksbury podrían ser el próximo Steely Dan; el arquero del equipo de fútbol, el próximo Christopher Guest; ese aplicado estudiante de filosofía, el próximo Chevy Chase.

“Habrá vaivenes y desvíos.  Yo he sido contratado y despedido, alabado y vilipendiado.  He dicho las cosas más sabias que simplemente brotaron de mí y algunas de las cosas más estúpidas que pueden imaginar.  Pero, cada día — incluso el día en que supe que sería despedido — fue un día que esperé con ansiedad porque siempre sentí que mañana sería aún mejor.

“Espero que sientan el mismo sentido de optimismo.  Porque el futuro está en sus manos — y, con todo lo que he aprendido sobre Bard, confío en que el futuro está en buenas manos.  Así que, a los miembros de la ‘Generación Verde’, agarren un último trago en el Black Swan hoy, porque mañana, ¡empieza el verdadero trabajo!

“Felicidades a todos ustedes en este día maravillosamente feliz”.







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