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  20 de febrero de 2005
www.nyc.gov

Una ciudad de oportunidades significa una ciudad con vivienda asequible

Por el alcalde Michael R. Bloomberg

Permítanme hablarles de tres neoyorquinos que conocí esta semana, y también decirles cómo nuestra Administración está mejorando su calidad de vida creando y preservando viviendas cómodas y asequibles en las comunidades donde viven.

Lydia Roseboro es una trabajadora de hospital retirada. Ella ha vivido en Harlem por más de treinta años. A pesar de que Harlem se ha convertido en uno de los mercados de bienes raíces más populares en la ciudad, ella recientemente logró el sueño de toda la vida de comprar su propia casa ahí mismo, en la vecindad que ama. Es un complejo unifamiliar situado en tierras desocupadas que pertenecían antes a la municipalidad, y una colaboración entre el Gobierno y prestamistas privados que ayudaron a mantener el precio de venta del unifamiliar dentro del presupuesto. Lydia siempre quiso una casa con jardín; ahora la tiene. También tiene las habitaciones adicionales que son perfectas para que sus nietos pasen la noche. Ella no puede estar o sentirse más orgullosa y feliz.

Dorothy Jenkins vive en vivienda pública en el Sur del Bronx, y debido a la muerte súbita de su hija, sus dos pequeños nietos viven con ella. Criarlos es definitivamente un reto para alguien que empieza sus 60 años y, lamentablemente, miles de otros neoyorquinos enfrentan el mismo reto. Pero la Autoridad de Vivienda de la Ciudad de Nueva York (NYCHA, en inglés) está haciendo algo al respecto. Con la ayuda de dos grupos sin fines de lucro, han construido un edificio con 50 unidades en el cual están a punto de mudarse Dorothy y su familia. El edificio contará con servicios sociales para inquilinos de edad avanzada, así como salones de recreación, campamento de verano, patio de recreo y otras instalaciones para sus nietos. Es el primer complejo de viviendas públicas en el país diseñado específicamente para cumplir con las necesidades de familias como la de Dororthy, y nuestra Administración está bastante optimista de que se convertirá en un modelo aquí y en ciudades de todo el país.

Todos tenemos el interés de ayudar a los neoyorquinos de edad avanzada a disfrutar la dignidad y satisfacción que conlleva la vida independiente. David Diamondstein es un ejemplo. Cumplirá 100 años en una fecha posterior de este año, y todavía hace sus propias compras y sus diligencias en su vecindad natal de Inwood. David vive en un edificio operado por una agencia sin fines de lucro, y el edificio necesita reparaciones. Nuestra Administración ha encontrado una manera de pagar por ellos usando bonos libres de impuestos para refinanciar la hipoteca del edificio. Ahora, David y sus vecinos recibirán cocinas nuevas, ascensores, sistemas de intercomunicador y otras renovaciones que son muy bien recibidas.

Continuamente escuchamos y leemos historias sobre los precios astronómicos de la vivienda en la ciudad de Nueva York. Esa es una señal segura de nuestra creciente economía. Pero también es una bendición mixta, porque pone presión en las familias de presupuesto ajustado. Es por eso que nuestra Administración está a ayudando a Lydia, Dorothy, David y miles de neoyorquinos más con una gran variedad de ingresos, tamaños de familias y necesidades sociales a encontrar viviendas asequibles. Es una de las maneras en que estamos haciendo de Nueva York una ciudad de oportunidades para todos - y los resultados se pueden ver en toda la ciudad.

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