Formato Amistoso con la Impresora Compartir


PARA DIFUSIÓN INMEDIATA
PR- 298-13
12 de septiembre de 2013

EL ALCALDE BLOOMBERG REMEMORA LA CIUDAD DE NUEVA YORK EL 12 DE SEPTIEMBRE DE 2001 Y HABLA DEL PROGRESO EN LA RECUPERACIÓN ECONÓMICA, EL GRAN CRECIMIENTO POBLACIONAL Y DESCENSOS HISTÓRICOS EN LA DELINCUENCIA

A continuación, el discurso pronunciado esta mañana por el alcalde Michael R. Bloomberg en 7 World Trade Center:

“Quiero agradecer a Downtown Alliance por auspiciar este desayuno — pero permítanme empezar tomando un momento para recordar a alguien que realizó una labor tan extraordinaria en la dirección de esta organización, y que hizo tanto por la ciudad que amó: Liz Berger.

“Liz creía fervientemente en el Bajo Manhattan y su futuro — en los buenos tiempos y en los malos.  El año pasado, tras el paso del huracán Sandy, Liz desempeñó un rol crucial en ayudar a la comunidad del Downtown a recuperarse — en parte creando un programa de préstamos y subsidios para pequeños negocios.  Todos extrañamos su energía, su ímpetu, su compromiso — pero también su personalidad.

“Era una persona maravillosa a quien todos amaban, y marcó una enorme diferencia en la ciudad.  Y realmente la echaremos de menos, pero qué podemos hacer, como decía ayer a un número de parientes en la plaza del Centro conmemorativo — no podemos traer de vuelta a nadie, pero podemos construir el futuro en su recuerdo y hacer lo que ellos habrían querido hacer si hubiesen sobrevivido.  Y prometo que todos haremos eso, tomar lo que Liz estaba construyendo y hacerlo aun mejor.  Y nos beneficiaremos de su buen trabajo por muchos, muchos años.  Simplemente tenemos que asegurar que aprovechamos su labor y no solo nos sentamos a disfrutarla.

“Esta mañana es una oportunidad para que reflexionemos sobre el progreso que hemos logrado en Downtown — y en toda nuestra ciudad — desde esa trágica mañana de martes cuando sufrimos lo que creo que es justo decir que es el ataque más mortífero de una potencia extranjera en la historia de Estados Unidos, y es una oportunidad para volver a comprometernos con la labor que hemos realizado para honrar a aquellos que perdimos.

“El día de las elecciones primarias esta semana me llevó a pensar en otra primaria hace doce años.  Empezó con expectativas, pero pronto fue ahogada en lágrimas.  Cuando despertamos el 12 de septiembre de 2001, éramos una ciudad en un estado de conmoción total.

“El horror del día anterior aún se estaba absorbiendo.  En los días siguientes, el negro manto que cubrió al Bajo Manhattan en oscuridad nos dejó a todos de luto y al futuro de nuestra ciudad en duda.

“Al extenderse los velorios y funerales por semanas y meses, muchos se preguntaron si el panegírico final sería para la ciudad misma, y ahora por lo menos sabemos que no fue así.

“En ese tiempo hubo tantas preguntas acerca de la supervivencia de la ciudad:  ¿Podría Nueva York continuar siendo una potencia económica y un centro financiero global, o se mudarían grandes compañías y firmas de Wall Street a los suburbios?

“¿Podrían los pequeños negocios sobrevivir a la caída, o tendrían que empacar sus cosas y cerrar sus puertas?

“¿Podría Nueva York seguir siendo atractiva para los soñadores, o la gente haría sus maletas y se mudaría a otro lugar, o dejarían de venir los turistas?

“¿Podría Nueva York sortear una grave crisis fiscal y una profunda recesión, o regresarían la suciedad y la delincuencia de los días malos de antaño?

“A nuestra edad es simplemente fácil olvidar eso 12 años después, pero ese era el mundo que había.  Hubo gente seria con discusiones serias de si teníamos algún futuro.

“Una semana después de que fui elegido alcalde en el 2001, el New York Times publicó una historia en la primera plana titulada ‘Recordando los años ’70.  Cautelosamente’.

“Permítanme citarles lo que decía: ‘La desaceleración de la economía, el colapso de la burbuja informática y el impacto del 11 de Septiembre 11 han levantado al espectro de que la ciudad atraviese otro período de austeridad, un regreso a los días de calles más sucias, legiones de personas sin hogar, un incremento en la población en asistencia social, un aumento de la delincuencia, un desplome tan pronunciado en la calidad de vida que la gente huyó de la ciudad.  Esos días parecen tan distantes. ¿Podrían regresar?’

“O lo que dijo el Daily News en una historia ese mes de octubre: ‘La verdadera cuestión — un cuarto de siglo más tarde — es: ¿Puede esta pesadilla urbana ocurrir de nuevo?  Ocho millones de neoyorquinos están a punto de averiguarlo’.

“Hace doce años, nadie sabía la respuesta a estas preguntas.  Los neoyorquinos fueron suficientemente afortunados, o yo fui suficientemente afortunado, o fuimos suficientemente afortunados — creo que es la manera de decirlo — de que esta administración fue elegida.  El requisito, la promesa, la esperanza era en gran medida que pudiéramos reconstruir nuestra ciudad, que pudiéramos recuperar, pudiéramos reconstruirla, pudiéramos empezar de nuevo.  Muchos tenían miedo y dudas, pero hicimos lo que los neoyorquinos hacen mejor: nos unimos, nos levantamos las mangas y nos pusimos a trabajar de nuevo.

“En mi primer día en el cargo, inmediatamente después de ser juramentado, vine aquí al lugar del World Trade Center — que aún ardía — para dar gracias y exhortar a los rescatistas.  Desde el principio, nuestra meta fue no solo recuperar y reconstruir este lugar, sino empezar a restablecer un sentido de normalidad a la vida de nuestra ciudad, y empezar a restaurar la fe que los neoyorquinos habían desarrollado en el futuro de nuestra ciudad.

“Hoy, creo que es seguro decir unidos que triunfamos más allá de lo que nadie creyó que era posible.

“Esta mañana, muy cerca de aquí, padres de familia llevaban a sus hijos de la mano a la escuela.  Pasajeros surgían del Subway.  Camiones entregaban productos agrícolas.  Señales de vida cotidiana en todas partes, y la señal tangible del éxito: La normalidad.

“El abrumador sentimiento de ansiedad que una vez llenaba el aire aquí en el Bajo Manhattan — y por toda la ciudad — ha sido remplazado por un sentimiento de energía y renovación.  Por supuesto, las preocupaciones cotidianas han regresado desde hace mucho tiempo — y eso es algo bueno.  Eso también es normal.

“Pero hoy, creo que es justo decir, podemos declarar que la incertidumbre posterior al 11 de Septiembre ha terminado.

“Nunca olvidaremos a aquellos que perdimos: el Monumento y el Museo justo aquí ayudarán a asegurar eso.  Y nunca debemos olvidar las lecciones de ese día.  La libertad no es gratis.  Tenemos a hombres y mujeres jóvenes por todo el mundo luchando para prevenir lo que ocurrió aquí hace 12 años.

“Pero siempre vamos a ser atacados, siempre hay gente a quien no le gusta el hecho de que aquí todos pueden votar, aquí todos pueden decir lo que quieren decir, aquí todos pueden practicar sus religiones de la manera que deseen hacerlo.

“Pero ha llegado la hora de reconocer que nuestra ciudad ha surgido de la sombra del 11 de Septiembre más fuerte que nunca, y que hemos entrado en una nueva era.

“Es una era que ya no está definida por el 11-S o las preguntas que le siguieron, o nada más en nuestro pasado.  Está definida por nuestras esperanzas por el futuro — y por la promesa extraordinaria de una ciudad que es, más que nunca, la capital global de la libertad y la oportunidad. 

“Hoy vemos evidencia de esta nueva era todo alrededor de nosotros, y en ningún otro sitio, creo, es esta visión más poderosa que aquí en el World Trade Center, donde miles de hombres y mujeres han estado trabajando — ganando salarios sindicales — para reconstruir este lugar.

“Las piletas del Monumento del 11-S, donde una vez se irguieron las Torres Gemelas, son un símbolo global de nuestro espíritu.  Ellas ya han recibido a casi 10 millones de visitantes desde que fueron inauguradas hace apenas dos años.

“El Museo que está siendo construido bajo la Plaza conmemorativa abrirá sus puertas el año entrante, asegurando que las historias de ese día no sean olvidadas.

“El 7 World Trade Center — donde estamos hoy — está 100 por ciento completo.

“En una fecha posterior de este año abrirá sus puertas a los negocios el 4 World Trade Center, el edificio grande allí.

“Y el próximo año abrirá a los negocios el 1 World Trade — el edificio más alto en el hemisferio occidental.

“La Torre 3 está ascendiendo ahora mismo.  La nueva estación de Calatrava para el [tren] PATH justo aquí debajo.  Todo está ocurriendo aquí.  Y ustedes pueden ver desde estas ventanas que World Trade Center 3 está elevándose y el tubo del PATH diseñado por Calatrava se acercarán a lograr que este no sea ya una obra en construcción, sino un lugar donde la gente venga y trabaje y viva y disfrute y recuerde.

“En conjunto, ese ha sido probablemente el proyecto de desarrollo más complicado en la historia del mundo. Piensen solo en esto: Estamos construyendo el edificio más alto del hemisferio y numerosos rascacielos más, el monumento más grande del mundo y dos grandes centros de transporte en un sitio que tiene dos ferrocarriles en funcionamiento atravesándolo, que debe ser fortificado contra un gran río y la posibilidad de un ataque terrorista futuro, que genera opiniones apasionadas y conflictivas entre una amplia variedad de gente y organizaciones, y que es gobernado en conjunto por dos estados que han tenido nueve gobernadores distintos en los últimos 12 años, cada uno con una idea distinta sobre el lugar.

“Como resultado de todos esos factores y más, incluso el colapso financiero del 2008 y el congelamiento del crédito resultante, el progreso aquí — tenemos que admitirlo justamente — no ha seguido una línea recta.  Pero ese es el mundo real.

“Sin embargo hoy, permítanme ponerlo en perspectiva, ¿cuánta gente habla sobre el hecho de que se necesitaron tres décadas para completar Central Park? ¿O que fue caro y sobrepasó su presupuesto? ¿O que hubo gente que interpuso demandas legales para detenerlo?  ¿O que su proceso de diseño fue complicado por la política? ¿O que el Concejo Municipal de entonces aprobó una ley reduciendo su tamaño en un tercio?

“La respuesta es que nadie recuerda eso.  Ninguna persona habla de esos obstáculos hoy, porque nada de eso importa ahora.

“Lo que importa no es el costo o el calendario de obras del Parque Central.  Lo que importa es que fue bien hecho, y que ha superado la prueba del tiempo.  Y así será para el lugar del World Trade Center.

“La reconstrucción que está ocurriendo aquí en el Trade Center es un reflejo de la renovación que está ocurriendo en todo el Bajo Manhattan.  En 2002, pronuncié un discurso esbozando una nueva visión para el Bajo Manhattan como una comunidad abierta las 24 horas y 7 días por semana — con más viviendas, más parques, más comercios, más escuelas y más oportunidades de arte y cultura.

“En los últimos 11 años, gracias a tanta gente y tantas agencias gubernamentales distintas a nivel estatal, municipal y federal, esa visión ha cobrado vida de forma espectacular.

“No podría mencionar a todos los que desempeñaron un rol en esa labor, pero estaría faltando si no mencionara a unos cuantos, incluso a la Corporación de Desarrollo del Bajo Manhattan (LMDC, en inglés) y su presidente fundador, John Whitehead; Larry Silverstein, quien fue uno de los primeros creyentes en la idea del Downtown como un distrito residencial y comercial; los senadores Schumer y Clinton; el gobernador Pataki, y todos los demás que entonces fueron tan decisivos para asegurar ayuda federal; el gobernador Cuomo, el presidente de la Asamblea estatal Silver, y todos los funcionarios electos en ambas márgenes del Hudson que han apoyado a esta área tan firmemente, junto con el gobernador Christie; todos los líderes de la Autoridad Portuaria pasados y presente, incluyendo a su presidente actual Samson y su vicepresidente Scott Rechler; y por supuesto, todos los miembros de nuestra Administración que trabajaron tan duro en esto, incluso los vicealcaldes Bob Steel, Bob Lieber, Dan Doctoroff, la primera vicealcaldesa Patti Harris y los comisionados Kate Levin, Amanda Burden, Rob Walsh y tantos otros.

“Gracias a todos ellos y muchos otros, el pueblo fantasma que era el Bajo Manhattan en los fines de semana cuando yo trabajaba aquí a finales de los años ’60 y después de las 6 PM en días regulares laborables ha sido remplazado por una dinámica vecindad que es ahora uno de los lugares más deseados para vivir en nuestra ciudad.

“El 10 de septiembre de 2001, unas 23,000 personas vivían en Downtown.  Hoy, hay más de 60,000 residentes ― y ese número está creciendo constantemente.  Muchos de estos nuevos residentes son niños ― y sus padres están mudándose y quedándose en Downtown en parte debido a la calidad de las opciones de escuelas públicas que hemos creado.

“En el 2001 había 14 escuelas públicas en el Bajo Manhattan.  Desde entonces, hemos abierto cinco edificios escolares nuevos con más de 4,300 pupitres nuevos.  Y en los próximos dos años, el Bajo Manhattan tendrá otro edificio escolar nuevo con otras 700 butacas.

“Las escuelas nuevas han ayudado a reconformar al Bajo Manhattan como una vecindad para las familias ― y también los parques y espacios al aire libre junto a los ríos Hudson y el East River, y en Governors Island.

“El Bajo Manhattan ya cuenta con campos de béisbol y fútbol, canchas de baloncesto y voleibol de playa, áreas de recreo y jardines para picnic, carriles de bicicletas, plazas peatonales, explanadas ribereñas, programas de kayak, conciertos al aire libre y arte público, incluso el golf en miniatura ha llegado aquí abajo.

“La costa del Bajo Manhattan está más viva hoy que en cualquier momento desde su apogeo como un puerto comercial hace más de 50 años.

“El Bajo Manhattan se ha convertido también en uno de los lugares más codiciados para trabajar y visitar.  En el 2001 había seis hoteles en el Bajo Manhattan.  Ahora hay 18 ― y en dos años habrá 30 hoteles en el Bajo Manhattan.  Piensen solo en eso: de 6 a 30 hoteles en el Bajo Manhattan.

“Uno de ellos estará en el viejo edificio de la Terminal marítima del Battery (Maritime Building), y otro estará en el 346 de Broadway, un edificio que la Ciudad adquirió en los años ’60 pero ya no necesita.  Creo que ambos son ejemplos estupendos de cómo estamos convirtiendo propiedades municipales que estuvieron subutilizadas por décadas en recursos productivos que generarán puestos de trabajo e ingresos fiscales.

“También hay más empleos en el Bajo Manhattan que los que había el 10 de septiembre de 2001, y esos empleos nuevos no son en finanzas; la industria de servicios financieros se ha encogido desde 2001.

“Cuando asumí el cargo, por ejemplo, había planes para que la Ciudad gastara $1 mil millones en un nuevo hogar para la Bolsa de Valores de Nueva York ― debido al miedo de que se mudaría a Nueva Jersey.  Ofreciendo subsidios e incentivos para retener y atraer a negocios fue el método principal de desarrollo económico patrocinado por el gobierno por décadas.

“Pero vayan a la Bolsa de Valores de Nueva York hoy y verán por qué cancelamos el trato: Los tres niveles se han reducido a uno, y ese está mayormente vacío.  Las transacciones se han hecho electrónicas, y ni siquiera sé dónde está la computadora.  Podría estar en Cleveland, podría estar en Nueva Jersey, podría estar en Europa, que sepamos.  Ese es el mundo real de hoy.  No necesitamos un edificio de mil millones de dólares, y es bueno que no gastamos dinero en él.

“No hemos pasado los últimos 12 años intentando proteger a la industria financiera ― o a ninguna otra industria ― de la marea creciente de la globalización y el cambio tecnológico.  Eso le corresponde al mercado.

“En su lugar, creamos las condiciones que permitirían a una amplia gama de industrias y emprendedores aprovechar esos cambios del mercado ― y nos ayudarían a construir una economía más fuerte y más diversa.

“El auge de la industria de tecnología es un ejemplo excelente de eso.  Aquí en el Bajo Manhattan, hemos apoyado y financiado al centro de incubación de tecnología de Downtown Alliance ― se llama The Hive ― en el 55 de Broad Street, el cual ha tenido un enorme éxito.  Hemos creado subsidios competitivos para instar a empresas de tecnología a mudarse a o crecer en el Downtown ― y muchas lo han hecho.

“Hemos creado el tipo de comunidad aquí a la que los jóvenes que dominan la industria de tecnología quieren venir y donde quieren trabajar.  Y tenemos que agradecer a Bob Steel y a Seth Pinsky por todo eso.  Ustedes han marcado una enorme diferencia en el futuro de esta ciudad.

“Ahora hay más de 600 empresas de tecnología en el Bajo Manhattan empleando a miles de personas.  Y hoy, me complace anunciar una nueva iniciativa que Downtown Alliance está emprendiendo en colaboración con emprendedores e innovadores de tecnología, y con el apoyo en pleno de nuestra Administración.

“Se llama ‘Launch LM’ ― y está diseñada para avanzar a la comunidad de tecnología aquí en el Bajo Manhattan al crear lugares para que la industria se congregue, colabore y comparta recursos e ideas.  También proveerá apoyo de programación y mercadeo para empresas incipientes de tecnología a fin de ayudarlas a desarrollarse y crecer.

“El crecimiento de la industria de tecnología aquí en el Bajo Manhattan refleja el crecimiento de la tecnología que hemos visto en toda la ciudad, y eso no es de sorprender.  Porque la renovación del Bajo Manhattan como una comunidad de escuelas y parques y pequeños negocios también refleja el renacimiento de comunidades que hemos visto por toda nuestra ciudad en los últimos 12 años.

“El motivo para eso es sencillo: Tomamos el mismo enfoque que ha funcionado tan bien aquí en el Bajo Manhattan ― invirtiendo en las condiciones que crean lugares seguros, vibrantes y atractivos para vivir, trabajar y visitar ― y lo hemos aplicado en vecindarios por los cinco condados.

“Después de todo, cuando asumí el cargo, el Bajo Manhattan no era el único vecindario necesitado de inversión.  Había muchas otras vecindades por toda la ciudad que aún carecían de escuelas de calidad, parques verdes y acceso a las costas.

“Había muchos otros vecindarios que aún carecían de distritos de pequeños negocios y organizaciones culturales vibrantes.  Y había muchos otros vecindarios que aún no tenían calles seguras y limpias.

“Hoy, aunque el trabajo no está hecho ― nunca lo está ― la pregunta que pendía pesadamente en el aire tras el 11-S ha sido contestada.

“¿Podríamos recuperarnos económicamente y seguir siendo una potencia económica global?  En el año que siguió al 11-S, nuestra ciudad perdió más de 100,000 empleos del sector privado.  Pero hoy tenemos una cantidad récord de empleos del sector privado ― 400,000 más que entonces.  Y la mayoría de esos empleos han sido creados fuera de Manhattan.

“No solo hemos seguido siendo una capital financiera global, sino que, más que nunca, somos una capital global de tecnología, de turismo, modas, cine, artes, cultura, educación superior, atención médica, emprendimientos de todo tipo.

“¿Podríamos seguir atrayendo a gente con grandes sueños, y a turistas del mundo entero?  Esa era una pregunta que se estaba formulando entonces.

“Bueno, déjenme decirles solamente lo que ocurrió: Durante los últimos 12 años, nuestra población ha crecido en unos 300,000 habitante ― más que casi todas las ciudades en la nación ― y, por primera vez desde 1950, más gente se está mudando a la Ciudad de Nueva York que fuera de ella.  En el pasado, nuestro crecimiento provino de gente que nació aquí, pero la gente que venía era menos que la gente que se iba.  Hoy, más gente está viniendo aquí y naciendo aquí.

“Además, el turismo ha crecido a un ritmo increíble; ha aumentado más de 40 por ciento desde el 2000, y alcanzamos nuestra meta de atraer a 50 millones de visitantes anuales cuatro años antes de lo programado.  Este año creemos que 53 millones de turistas vendrán a nuestra ciudad, y necesitamos el tipo de empleos que crean para la población diversa que tenemos aquí.

“¿Podríamos sobrevivir una crisis fiscal que algunos llamaron peor que la que atravesamos en los años ‘70?  Una pregunta que todos formularon.

“Al tomar las decisiones difíciles y hallar formas de hacer más con menos, protegimos a los servicios centrales que son esenciales para nuestra economía y nos preparamos para el próximo declive, algo que los gobiernos hacen en muy raras ocasiones.  Eso nos permitió sortear la reciente recesión nacional en mucha mejor forma que el resto del país.

“De hecho, mientras el país en genera aún no ha recuperado todos los empleos que perdimos durante la reciente recesión, me alegra decir que la Ciudad de Nueva York ha recuperado tres veces la cantidad de empleos que perdimos entonces.

“Finalmente, y lo más importante, la gente quería saber si podríamos retener los avances en seguridad pública que habíamos logrado en la década anterior.

“En el 2001, a la mayoría de la gente le preocupaba que la delincuencia aumentara de nuevo.   Pocos esperaban que pudiera descender más.  En el segundo período del alcalde Giuliani, la cantidad de homicidios en nuestra ciudad pareció tocar el fondo: Hubo 633 homicidios en 1998, y luego esa cifra creció a 673 en el 2000, y luego pareció nivelarse en 649 homicidios en el 2001.

“El legendario columnista Jack Newfield dijo que si los homicidios caían por debajo de 600 anuales, los miembros del Departamento de Policía de Nueva York (NYPD, en inglés) deberían tener un desfile de homenaje en Broadway.

“Bien, gracias al comisionado Kelly y a toda la gente que trabaja en el NYPD, me alegra decir que en el 2002 lo redujimos a menos de 600.  Luego, en nuestro segundo período lo recortamos por debajo de 500.  Ahora nos encaminamos a reducirlo a menos de 400 homicidios anuales ― algo absolutamente impensable hace una década.

“No hemos organizado un desfile para los miembros del NYPD ― la mayoría no quieren realmente las luces del escenario.  Pero les diré que ellos merecen nuestro respeto y gratitud por arriesgar sus vidas cada día como tantos otros hacen, justo como nuestro excelente Departamento de Bomberos (FDNY, en inglés), lo cual fue tan evidente ayer cuando ellos recordaban la terrible tragedia de 343 bomberos que fueron muertos el 11 de Septiembre.

“Nuestros oficiales de policía también han ayudado a mantener a nuestra ciudad segura del terrorismo gracias a las sólidas colaboraciones que el NYPD ha forjado con agencias estatales y federales, y gracias a inversiones que hemos realizado en la creación de la más grande y más sofisticada operación contraterrorista de ciudad alguna en el mundo.  Eso es lo que nos está manteniendo seguros, eso es lo que tenemos que continuar.

“Por supuesto, nuestra ciudad sigue siendo un objetivo principal para terroristas.  Representa todo Estados Unidos para gente de todo el mundo, como el comisionado Kelly explicó esta semana, y la labor de proteger contra ataques futuros que todos sabemos exigirá una vigilancia continua.  Ese es el mensaje del 11 de Septiembre.

“Por ejemplo, deben ustedes saber, creamos un plan de seguridad muy completo con la Autoridad Portuaria para el redesarrollo del World Trade Center, que creemos que lo protegerá a la vez que le permite convertirse en el centro de un gran distrito comercial nuevo y totalmente integrado al vecindario que lo rodea.

“En los meses y años siguientes, es crucial que todas las partes sigan trabajando unidas para garantizar la seguridad del Bajo Manhattan.  Y en toda la ciudad, es crítico que continuemos invirtiendo en operaciones de contraterrorismo que sean guidadas por los confines de las leyes.  La amenaza que seguimos enfrentando no es abstracta, y no va a desaparecer.

“La verdad es que hemos respondido las preguntas sobre el futuro de la Ciudad de Nueva York después del 11 de Septiembre ― pero solo por ahora.  Porque el día que creamos que nuestro progreso es inevitable, el día que demos por descontado nuestra seguridad y protección, el día que creamos que el pasado no puede repetirse es el día que esas preguntas regresarán.

“Por supuesto, nuestro trabajo no es solo evitar los errores del pasado ― sino anticipar los cambios del futuro.  El huracán Sandy nos dejó un impacto terrible en muchas comunidades en nuestra ciudad, incluso aquí en el Bajo Manhattan.

“Como parte de PlaNYC, hemos estado trabajando para hacer a nuestra ciudad más resistente ― pero Sandy ciertamente elevó el estándar e incrementó el nivel de urgencia.  En junio, si recuerdan, publicamos un plan detallado para proteger a los cinco condados de la posibilidad de aumento de los eventos climáticos extremos.  Desde construir dunas y diques y barreras localizadas para marejadas hasta construir lo que llamamos Seaport City aquí en el Bajo Manhattan, hay una enorme cantidad de trabajo que falta por hacer.

“No será fácil ― pero creo que es justo decir que hemos sentado las bases para el éxito y para hacer de la Ciudad de Nueva York un líder global en adaptación.

“Ya sea el clima extremo o el terrorismo, el crimen o la recesión nacional, nunca podemos olvidar las lecciones que hemos aprendido.

“El futuro no está predestinado.  Nos corresponde a nosotros conformarlo y fortalecerlo en la mejor manera que podamos.

“Eso es lo que hemos estado haciendo por los últimos 12 años, eso es lo que seguiremos haciendo por los próximos 110 días.  Y después le tocará a la nueva administración y a todos ustedes mantener a nuestro progreso en marcha para que podamos seguir haciendo a esta gran ciudad nuestra aun más grande.

“Que Dios bendiga a los Estados Unidos de América, y muchas gracias”.







CONTACTO PARA LOS MEDIOS:


Marc La Vorgna / Julie Wood   (212) 788-2958



SIGA CONECTADO

TwitterTwitter   TwitterYouTube   FlickrFlickr
Mas Recursos
Vea las fotos (en inglés)
Vea el discurso (en inglés)