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PR- 269-13
6 de agosto de 2013

EL ALCALDE BLOOMBERG HABLA DE POLÍTICAS ECONÓMICAS Y FISCALES MUNICIPALES QUE HAN AYUDADO A LA CIUDAD DE NUEVA YORK A PROSPERAR Y RETOS QUE PODRÍAN AFECTAR LA CONTINUACIÓN DEL PROGRESO

A continuación se ofrece el texto preparado del alcalde Michael R. Bloomberg, quien habló hoy en la Incubadora 630 Flushing. Por favor confirme con el discurso final.

“Buenos días, y gracias, Carlo y Jeff, por toda su excelente labor ayudándonos a crear empleos.  Esta es realmente una instalación muy impresionante.  Aunque, con tantos tipos deliciosos de comidas que se hacen aquí, no estoy seguro de cómo se puede lograr trabajar.

“Puedo decirles que este es el tipo de ambiente de emprendimiento que cada ciudad en el país — y en el mundo — está intentando crear, porque lo que está en juego no podría ser mayor.  El mes pasado, una gran ciudad de esta nación — una ciudad que nos trajo la línea de ensamblaje y se convirtió en sinónimo del poder industrial — se declaró en bancarrota.  Estaba por ocurrir desde hace mucho tiempo, y cuando los se escriban los libros de historia, servirá como una coda para una era industrial ya pasada. 

“Ahora, sería fácil recostarse y pensar que lo que ocurrió en Detroit no podría ocurrir aquí en la Ciudad de Nueva York.  Pero la verdad es que casi sucedió aquí en 1975.  Y aunque hemos avanzado mucho desde entonces, sería tonto ignorar los factores que impulsaron la bancarrota de Detroit.

“Creo que la experiencia de Detroit tiene lecciones para cada ciudad estadounidense — y que tenemos una obligación de proteger nuestro futuro examinando esas lecciones, lo cual quisiera hacer brevemente esta mañana.

“Las lecciones se dividen en dos categorías principales — y relacionadas: económica y fiscal.  Empecemos con la lección económica.  Detroit fue una vez un gran motor económico.  Pero a partir de los años ’50, la manufactura a gran escala se fue lenta pero constantemente de ciudades grandes en todo el país, incluyendo a Nueva York.

“Una vez tuvimos más empleos de manufactura que cualquier otra ciudad del país.

“Pero afortunadamente, a diferencia de Detroit, la economía de la Ciudad de Nueva York no se apoyaba en una sola industria.  A medida que nuestra base de manufactura declinaba, la industria financiera crecía junto con otras industrias tales como la inmobiliaria — y eso ayudó a amortiguar el golpe.  Por supuesto, también nos dejó más susceptibles a oscilaciones en esos mercados.

“Sin embargo, algo muy extraordinario ocurrió en el 2008, cuando Estados Unidos experimentó el más grande colapso de los mercados financieros e inmobiliarios en la historia moderna: la Ciudad de Nueva York entró realmente a la recesión más tarde que el resto del país, y salió más rápido y más fuerte.

“De hecho, desde el final de la recesión nacional, hemos recuperado 303 por ciento de los empleos que perdimos durante la misma, considerando que el país en general ha recuperado solo 79 por ciento.

“Y actualmente hay más empleos del sector privado en nuestra ciudad que en cualquier otro momento en nuestra historia.

“¿Cómo atravesó una ciudad que había dependido de las finanzas y los bienes raíces por décadas tan bien el peor colapso financiero e inmobiliario en la historia moderna?

“La respuesta está todo alrededor de nosotros hoy.  Y puede resumirse en una palabra: Diversificación.

“Ya sea construyendo una cartera financiera o una economía local, la diversificación es esencial para el crecimiento y la estabilidad a largo plazo.

“Antes del 2002, el gobierno de la Ciudad de Nueva York nunca tuvo una verdadera estrategia para diversificar ampliamente nuestra cartera de empleos — ya fuera económica o geográficamente.  La planificación del desarrollo económico — en la medida en que había existido — había sido centralizada en Manhattan y enfocada en subsidios y concesiones fiscales corporativas para evitar que empresas ya existentes se fueran.

“En el 2002, empezamos a cambiar eso  Bajo Dan Doctoroff, creamos el primer Plan de desarrollo económico para los cinco condados (Five Borough Economic Development Plan, en inglés) de la historia, que se concentró no en retener a compañías particulares, sino en desarrollar industrias que tienen un futuro venturoso y en atraer a la gente que esas industrias requieren.

“La prensa acostumbraba burlarse de Dan por eso — pero gracias a Dios que lo hicimos, y esta incubadora es apenas un ejemplo de cómo nació.

“Por 150 años, esta era una planta de manufactura para Pfizer, una compañía empezada en 1849 por dos inmigrantes alemanes.  Pfizer creció hasta convertirse en la más grande empresa farmacéutica del mundo — con plantas en todo el mundo.  Luego, en el 2008, los ejecutivos de Pfizer cerraron las puertas aquí — al igual que habían hecho muchas otras empresas manufactureras de gran escala en los cinco condados.

“Pero hoy, como pueden ver, este es un centro de manufactura otra vez.  Solo que ahora es un centro de incubación para una nueva generación de artesanos y mujeres que están haciendo desde muebles y diseños de modas hasta kimchi y galletitas, software e impresiones en 3-D.

“Si quieren saber cómo luce el futuro de la manufactura en Estados Unidos, es así.  Es a una escala más pequeña, más creativa y con destrezas más especializadas, y se muestra no solo aquí, sino también en el Navy Yard de Brooklyn y en otras áreas de la ciudad.

“Tenemos que dejar de pensar en la manufactura en términos tan unidimensionales.

“Si, la manufactura puede incluir una gran fábrica con una línea de ensamblaje.  Pero también puede incluir un pequeño laboratorio de computadoras, un laboratorio de ciencias o un laboratorio de diseño gráfico, o incluso un escenario o una libreta de notas.

“La grandes ciudades manufactureras del siglo XXI serán aquellas que produzcan ideas e innovaciones únicas, no aparatos uniformes.  Y no solo en un área — sino en una amplia gama de industria que están basadas en el conocimiento, la información y la creatividad.

“Los pequeños negocios que ven aquí reflejan el progreso que hemos logrado diversificando nuestra economía durante los últimos 11 años y medio: cine y TV, artes y cultura, modas y diseño, biociencias e ingeniería, nuevos medios y entretenimiento, turismo y tecnología.

“Hemos trabajado para ayudar a todas estas industrias a crecer — y nuestra iniciativa de Ciencias aplicadas, dirigida por el vicealcalde Bob Steel, es quizás la más ambiciosa gestión de diversificación que ciudad alguna haya emprendido jamás.

“Como resultado de todo este trabajo, la mayoría de los empleos creados en la Ciudad de Nueva York desde 2001 han sido fuera de Manhattan.  Y casi 40 por ciento han sido justo aquí en Brooklyn.

“Diversidad económica y diversidad geográfica: esas han sido nuestras dos metas generales, y hemos perseguido ambas usando la misma idea sencilla: Si se puede atraer a gente a vecindarios por toda la ciudad — residentes, visitantes, inmigrantes — al crear calles limpias y seguras, buenas escuelas y parques verdes, y oportunidades de cultura, se puede establecer un círculo virtuoso de crecimiento.

“El ciclo funciona así: A medida que atraemos más gente, se crean más empleos, se generan más ingresos fiscales, se pueden realizar más inversiones en la ciudad para convertirla en un lugar estupendo, más gente se muda aquí y nos visita.  Y el ciclo continúa.

“El crecimiento de la población produce crecimiento económico, produce crecimiento de ingresos, produce — si se administra e invierte con sabiduría — crecimiento de la población.  Un círculo virtuoso.

“Ahora, hay retos que vienen con el círculo virtuoso, por lo cual la vivienda aquí se ha hecho más cara, pese a la cantidad récord de viviendas asequibles y a precio de mercado que hemos ayudado a crear.

“Pero es mucho mejor enfrentar los retos del éxito, como los llamo, que las crisis que vienen con el fracaso, como Detroit ha estado experimentando.

“Allí, el círculo virtuoso se puso de cabeza: A medida que su industria principal se encogió, más gente dejó la ciudad, menos ingresos fiscales fueron generados, el gobierno pudo realizar menos inversiones en la ciudad, más servicios básicos fallaron, más gente dejó la ciudad.  El gobierno empezó a tomar prestado para pagar gastos operativos, justo al igual que hizo la Ciudad de Nueva York en los años ‘70.

“Gradualmente, las facturas se vencieron.  Y eso nos trae a la segunda lección clave: la importancia de una administración fiscal responsable.

“En algunas maneras, el roce de Nueva York con la bancarrota en 1975 fue un golpe de suerte ― porque la enfermedad fue diagnosticada temprano, y pudimos tomar nuestra medicina inmediatamente.  Los líderes políticos de Nueva York se vieron obligados a dejar de tomar prestado para pagar por gastos de operación.  Y para los años ’80, gracias en gran medida al liderazgo del gobernador Hugh Carey y el alcalde Ed Koch, el éxodo masivo de personas se había detenido, los incendios estaban bajo control, los metros estaban siendo reparados y la ciudad estaba mejorando.

“Pero la recuperación ha sido siempre tenue.  En 1991, se habló de que la Junta de Control Financiero del Estado (Financial Control Board o FCB, en inglés) tomaría el control de las finanzas de la ciudad.  Y en el 2001, tras los ataques del 11 de Septiembre, la gente se preguntó si regresaríamos a los días en que la gente y los negocios huían de la ciudad.

“No puedo estar más feliz al decir: Eso no ocurrió.

“De hecho, en los últimos 12 años, hemos pasado de recuperarnos de los años ’70 a construir para la década de 2030.

“Hoy, la ciudad nunca ha sido más fuerte.  Y nunca hemos tenido más ímpetu de avance.

“Ahora todo el que haya tomado física sabe que los objetos en movimiento tienden a permanecer en movimiento.  La buena noticia es: Eso también es verdad en las ciudades.  La mala noticia es: A diferencia de las leyes de la física, las fuerzas que pueden detener a una ciudad pueden ser internas, no solo externas.

“La miopía.  La corrupción.  La mala administración.  Y ― acaso lo más peligroso de todo ― la política de los intereses especiales.

“En el transcurso de varias décadas, vimos a todos esos factores trabajando en Detroit ― y en años recientes, el factor más nocivo puede haber sido la política de los intereses especiales.

“Uno de los grandes motivos por los que Detroit no pudo detener su descenso en espiral fue que sus costos de la fuerza laboral ― especialmente sus costos de jubilación para pensiones y atención médica ― colmaron su capacidad de invertir en las cosas que hacen de una ciudad un lugar atractivo para vivir y visitar.

“A medida que una ciudad gasta más en salarios y beneficios para empleados, por encima de lo que el mercado determina que es necesario para reclutamiento, retención y experiencia, la ciudad puede invertir menos en beneficios para todos los residentes.

“En la medida en que invierte menos en cosas que benefician a todos los residentes, es un lugar menos atractivo para vivir y visitar.  Y súbitamente, el círculo virtuoso que mencioné hace un momento llega a una parada repentina ― o peor, se va girando en reversa.

“En la Ciudad de Nueva York, ese riesgo es aun muy real.  Y el principal factor del riesgo es el mismo factor que estuvo presente en Detroit: la explosión en los costos de pensiones y atención médica.

“Para poner el problema en contexto: En el año fiscal 2002, los costos de pensiones de la Ciudad de Nueva York eran de $1,400 millones.  Para el año fiscal 2009 ― aun después de uno de los mercados alcistas más robustos que habíamos visto en la historia y antes de que fuera afectado por el colapso financiero ― los costos de pensiones habían crecido a $6,300 millones.

“Así que claramente, nuestro incremento en los costos anuales de pensiones ― que hoy ascienden a un total de más de $8 mil millones por año ― no fue impulsado principalmente por bajos rendimientos del mercado.  Fue el resultado de una estructura de beneficios que promete a los jubilados demasiado y demasiado pronto, y les exige contribuir demasiado poco para pagar por ello.

“A la vez, la idea de que nuestros costos de pensiones pueden ser reducidos sustancialmente a través de aumentos en rendimientos del mercado es una fantasía perpetuada para evitar las decisiones difíciles que debemos confrontar hoy.

“Evitar las decisiones difíciles es como Detroit fue a la bancarrota.  Y es el camino hacia la ruina para cualquier ciudad.

“Hace más de 10 años, en enero del 2003, sonamos la alarma sobre los costos crecientes de pensiones, y seguimos impulsando el cambio en Albany.

“Finalmente, en 2009, después de que los mercados habían colapsado y creado enormes déficits presupuestarios para la ciudad y el estado, ayudamos a persuadir al gobernador Paterson para que vetara un endulzante de pensiones que, por los últimos 33 años, había permitido que los oficiales de policía y bomberos de nueva contratación contribuyeran menos, y se jubilarán más pronto, que lo que sería de otra forma requerido por la ley.

“Y en el 2012, la Legislatura estatal ― gracias al liderazgo del gobernador Cuomo ― aprobó una legislación que aumentó la edad de jubilación para los empleados no-uniformados, incrementando las contribuciones de los empleados y otras medidas que ayudarán a ralentizar la explosiva tasa de crecimiento ― lo cual apoyamos firmemente.

“Ambos pasos fueron importantes ― pero no resolvieron nuestros problemas.

“Hoy, gran parte de la fuerza laboral civil de la ciudad contribuye solo 3 por ciento de su salario durante los primeros 10 años de empleo para sus pensiones ― y nada después de eso.  A duras penas se podría hallar a una sola compañía en el sector privado con ese tipo de plan de pensiones.  Es más, a duras penas se podría hallar muchos gobiernos con ese tipo de plan.

“Casi todas las empresas del sector privado, y más y más gobiernos, han cambiado de beneficios definidos a planes de contribución definida ― que son cada vez más populares porque son portátiles a medida que la gente cambia de empleo.

“Por ejemplo, la Universidad del Estado de Nueva York (SUNY, en inglés) y la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY, en inglés) ofrecen a sus empleados la opción entre beneficios definidos y planes de contribución definida ― y tres cuartas partes de la facultad en ambas instituciones han elegido planes de contribución definida.  ¿Por qué no deberían todos los empleados municipales tener la misma opción?

“Otra característica anticuada de nuestro sistema de pensiones es que, para los empleados uniformados, los beneficios se basan en el salario del último año, incluyendo sobretiempo.  Así que tenemos algo llamado ‘spiking’ (o ‘aumento súbito’), en el cual la gente trabaja una enorme cantidad de sobretiempo en su último año para incrementar sus pensiones.  Y recuerden: ellos pueden empezar a cobrar sus pensiones después de 20 o 22 años de servicio ― aunque solo tengan 42 años de edad.  Eso significa que estamos pagando esas pensiones aumentadas súbitamente durante 30, 40, incluso 50 o más años.

“A medida que aumenta la expectativa de vida ― y me enorgullece decir que está creciendo más rápido aquí que en el resto del país ― esos costos seguirán aumentando.  Y eso significa que cada año más y más dinero de los impuestos es alejado de las inversiones y servicios hacia los beneficios de jubilados.

“Hemos podido absorber estos costos extra hallando formas de hacer más con menos.  Pero eso solo puede continuar por un cierto tiempo.

“El mes pasado, Chicago despidió a 2,100 maestros y personal de apoyo de escuelas, en gran parte porque sus costos de pensiones habían aumentado sustancialmente.  El alcalde Rahm Emmanuel dijo: ‘La crisis de las pensiones ya no está a la vuelta de la esquina.  Ha llegado a nuestras escuelas’.

“Chicago se encuentra lejos de estar sola. Ciudades de todo el país enfrentan la posibilidad de que los costos de pensiones se traguen más y más de su presupuesto, y Nueva York no es la excepción.

“Todo el que piense que no puede ocurrir aquí necesita solo ver a finales de los años ’70, cuando la ciudad despidió a más de 10,000 maestros y miles de oficiales de policía, bomberos, empleados de sanidad pública y hospitales, y otros empleados municipales.

“Los despidos pueden detener el círculo virtuoso que mencioné ― y es por ello que más y más alcaldes y gobernadores, entre ellos demócratas liberales como Jerry Brown en California, han estado impulsando la reforma de pensiones.

“La situación con los costos de atención médica hoy es no menos problemática: Casi 95 por ciento de nuestros empleados y jubilados contribuyen nada ― ni siquiera un dólar ― a sus primas básicas de atención médica.  Comparen eso con el gobierno estatal, donde más de 90 por ciento de los empleados contribuyen a sus primas ― usualmente de 10 a 20 por ciento.

“Por años hemos buscado conseguir una contribución razonable de los empleados para las primas de atención médica... y desde 2010, lo convertimos en una condición obligatoria de cualquier contrato laboral nuevo.

“Nos hemos mantenido firmes en ese compromiso, pero ningún sindicato ha estado dispuesto a firmar un acuerdo nuevo con esa estipulación.  Así que este año, además de nuestra factura anual de pensiones de $8 mil millones, gastaremos $6.3 mil millones en seguro médico ― casi el doble de lo que nos costaba cuando llegué a la Alcaldía.

“Ahora, uno de los motivos por los que nuestros costos han aumentado más y más rápido que en otros sitios es que nos hemos mantenido vinculados en un contrato con nuestro principal proveedor de salud, EmblemHealth, que no ha cambiado en más de 30 años.  Emblem era antes HIP y GHI.  Ellos se fusionaron en 2006 ― y nosotros los demandamos para que detuvieran la fusión en ese momento, en parte porque dijimos que una compañía fusionada tendría la capacidad de aumentar unilateralmente precios.  Y teníamos la razón.

“A la vez, Emblem no había trabajado para modernizar sus servicios, pese a nuestros esfuerzos en los últimos dos años para lograr que lo hicieran.  Este año hemos estado avanzando hacia la publicación de una Solicitud de propuestas (RFP, en inglés) que permitiría que otras compañías liciten por nuestro negocio multimillonario de cuidado de la salud.  Y he aquí que la semana pasada Emblem anunció que no buscaría un aumento de tarifa ― cero ― para el próximo año fiscal.  Es la primera vez en 15 años que Emblem no ha buscado un aumento.

“Increíble lo que la amenaza de un poco de competencia hará, ¿no es así?

“Ese paso de Emblem significa $300 millones menos en aumentos anuales en nuestros gastos ― y hay muchos más ahorros en el sitio donde eso se originó.  Así que en unos cuantos días, tras meses de trabajo con el Concejo Laboral Municipal (Municipal Labor Council, en inglés) y gracias a las gestiones decididas del vicealcalde Cas Holloway, publicaremos una Solicitud de propuestas para remplazar nuestros anticuados contratos de beneficios de salud.

“Buscaremos conseguir un plan de salud moderno y basado en data que se enfocará en la prevención, proveerá atención de más calidad y puede ahorrar hasta $400 millones anuales.  El nuevo plan resultará en un mejor cuidado para los empleados y sus familias ― y costará menos a los contribuyentes de la Ciudad.

“Sin embargo, aunque la nueva Solicitud de propuestas tenga éxito ― y será una batalla que el público tendrá que obligar al próximo alcalde a luchar ― aún estaremos enfrentando una factura de cuidado de la salud que crece a una velocidad mayor de lo que podemos costear.

“Y ― al igual que con las pensiones ― con cada año que pasa, esos costos impedirán inversiones en servicios básicos tales como escuelas, parques, policía, sanidad pública, instituciones culturales ― todas las cosas que hacen de nuestra ciudad un lugar atractivo para vivir, trabajar, estudiar y visitar.

“Si se permite que esa tendencia continúe, el círculo virtuoso se detendrá en algún punto, y empezará un ciclo de descenso ― el ciclo en que quedó atrapada Detroit.

“Pero es importante destacar: El círculo virtuoso puede continuar.

“Ustedes, los votantes, tienen el futuro de la Ciudad en sus manos ― y estas elecciones serán fundamentales.

“El próximo alcalde tendrá una oportunidad sin precedentes de conseguir de los sindicatos de la Ciudad cambios en pensiones y atención médica ― y les diré por qué.

“Los sindicatos municipales están trabajando bajo contratos que estaban prestos a caducar hace tres y cuatro años, pero debido a la Ley estatal Taylor, siguen vigentes hasta que se firmen nuevos contratos.  Eso significa que las horas, salarios, beneficios y aumentos que se suman a esos contratos continúan.

“Por ejemplo, un docente con cinco años de experiencia que en el 2008 ganaba $58,000 ha seguido consiguiendo aumentos, y ahora está ganando $79,000.

“Así que cuando los líderes sindicales dicen que no tienen un contrato ― lo tienen.  Pero ellos están exigiendo nuevos contratos con aumentos retroactivos ― que se remontan a tres y cuatro años ― por encima de los aumentos que ya han conseguido.

“Ahora, yo creo que la Ciudad de Nueva York tiene la mejor fuerza laboral en el mundo ― y me he sentido orgulloso de incrementar salarios para ayudar a atraer y retener a los mejores.

“Pero dadas las realidades fiscales que enfrentamos, no podemos costear aumentos retroactivos.  En todo caso, los sindicatos no pueden darnos ahorros retroactivos de productividad para pagar por ellos.

“Hemos presupuestado pequeños aumentos en el futuro ― y dejaremos ese dinero en reserva para el próximo alcalde.  Pero no hemos presupuestado aumentos retroactivos o grandes aumentos en el futuro ― porque hacerlo sería irresponsable.

“Y recuerden: Durante la Gran Recesión, la mayoría de la gente en el sector privado, quienes pagan los salarios de nuestros empleados municipales, no tuvieron aumentos ― y muchos aceptaron recortes de paga para mantener sus empleos.

“El gobernador Cuomo y líderes sindicales en Albany merecen reconocimiento por firmar contratos sin aumentos por tres años y un aumento en las contribuciones de salud de lso empleados.  Pero los sindicatos de la Ciudad han rehusado aceptar esa oferta.

“Ellos han rechazado nuestras gestiones para reformar las pensiones y la atención médica en formas que podrían producir ahorros que podrían financiar aumentos futuros.  En su lugar, ellos han decidido esperar nuestra salida y buscar un mejor contrato con mi sucesor.

“La pregunta es: ¿Continuará el próximo alcalde resistiendo ― o capitulará?

“¿Conseguirá él o ella un acuerdo tan bueno para los contribuyentes como hizo el gobernador ― o mejor?

“Afortunadamente, mi sucesor llegará a las negociaciones con una enorme ventaja, ya que los líderes sindicales habrán pasado unos cuatro años sin contratos nuevos ― lo cual nunca ha ocurrido antes.  Y no estarán dispuestos a esperar otros cuatro años por nuevos contratos.

“Eso pone al próximo alcalde en una posición de fuerza al negociar no solo salarios, sino también reformas de pensiones y atención médica.  De hecho, es posible que nunca haya una oportunidad como esta de nuevo.

“Y dependerá de ustedes ― los votantes ― asegurar que elijamos a un alcalde que entienda lo importante que es esta oportunidad, y no alguien que vaya a desperdiciarla.

“Y depende de ustedes ― el Cuarto poder ― exigir compromisos concretos de los candidatos acerca de lo que harán.

“La realidad es que es posible que estemos lejos de Detroit. Pero estamos apenas a una corta distancia de recaer en el declive, si permitimos que los beneficios de cuidado de salud y pensiones impidan las inversiones que hace de la Ciudad de Nueva York un sitio donde la gente quiere vivir, trabajar, estudiar y visitar.

“Ahora, puedo prometerles que voy a pasar los próximos 147 días haciendo todo lo que pueda para poner al próximo alcalde en una posición sólida para conducir a nuestra ciudad hacia delante.  Por ello estamos publicando una Solicitud de propuestas para proveedores de salud.

“Amo a esta ciudad, y no hay nada que desee más que la continuación de su progreso.

“Reunirme con algunos de los emprendedores aquí ― y ver su tesón y pasión ― me da una gran esperanza de que los mejores días para la Ciudad de Nueva York aún están por venir.  Gracias, y que tengan un buen día”.







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