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PR- 091-13
12 de marzo de 2013

EL ALCALDE BLOOMBERG, LA VICEALCALDESA GIBBS, EL COMISIONADO DE SALUD Y OTROS PARTIDARIOS VISITAN RESTAURANTE QUE ADOPTÓ VOLUNTARIAMENTE EL LÍMITE MUNICIPAL PARA PORCIONES DE BEBIDAS AZUCARADAS

Las bebidas endulzadas son una de las principales causas de la epidemia de obesidad

El alcalde Michael R. Bloomberg, la vicealcaldesa de Salud y Servicios Humanos Linda I. Gibbs, el Dr. Thomas A. Farley, comisionado del Departamento de Salud e Higiene Mental (DOHMH, en inglés), el defensor público Bill de Blasio y Scott Stringer, presidente del condado de Manhattan, visitaron hoy el restaurante Lucky’s en la calle East 34th para agradecer a los propietarios por reconocer los efectos para la salud de las bebidas azucaradas y decidir que limitarían el tamaño que sirven de esas bebidas.  Uno de las principales contribuyentes a la epidemia de obesidad que cada año mata a más de 5,000 neoyorquinos, las bebidas endulzadas desempeñan un rol único en la crisis de obesidad.  No tienen valor nutritivo, tienen calorías “vacías” y se consumen además de las calorías de los alimentos.  Ayer, la Ciudad publicó data mostrando la fuerte correlación entre el consumo de bebidas azucaradas y la obesidad; los vecindarios con las tasas más elevadas de consumo de bebidas endulzadas tienden a exhibir índices más altos de obesidad.  Nueve de las 10 vecindades con las tasas más altas de obesidad en la ciudad fueron también los que mostraron el mayor consumo de bebidas azucaradas.  En el otro extremo, los tres vecindarios menos obesos fueron también los que tuvieron el menor consumo de estas bebidas.  La innovadora propuesta de la Ciudad de Nueva York para limitar el tamaño de porciones de las bebidas azucaradas ya ha transformado la forma como la gente percibe la obesidad y el impacto de las bebidas azucaradas.  En Lucky’s Café, el alcalde fue acompañado por su propietario Greg Anagnostopoulos; el concejal James F. Gennaro; Steve Safyer, CEO del hospital Montefiore; Geoffrey Canada, presidente y CEO de Harlem Children’s Zone; Andy Ackerman, director ejecutivo del Museo de Niños (Children’s Museum, en inglés) de Manhattan; Lisa Young, profesora adjunta en el Departamento de Nutrición, Estudios de Alimentos y Salud Pública de New York University (NYU); Lorraine Ryan, vicepresidente senior de la Asociación de Hospitales del Área de Nueva York (Greater New York Hospital Association, en inglés); el pastor Brian Carter, presidente del Grupo Asesor Ecuménico del Condado de Brooklyn (Ecumenical Advisory Group, en inglés); y Richard Buery, presidente y CEO de la organización Children’s Aid Society.

“Cuando nuestra Administración implementó el conteo de calorías y trabajó para eliminar las grasas hidrogenadas en los restaurantes, nos llevaron a los tribunales”, dijo el alcalde Bloomberg.  “Pero hoy, ambas reformas son reconocidas como modelos.  Nuestra propuesta para limitar el tamaño de porciones de bebidas azucaradas ya ha cambiado el diálogo nacional sobre la obesidad, y confiamos en que la decisión de los tribunales ayer será revocada al ser apelada.  La obesidad está matando a más de 5,000 neoyorquinos por año y a 100,000 personas en toda la nación ― y estamos decididos a enfrentar sus causas principales”.

“Casi 60 por ciento de los adultos neoyorquinos y casi 40 por ciento de nuestros niños tienen sobrepeso o están obesos”, dijo la vicealcaldesa Gibbs.  “Cada uno de ellos enfrenta un riesgo mayor de enfermedades y, trágicamente, un riesgo mayor de muerte prematura.  Sabemos que las bebidas son por sí solas el mayor contribuyente a la crisis de la obesidad ― la norma de la Ciudad para limitar las porciones es una intervención audaz y significativa para confrontar a una epidemia intratable”.

“Reintroducir porciones a la escala de los seres humanos es una parte esencial del enfoque exhaustivo de la Ciudad para enfrentar la epidemia de obesidad.  Las bebidas azucaradas son una de las principales causas de esta epidemia, e incrementan el riesgo de enfermedades del corazón y diabetes”, dijo el comisionado de Salud, Dr. Thomas Farley.  “Estudios han mostrado que la gente consumirá más cuando se les da porciones más grandes ― a menudo sin ni siquiera darse cuenta.  Doy reconocimiento a Lucky’s por hacer lo responsable al devolver el tamaño de sus porciones a una escala razonable”.

“El alcalde Bloomberg está dando un paso importante para desmotivar la toma de decisiones insanas que los padres de familia sabemos que nuestros niños enfrentan en cada viaje al cine o a un restaurante de comida rápida.  Es un paso que apoyo firmemente”, dijo el defensor público Bill de Blasio.  “La decisión de la corte es decepcionante, pero espero que la Ciudad triunfe en la apelación”.

“Cuando más de la mitad de los adultos en Nueva York tienen sobrepeso o están obesos, yo diría que tenemos una crisis en nuestras manos”, dijo Scott Stringer, presidente del condado de Manhattan.  “El gobierno tiene un deber de proteger la salud pública y utilizar estrategias nuevas e innovadoras en su gestión para combatir la obesidad, las enfermedades cardíacas y la diabetes.  Es por ello que me enorgullece apoyar la audaz propuesta del alcalde Bloomberg para limitar los tamaños de porciones de las bebidas endulzadas con azúcar.  Mientras que luchamos para erradicar postres y traer mejor educación de nutrición a nuestras escuelas públicas, u límite a las bebidas azucaradas es un comienzo audaz, y confío en que los tribunales decidirán que cumple con la ley”.

“El alcalde Bloomberg ha hecho más por la salud del público que cualquier otro alcalde en la historia de nuestra ciudad”, dijo Steve Safyer, ejecutivo principal de Montefiore Hospital.  “Ha dado un paso audaz y crucial para ayudar a controlar la epidemia de obesidad que está incapacitando a nuestra ciudad y nuestra nación.  Como CEO del Centro Médico Montefiore en el Bronx, veo directamente el impacto que la obesidad está teniendo en nuestros ciudadanos ― especialmente los niños ― al incrementar el riesgo de enfermedades crónicas significativas, lo cual previene a su vez que alcancen todo su potencial.  Las gestiones visionarias enfrentan a menudo retos, pero debemos unirnos para apoyar un cambio significativo como el plan del alcalde para limitar el tamaño de las bebidas azucaradas a fin de mejorar la salud pública y fortalecer a nuestra comunidad.  Combatir la obesidad exigirá muchos enfoques, y esta es una iniciativa importante e innovadora”.

“Investigaciones del Museo de Niños de Manhattan en el museo y toda la ciudad ― ninguna de ellas financiada por la Ciudad ― confirman que los padres y maestros quedan atónitos al conocer el gran contenido de azúcar en las gaseosas y, después del programa del Museo, la mayoría de ― si no, todos ― los participantes reportaron una disminución en el consumo de gaseosas y un incremento en el consumo de agua”, dijo Andy Ackerman, director ejecutivo del Children’s Museum of Manhattan.  “Apenas la semana pasada, 30 docentes en un entrenamiento del Museo en un Head Start de la Autoridad de Vivienda (NYCHA, en inglés) en Harlem non tenían idea sobre el contenido de azúcar en las gaseosas”.

“No hay dudas de que el consumo excesivo de gaseosas ha ayudado a provocar un incremento drástico en la obesidad y enfermedades relacionadas como la diabetes en la Ciudad de Nueva York”, dijo Kenneth E. Raske, presidente de la Asociación de Hospitales del Área de Nueva York. “La comunidad de hospitales de Nueva York aplaude al alcalde Bloomberg por trabajar para mejorar la salud del público”.

“Recortar el consumo de bebidas azucaradas es un gran paso en la dirección correcta para hacer de Nueva York una ciudad más sana”, dijo el concejal Daniel Dromm.  “Sin la iniciativa del alcalde para limitar el tamaño de esas bebidas azucaradas, la obesidad continuará siendo un problema creciente en nuestras comunidades.  La propuesta del alcalde es una parte clave de la gestión de nuestra ciudad para enfrentar lo que es un peligro para la salud pública”.

“El control de porciones es una buena idea para todos los neoyorquinos.  En las últimas décadas, hemos visto una explosión en el tamaño de los alimentos y bebidas azucaradas que sencillamente no tienen valor nutritivo y representan un grave riesgo para la salud de niños y adultos”, dijo el concejal Gennaro.  “El consumo de grandes cantidades de azúcar y otras calorías ‘vacías’ representa una clara amenaza para la salud.  Apoyo al alcalde Bloomberg y el comisionado Farley en sus gestiones para enfrentar la epidemia de obesidad imprimiendo en la conciencia colectiva de la ciudad que el consumo de azúcar en grandes cantidades es perjudicial no solo para su salud, sino para también para la salud de sus familias”.

“La obesidad y la diabetes están entre las crisis de salud más serias que enfrentan nuestros niños en la actualidad.  Las porciones sobredimensionadas y las bebidas gaseosas llenas de azúcar contribuyen a este problema endémico”, dijo Richard Buery, presidente y ejecutivo principal de Children’s AID Society.  “Necesitamos facilitar a los jóvenes la toma de mejores decisiones para su salud y bienestar.  Eso es lo que hace Children's Aid en nuestra programación: nuestros programas de cocina, nutrición y horticultura educan a niños y familias acerca de sus opciones, y aseguramos que haya opciones sanas disponibles para los niños en cada una de las ubicaciones de nuestros programas.  Ayudar a niños y familias a tomar mejores decisiones es exactamente para lo que está diseñada la política municipal de bebidas.  Juntos, podemos tomar acciones audaces en esta crisis de salud pública, y agradecemos estar trabajando en colaboración con un alcalde y una Ciudad que están allanando el camino para soluciones nacionales”.

“Apoyo la restricción de los tamaños de porciones de bebidas endulzadas con azúcar”, dijo Lisa Young, profesora adjunta en el Departamento de Nutrición, Estudios de Alimentos y Salud Pública de New York University.  “Las porciones grandes de bebidas azucaradas son un gran contribuyente a la epidemia de obesidad.  Limitar el tamaño de las bebidas endulzadas es una manera excelente de combatir la obesidad.  Las porciones grandes de gaseosas tienen muchas calorías y absolutamente ningún nutriente.  Nadie debería estar bebiendo 64 onzas (medio galón) de gaseosa.  Una gaseosa de 16 onzas (una pinta) es ciertamente suficientemente grande para una persona”.

La tasa de obesidad ha crecido rápidamente en las últimas décadas y se ha convertido en un gran problema de salud pública.  A principios de los años ’60 afectaba a solo 13 por ciento de los estadounidenses; para 2009-2010, 35.7 por ciento eran obesos.  Tener sobrepeso u obesidad es una de las principales causas de muerte prematura evitable, y se estima que es responsable por la muerte de más de 5,000 residentes de la Ciudad de Nueva York cada año debido a enfermedades como la diabetes, cardiopatía y derrames.

La epidemia de obesidad ha conducido a un incremento en la prevalencia de diabetes tipo 2, que puede resultar en ceguera, fallo renal y amputaciones.  Uno de cada tres adultos en la Ciudad tiene diabetes o una condición médica conocida como pre-diabetes, un estado en el que el nivel de azúcar en la sangre es más alto que lo normal pero no suficientemente alto como para ser considerado diabetes, y la persona corre el riesgo de desarrollar diabetes en el futuro.  En la Ciudad de Nueva York, se estima que cada año hay 2,600 hospitalizaciones por amputaciones relacionadas con la diabetes y 1,400 nuevos pacientes de diálisis debido a la diabetes.  Además, aplicando estimados nacionales a la población de la Ciudad, más de 100,000 adultos de 40 o más años de edad con diabetes tienen retinopatía (enfermedad de los ojos) que, si no es tratada, puede conducir a la pérdida de la vista.  La obesidad también incrementa el riesgo de algunos tipos de cáncer, enfermedades cardíacas, artritis y otros problemas de salud.

Las estadísticas sobre la obesidad son aun más impresionantes en los jóvenes de la Ciudad de Nueva York.  Pese a avances recientes en obesidad infantil, casi 20 por ciento de los niños en escuelas públicas de la Ciudad son obesos, y otro 20 por ciento tienen sobrepeso.

La epidemia de obesidad afecta más a comunidades que ya sufren de disparidades de salud y económicas, especialmente a negros, latinos y vecindarios de bajos ingresos; los negros de Nueva York tienen una probabilidad casi tres veces mayor ― y los hispanos, dos veces mayor ― que los blancos de morir de diabetes.  El Bronx, en particular, está enfrentando una crisis de obesidad.  Mientras que la tasa municipal de sobrepeso y obesidad es de 58 por ciento, en el Bronx 70 por ciento de los adultos ― unas 630,000 personas ― tienen sobrepeso o son obesos.

El precio de la obesidad va más allá del sufrimiento humano.  A nivel nacional, los costos médicos directos en 2006 relacionados con la obesidad fueron de $147 mil millones.  A nivel nacional, los aumentos en las tasas de mortandad en empleados obesos cuestan casi $44 mil millones anuales.  La pérdida de productividad debido a la discapacidad de trabajadores activos ($39 mil millones) y debido a la discapacidad total ($65 mil millones) por el sobrepeso y la obesidad se añaden a este costo.  En la Ciudad de Nueva York, los gastos de atención médica por la obesidad ascienden a unos $4.7 mil millones anuales.  Los estimados de costos futuros son aun más preocupantes: según un estudio, se espera que, en 2018, los gastos directos relacionados con la obesidad representen 21 por ciento de los costos directos de la nación para cuidado de salud.







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Sam Miller   (Department of Health)
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