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PARA DIFUSIÓN INMEDIATA
3 de mayo de 2013

LOS VICEALCALDES HOLLOWAY Y GIBBS PUBLICAN REPORTE DE ACCIONES DE RESPUESTA AL HURACÁN SANDY TRAS UNA AMPLIA REVISIÓN DE LAS OPERACIONES DE ALISTAMIENTO Y RECUPERACIÓN

Las recomendaciones fortalecerán más la capacidad de la Ciudad para responder a tormentas en el futuro

La Oficina de Manejo de Emergencias publicará mapas actualizados de evacuación para la temporada de huracanes de este año

El vicealcalde de Operaciones Cas Holloway y la vicealcaldesa de Salud y Servicios Humanos Linda I. Gibbs publicaron hoy el reporte de acciones tomadas por la Ciudad por el huracán Sandy (After-Action Report, en inglés), una revisión exhaustiva de las medidas de preparación y operaciones de recuperación del Gobierno local antes, durante y después de la tormenta. El huracán Sandy fue como ninguna otra tormenta en la historia de la Ciudad, desplazando a miles de neoyorquinos y causando daños sin precedentes en los cinco condados. En los días que precedieron a la tormenta, la Ciudad activó su sistema de refugios de emergencia y ordenó una evacuación de zonas bajas que eran susceptibles a la marejada provocada por Sandy. Tras el evento climático, la Ciudad condujo una de las más rápidas gestiones jamás vistas para la recuperación de desastres, y esa labor continúa hasta el día de hoy. En diciembre de 2012, ele alcalde Bloomberg instruyó a los vicealcaldes Holloway y Gibbs para que revisaran el alistamiento y la respuesta inmediata de la Ciudad a la tormenta, e hicieran recomendaciones para fortalecer la capacidad municipal para responder rápida y efectivamente a tormentas y otras grandes emergencias en el futuro. Las 59 recomendaciones del informe se dividen en seis categorías: Comunicaciones, Evacuación general y de centros de salud, Seguridad pública, Refugio general y para necesidades médicas especiales, Logística de respuesta y recuperación, y Servicios de recuperación comunitaria. El alcalde Bloomberg las aceptó y ya se han iniciado labores para implementar tantas recomendaciones como sea posible antes de la temporada de huracanes de 2013. El reporte fue desarrollado con más de 100 encuentros internos y entre diversos organismos, y la colaboración con asociados no lucrativos y agencias del Estado, y su fin es fortalecer la capacidad de la Ciudad para proteger la vida y propiedades en vista del aumento en los riesgos de eventos climáticos severos.

“El huracán Sandy causó trágicas pérdidas de vidas, desarraigó a miles de neoyorquinos y provocó daños sin precedentes por los cinco condados”, dijo el vicealcalde Holloway. “Miles de empleados de la Ciudad organizaron una respuesta masiva y completa, desde socorristas que arriesgaron sus vidas para salvar a necesitados hasta el Departamento de Sanidad Pública y docenas de agencias municipales que han trabajado incansablemente para ayudar a los residentes a recuperarse. Este informe de acciones deja claro que, pese al buen trabajo realizado por la Ciudad, siempre podemos hacerlo mejor; tomaremos las lecciones aprendidas del huracán Sandy y fortaleceremos la capacidad de la Ciudad para responder a emergencias futuras”.

“El huracán Sandy fue un desastre natural como ningún otro que la Ciudad de Nueva York haya sufrido, y la Ciudad respondió de igual forma, con una gestión masiva de evacuación y una recuperación rápida del desastre”, dijo la vicealcaldesa Gibbs. “Pero sabemos que siempre hay maneras de mejorar, y esta evaluación ha identificado pasos esenciales que podemos dar para mejorar más nuestra capacidad para ayudar más efectivamente a los neoyorquinos”.

Hasta la fecha, la Ciudad ha ayudado a más de 20,000 familias a volver a sus hogares mediante el programa NYC Rapid Repairs, distribuyó más de 3 millones de comidas a personas necesitadas, y limpió un estimado de 700,000 toneladas de escombros. Mientras que trabaja para lanzar nuevos programas a fin de atender necesidades de vivienda, negocios e infraestructura en las comunidades más golpeadas con $1.77 mil millones en ayuda federal, ahora los esfuerzos de la Ciudad se están enfocando también en los retos a largo plazo, incluso el desarrollo de un plan para mejorar la capacidad de adaptación de la Ciudad a futuras tormentas.

El Informe de acciones del huracán Sandy está disponible en www.nyc.gov y se enfoca en la respuesta municipal antes, durante y después de una tormenta severa, estableciendo las prioridades de la Ciudad a fin de alistarse para la próxima tormenta severa u otro evento similar. Muchas de las recomendaciones en el reporte son aplicables a otras condiciones más allá de las tormentas costeras, e incrementarán la capacidad general de la Ciudad para responder a emergencias futuras.

Puntos destacados del Informe

Comunicaciones

El 311 es el principal vehículo de interacción de los neoyorquinos con el Gobierno local; durante el huracán Sandy, el volumen de llamadas alcanzó niveles sin precedentes. El 311 funcionó durante toda la tormenta, pero está claro que se necesita redundancia en la capacidad de líneas telefónicas y otras inversiones con el fin de asegurar que este medio de comunicación esté disponible con un tiempo mínimo de espera. En cuanto a las comunicaciones de la Ciudad para la tormenta antes, durante y después de Sandy, grandes redes de televisión y radioemisoras transmitieron en vivo ruedas de prensa; la Ciudad envió más de 2,000 ‘tuits’ y sumó más de 175,000 seguidores en las redes sociales; NYC.gov recibió 4 millones de visitantes únicos y 16 millones de páginas vistas; el canal de YouTube de la Alcaldía tuvo casi un millón de visitas; y la Oficina de Manejo de Emergencias (OEM, en inglés) envió avisos de Notify NYC por líneas telefónicas, mensajes de texto, correo electrónico y Twitter a más de 165,000 residentes. Las recomendaciones del Reporte incluyen formalizar y ampliar las actualizaciones regulares a funcionarios electos y colaboradores comunitarios durante el huracán Sandy y ampliar le uso de soluciones de mapeo en la ‘nube informática’ para apoyar actividades de emergencia.

Evacuación general y de centros de salud

El 28 de octubre de 2012, el alcalde Bloomberg emitió una orden de evacuación obligatoria a las áreas en la Zona A de Evacuación del Plan de tormentas costeras (Coastal Storm Plan, en inglés), incluso vecindades añadidas tras el huracán Irene, en base a revisiones de estimados sobre la marejada de la tormenta que fueron realizadas por el Servicio Nacional del Clima (National Weather Service o NWS, en inglés). Apenas la segunda evacuación general de población en la historia de la Ciudad, la del huracán Sandy requirió que 375,000 neoyorquinos dejaran sus hogares y comunidades antes de la tormenta. Muchos residentes de la Zona A acataron la orden de evacuación y se fueron. Pese a extensas labores de comunicación antes de la tormenta, miles de residentes prefirieron non dejar sus hogares; trágicamente, 43 neoyorquinos perdieron sus vidas por la tormenta.

Más de 80,000 residentes en 423 edificios de la Autoridad de Vivienda de la Ciudad de Nueva York (NYCHA, en inglés) fueron afectados por la tormenta. En su preparación para el huracán, NYCHA realizó decenas de miles de llamadas a residentes, publicó volantes en varios idiomas y trabajó con el Departamento de Policía (NYPD, en inglés) para efectuar anuncios asociados con la tormenta. Los empleados de la Autoridad de Vivienda también tocaron las puertas de ancianos y residentes con problemas de movilidad o que requieren equipos para mantenerse en vida, y junto con la Policía proporcionó autobuses para ayudar a los residentes en la Zona A a evacuar durante el fin de semana que precedió al evento climático.

Desde 2006, el Plan de tormentas costeras ha delineado tres zonas de evacuación ― A, B y C ― en base a mapas de Marejadas de lagos, mares y sobre tierra del Cuerpo de Ingenieros del Ejército (US Army Corps of Engineers, en inglés). Tras le huracán Irene, la Ciudad actualizó estas zonas de evacuación; desde entonces, el Servicio Nacional del Clima ha mejorado su modelo de marejadas de tormentas para prevenir la ocurrencia de tormentas más grandes y más lentas, así como el mejoramiento en la data sobre la elevación y la marea alta. La Oficina de Manejo de Emergencias se encuentra en el proceso de actualizar las zonas de evacuación de la Ciudad para la temporada de huracanes de 2013. El nuevo modelo incluirá nuevas zonas designadas con los números 1 a 6 que remplazarán a las Zonas A, B y C. El incremento en el número de zonas dará a la Ciudad más flexibilidad para señalar áreas que deben ser evacuadas antes de una tormenta predicha. La Ciudad piensa publicar información detallada sobre las nuevas zonas de evacuación en junio de 2013 y pondrá esta información a la disponibilidad de los residentes en NYC.gov y en el 311, así como con otras labores de alcance comunitario.

Con respecto a las instalaciones de cuidado de salud, el Departamento de Salud del Estado de Nueva York y el Departamento de Salud e Higiene Mental de la Ciudad (DOHMH, en inglés) trabajaron codo a codo en el Centro de Evacuación de Centros de Salud (Healthcare Evacuation Center, en inglés) de la Oficina de Manejo de Emergencias en los días previos a la tormenta a fin de preparar a los centros de salud para los efectos anticipados de la tormenta. Regulaciones estatales requieren que los hospitales y centros de enfermería tengan una fuente de energía de reserva que les permita albergar en sus lugares y seguir ofreciendo servicios en caso de un apagón. La decisión de ordenar una evacuación general de centros de salud debe ser balanceada con los riesgos inherentes de la evac¬uación misma para grupos vulnerables de la población. Estos riesgos fueron de consideración sustancial antes de que el alcalde Bloomberg ordenara una evacuación general de hospitales antes del huracán Irene, y aunque no hubo muertes asociadas con las evacuaciones en conexión con esa tormenta, los retos que representó la evacuación fueron una de las áreas en que se enfocó la revisión de las acciones tomadas por la ciudad en la respuesta al huracán Irene. La marejada sin precedentes del huracán Sandy causó inundaciones y apagones generalizados que en última instancia pusieron en riesgo la capacidad de cinco hospitales y unos 30 centros residenciales para albergar a personas en sus lugares durante y después de la tormenta. Esas instalaciones fueron evacuadas y los pacientes y residentes fueron llevados a ubicaciones alternativas, en algunos casos períodos extendidos de tiempo. Aunque estas evacuaciones a gran escala fueron completadas sin muertes de pacientes, se pueden hacer varias mejoras a este elemento de las operaciones de respuesta a tormentas. El Informe recomienda trabajar con el Departamento de Salud del Estado para fortalecer y hacer cumplir reglamentos actuales y desarrollar cualquier regulación nueva que pueda ser necesaria a fin de asegurar que estas instalaciones tengan implementados planes integrados de emergencia, incluso un suministro adecuado de energía de reserva y un plan específico de evacuación en el caso de que sea ordenada una en el futuro.

Seguridad pública

La seguridad pública es el trabajo principal del Gobierno municipal. Durante y después de la tormenta, agencias municipales entre las que se incluyeron a los Departamentos de Policía y Bomberos (FDNY, en inglés) rescataron a miles de personas de la marejada causada por la tormenta. El sistema 911 de llamadas de emergencia de la Ciudad alcanzó su mayor volumen de llamadas en la historia ― 20,000 llamadas por hora ― durante el huracán, y el recién mejorado sistema 911 funcionó como fue diseñado y no falló ni dejó que se cayeran llamadas. Como resultado de la marejada y los fuertes vientos, más de un millón de neoyorquinos quedaron sin electricidad. El Departamento de Policía proporcionó control del tránsito e intersecciones en áreas donde las señales no estaban funcionando durante semanas después de la tormenta, y la Ciudad estableció un equipo de trabajo intergubernamental para priorizar la colocación de generadores y calderas en lugares que necesitaban energía para necesidades inmediatas de seguridad vital. Entre las recomendaciones de seguridad pública en el Informe están le acelerar la compra de equipos de seguridad para rescates, y desarrollar opciones alternativas de energía para mantener los semáforos y señales de tránsito funcionando, mejorar y fortalecer los mensajes antes de las tormentas sobre el uso apropiado del 911 y el 311, desarrollar un plan exhaustivo para acelerar el restablecimiento de la energía a viviendas multifamiliares públicas y privadas, mejorar y ampliar las evaluaciones fuera de temporada de generadores para instalaciones públicas, y establecer un Equipo y Plan de acción para drenaje y generación (Dewatering and Generator Task Force and Action Plan, en inglés) que se activará antes de la llegada de una tormenta para recolectar y usar información detallada sobre edificios en áreas que pueden sufrir inundaciones a fin de acelerar la recuperación.

Refugios

El sistema de albergues de evacuación de la Ciudad provee un sitio seguro fuera del área evacuada para atender las necesidades básicas de salud y seguridad de los evacuados durante una tormenta costera y otras emergencias. Si es activado por completo en todas las zonas de evacuación, el sistema, puede alojar hasta 600,000 personas. Durante el huracán Sandy, la Ciudad abrió el primer nivel de albergues ― suficiente como para alojar al máximo estimado de 71,000 personas que podrían estar buscando refugio durante una evacuación de la Zona A. Desde la apertura de los refugios el 28 de octubre y hasta que la Ciudad efectuó la transición a otras opciones provisionales de vivienda ― incluso hoteles ― el 12 de noviembre, unas 6,800 personas buscaron refugio en ocho Albergues para necesidades médicas especiales (Special Medical Needs Shelters, en inglés) que sirvieron a un total de 2,236 evacuados, incluidos 1,800 residentes en centros de cuidado de aflicciones crónicas. Las recomendaciones incluyen actualizar y ampliar el Plan de refugios de tormentas costeras para que funcione durante un período más extenso de tiempo, y desarrollar un plan para la transición rápida a alojamientos adecuados para la ocupación a medio plazo; el mejoramiento de la accesibilidad de los refugios para todos los neoyorquinos; trabajar con el Departamento de Salud del Estado a fin de asegurar una mejor evacuación y planes de refugios para instalaciones residenciales; y utilizar refugios para necesidades médicas especiales solo como último recurso.

Logística, servicios públicos e infraestructura de respuesta y recuperación

Tras su paso, el huracán Sandy dejó a más de un millón de neoyorquinos sin electricidad; destruyó 95 por ciento de la infraestructura de telecomunicaciones en el Bajo Manhattan; y causó daños graves a la infraestructura de combustibles de la región, provocando una gran escasez de combustibles. Más de 80,000 residentes en 423 edificios de la Autoridad de Vivienda no tenían electricidad, calefacción o agua caliente, y muchas instalaciones críticas, entre ellas múltiples hospitales, no pudieron proveer servicios esenciales. La Ciudad formó un Equipo de trabajo que incluyó a la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA, en inglés) y el Cuerpo de Ingenieros del Ejército para colocar inmediatamente tantos generadores y calderas como fuera posible a fin de atender una demanda sin precedentes. La Ciudad trabajó con caseros a fin de ayudar a restablecer servicios a edificios en todas las áreas afectadas. El Reporte recomienda que se debe dar un número de pasos para fortalecer la capacidad municipal para restablecer servicios esenciales, incluso trabajando con empresas de servicios públicos para obtener datos regularmente sobre el estatus de las redes de electricidad, gas natural, combustibles líquidos y telecomunicaciones; el establecimiento de equipos de múltiples agencias para empezar de inmediato las evaluaciones de vecindarios y edificios; y el desarrollo de un plan de combustibles y transporte para garantizar el suministro adecuado para servicios de emergencia y que la red de transporte fluya tan eficientemente como sea posible. Otras recomendaciones abordan mejoras a operaciones para la remoción de escombros y otras operaciones inmediatas de recuperación.

Servicios comunitarios de recuperación

El huracán Sandy no solo causó daños físicos a hogares y vecindades, así como la pérdida generalizada de la electricidad y telecomunicaciones, sino que también trastornó casi cada aspecto de la vida para las comunidades. En respuesta, la Ciudad estableció directores de recuperación por cada condado a fin de que trabajaran en el terreno y con comunidades para proveer servicios ― entre ellos comida, agua y artículos del hogar ― a neoyorquinos necesitados. En total fueron distribuidas más de un millón de botellas de agua. La Ciudad también creó lugares de distribución y de restauración que sirvieron como centros para recursos municipales, estatales y federales a fin de ayudar a los más afectados por la tormenta. Las recomendaciones incluyen desarrollar un Equipo de trabajo para la distribución de agua y comida a fin de sistematizar la operación municipal de respuesta y formalizar la estructura de directores de recuperación de los condados que el alcalde estableció después de Sandy para mejorar la capacidad de la Ciudad para atender necesidades específicas en el terreno.

Recuperación en curso

La recuperación de la Ciudad tras el huracán Sandy proseguirá mientras que haya neoyorquinos desplazados de sus hogares y negocios, y hasta que los negocios se hayan recuperado por completo de la tormenta. El alcalde organizó la Iniciativa especial para reconstrucción y adaptación (Special Initiative for Rebuilding and Resiliency, en inglés) con el objetivo de evaluar los pasos que la Ciudad puede dar para proteger mejor a los vecindarios de grandes eventos climáticos, así como para desarrollar planes de recuperación para las comunidades más golpeadas por el huracán Sandy. La Iniciativa especial entregará sus recomendaciones al alcalde en una fecha posterior de este mes. La Ciudad también ha presentado su solicitud para fondos federales de Ayuda para Desastres y Subvenciones en Bloque para el Desarrollo Comunitario (Community Development Block Grant-Disaster Relief Funds, en inglés) para ayudar a dueños de viviendas y negocios a restaurar sus propiedades. Una vez aprobados, se distribuirán $1,770 millones en programas establecidos por toda la Ciudad que se enfocan en neoyorquinos cuyas necesidades de recuperación aún no han sido satisfechas, y financiarán medidas para la adaptación a fin de proteger contra las marejadas e inundaciones provocadas por las tormentas.





CONTACTO PARA MEDIOS:


Oficina de Prensa de la Alcaldía  (212) 788-2958



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