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PARA DIFUSIÓN INMEDIATA
PR- 032-11
27 de enero de 2011

EL ALCALDE BLOOMBERG RINDE TESTIMONIO SOBRE LA NECESIDAD DE INVERSIONES EN TRENES DE GRAN VELOCIDAD EN LA RUTA DEL NORESTE DURANTE AUDIENCIA CONGRESUAL EN LA TERMINAL GRAND CENTRAL

El alcalde copreside la Coalición bipartidista de infraestructura nacional Building America’s Future

A continuación se ofrece el texto preparado para la presentación del alcalde Michael R. Bloomberg ante el Comité de Transporte e Infraestructura de la Cámara de Representantes. Por favor confirme con el testimonio final.

“Buenos días, presidente Mica y miembro destacado Rahall.  Gracias por organizar esta audiencia e invitarme para rendir testimonio.  También quisiera reconocer al presidente de subcomité Bill Shuster y a los representantes Jerrold Nadler y Michael Grimm, de la Ciudad de Nueva York.

“Es apropiado que esta audiencia se lleve a cabo en Grand Central.  Al igual que el canal Erie, el ferrocarril transcontinental y el sistema interestatal de carreteras, es un monumento a la tradición de nuestra nación de soñar en grande e invertir en nuestro futuro.  Juntas, esas redes de transporte abrieron nuevos mercados y nos hicieron la superpotencia económica del planeta.

“Pero eso fue hace mucho tiempo.  Hoy, nuestra nación invierte apenas más de dos por ciento de nuestro producto interno bruto en infraestructura.  Mientras tanto, Europa invierte a un ritmo dos veces mayor, y China, a un ritmo casi tres veces mayor.

“En 2007 visité Shangai.  Aterricé en el aeropuerto y subí a un tren de levitación magnética capaz de viajar a 250 millas por hora.  Otros países en Asia, Europa y el Oriente Medio también están construyendo trenes súper rápidos.  Entonces, ¿qué espera nuestro país?

“Si vamos a mantener nuestra competitividad global, debemos enfocarnos nuevamente en la infraestructura.  Junto con los ex gobernadores Ed Rendell y Arnold Schwarzenegger, he formado una coalición bipartidista llamada Building America’s Future que ha estado trabajando para sumar apoyo a este asunto de importancia vital.

“Acogemos el gran interés de su comité en los trenes de gran velocidad, y me alegra oír que está surgiendo un consenso sobre el motivo por el que debe construirse aquí en el Noreste.

“Como saben, el Noreste es la economía más grande de la nación.  La región es el hogar de los centros mayores de negocios, gobierno, finanzas, medicina, emprendimiento y educación de la nación.

“Ciento sesenta y dos compañías de las principales 500 empresas en la lista de la revista Fortune tienen su sede en el Noreste — así como también siete de las 20 mayores universidades de investigaciones.  Y la mayor parte de nuestra población está consolidada en densas ciudades suficientemente cercanas entre ellas como para hacer que viajar en tren sea mucho más cómodo que el transporte aéreo.

“A la vez, debido a toda esta actividad, el Noreste está acercándose a una crisis de transporte.  Nuestros aeropuertos están entre los más abarrotados, nuestras carreteras están entre las más congestionadas, y nuestra ruta de trenes es la más usada en el país.

“Todo esto solo empeorará con el aumento anticipado de 40 por ciento en la población de la región para el año 2050.  Eso no afecta solo a Nueva York, sino que afecta a todo el país.

“Como observó el presidente Mica, los abarrotados aeropuertos de Nueva York son responsables por demoras en vuelos por todo el país.  Si queremos reducir esas demoras, y mantener a este motor de crecimiento impulsando la economía de la nación, necesitamos destapar sus líneas de combustible.

“Y la mejor manera es con una línea de trenes de gran velocidad.  El tren de gran velocidad añadiría el equivalente de unas 1,900 millas de vías interestatales — excepto, claro está, porque sería un tren interestatal con una velocidad máxima de 220 millas por hora.

“Los trenes de gran velocidad en el Noreste serían de gran ayuda para nuestra región y nuestro país de otra manera.  Generarían viaje y turismo, incrementarían el valor de bienes raíces y reducirían la contaminación y dependencia en el petróleo extranjero.  Al reducir la congestión del tránsito en las carreteras, en nuestros aeropuertos y en nuestros trenes de pasajeros — incrementarían la actividad económica.

“Calculamos que los trenes de gran velocidad generarían más de $7 mil millones en actividad económica y crearían cerca de 100,000 nuevos empleos para el 2040.  Porque, cuando los negocios e industrias son colocados más cerca uno del otro, inevitablemente ven más ganancias, creatividad y productividad.

“El Presidente Obama y el Congreso han dado un buen paso inicial al asignar $10 mil millones para trenes de gran velocidad.  Y fue muy alentador que el Presidente afirmara este compromiso durante el discurso del Estado de la Unión, fijando una meta donde otorga a 80 por ciento de los norteamericanos acceso a trenes de gran velocidad dentro de los próximos 25 años.

“Esta es ciertamente una meta loable — pero los fondos aún no están disponible.  Así que deberíamos empezar en este momento con lo que tiene sentido en términos económicos.  Y en este momento, no lo estamos haciendo.

“Los fondos para los proyectos de trenes de gran velocidad han sido divididos entre 36 estados, esparciendo nuestro dinero a tal grado que corremos el riesgo de no lograr nada en lo absoluto.  De hecho, el actual plan federal asigna solo un poco más de uno por ciento del gasto para trenes de gran velocidad para el Noreste.  Eso realmente no tiene sentido.

“Especialmente porque Acela es la única línea rentable administrada por Amtrak, y porque el Noreste es la única área donde se ha mostrado una gran demanda por trenes de gran velocidad.

“Lo que necesitamos es un nuevo enfoque para el gasto de fondos de transporte — uno que no sea dictado por política, sino en base a la economía.  Probablemente no obtengamos todas las rutas que queremos, pero obtendremos los trenes de gran velocidad que necesitamos.

“Antes de concluir, quiero mencionar una idea final que necesitamos estudiar si queremos que esto sea viable.  Los trenes de gran velocidad podrían costar más de $100 mil millones y tomar hasta una generación en construir.  Mientras que el gobierno debería dirigir, necesitamos asegurarnos de que tenemos la estructura y las reglas en su lugar que no desalienten la inversión privada.

“El país necesita hacer inversiones inteligentes en el transporte del siglo XXI.  La evidencia no podría ser más sólida: los trenes de gran velocidad en la ruta del Noreste es la inversión posible más inteligente hacia el futuro.  Gracias”.







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