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PR- 457-10
5 de noviembre de 2010

EN EL DISCURSO CENTRAL DE LA CUMBRE DE LÍDERES DEL CLIMA C40 EN HONG KONG, EL ALCALDE BLOOMBERG EXPONE CÓMO LAS CIUDADES DEBEN ENCABEZAR ESFUERZOS MUNDIALES PARA ENFRENTAR EL CAMBIO CLIMÁTICO Y CONSTRUIR UN FUTURO SOSTENIBLE

El discurso siguió a la ceremonia de cambio de presidencia del C40

A continuación se presenta el texto final del discurso pronunciado por el alcalde Michael R. Bloomberg en el Centro de Exhibiciones de Hong Kong

“David, muchas gracias por esas amables palabras.  Henry, Christine, gracias a ambos.  Y permítanme empezar diciendo buenos días a todos.  O, en cantonés, ¡Jóusàhn!

“Como alcalde de acaso la ciudad más internacional de la Tierra — en nuestras calles se hablan prácticamente todos los idiomas del mundo — trabajo constantemente para mejorar mi dominio del cantonés, y también del mandarín.  Pero ahora, pronunciaré el resto de las palabras de esta mañana en otro idioma que también sigo luchando para dominar, o sea, en inglés.

“En serio: Es un honor ser elegido para presidir el Grupo de Liderazgo del Clima C40 por los próximos dos años.  Y es realmente un privilegio pedirles a todos ustedes que me acompañen ahora para darle un gran aplauso a David por su liderazgo excepcional del C40 durante estos dos años cruciales pasados. David, muchas gracias.

“Esto fue evidente en la última conferencia de las Naciones Unidas, el pasado diciembre en Copenhague, donde David defendió apasionadamente que se diera a las ciudades del mundo un rol más grande en la lucha contra el cambio climático global. Y en su hermosa ciudad de Toronto, el trabajo que él ha hecho para empezar a reducir drásticamente la huella de carbono muestra lo mejor del ‘liderazgo con el ejemplo’, y puede ser su más grande legado a la ciudad a la que él ha servido tan bien.  Ustedes deben saber que David está concluyendo su último período como alcalde de Toronto, y no sé lo que él pasará a hacer después.  Será algo en lo que el seguirá marcando una diferencia en este mundo, y creo que todos le deseamos todo lo mejor; y me aseguraré de que continuemos siendo amigos, y quiero poder llamarle y obtener su consejo sobre lo que debo hacer después.

“También quiero extender mi agradecimiento a nuestros anfitriones, al secretario en jefe Tang y el gobierno y la gente de la región administrativa especial de Hong Kong, incluyendo a Christine Loh y sus colegas en el Civic Exchange.  ¡Dòjeh!

“Nos sentimos enormemente agradecidos por su hospitalidad.  También saludamos los pasos que ustedes están dando para convertir lo que por siglos ha sido uno de los centros preeminentes del comercio mundial en un centro de la acción medioambiental en los próximos cien años.

“También quiero decir que espero ansiosamente trabajar con el alcalde de Sao Paulo, Gilberto Kassab, y su equipo para preparar nuestra próxima cumbre de alcaldes C40 en su maravillosa ciudad el próximo mes de mayo. Y les urjo a todos ustedes a venir.  Sao Paulo es una ciudad maravillosa.  La gente es tan amistosa y agradable como ustedes conocerán jamás, y si llega a ser la mitad de bueno que Hong Kong, será algo donde todos podremos marcar una gran diferencia.

“Permítanme empezar diciendo, mis colegas: Fue apenas hace cinco años que 18 de las grandes ciudades del mundo se unieron para compartir las mejores prácticas y hacer causa común en el desafío global más grande de nuestro tiempo — reducir las emisiones de gases de invernadero que contribuyen tanto al cambio del clima.

“Todos reconocimos que las ciudades — donde, por primera vez en la historia, vive ya la mitad del mundo, y que representan más de 70 por ciento de la producción de gases de invernadero en el mundo — tenemos en nuestras manos el futuro de la humanidad.

“Está en las manos de todos los que estamos sentados en este salón el llenar ese futuro con promesa, no con peligro.  Reconocemos que las tareas ante nosotros no son sencillas.  Hemos visto, creo que una y otra vez, las dificultades que han tenido los gobiernos nacionales, tanto en casa como en el escenario internacional, para tomar acciones relacionadas con el cambio del clima.

“Las ciudades deben aprender de esa experiencia.  Debemos ser más audaces.  Debemos ser más colaborativos.  Y debemos ser más decididos.  Unidos, nosotros mismos debemos llenar el vacío de liderazgo.

“Es verdad que llenar este vacío nos carga pesadamente con responsabilidades.  Pero, mis colegas, debemos soportarlas.  Debemos, no solo porque algunos de los peligros más grandes del cambio del clima — incluyendo la elevación de los niveles de los mares y patrones de clima cada vez más extremos y destructivos — amenazan a nuestras ciudades en la forma más directa.

“Debemos, no solo porque los pasos positivos que damos, aquí y ahora, pueden bendecir a la gente a quienes servimos con salud y prosperidad más grandes; también debemos actuar ahora porque no hacerlo pondría cargas aun más pesadas sobre nuestros hijos, y sobre los hijos de nuestros hijos.  Como conductores de nuestras ciudades, este no es un legado que estamos listos a aceptar.  Y es por eso que esta organización debe continuar fortaleciéndose aún más, haciéndose más activa, y aun más ambiciosa.

“A partir de su núcleo original de 18 ciudades, como ustedes saben, el grupo C40 ha crecido hasta incluir ahora 40 ciudades miembros y 19 afiliadas.  Su colaboración con la Iniciativa Clinton del Clima y con el ex Presidente Clinton la ha hecho crecer hasta ser una gran organización — acorde con nuestro rol en el mundo.

“Porque, unidas, las ciudades que representamos dan cuenta por aproximadamente 21 por ciento del Producto Interno Bruto del mundo.  Cerca de 12 por ciento de las emisiones de carbono son producidas en nuestras áreas metropolitanas.  Y casi una de cada 12 personas en la Tierra vive en o cerca de los límites de nuestras ciudades.

“Nuestro rol y nuestro impacto son tan grandes que las acciones que tomamos a menudo producen un efecto dominó positivo en todo el globo.  Londres, por ejemplo, instituyó una tarifa para la congestión como una manera de reducir emisiones de los automóviles y respaldar el transporte masivo — y hoy por lo menos otras nueve ciudades del C40 han seguido su ejemplo, o están preparadas para hacerlo.

“El extenso sistema de ‘transporte de autobuses rápidos’ de Bogotá mueve ahora a más de un millón de personas diarias a través de las calles de esa ciudad — y otras ciudades, incluyendo la mía, están siguiendo el ejemplo de Bogotá.  Nuestra ciudad anfitriona de Hong Kong, al igual que Sao Paulo y otras municipalidades de todo el globo, está reemplazando combustibles fósiles con basura orgánica como una forma de generar electricidad.

“Y me enorgullece decir que, bajo nuestra administración, Nueva York ha promulgado un conjunto de leyes para edificios ‘verdes’ que legislan la más ambiciosa gestión que ciudad alguna en los Estados Unidos haya emprendido jamás para mejorar la eficiencia energética de los edificios.  Implementar estas leyes ahorrará a los neoyorquinos $700 millones anuales en costos de energía, realzará en gran medida nuestra competitividad económica, creará más de 17,000 empleos nuevos muy necesitados, y reducirá nuestra huella de carbono en una cantidad equivalente a la de una ciudad entera de aproximadamente medio millón de habitantes.

“Estas medidas son elementos esenciales en nuestro programa integral PlaNYC para reducir en 30 por ciento emisiones de gases de invernadero en la Ciudad de Nueva York para el año 2030 — una agenda que lanzamos el Día de la Tierra del año 2007, y que presentaremos en forma actualizada en la cumbre de Sao Paulo el próximo mes de mayo.

“En los últimos cinco años — en resumen — nuestras ciudades han mostrado que estamos preparados para confrontar audazmente el cambio climático.  Como alcaldes, sabemos que no tenemos el lujo de simplemente hablar de cambios sin realizarlos.  Como dijo el alcalde Miller en Copenhague: ‘Las naciones hablan; las ciudades actúan’.

“Y es por eso que, aun cuando seguimos urgiendo incesantemente por acción nacional e internacional para abordar esta creciente crisis global, también debemos redoblar — y redoblaremos — nuestros propias gestiones para hacer realidad un mundo sustentable.  Lograr sustentabilidad — esa es la meta en la que se enfocarán todos nuestros esfuerzos en los próximos dos años.  Para avanzarla, emplearemos cuatro estrategias principales — estrategias que hemos creado en consultas y colaboración con ustedes.  Ahora quiero describirlas brevemente.

“Primero, aun a medida que continuamos avanzando iniciativas que el alcalde Miller y sus predecesores han lanzado, también ampliaremos la agenda del C40.  Por supuesto, seguiremos enfocándonos en prioridades tan antiguas como las abordadas en las discusiones e la mesa redonda de ayer: impulsando re-equipamientos de edificios para la eficiencia energética; y promoviendo el uso de vehículos eléctricos.

“Los motivos son de peso.  Consideren esto: hay más de 20 millones de vehículos en apenas 19 ciudades clave del C40.  Convertir incluso uno por ciento de ellos a la energía eléctrica pagaría enormes dividendos ambientales y económicos.  Porque, no se equivoquen, los días del automóvil movido por petróleo están contados — y las ciudades que encabecen la transición a nuevas alternativas se harán lugares más atractivos para la inversión económica.

“Pero también hay muchas otras maneras de hacer a nuestras ciudades sostenibles: en la conservación del agua, en el reciclaje de basura, y enverdeciendo las calles y espacios públicos de nuestras ciudades, muchos de nosotros ya estamos al frente de la acción.  Y ahora el C40 les acompañará en el avance de estas iniciativas.  Hacer eso requerirá compartir aún más nuestras ideas y experiencias — lo cual conduce a nuestra segunda estrategia: instar a las ciudades del C40 a cooperar más directa y estrechamente entre ellas.

“Reconocemos que nuestras ciudades tienen diferencias en clima, en geografía, en densidad de población, y en los marcos de trabajo legales, económicos y culturales sobre los que trabajan.  Así que nuestras respuestas al cambio de clima deben estar bien adaptadas a esas realidades tal como un traje de sastre de Hong Kong.  Pero como ciudades principales, también enfrentamos muchos retos similares.  Aún cuando aceptemos nuestras diferencias, donde sea posible podemos y debemos también trabajar directamente los unos con los otros, ya que hacer eso puede magnificar poderosamente nuestro impacto.

“Por ejemplo: veinticinco miembros del C40 influyen sobre las regulaciones de flotillas de taxis que, combinadas, suman más de un millón de vehículos.  Piensen en eso — más de un millón de autos, los vehículos más icónicos en los centros de nuestras ciudades, que podemos empezar a trabajar unidos para hacerlos más eficientes y menos contaminantes, compartiendo propuestas a reglas e incentivos, tal vez estandarizando su diseño o puntos de referencia relacionados con su rendimiento, y quizás algún día incluso coordinando su compra.

“Al trabajar unidos podremos engrandecer la escala de nuestro éxito.  Y conforme a eso, es un honor para mí que la Cooperativa Unidad de Estados Unidos y China para Energía Limpia (Joint US-China Cooperative on Clean Energy, en inglés) acaba de traducir el PlaNYC de Nueva York al chino-mandarín.  Espero ansiosamente el momento de leerlo durante mi viaje de retorno a Nueva York.  Henry, tendrás que traducir algo para mí — hay algunos caracteres con los que no estoy familiarizado.

“En conformidad con eso, hablando seriamente, permítanme solo decir que espero que las ciudades de China puedan beneficiarse al leer esta traducción — así como espero que los diseñadores de políticas en la Ciudad de Nueva York estudien, y aprendan de, los éxitos en China y el resto del mundo.  Lo que aprendamos de tal incremento en colaboración también informará a nuestra tercera estrategia: hacer que el Grupo del Clima C40 sea nada menos que la fuente más fidedigna de información y análisis en todas las acciones del cambio climático que tienen lugar en todas las ciudades grandes del mundo.

“Aprendí temprano en mi carrera que si uno no puede medirlo, no lo puede manejar.  Eso es cierto en los negocios, y también en el gobierno.  Solo midiendo de forma regular  y rigurosa y analizando los esfuerzos podremos saber lo que funciona, lo que no funciona, y el por qué, para entonces dar pasos más eficaces.  Así que durante los próximos dos años, nos concentraremos en producir precisamente este tipo de data y análisis.

“Proveeremos, por ejemplo, un análisis comparativo de ciudades con características similares, para así aprender más fácilmente la una de la otra.  Identificaremos dónde políticas y prácticas que tienen éxito en una ciudad pueden ser repetidas fácilmente en otras.  Esto nos ayudará a cooperar entre nosotros, a colaborar con organizaciones no gubernamentales y filantrópicas, y trabajar de manera más efectiva con nuestros gobiernos nacionales.

“También haremos un esfuerzo coordinado para hacerle saber al mundo lo que el C40 y las ciudades miembros están haciendo.  Y este esfuerzo sistemático comunicará un mensaje muy importante al resto del mundo — que incluso cuando otros niveles de gobierno posiblemente vacilen en atender sus responsabilidades climáticas, o las evaden completamente, las ciudades del mundo están asumiendo pragmáticamente el reto.

“Esto incrementará nuestra visibilidad, y credibilidad, en el escenario mundial.  Y nos ayudará a rellenar el vacío de liderazgo a nivel mundial, y atraerá la ayuda, incluyendo financiación, que nuestras ciudades necesitan desesperadamente para alcanzar nuestras metas.

“Pero nada mejorará nuestra visibilidad y credibilidad más que nuestra cuarta y última estrategia durante los próximos dos años: fijar estándares altos, y responsabilizarnos nosotros mismos por alcanzarlos.

“Al unirse al C40, cada una de nuestras ciudades se ha comprometido a la acción — un compromiso que debe ser igualado por un deseo similar de ser juzgados por nuestro progreso, y hacernos 100% responsables.  Así que identifiquemos públicamente todas las iniciativas que estamos emprendiendo.  Firmemos un contrato mutuo para avanzarlas.  Para implementarlas, fijemos puntos de referencia que sean claros y cuantificables.  Y evaluemos regular y abiertamente nuestra experiencia con ellas.

“No todo lo que hagamos durante los próximos dos años será un éxito.  De hecho, si todos nuestros esfuerzos terminaran en triunfo, sugeriría que no estamos fijando nuestras visión lo bastante alta.  Y seremos lo más abiertos y honestos posible cuando no alcancemos nuestras metas, así como lo hacemos cuando las logramos, ya que este tipo de reporte sincero establece una línea base ineludible de información para acciones futuras por nuestras ciudades, y otras ciudades alrededor del mundo.  Y hará algo más.

“Nuestra transparencia ofrecerá a la gente en todos lados confianza en que las ciudades — el nivel de gobierno más cercano a la mayoría de la gente en la tierra — tienen la previsión y el valor de confrontar los mayores retos que la humanidad haya creado por sí misma.

“Colegas, la mejor data científica nos indica que ya es hora de abordar ese reto.  Y la mejor data demográfica nos indica que las ciudades deben tomar la iniciativa.  Ya que, cuando la población mundial crece, el paso global de la urbanización continúa acelerando.

“Simplemente consideren estos hechos: hace solo un siglo, solo uno de diez personas en el planeta vivían en las ciudades.  Hoy en día, se calcula que para el año 2050, casi tres cuartos de la gente en el mundo construirán sus hogares en ciudades.

“Hace una generación, la población urbana de China era de aproximadamente 170 millones de personas.  Hoy es más de tres veces ese número.  Y tan recientemente como 1950, solo una de las áreas metropolitanas del mundo — la de mi propia Ciudad de Nueva York — tenía una población de más de 10 millones de personas.  Hoy en día hay 17 de dichas ‘mega ciudades’ — 11 de ellas justo aquí en Asia.

Esta rápida urbanización ha producido difíciles, y a menudo graves, retos en vivienda, sanidad y salud pública.  Y el marcado uso de combustibles fósiles en las ciudades globales no solo contribuye al cambio climático; también obstruye sus ciudades, contamina su aire y acorta la vida de millones de sus habitantes.

“Pero la historia también nos dice que las ciudades también crean los recursos e impulsan la tecnología que puede resolver esos mismos problemas, y conllevan a una mayor prosperidad.  Hay, de hecho, un ciclo de virtud y auto-reforzamiento que vincula la urbanización, la prosperidad y la sustentabilidad.

“Y podemos ver eso hoy, en las ciudades que se han hecho más eficientes en términos energéticos y contaminan menos.  Los residentes de tales ciudades con bajo carbono ya disfrutan de vidas más duraderas y saludables.  Y los pasos que damos para reducir la dependencia de los combustibles fósiles — por plantas de energía, autos, y también al calentar y cocinar en hogares individuales — mejorarán considerablemente la calidad del aire en los distritos más densamente pobladas y a menudo más pobres de nuestras ciudades.

“Algunos nos dirán que no podemos costear el sacrificar el crecimiento para proteger nuestro medio ambiente.  Pero ese argumento ignora los costos, no considerados durante mucho tiempo y devastadores, para la economía, el medio ambiente y la humanidad, de una dependencia derrochadores a los combustibles fósiles

“También pasa por alto las oportunidades económicas que el desarrollo de la tecnología verde creará.  De hecho, el camino de la ecología es la única manera que tenemos en llegar a la prosperidad a largo plazo.

“En las artes y ciencias, en la cultura y el comercio, las ciudades alrededor del mundo han encendido durante siglos la imaginación de los hombres y dado cabida a la creatividad humana.  El espíritu agitado y emprendedor promovido por un espíritu emprendedor en las ciudades del mundo entero lanzó el proceso que hoy nos une en una comunidad global.

“También mantiene la promesa de que encontremos soluciones comunes a los retos planteados por el cambio climático.  Y ahora, al abordar los retos planteados por el cambio de clima, las ciudades del globo, encabezadas por el grupo C40, pueden asegurar que nuestra comunidad global no solo sobreviva, sino que florezca.  Y esa debe ser nuestra meta.

“Es un honor para mí tener la oportunidad de trabajar con todos ustedes y ayudar a hacer que esto sea realidad durante los próximos dos años.  Muchas gracias.  Tenemos mucho trabajo que hacer.  Empecemos ya”.







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