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PR- 382-09
19 de agosto de 2009

EL ALCALDE BLOOMBERG HABLA EN FUNERAL DEL BOMBERO PAUL WARHOLA

A continuación se presenta el panegírico preparado para el alcalde Michael R. Bloomberg y pronunciado en la Iglesia Católica Romana San Juan Evangelista en Center Moriches

“Gracias, monseñor.  En los últimos días ha habido una foto de Paul Warhola en la página principal del portal Web del Departamento de Bomberos (FDNY, en inglés).  Imagino que la mayoría de ustedes la han visto allí, o quizás en el velorio de Paul, donde también se mostró.  Pero si no lo han hecho, deberían darle un vistazo.  Porque la foto muestra a Paul exactamente como sus hermanos bomberos le describen: Relajado.  Confiado.  El tipo de hombre que no necesitaba levantar su voz para ser oído y respetado.

“Él está exhibiendo la sonrisa que aquellos que le conocieron y amaron veían tan a menudo; cuando él conducía habilidosamente a casa el camión de la Compañía de Máquinas 221 tras una corrida a través de las estrechas calles de Williamsburg; cuando estaba partiendo a una expedición de motocicletas todo terreno contigo, Paul hijo; o cuando conducía el bote de pesca que nombró en tu honor, Tiana, cruzando la bahía de Moriches.

“De modo que, a ustedes, Arleen, Paul, Tiana, Mary, Shelly, Kerrie, Marilou y Steven, y a todos los vecinos, compañeros de trabajo y amigos que han venido aquí hoy para rezar por Paul al partir en su viaje final: a nombre de 8.4 millones de neoyorquinos, quiero decir que compartimos su pena.  Y también quiero decir cuan agradecidos, realmente agradecidos, estamos por nuestra buena suerte de haber tenido a Paul sirviendo y protegiéndonos estos últimos 15 años.

“El mejor regalo de Paul a la Ciudad de Nueva York fue el rol que jugó en la reconstrucción del mejor departamento de bomberos del mundo.  En apenas tres semanas, marcaremos el octavo aniversario del ataque del 11-S.  Paul y la Compañía 221 corrieron al World Trade Center esa mañana, y llegaron a tiempo para ver, primero una, luego la otra torre humeante caer a tierra.  En unas pocas terribles horas, el FDNY perdió 343 hombres, incluyendo muchos de sus mejores y más experimentados oficiales y bomberos.  Entre ellos estaba Michael Warhola, tío de Paul, un teniente de la Compañía de Escaladores 5.

“En las semanas y meses que siguieron, a medida que Paul y otros buscaban en los escombros en el Bajo Manhattan, el FDNY empezó su propio y difícil proceso de recuperación.  Y desde el 11-S, realmente se ha recuperado.  De hecho, por primera vez desde los ‘Animados 1920s’, la Ciudad de Nueva York City ha completado tres años consecutivos con menos de 100 muertes por incendios — aunque tenemos dos millones más de personas en nuestra ciudad que los que teníamos entonces.

“Paul y otros veteranos del FDNY fueron cruciales para el renacimiento del departamento.  Porque, al llenar sus filas con nuevos miembros, necesitaban exactamente lo que Paul tenía en abundancia: paciencia, sabiduría y disposición de enseñar.  Él les dio eso y mucho más.  Se le conocía por ser un hombre de pocas palabras.  Pero, como uno de los oficiales de la Compañía de Máquinas 221 dijo: ‘Algunos tipos simplemente hablan por hablar.  Paulie no era así.  Él siempre iba directamente al grano.  Y cuando decía, ‘Pienso que deberíamos hacerlo de esta manera’, siempre escogía la opción perfecta’.

“Entonces, los oficiales y hombres de la Compañía de Máquinas 221 sabían que siempre podían confiar en Paul sin pensarlo dos veces.  Contaban con él en el lugar del fuego.  Dependían de su amplia habilidad como carpintero cuando buscaban ayuda con reparaciones y mejoras en sus casas.  Y también dependían de él para otra cosa: Lubina.  Bacalao negro.  Lenguado.  Todo el tesoro del mar que Paul pescaba en las aguas no lejos de su iglesia, y que después horneaba, emparrillaba o freía a la perfección en la cocina de la Compañía de Máquinas 221.

“Ahora, la manía de pescar de Paul tenía su precio.  Esto quería decir que teníamos que ponernos a ver programas como Extreme Angler y Hooking Up cuando él tomaba posesión del control remoto de la televisión.  Y para los miembros de la Compañía de Máquinas 221 que están predispuestos a los mareos, es posible que el solo recuerdo de salir con Paul en su bote siempre haga que se revuelvan sus estómagos.

“Pero todo eso valía la pena.  Porque, aunque Williamsburg tiene algunos de los restaurantes más famosos de nuestra ciudad, cuando Paul traía la pesca del día, las mejores cenas en el vecindario eran servidas en la estación de bomberos en la calle East 2nd.

“Él era, como se dice, un hombre que se sentía cómodo consigo mismo.  Y tenía el increíble don de hacer que otros también se sintieran seguros.  Ahora tenemos que continuar sin él.  Y, sabiendo que no va a ser fácil, Paul nos mostró a todos como se hace, trabajando unidos.

“Entonces, Arleen: Vas a enfrentar unos tremendos retos en el futuro.  Pero no tendrás que enfrentarte a ellos sola.  El FDNY es una familia ― una que cuida a los suyos, especialmente en tiempos como estos.  Ellos han estado a tu lado durante toda la semana pasada.  Ellos ― y nosotros ― continuaremos estando presentes para ti en cada paso del camino.

“Y Paul y Tiana: Mi hermana y yo perdimos a nuestro padre cuando éramos apenas un poquito mayores que ustedes.  Compartimos el mismo dolor.  Pero al pasar los años, también compartimos los maravillosos recuerdos que él nos había dejado a nosotros y a nuestra madre.  Se convirtieron en memorias más impactantes y duraderas que nuestro dolor.  Estas nos han hecho unirnos aun más como familia.  Y lo mismo les puede ocurrir a ustedes también.

“Y a todos los que, como Paul, juraron proteger a la ciudad más grande del mundo, permítanme decirles: Que Dios no solo bendiga la memoria del hombre a quien lloramos hoy.  Que Dios también bendiga y proteja a cada uno de ustedes.  Y que Dios bendiga siempre al FDNY”.







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