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PR- 425-08
28 de octubre de 2008

EL ALCALDE BLOOMBERG ESBOZA PRINCIPIOS PARA GUIAR REFORMA DE LA INDUSTRIA FINANCIERA EN ENCUENTRO ANNUAL DE LA ASOCIACIÓN DE LA INDUSTRIA DE VALORES Y MERCADOS FINANCIEROS

La consistencia, transparencia, y pensar y actuar globalmente son necesarios en momentos en que Washington busca restaurar la confianza en mercados financieros de los Estados Unidos

A continuación se presenta el texto preparado del alcalde Michael R. Bloomberg. Por favor confirme con el discurso final.

“Buenos días a todos — y para aquellos de ustedes que vienen de otras ciudades, bienvenidos a Nueva York. Como alcalde, permítanme decir: Por favor gasten mucho dinero durante su estadía aquí. Tenemos algunas brechas en el presupuesto municipal y nos alegraría que ustedes nos ayudaran a cerrarlas.

“Blythe y Tim han preparado realmente un día bastante ocupado para ustedes.  Por ejemplo: ¡Ustedes recibirán al secretario de Hacienda, Hank Paulson, para el almuerzo!  Ustedes saben, así es probablemente como él se sintió durante todas esas audiencias del Congreso el mes pasado, también. No obstante, estoy seguro de que él ve esto como una oportunidad bienvenida para salir de la oficina y descansar de la firma de todos esos billetes de dólar.  Luego, en la cena, ustedes escucharán al ex secretario de Hacienda, Larry Summers — quien podría estar trabajando para preparar la mano con que firma… por si acaso.

“Esto es porque, ahora que ya solo falta una semana para el Día de las Elecciones, pronto una nueva administración se dirigirá a Washington.  Como he escrito en la edición actual de Newsweek, cuando uno de ellos llegue a la Casa Blanca, el senador McCain o el senador Obama tendrán que confrontar cualquier cantidad de retos mayores de largo alcance: Reconstruir nuestra infraestructura, re-dirigir nuestra política energética, trabajar para la reforma migratoria, y mejorar las escuelas de nuestra nación, el más importante entre estos.

“Restaurar la confianza a largo plazo en nuestros mercados de capitales también será claramente una prioridad mayor.  En las últimas seis semanas, el secretario Paulson y el presidente de la Reserva Federal [Ben] Bernanke han dado realmente pasos sin precedentes para estabilizar esos mercados, y también lo han hecho gobiernos y banqueros centrales del mundo.  Sus esfuerzos parecen haber evitado que la economía global cayese por un precipicio.  Pero, para parafrasear la descripción que hizo Winston Churchill de las primeras victorias de los Aliados en la Segunda Guerra Mundial: Este no es el fin, ni siquiera el principio del fin.  Es realmente solo el fin del principio.  Ahora la cortina subirá para el Segundo Acto.

“Todo este acto tratará sobre la reforma de una estructura de regulación que es un producto — o quizás se podría llamar reliquia — de intentos al azar del gobierno para mantener el paso con las innovaciones en los mercados financieros.  Ahora podemos ver que es un sistema de remiendos dolorosamente inadecuado, con algunos organismos que se solapan innecesariamente, a la vez que áreas mayores del mercado financiero son totalmente ignoradas.  Es un régimen regulativo que no ha mantenido el paso con las finanzas globales del siglo XXI.

“Muchas partes del mismo se remontan a la era de la motocicleta sidecar y los sombreros fedora de borde reversible — y su antigüedad se nota.  Pero el rápido ritmo de la innovación en finanzas ha hecho que incluso organismos creados más recientemente queden miserablemente anticuados.  Por ejemplo, cuando se estableció la Comisión de Comercio de Futuros en Materias Primas (Commodity Futures Trading Commission, en inglés) a mediados de los años 70, los productos que se comerciaban eran, en gran medida, futuros agrícolas.

“Sin embargo, los futuros financieros de hoy — que en realidad se parecen más a los valores financieros — representan la mayor parte de tal comercio.  Algunos productos financieros que son muy similares entre sí son supervisados por cuerpos regulativos separados y ‘enclaustrados’.  En otros casos, productos e instituciones financieras son regulados muy ligeramente, o nada en lo absoluto — en gran parte porque hay una comprensión muy pobre de su verdadera naturaleza.  Y todos hemos tenido simplemente un ejemplo perfecto de cuan peligroso puede ser eso.

“Como la mayoría de ustedes saben, no soy un extraño para Wall Street.  Yo salí directamente de la escuela de negocios a una posición con Salomon Brothers.  Por 15 años, ascendí en las filas allí, trabajando productiva y alegremente justo hasta el día en que fui despedido.  Eso es un recordatorio para todos ustedes de que, si la seguridad laboral es su prioridad mayor, es posible que deseen considerar otro tipo de trabajo.

“Sin embargo, hubo un final feliz.  Caí sobre mis pies y fundé una exitosa firma de servicios de información financiera.  Nombramos a nuestro primer producto ‘Market Master’ (o ‘Maestro del Mercado’).  Pero eso sonaba como algo relacionado con la cocina, en vez de una oficina y, de todas maneras, nadie lo llamaba así.  Nuestros clientes siempre se referían al producto como ‘la Bloomberg’, así que nosotros también empezamos a hacer eso.  Nuestro eslogan de mercadeo se convirtió en: ‘Si usted no está frente a una Bloomberg, está detrás’.  Y aunque ustedes no están en sus escritorios hoy, ustedes están aún frente a una Bloomberg.  ¡Espero que todavía sea una experiencia gratificante!

“El uso generalizado de terminales Bloomberg también dice mucho sobre la cultura y operación de los mercados financieros de hoy.  Porque esas terminales no solo proveen cantidades de información en tiempo real a las compañías con la suficiente inteligencia como para alquilarlas; ahora otras computadoras deciden cuándo comprar o vender acciones y bonos.

“El comercio automatizado era un desarrollo inevitable — y, en su mayor parte, ha sido uno positivo.  Pero ha añadido un engranaje extra, más rápido, a la volatilidad del mercado.  Porque, cuando la mentalidad de rebaño es automatizada, la estampida adquiere propulsión turbo.  Y tanto las herramientas de alta tecnología que utilizan los agentes bursátiles como los productos muy complejos que ellos venden han superado la sofisticación de los cuerpos de regulación, agencias de calificación de bonos, inversionistas y muchos ejecutivos financieros.

“Esa discontinuidad ciertamente aceleró la alarmante caída libre de los mercados financieros experimentada este otoño.  ¿Por qué? Porque ocurre que es cierto lo que todos aprendimos en nuestras clases de economía: Sin información clara y confiable, los mercados no pueden trabajar apropiadamente.  Los mercados de créditos se congelan y los mercados de capitales colapsan.  Eso hace crucial el restaurar la confianza en la operación de esos mercados.

“Ahora la pregunta es cómo hacer eso.

“Habrá un sinnúmero de respuestas de grupos de expertos, funcionarios de regulación actuales y pasados, columnistas y periodistas financieros, así como de gente con vasta experiencia en el gobierno y el sector privado.  En esa última categoría, ciertamente incluyo a Tim, quien la semana pasada presentó ideas muy concienzudas en su testimonio sobre la reforma de regulación a nombre de SIFMA ante el Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes.  Al final, la clave, como siempre, estará en los detalles de cualquier nuevo régimen regulativo — detalles que serán decididos por la próxima Administración y por el Congreso.

“Por ahora, permítanme sugerir que hay tres principios centrales que deben guiarlos, y a nosotros, a medida que progresa este trabajo.  Ellos son: consistencia, transparencia, y pensar y actuar globalmente.

“Primero, necesitamos una mayor consistencia, ya que ahora las instituciones financieras y los productos que son muy similares entre sí no están regulados de la misma manera, o no están regulados en absoluto.  Por ejemplo, las compañías de seguros son reguladas casi en su totalidad por los estados, sin embargo, como hemos visto con AIG, ya no hay mucha diferencia entre una compañía de seguros y un banco de inversión.  Hay incluso menos diferencia entre un banco de inversión y un fondo de cobertura — sin embargo los fondos de cobertura prácticamente no son regulados.  Al igual que los receptores de fútbol que se destacan en explotar las costuras de la defensa opuesta, el capital financiero prospera en la búsqueda de las costuras en la regulación de los mercados.

Eso produce nuevo capital, que es bueno siempre y cuando los financistas tengan en cuenta su función principal: Ayudar a poner ese capital en uso productivo.  Las cosas empiezan a ir mal cuando, en vez de esto, el enfoque se cambia a la creación de instrumentos financieros cada vez más opacos y esotéricos, y la invención de formas para evadir su supervisión.  Tomemos por ejemplo, las coberturas por riesgos crediticios.  En esencia, son una forma de seguro diseñada para distribuir riesgos de inversión.  Pero no son llamadas contratos de seguros.  ¿Por qué no?  Porque si lo fueran, sería una invitación a la regulación.  Lamentablemente, tales semánticas tal vez han demostrado ser demasiado inteligentes a la mitad.

“Así que como Tim testificó la semana pasada, lo que quizás necesitemos ahora es un ‘regulador de estabilidad del mercado’ con acceso a información sobre las instituciones financieras de todo tipo, incluyendo bancos, agentes de bolsas, compañías de seguros, fondos de cobertura, y fondos de capital privado.  En una forma similar, Hank Paulson — y tenemos mucha suerte de tenerlo como secretario de Hacienda — ha pedido a la Reserva Federal mayor autoridad para acceder a información vital sobre una amplia gama de instituciones financieras.  Y cualquiera que sea el regulador de estabilidad creado, también seria prudente otorgarle la autoridad de establecer requisitos consistentes de capital para cualquier institución pública o privada que administre o invierta grandes cantidades de dinero de otras personas.

“Segundo, en cuanto a la transparencia.  Para trabajar eficientemente, los mercados necesitan liquidez.  Y el gran enemigo de la liquidez es la incertidumbre.  Cuando los inversionistas no pueden ver claramente y evaluar los riesgos y recompensas de los instrumentos financieros, ellos los evitan.  Este otoño, ellos han empezado a describir la aceptación de esos instrumentos como ‘atrapar un cuchillo que cae’ — algo que cualquier persona sensata evitaría.  A menudo, estas son valores creados a la medida que requieren un poder enorme de computadoras para ser modelados, y que dependen de activos subyacentes imposibles de evaluar.

Además, probablemente sea cierto, como ha sido alegado con frecuencia, que los gerentes de las instituciones que guardan estos activos no entienden sus riesgos, o su volatilidad.  Toda esta incertidumbre pone una presión reductora a su valor, lo cual perjudica el crédito de una empresa — lo cual limita su capacidad para hacer negocios.  A su vez, ello pone más presión reductora en los valores de los activos, y el ciclo continúa — a veces, como hemos visto, en una espiral que desciende hasta el fondo.

“La luz del sol sigue siendo el mejor desinfectante; una mayor transparencia es el antídoto a esta incertidumbre.  Esto ayudará a restablecer la confianza y la fe que se necesitan para romper el ciclo descendente que acabo de describir, y para evitar que se repita.

“Por ejemplo, siempre he sido un gran fanático de requisitos estrictos en cuanto a la divulgación de estados financieros — por lo que nunca he pensado que Sarbanes-Oxley fue lo peor que alguna vez haya ocurrido.  Especialmente durante tiempos difíciles, quiero saber que los estados financieros de las compañías en las que invierto sean correctos y revelen la situación real.  Eso es lo que Sarbanes-Oxley trata de hacer.  ¿Es una legislación perfecta?  No.  Deberíamos hacerla más sencilla para las compañías, más eficiente el someter formularios, y deberíamos considerar eximir a las empresas extranjeras de ciertos requisitos, que quizás reflejen regulaciones que quizás ya cumplen en sus países.  Pero al final, la gran e histórica fuerza de los mercados de capitales de Estados Unidos siempre ha sido la confianza en lo que ustedes leen en sus estados de cuenta financieros.  Debemos sumar a esa fuerza en el futuro.

“En tercer y último lugar, existe la necesidad de pensar y actuar globalmente.  Las regulaciones de hoy están escritas y aplicadas como si el mundo financiero se detuviera en nuestras fronteras.  Pero el pánico que los países de todo el mundo han experimentado, y la congelación de los mercados globales de crédito, cuentan una historia muy diferente.  Ahora el capital se mueve en todo el mundo a la velocidad de la luz.  Las empresas son más móviles que nunca.  Los países son cada vez más interdependientes para productos y servicios.  Y las potencias económicas emergentes, como China e India, se han convertido — por primera vez en la historia — en exportadores mayores de capital.

“Todo eso significa varias cosas.  Sin duda significa que cualquier retirada estadounidense hacia el proteccionismo sería un gran giro equivocado.  Somos una parte inextricable de un sistema financiero global en una economía mundial.

“También significa que tenemos que ampliar la lista de naciones con las que trabajamos para resolver los problemas financieros mundiales.  Creo que Estados Unidos tiene la obligación de señalar el camino para ello.  La conferencia internacional de naciones 'G-20' que el presidente Bush encabezará en Washington el 15 de noviembre es un buen primer paso.  Y confío en que el próximo presidente, quien quiera que sea, seguirá en ese camino.

“También tenemos que empezar a pensar en cómo garantizar que los estándares de contabilidad y regulación financiera en todas estas naciones sean consistentes a través de las fronteras y que también sean aplicadas sistemáticamente.

“Antes de concluir, permítanme realizar una advertencia y también ofrecer un voto de confianza.

“La advertencia es que la regulación financiera siempre será un delicado acto de equilibrio.  Al igual que Ricitos de Oro, necesitamos una taza de avena — o en este caso un régimen regulativo — que no sea demasiado frío, ni demasiado caliente, solo perfecto.  Necesitamos coherencia y transparencia en los mercados financieros sin crear regulaciones que son demasiado pesadas o fuertes.  Necesitamos estructuras reguladoras más simples que puedan trabajar eficaz y eficientemente a lo largo de varias instituciones financieras, y que puedan anticipar y adaptarse a los rápidos cambios en los mercados.

Mi voto de confianza es: creo totalmente que podemos hacerlo.  Y como alcalde del centro financiero más grande del mundo, creo que Nueva York y los neoyorquinos jugarán un papel en ello.  La variedad de talento en las instituciones financieras y reguladoras de nuestra ciudad es verdaderamente extraordinaria.  Creo que los extraordinarios esfuerzos que ellos han realizado para contener las convulsiones del mercado este otoño muestran que seguimos listos para cualquier reto.

Y nuestro mensaje al próximo presidente — y también a los miembros de SIFMA, es: Estamos listos para ayudar.  Sólo llamen.

“Entretanto, buena suerte a todos ustedes, y que tengan una gran conferencia”.







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