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PR- 234-08
20 de junio de 2008

EL ALCALDE BLOOMBERG PRONUNCIA DISCURSO CENTRAL EN CUMBRE NACIONAL DE EDUCACIÓN EXCELLENCE IN ACTION

A continuación se presenta el texto preparado del discurso del alcalde Michael R. Bloomberg. Por favor confirme con el discurso final.

“Gracias, Bill.  Buenas tardes a todos.  Agradezco mucho la oportunidad de reunirme con ustedes aquí en Disney World.  Estoy ansioso de visitar el Reino Mágico.  Adoro los personajes de dibujos animados, los extravagantes cuentos de hadas, y los violentos paseos en la montaña rusa que revuelven el estómago.  Quiero decir, ¿por qué otra razón estaría en el Gobierno municipal?

“Pero por supuesto, primero los negocios: El negocio vital de esta cumbre educativa.  Y si a mis maestros de escuela en Medford, Massachusetts les hubieran dicho alguna vez que Michael Bloomberg algún día estaría pronunciando un discurso en una conferencia nacional sobre educación, no hubieran creído lo que escuchaban.  Después de todo, ellos me conocían — perfectamente, además — como la clase de estudiante que usualmente hacía posible que existiese otra mitad de la clase con un promedio más alto.

“Sin embargo, desde esos días he alcanzado un aprecio mayor por el aprendizaje en las aulas y también por el liderazgo en la educación.  La clase de liderazgo con visión de futuro que Jeb Bush ha demostrado como gobernador del Estado del Sol Brillante y que ahora él continúa mostrando como presidente de la Fundación para la Excelencia en Educación.

“Las reformas educativas que él inició aquí en Florida son cruciales no solo para este estado, sino como modelos para todo nuestro país.  Y quiero exaltarlo, junto a Robert McClure y el Instituto James Madison, por convocar esta cumbre y reunirnos para llevar esta tan importante lucha al próximo nivel.  Porque la excelencia en educación que el gobernador Bush inspiró en Florida, que hemos trabajado para crear en la Ciudad de Nueva York y que muchos de ustedes han triunfado en sus ciudades y estados natales, ahora debe convertirse en la regla en las escuelas de nuestra nación, de costa a costa.  Eso se debe a que los riesgos no podrían ser mayores.

“Hoy, el país enfrenta un momento de gran incertidumbre económica.  No hay duda, todavía somos la potencia económica número uno del mundo.  Pero, ¿será eso aun verdad para los niños en nuestras escuelas hoy?  Eso depende completamente de la calidad de la educación que les demos.  Ellos van a competir en una carrera económica de alta velocidad basada en el conocimiento con jóvenes en naciones del mundo.  Naciones que están, en muchos casos, haciendo un mejor trabajo que nosotros preparando a sus niños para correr esa carrera, y ganarla.

“Hace unos 18 meses, un equipo de trabajo nacional de cinta azul, la Nueva Comisión para las Destrezas de la Fuerza Laboral de Estados Unidos reportó estos datos aleccionadores: En toda nuestra nación, solo 18 de cada 100 estudiantes de primer grado de secundaría se gradúan a tiempo, se matriculan en universidades, y obtienen una licenciatura de dos años en tres años o una licenciatura de cuatro años en seis años.  ¡Solo 18!

“Si no aumentamos ese número, drásticamente, nuestros niños enfrentarán futuros como ciudadanos de segunda clase en la competitiva economía global.  Así que, si alguna vez hubo un momento de ser audaz, este es el momento.  Tenemos que enfrentar los retos difíciles.  Tenemos que dejar de engordar las vacas sagradas del status quo.  Porque la observación hecha por el senador Daniel Patrick Moynihan, incluida en el informe ‘Nación en Riesgo’ sobre el estado de las escuelas estadounidenses hace 25 años, aun es cierto en el 2008.  Él dijo: ‘Si una potencia enemiga hubiera tratado de imponer en el país el rendimiento educativo mediocre que existe hoy, quizás lo hubiéramos visto como un acto de guerra’.  Así que es hora de hacer frente a las políticas que otorgan un viaje gratis, año tras año, a maestros ineficaces.

“Es hora de exigir responsabilidad de todos en el sistema de educación.  Es hora de terminar el doblegue a los intereses especiales.  Y es hora de empezar a poner a los niños primero.

“En la Ciudad de Nueva York, hemos pasado seis años cambiando un sistema escolar que una vez fue modelo de disfunción como un modelo de progreso y esperanza.  Aun tenemos mucho que hacer.  Pero definitivamente estamos encaminados en la dirección correcta.  Y en pocos minutos, resumiré cuan lejos han llegado nuestros niños en seis cortos años.  Pero primero, permítanme hablar sobre cómo las escuelas de la Ciudad de Nueva York están marcando el paso del cambio.

“La palabra clave es ‘PACE’ (“paso”, en inglés) — nuestra receta para la reforma.  Eso es ‘P’ más ‘A’ más ‘C’ más ‘E’.  ¿Sabe alguien qué significan esas letras?  Muy bien, esta es la respuesta: Personas, Responsabilidad; Competencia; y Empoderar.

“Primero están las Personas.  Cambiar nuestras escuelas empieza con los maestros, ya que nada eleva el rendimiento estudiantil como el mejorar la calidad de sus maestros.  Es cierto que nadie escoge trabajar en educación para hacer una fortuna.  Pero también es cierto que al igual que el resto de nosotros, los maestros y directores tienen familias que alimentar y cuentas que pagar.  Y eso hace al dinero un motivador cierto y comprobado de rendimiento.

“Así que en los últimos seis años, hemos aumentado los salarios de los maestros en 43 por ciento.  Pero no hemos parado ahí.  También estamos usando incentivos monetarios para atraer y mantener los mejores y más brillantes maestros.  Nuestro programa Teaching Fellows ayuda a miles de nuestros maestros jóvenes a pagar por su educación de posgrado.  Y los bonos de vivienda que proveemos para los maestros de matemáticas y ciencia nos dan una ventaja competitiva atrayendo a los mejores instructores en esos campos tan importantes.

“Nuestro contrato más reciente con el sindicato que representa a los directores escolares les ofrece un bono de ‘pago por rendimiento’ de hasta $25,000 al año.  También estamos instituyendo el pago al mérito para los maestros, una idea a la que regresaré en pocos minutos.  Pero aun la mejor gente necesita una estructura sólida para trabajar.

“Y es ahí donde la Responsabilidad entra en juego.  La responsabilidad es esencial en cualquier organización o empresa.  Es especialmente vital en nuestras escuelas.  Instituir estándares de responsabilidad es central para las reformas en la Ley No Child Left Behind (“Que Ningún Niño Se Quede Atrás”).  Y dice mucho de la independencia e integridad del senador John McCain que, en un momento cuando los aliados del status quo han hecho de esta ley un saco de boxeo político, él sigue expresando su apoyo a esos estándares de responsabilidad.

“El sistema escolar que heredamos en Nueva York fue definitivamente un ejemplo de la necesidad de responsabilidad.  Y eso empezó con la estructura gubernamental.  Había una Junta de Educación central que estaba a cargo solo de las escuelas secundarias locales.  Y aunque la mayoría del dinero para todas las escuelas salía del presupuesto municipal, el alcalde solo nombraba una minoría de los miembros de esa junta.

“Después habían 32 juntas escolares locales, escogidas en elecciones donde un 3 por ciento de asistencia se consideraba robusto.  Ellos dirigían 32 feudos pequeños, a menudo plagados de clientelismo, que supervisaban las escuelas elementales e intermedias.  Entonces, lo que uno tenía era nadie a cargo: una receta para la disfunción.

“En el sistema escolar más grande del país, con 1.1 millones de estudiantes, 78,000 maestros y 1,450 escuelas, no había un plan de estudios estándar para ninguna materia, incluyendo lectura o matemáticas.  Tampoco había una expectativa de logros estudiantiles en todo el sistema — así que la promoción social era desenfrenada.  Las políticas fueron elaboradas para conveniencia de la burocracia de alto rango del sistema — no porque era lo mejor para los estudiantes.  El resultado fue predecible: Escuelas que muy a menudo consignaban a los estudiantes al fracaso, año tras año.  Esto simplemente no podía continuar.

“Cuando me postulé para alcalde en el 2001, hice de la reforma escolar el centro de mi campaña — y pedí a los votantes que me juzgaran, si ganaba, en base a si yo empezaba o no a cambiar las escuelas.  Los votantes aceptaron.  Así que cuando llegué al Ayuntamiento, empecé a trabajar para traer la responsabilidad a las escuelas.  Eso significó poner al alcalde a cargo de las escuelas locales.

“Ahora, los tres alcaldes anteriores — de ambos partidos — habían trabajado hacia esa meta, y habían avanzado el balón bien adentro del campo, y les doy todo el crédito del mundo por eso.  Y también elogio al gobernador y los líderes legislativos del estado de Nueva York — otra vez, representando a ambos partidos — por hacer lo correcto en el 2002 y promulgar una ley, que el jueves pasado celebró su sexto aniversario, estableciendo el control de la Alcaldía sobre las escuelas.

“Eso anunció una nueva era de responsabilidad.  Nos permitió a definir las responsabilidades y expectativas claramente, establecer estándares y medir resultados.  La responsabilidad empieza desde arriba.  Y créanme, cuando hacemos errores, que lo hacemos, la gente sabe a quien culpar.  La responsabilidad también abarca todo el sistema hasta las escuelas individuales.  Hemos establecido revisiones de calidad anuales basadas en data de cada escuela.

“Como aprendí en mi primer trabajo en Wall Street, ‘En Dios confiamos — los demás traigan data’.  Y basado en esa data, ahora hay consecuencias para el fracaso en nuestras escuelas.  Hemos mostrado eso cerrando 80 escuelas que estaban fracasando crónicamente en educar a sus estudiantes.  Con la responsabilidad también viene la autoridad.  Y usando esa autoridad, instituimos un plan de estudios estándar en toda la ciudad, primero en lengua inglesa y matemáticas, y después en ciencias y artes.

“Terminamos la promoción social, empezando en el 3er grado, luego en el 5to y 7mo grados y, el próximo año escolar, en el 8vo grado también. Y dejamos una cosa absolutamente clara: No íbamos a dejar que una minoría violenta o delincuente en las escuelas privara a la gran mayoría de estudiantes de su derecho de aprender.

“El control de la Alcaldía sobre las escuelas nos permitió hacer que eso perdurara.  Por primera vez, el Departamento de Educación (DOE, en inglés) y el Departamento de Policía (NYPD, en inglés) respondían a la misma persona: el alcalde.  Así que por primera vez, desarrollamos una estrategia coordinada comprometiendo a estudiantes, directores, maestros, oficiales de seguridad escolar y la policía.

“Aumentamos la aplicación de leyes, y también intervenimos para dar a los maestros, directores y estudiantes las herramientas que necesitaban para aumentar la paz en sus escuelas.  Los resultados hablan por sí solos.  Hemos reducido el crimen en nuestras escuelas en 24 por ciento de donde estaba hace cinco años.  Y nunca vamos a permitir que el desorden tenga ventaja en ninguna de nuestras escuelas nuevamente.

“Luego sigue la ‘C’ — de Competencia.  Ahora, yo soy un capitalista tenaz.  Pasé 35 años en el sector privado, primero en Wall Street, después empezando y dirigiendo mi propia bien exitosa compañía, que ahora opera en más de 130 ciudades en el mundo.  Así que aprecio cómo la competencia mejora los productos y servicios, premia la innovación y elimina el fracaso.

“Desafortunadamente, la competencia — al igual que la responsabilidad — era un concepto mayormente foráneo en el viejo sistema escolar.  Pero nosotros hemos cambiado eso — muchísimo.  Para  infundir la competencia, hemos aumentado drásticamente la posibilidad de elegir escuelas.  Hemos, por ejemplo, hecho a Nueva York la ciudad más acogedora de escuelas públicas independientes (o escuelas ‘charter’, en inglés) en el país.  Cuando asumimos el cargo en el 2002, había menos de 20 escuelas charter en toda la ciudad.

“Cuando dejemos el cargo, 559 días a partir de hoy, estaremos en camino de tener más de 100.  Y dudo que hasta ese crecimiento mine la gran demanda de escuelas independientes en nuestra ciudad.  ¿Quieren prueba?  Solo vean lo que pasó cuando la escuela independiente Harlem Success Academy realizó una lotería de inscripciones esta primavera.  Casi 3,600 familias solicitaron para 600 plazas estudiantiles; 900 estudiantes solicitaron para solo 11 vacantes en el 2do grado.

“Ahora, cifras como esas deberían hacer que cualquier defensor del status quo en educación pare y piense nuevamente.  Ya que no puede ser más claro que los estudiantes y padres quieren selección, y quieren cambio — y la selección y el cambio son lo que las escuelas independientes ofrecen exactamente.

“Por eso necesitamos más de ellas — y por lo que también necesitamos más de las nuevas, pequeñas escuelas secundarias que ofrecen atención individual mayor para estudiantes y selección más amplia para los padres. Durante los últimos seis años, hemos abierto 200 de estas escuelas. Y hoy, sus tasas de graduación son mejores que el 75 por ciento. Más de 40 puntos más altos que las tasas de graduación de las grandes, estructuradas tradicionalmente escuelas secundarias a las que reemplazaron. La evidencia es clara: Cuando las escuelas compiten — y cuando los estudiantes tienen opciones — todos ganan.

“Ahora, finalmente, ¿qué tal ‘E’ — de ‘Empoderar’?  En los viejos tiempos, las líneas de autoridad en la educación eran tan confusas que el poder real era ejercitado por las burocracias e intereses especiales que sabían cómo manejar el sistema para su propio beneficio.  Ahora esos días ya no existen — y ya no existen porque hemos dado poder a la gente que cuenta más: los directores, maestros y padres.  Hemos sacado el poder de tomar decisiones fuera de las manos de los burócratas y lo hemos puesto en las manos de los directores escolares.

“Eso ha significado poner a los maestros en el asiento del conductor cuando se trata de, por ejemplo, decidir cuáles son los servicios y adiestramiento que los maestros y sus escuelas necesitan.  Hemos respaldado eso con una nueva fórmula de fondos que por primera vez da a cada escuela en la ciudad un trato presupuestal justo del Ayuntamiento.  Hemos reducido la burocracia escolar drásticamente, y también vertido $350 millones en presupuestos escolares.

“También hemos extendido el concepto de ‘empoderar’ a los maestros de nuestras aulas.  Uno de los asuntos más espinosos en los sistemas escolares de toda la nación es decidir cómo premiar a los buenos maestros que están dispuestos a trabajar en escuelas donde sus destrezas son más necesitadas.  Es alentador que el senador McCain haya acogido el concepto de este pago al mérito, y que el senador Obama también haya sugerido estar abierto al mismo.  Pero la prueba real — la que cualquier líder verdadero tiene que aprobar — es salir de la retórica a la realidad.

“En Nueva York, esto es lo que hemos hecho: hacer que el mérito pague una realidad.  El otoño pasado, llegamos a un acuerdo innovador con el sindicato de maestros para establecer bonos de pago al mérito para maestros en hasta 200 escuelas de alta necesidad.  Y lo que es crucial es que este incorpora el principio del ‘apoderamiento’ de los maestros, ya que estamos dando a los maestros en las escuelas elegibles un importante rol en la distribución de bonos.

“La gente por las que hemos trabajado más arduamente para capacitar son aquellos a quienes el antiguo status quo dejó más desamparados: los padres — que como votantes, también son nuestros jefes.  Para darles poder, hemos contratado a coordinadores de padres en cada escuela; su tarea es trabajar para los padres, contestar sus preguntas y motivar la participación de los padres.

“Y el otoño pasado empezamos a publicar los reportes de progreso escolar en 10 idiomas que dan a las escuelas una calificación desde ‘A’ hasta ‘F’.  Eso le dice a cada padre en la ciudad cuan bien están funcionando las escuelas a las que sus niños asisten.  Los capacita para demandar un rendimiento escolar mejor.

“Personas más Responsabilidad más Competencia más ‘Empoderamiento’.  En el último análisis, ¿qué suma todo eso?  La respuesta: Resultados.  ¿Recuerdan lo que dije sobre solo confiar en la data?  En ese espíritu, ahora escuchen esto: En el 2002, menos del 40 por ciento de los estudiantes de 3er a 8vo grados estuvieron trabajando en o por encima de los estándares para aprobar el lengua inglesa y matemáticas.

“Hoy, cerca de dos tercios están logrando o excediendo esos estándares en matemáticas, y más de la mitad lo están en lengua inglesa.  Lo más alentador es que nuestros estudiantes negros y latinos están encabezando el camino.  Las tasas de graduación también están en aumento; son las más altas en más de 20 años.  De hecho, en los últimos años nuestros estudiantes han avanzado más que los de cualquier sistema escolar de otra ciudad en nuestro estado, y están trabajando tan bien o mejor que los de muchas escuelas de los suburbios.

“Ahora, algunos de ustedes quizás piensen: Eso es Nueva York; ¿qué significa todo eso para mí en mi ciudad y estado?  Simplemente esto: Si podemos cambiar las escuelas en Nueva York en la forma que lo hemos hecho, entonces ustedes también pueden.  Eso no significa que el trabajo va a ser fácil.  No lo será para ustedes, y aún no lo es para nosotros.

“Permítanme citar un gran líder de la educación: ‘La reforma nunca termina y el éxito nunca es final’.  Ese es nuestro anfitrión, el gobernador Bush, quien habla.  Y como siempre, él dio en el clavo.  También el canciller escolar de la Ciudad de Nueva York, Joel Klein, quien la semana pasada ayudó a lanzar una nueva campaña nacional, ‘El Proyecto de Igualdad Educativa’, diseñado para poner la reforma escolar al frente y el centro en la elección presidencial de este año.  Yo digo: Bien por ellos.

“Debido a que ambos candidatos y ambos partidos deben tratar esta repetida demanda incluida en los principios del comunicado del Proyecto de Igualdad Educativa, y cito: ‘A pesar de la urgencia de la necesidad y la rectitud de la causa, la educación publica hoy continúa atascada en un status quo que no solo sirve mal a la mayoría de los niños pobres, sino que muestra muy poco prospecto de mejora significativa.  La definición de locura es hacer la misma cosa una y otra vez, y esperar un resultado diferente.  Esa es la trampa que debemos evitar, o arriesgar perder otra generación de nuestros niños’.

“No.  La reforma nunca termina, y el éxito nunca es final.  Pero en este caso, en la lucha para salvar la próxima generación de nuestros niños, el éxito simplemente es vital.  Cualquiera que sea su rol en esta lucha, y adonde quiera que regresen después que esta conferencia termine, que sus esfuerzos para ganar esa lucha estén colmados de éxito.  Gracias. Que Dios los bendiga”.










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