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PR- 188-08
18 de mayo de 2008

EL ALCALDE MICHAEL R. BLOOMBERG PRONUNCIA DISCURSO CENTRAL EN 252da GRADUACIÓN DE LA UNIVERSIDAD DE PENSILVANIA

A continuación se presenta el texto preparado para el discurso del alcalde Bloomberg.

“Buenos días, graduandos, facultad, familiares, amigos — ¡cuáqueros uno y todos!  Gracias, preboste, por esa amable introducción.  Nunca antes he sido comparado con Ben Franklin, pero si me cabe la peluca…

“Como agradecimiento, hablaré solo brevemente.  Como el mismo gran Ben escribió, ‘Quien mucho habla… mucho yerra’.  E trataré de que esa sea la última cita de Franklin que utilice.  Permítanme empezar diciendo cuan honrado me siento de estar aquí hoy, y de recibir este doctorado honorario.  Mi madre siempre quería que yo fuese un médico.  Y mi padre, si estuviese vivo, nunca habría creído que obtuve título alguno.

“Cuando me lo ofrecieron, le pregunté a la presidente Gutmann si necesitaba tomar algunas clases aquí primero para más o menos agarrarle la onda al lugar.  Ella me dijo que yo estaba ocupado, de modo que no tenía que preocuparme, pero yo le expliqué que estaría feliz de hacerlo — si ella podía conseguirme admisión en el curso que enseñaba ese actor de Harold y Kumar.  Ella no pudo hacerlo.

“Aun así, esto es realmente un sueño convertido en realidad, estar aquí en el legendario Patio de Franklin, donde se presentó [el grupo musical] The Eagles, donde se filmó la película ‘Invencible’, donde en una famosa ocasión Howard Cosell se enfermó durante la transmisión de Monday Night Football , y donde la estrella del rap Ludacris pronunció recientemente las inmortales palabras: ‘Es todo piña coladas… ¡desde aquí hasta las Bahamas!’ A propósito, mi escritor de discursos pasó seis días buscando una letra de Ludacris que yo pudiese decir en público — ¡y esto es todo lo que pudimos conseguir!

“Yo soy un graduado de Johns Hopkins — una escuela pequeña no muy lejos al sur de aquí — pero realmente me siento en casa [aquí] en Penn.  Antes que nada — solo den un vistazo a las cuatro escuelas para estudios de facultad en la Universidad.  Se siente como una gran gira de mi vida: Yo fui a un colegio universitario de artes liberales — muy similar al del Colegio de esta universidad; completé una maestría en Ingeniería — otra de vuestras grandes escuelas aquí; pasé décadas en el mundo de los negocios — piensen en Wharton; y he estado comprometido toda mi vida con la salud pública — que es de lo que se trata vuestra escuela de enfermería.  De modo que, el título que estoy recibiendo me cabe perfectamente.

“Y otra cosa: En el lugar donde trabajo en Nueva York, estoy rodeado de ex alumnos de Penn: dos de mis vicealcaldes, dos secretarios de Prensa, mi asesor legal, y el hermano de mi escritor de discursos, quien hoy se está graduando aquí mismo.

“Ahora, como ustedes esperarían, yo estoy completamente preparado para esta ocasión, listo para impartir algunas sabias palabras indispensables — o algunas dispensables, dependiendo de la capacidad de ustedes para concentrarse tras una noche de juerga antes de la graduación.  Pero antes de que lo haga, quiero reconocer a otro grupo especial: los padres y familiares, quienes están sentados ahí afuera esta mañana, resplandeciendo orgullosamente, y ni siquiera pensando en lo que costó llevarlos a ustedes hasta este día, o lo que ocurre si ustedes no pueden conseguir un empleo y tienen que mudarse nuevamente a sus casas.

“De modo que, démosles un gran aplauso.  ¡Ellos lo merecen!

“Ha sido un año excelente en Penn — yo se que hay mucho que celebrar.  Y quizás el evento más grande fue justo el mes pasado, cuando la maquinaria presidencial demócrata llegó al campus. Mítines políticos, discusiones políticas en Facebook, Steven Colbert, incluso un puñetazo 1-2-3 de Hillary, Bill y Chelsea en el Palestra.  La Universidad de Pensilvania fue el lugar de rigor durante la reciente primaria estatal.  Y eso es un tremendo homenaje al entusiasmo y activismo de ustedes.

“Y para muchos de ustedes — este noviembre será la primera vez que ustedes voten en una elección presidencial.  Ustedes se han convertido en adultos en un período en que nadie puede jamás decir ‘Mi voto no importa’, ya que la elección del año 2000 probó que cada voto cuenta.  O, por lo menos, cada voto sin un papelito colgando.

“Ustedes son afortunados.  Ustedes están participando en lo que puede llegar a ser unan de las elecciones más importantes en la historia de Estados Unidos, tan importante que algunas personas me estaban motivando para que yo participara.  Tengo que admitir: todo el rumor era muy excitante — y adulador.  Las cubiertas de Time y Newsweek, gente desde Al Gore hasta Bono visitando el Ayuntamiento, incluso obtuve un pequeño rol en el film de próximo estreno ‘Sexo y la Ciudad’ (‘Sex and the City’, en inglés).  Desafortunadamente, mi escena terminó en el piso del cuarto de edición.  Resultó que ellos querían más sexo y menos ciudad.

“Pero, al final, yo decidí conservar mi empleo actual — uno en el que me quedan 591 días antes de que salga por las limitaciones de términos — pero, ¿quién está contando?  Y, en su lugar, [decidí] intentar influenciar el país que mis dos hojas heredarán hablando como un ciudadano preocupado, en vez de como un candidato.

“Ahora, yo he sido demócrata, republicano y ahora soy independiente.  De modo que creo que puedo hablar por muchas personas de cualquier filiación política.  Pero no estoy aquí para decirles por quién votar —ni siquiera se aún por quién votaré yo.  Pero sí quiero compartir con ustedes lo que he oído de la gente mientras viajé por Estados Unidos.  Una y otra vez, les oí hablar de su deseo de que el presidente que los conducirá desde el frente, no siguiendo lo que los encuestadores dicen que es políticamente astuto en el momento — dondequiera que estén cuando pronuncian un discurso: Alguien que pueda romper la garra mortal con que el partidismo tiene sujetada a Washington, [alguien] que pueda enfrentarse a la autocomplacencia en el comercio y rechazar la temeraria diplomacia que, unidas, están destruyendo nuestras relaciones en todo el mundo, y que pueda movilizar a ambos partidos para confrontar los grandes problemas de largo plazo que ellos han estado evitando cuidadosamente — el cuidado de la salud, la inmigración, la seguridad social, la pobreza, la infraestructura, los déficits presupuestales, díganlo ustedes.

“Ahora, hay algunas señales de que es posible que la cosecha de candidatos de este año hará justamente eso.  Pero ellos no van a hacer eso sin que nosotros les empujemos.  Se va a necesitar de todos nosotros, unidos, de pie y exigiendo más del Congreso y aquellos que conducirían a nuestra nación, exigiendo cambio real — no palabras, sino acciones, y exigiendo resultados reales — no el año próximo, o después de la próxima elección, sino ahora.

“No es totalmente exagerado el decir que nuestro futuro está en las manos de ustedes después que se gradúen.  Y en vez de decirles cómo llevar sus vidas por el camino — algo que ustedes no necesitan de mí tras su excelente educación en Penn —, permítanme hablarles sobre lo que creo que ustedes deberían exigir de quienes ustedes elijan.  Los candidatos hablan a menudo sobre el cambio y de hacer una diferencia — pero, ¿qué significa realmente eso?  Mientras Ben Franklin compiló una vez una lista de las ‘13 Virtudes para Vivir’, permítanme tomar unos minutos para compartir mis ‘4 Virtudes de Dirigir’.  Ellas me han servido bien en los negocios, en el gobierno, y en la vida.

“Y creo que si ‘nosotros, el pueblo’ — una frase proclamada justo a unos minutos a caballo de este mismo lugar — retamos a los candidatos presidenciales a acoger estas cuatro, podemos empezar a cambiar la cultura de Washington y el curso de la historia de Estados Unidos.

“Entonces, aquí vamos: Todo empieza con la virtud de la independencia. Esa es una palabra que ustedes están probablemente acostumbrados a oír en esta ciudad, pero parece perder su significado a medida que se viaja al sur en la [autopista] I-95.  Cuando se viaja a Washington, se puede palpar un sentimiento de miedo en el aire — el miedo de hacer cualquier cosa, o incluso de decir cualquier cosa que pudiera ofender los intereses especiales.  Esto está paralizando nuestro Gobierno federal — y haciendo que nuestros líderes se alejen tímidamente de las soluciones de sentido común.  Por ejemplo: Hoy, 34 estadounidenses serán muertos con armas de fuego.  Y mañana, otra vez. Y el día siguiente.  ¡Estados Unidos experimenta el equivalente de una masacre de Virginia Tech cada día!

“Las soluciones son bastante obvias: debido a que la mayoría de los criminales compran y poseen armas ilegalmente, necesitamos tomar medidas drásticas con el mercado negro de armas ilegales.  Algo bastante básico y no tiene nada que ver con la 2da Enmienda.  Pero traten de encontrar la mayoría en el Congreso que esté dispuesta a levantarse y ser incluida.  Los demócratas, republicanos — ¡todos ellos están asustados!  Y como resultado, la gente muere.  Los niños, padres, policías.  Ustedes lo han vivido aquí en Filadelfia.  Cada día, gente inocente pierde la vida porque el Congreso no tiene las agallas de afrontar los intereses especiales.  Un poquito más de independencia es suficiente para reducir la delincuencia y resolver muchos de nuestros problemas más serios.  Así que, empezando aquí en Filadelfia, vamos a ayudar a poner la independencia — y líderes independientes — de regreso en el mapa.

“La segunda ‘virtud de dirigir’ es la honestidad.  Ben Franklin dijo — otra cita, no pude evitarlo: ‘Lo que aparentas ser… realmente debes serlo’.  Menos historias.  Más sinceridad.  Aquí en Penn, todos ustedes han sido afortunados de ser parte de una institución que siempre ha puesto énfasis en el pensamiento práctico, las soluciones para el mundo real, y apegarse a los hechos.  No olviden eso, ya que no hay mejor manera de comunicar una idea.  Y verán que hasta los que no están de acuerdo con ustedes los respetarán por tener las agallas de no titubear.  Si tan solo Washington aprendiera esta lección.

“Hoy, vemos personas en altos niveles del Gobierno manipular los hechos para favorecer sus propias agendas — especialmente cuando se trata de la ciencia.  Ustedes pueden verlo en las decisiones de restringir fondos federales para la investigación de las células madres, o de rechazar métodos comprobados para poner fin a la amenaza del SIDA aquí y en todo el mundo.  Es un fenómeno al que me gusta llamar “ciencia política” verdadera”.  Pero nunca deberíamos — nunca — reprimir la investigación científica o ignorar los hechos en nombre de las ideologías o logros políticos a corto plazo.  Eso no solo es imprudente… es completamente deshonesto.  Ustedes tienen derecho a tener sus propias opiniones — pero no a tener sus propios hechos.  Hay un dicho que me gusta: ‘En Dios confiamos. Todos los demás, traigan data’.

“La tercera virtud es la responsabilidad.  Responsabilidad significa enfrentar vuestras responsabilidades y nunca pasar la pelota.  Cualquiera que trabaje en el sector privado entiende esto.  ¿Pero, cuán a menudo vemos la responsabilidad en la política?  No está en nuestros esfuerzos para mejorar la educación, ampliar el cuidado médico, ni siquiera para enfrentar los retos urgentes del cambio climático.  Las ciudades en todo el país han dado pasos para reducir las emisiones de gases de invernadero y ser más sustentables.  También lo han hecho universidades como Penn — la cual anunció el mes pasado que aumentará su uso de energía eólica durante los próximos dos años.

“Pero en Washington, no hay acción significativa, solo charlas acerca de lograr las metas en el 2050 o el 2070 — ¡cuando ya ninguno de estos legisladores siquiera estarán vivos!  Yo no sé si ellos lo hacen, pero nosotros estamos respirando este aire ahora, bebiendo nuestra agua hoy, atrapados en el tránsito que está estancando nuestra economías este año y cada día volviéndose más y más vulnerable a la coacción y el terrorismo de dictaduras abastecedoras de petróleo en el mundo que temen nuestras libertades.  Es fácil anunciar metas lejanas y distantes y luego esperar que otra persona descifre cómo pagarlas y completarlas.  ¿Alguno de ustedes graduados piensa posponer sus metas por treinta o cuarenta años?  No lo creo.  Es hora de que Washington tenga el valor de decirle al pueblo estadounidense que no hay almuerzo gratis — y el momento de tomar decisiones difíciles ha llegado.  Tal como dijo Tom Friedman, columnista del New York Times, ‘Es demasiado tarde para después’.

“Y eso nos lleva a la última de mis cuatros virtudes para crear grandes líderes y personas exitosas: La innovación.  Buen liderazgo significa tener valor de ser innovador…y nunca aceptar las mismas formas antiguas y cansadas del pensamiento.  Como Franklin escribió (discúlpenme, es la última vez): ‘No teman a los errores — Ustedes conocerán el fracaso’.  Que nadie me compadezca, pero yo también lo he conocido.  No todo lo que he tratado ha funcionado.  En 1981, a los 39 años, me despidieron del único empleo de tiempo completo que jamás tuve — un empleo que amaba.

“Pero nunca me permití mirar atrás, y al día siguiente me arriesgué y empecé my propia compañía con la loca e innovadora idea de hacer disponible a la gente la información financiera, justo en sus computadoras.  A propósito, para el récord que mantienen quienes me despidieron, funcionó de maravillas.  Y no se equivoquen: Fracasaré nuevamente — muchas veces más si permanezco activo y trato de ir hasta el límite siendo innovador.  Para el país, la clave de la innovación se reduce a una palabra.  ¿Saben cuál es?  Bien, he aquí una pista.  Permítanme pedir a todos los que aquí puedan determinar el origen de sus familias desde el Mayflower que levanten sus manos. Felicitaciones, ustedes están conectados con los primeros inmigrantes de Estados Unidos. Y el resto de nosotros también somos descendientes de inmigrantes.

“Y la palabra que estaba pensando, la clave de la innovación es la inmigración.  La histórica fuerza más grande de nuestra nación es que siempre recibimos a los mejores y más inteligentes de cada rincón del planeta. EBay, Google, Levi’s, Budweiser, todas ellas fueron iniciadas por inmigrantes.  Es la historia de Nueva York, y es la historia de Penn — que tiene el mayor porcentaje de estudiantes internacionales en la Ivy League.

“Y sin embargo, cada año, el Congreso cierra la puerta a cientos de miles de doctores, científicos, ingenieros y artistas de todo el mundo que quieren trabajar aquí.  Es el caso más grande de auto-sabotaje e intento de suicidio nacional que puedo imaginar.  Si el futuro de nuestro país va a ser tan grandioso como nuestro pasado, tenemos que empezar a aceptar que los inmigrantes siempre han sido — y siempre serán — uno de nuestros más grandes recursos económicos y culturales.

“Y ese no es tan mal mensaje para culminar hoy.  No dudo que las experiencias increíblemente diversas que tuvieron en Penn los ayudarán a lograr grandes cosas.  Algunos de ustedes continuarán estudios de posgrado.  Algunos de ustedes se dirigirán al mercado laboral a partir de mañana.  Eso puede ser intimidante, especialmente en este mercado laboral.  Para ustedes, mi consejo es: encuentren algo modesto, que los eduque, los anime.  Y no se desesperen si sus carreras no son caminos rectos.  Mucha gente exitosa está haciendo cosas que son radicalmente diferentes a lo que empezaron a hacer.

“Miren a su alrededor — ese parrandero que vivía frente a tu casa en el Quad podría ser el próximo Donald Trump; ese estudiante de segundo curso que trabaja en Van Pelt, el próximo alcalde de Nutter; esa alumna estudiosa de posgrado, la próxima Candice Bergen.  Habrá altas y bajas, y desvíos.  Yo he sido contratado y despedido, alabado y vilipendiado.  Pero, cada día fue un día que esperé con ansiedad — incluso en 1981, el día en que supe que sería despedido del empleo que amaba, ya que siempre sentí que mañana sería aún mejor.  No dudo que, para la gran clase del ’08, eso también será cierto.  Que mañana, ustedes se embarcarán en una aventura inolvidable.  Mañana, con vuestra recién descubierta independencia, con honestidad, responsabilidad, y el espíritu de innovación, ustedes ayudarán a edificar un mejor mundo.  Pero hoy, hoy, ustedes se han ganado el derecho al último trago en Smokes.

“¿Y por qué no?  Un gran patriota estadounidense — a quien en efecto recientemente me han comparado — supuestamente dijo: ‘La cerveza es la prueba viva de que Dios nos ama y quiere que seamos felices’.  Y para dirigirlos en su camino, graduados, hay una tradición cuáquera más que me gustaría hacer — especialmente en Franklin Field: ‘Un — brindis — al — querido — y viejo — Penn’.

“¡Felicidades a todos en este día increíble!”







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