“Hoy es un día triste para los neoyorquinos y para la Ciudad de Nueva York.  No solo no veremos la realización de un plan que habría recortado el tráfico, estimularía nuestra economía, reduciría la contaminación y mejoraría la salud pública, sino que también perderemos casi $500 millones anuales para mejoras al transporte público y $354 millones en fondos federales inmediatos.

“Yo hablaré con la secretaria Peters y le expresaré mi agradecimiento por su compromiso con soluciones innovadoras para problemas reales que hoy enfrentan las ciudades grandes.  También expresaré mi profunda decepción de que, tristemente, hasta Washington — que la mayoría de los estadounidenses coinciden en que es completamente disfuncional — está más dispuesto a tratar nuevos enfoques para viejos problemas que nuestros funcionarios electos en la Asamblea estatal.  Se necesita liderazgo y valor verdaderos para acoger nuevos conceptos e ideas y estar dispuesto a intentar algo.  Desgraciadamente, hoy ambos están ausentes en la Asamblea.

“Como si eso no fuera suficientemente vergonzoso, se necesita una clase especial de cobardía para que los funcionarios electos se nieguen a ponerse de pie y votar lo que dicta su conciencia — en un asunto que ha sido debatido, y enmendado significativamente para resolver muchos asuntos importantes, durante más de un año.  Cada neoyorquino tiene el derecho de saber si la persona que ellos envían a Albany estaba a favor o en contra de mejorar el transporte o un aire más limpio.  El pueblo sabe mi posición, y la de los concejales.  Ellos merecían al menos eso de Albany.

“La idea de la tarifa de congestión no empezó en nuestra Administración y no terminará hoy.  Los $354 millones que habríamos recibido mañana de Washington irán a otra ciudad en otro estado.  Pero los problemas que la tarifa de congestión hubiera ayudado a resolver solo empeorarán.  Y muchísima gente de más de 170 organizaciones medioambientales, laborales, comerciales y de salud pública reconocen los meritos de la tarifa de congestión, y con suerte, algún día, tendremos más líderes en la Legislatura que también lo reconozcan.

“Seguiremos avanzando en las otras 126 propuestas en PlaNYC que reducirán nuestra huella de carbono y enverdecerán nuestra ciudad.  Avanzaremos en propuestas para sembrar un millón de árboles, introduciremos taxis híbridos e instalaremos tejados verdes en edificios municipales.  La tarifa de congestión es solo una parte de nuestra ambiciosa agenda.

“Quiero agradecer a todos los que trabajaron incansablemente por la tarifa de congestión y quiero reconocer el valor y liderazgo que nuestros colaboradores en el Concejo Municipal; la presidenta Quinn; el gobernador Paterson; el ex gobernador Spitzer; Joe Bruno, líder de la mayoría en el Senado; Jim Tedisco, líder de la minoría en la Asamblea; y algunos en la Legislatura han mostrado trabajando juntos para convencer a sus colegas de respaldar la tarifa de congestión.  Juntos, seguiremos trabajando para construir una Ciudad de Nueva York más verde, mejor”.