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PARA DIFUSIÓN INMEDIATA
PR- 009-08
8 de enero de 2007

EL ALCALDE BLOOMBERG HABLA EN FUNERAL DEL TENIENTE DE BOMBEROS JOHN MARTINSON

A continuación se presenta el texto del panegírico pronunciado por el alcalde Bloomberg

“Gracias, Monseñor Murphy. Damas y caballeros, Jessica, Iris, Steven, Lori, Maureen.

“Jessica, me decías en el hospital que no tenÍa que ser así, y no tiene que ser así.  Los niños no deben morir antes que sus padres y no se nos deben quitar los héroes porque los necesitamos para preparar a la nueva generación.  Pero la realidad del caso es que Dios, por alguna razón u otra, pensó que era adecuado hacerlo.

“Y hoy, en nuestra ciudad, las banderas ondean a media asta para honrar a John.

“Es nuestra sencilla y quizás insuficiente manera de expresar nuestra pena, y nuestro profundo respeto. Porque en los últimos días, los neoyorquinos en los cinco condados han descubierto lo que todos aquí han sabido por mucho tiempo: que el teniente John Martinson era un héroe que nunca dudó arriesgarse para proteger al resto de nosotros.

“Él demostró eso durante cuatro años de servicio destacado como miembro decorado de los Más Distinguidos de Nueva York, y después cada día por casi 15 años — siguiendo los pasos de su padre John — como uno de nuestros Más Valientes.

“De manera que, a nombre de ocho y un cuarto millones de neoyorquinos, permítanme brindar mis más sentido pésame, y también mi profundo agradecimiento.  Gracias a ti y tu hermano que son maestros.  Esta es una familia de servidores públicos.  Ellos son los que hacen mejor a nuestra ciudad.  Y ellos son los que dan esperanza a nuestros niños.

“No conocí a John.  Vi su foto, lo vi en el hospital. Él era la clase de hombre de quien todos decían que no confundía el vociferar con la valentía.  Él era — como lo dijo un hombre que trabajó con él — uno que nunca presumía o era ‘orgulloso’.

“En la estación de bomberos, tenía lo que otro bombero describió como una personalidad de un ‘gran oso de peluche’.  Su apodo en el Departamento de Bomberos era ‘Johnny Nice Guy’, y era tan rápido con una llave inglesa o un martillo como lo era con una sonrisa.  Probablemente era el primero en dejar saber a otros cuan bendito había sido al tener un par de orejas tan grandes.  Pero cuando sonaba una alarma de fuego, también era el primero en el camión, y el primero listo para la acción.

“A lo largo de su carrera, John buscaba continuamente asignaciones exigentes en estaciones ajetreadas.  Estudió mucho, aprendió su profesión a fondo, y fue un ejemplo entre los mejores de los Más Valientes.

“Y cuando obtuvo su rango de teniente, se unió al capitán Reilly en la Compañía de Máquinas 249, no permitió que su actitud pausada se interpusiera al comunicar a cada bombero de la estación en su turno que siempre tenían que hacer lo mejor, ya que — como él les recordaba — ‘la vida de personas dependen de ustedes’.

“La noche del jueves pasado, John llevó toda su experiencia, destreza y devoción al deber y su valentía tranquila, sensata del penetrante frío de las calles de Brooklyn al calor intenso de un incendio en un edificio.

“En la mejor tradición del departamento de bomberos más grande del mundo, él dirigió desde el frente.  Encontró el origen del fuego; dirigió un ataque paso a paso contra el incendio a través del humo denso; y cuando los hombres en su comando fueron forzados a retroceder, él se aseguró de que cada uno de ellos saliera primero y escapara sin daño.

“Como todos sabemos, tristemente, él perdió su propia vida salvando las vidas de sus hombres, así como las vidas de casi 1,000 residentes del edificio, que salieron ilesos. 

“Esa clase de valor nos llena con la inspiración y admiración más profunda.  Y no quita nada al valor que John demostró esa noche — y a través de toda su profesión — para también señalar que fue un héroe del diario vivir.

“Fue el vecino con quien se podía contar para arreglar los frenos si el carro no estaba trabajando.  Fue el tío devoto siempre listo para pasear a su sobrina y sobrinos en el Iris Ann, el bote que su padre compró y nombró para ti, Iris, y el que John mantuvo en la familia como una acción de su amor a sus padres.

“Él fue la clase de hijo que, después de la muerte de su padre se mudó cerca de su madre, para que hubiese alguien que se asegurara de que su césped era cuidado y que las ventanas contra las tormentas estuvieran colocadas.  Espero que lo haya hecho bien, supongo que sí.

“Y cuando, Jessica, tú y John empezaron a tener sus propios hijos, él consagró sus días libres para renovar y ampliar la misma casa construida hace tiempo — debes saber — por Otto, su abuelo inmigrante sueco, con sus propias manos.

“John pertenecía a una familia muy unida con raíces de generaciones en esta comunidad.  Me contaron que la pasada Navidad fue la primera en muchos años que la ocupada agenda de todos les permitió, incluyendo a John, reunirse.  Se que vuestros corazones están llenos de tristeza, pero que al menos sí pasaron esa Navidad con John.  Pero además, espero que en el futuro también recuerden que el tiempo es una bendición porque al menos lo tuvieron.

“Cada uno de ustedes, y especialmente tú, Jessica, enfrentarán desafíos enormes ahora que John ya no está.  Pero no tendrás que enfrentarlos sola.  El Departamento de Bomberos es una familia — una que cuida de los suyos.  Y tienes a John Patrick y en pocos meses tendrás otra criatura que es parte de John.

“Ellos han estado a tu lado, del Departamento de Bomberos y de John Patrick — en estos días terribles, y seguirán estando ahí contigo a cada paso.  Y Jessica, en los años futuros, cuando tus hijos pregunten por su padre, espero que recuerdes decirles que la gente de Nueva York sintió lo mismo que tú por él: el teniente John Martinson fue un héroe que dio su vida para proteger a la ciudad más grande del mundo.

“Él dio su vida para proteger a mis hijos y los tuyos, y todos debemos estarle eternamente agradecidos por el ejemplo que marcó y el sacrificio que realizó.

“Nunca lo olvidaremos, y seguirá vivo, no solo en sus hijos, sino en la tradición del Departamento de Bomberos más grande del mundo que tristemente, todos sabemos, será llamado muchas veces en el futuro para salvar al resto de nosotros.

“Que Dios bendiga el alma de este hombre extraordinariamente bueno. Un hombre del que estamos muy orgullosos, tu hermano; tienen toda la razón de estarlo.  Y solo quería agradecerte también por el servicio que provees a la ciudad.  Que Dios bendiga a quienes siempre llevarán el recuerdo de John en su corazón. Y que Dios bendiga al FDNY”.







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