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PR- 462-07
13 de diciembre de 2007

EL ALCALDE MICHAEL R. BLOOMBERG PRONUNCIA DISCURSO EN FORO DE ENVIRONMENTAL DEFENSE EN BALI

A continuaciĆ³n se presenta el texto del discurso preparado del alcalde Bloomberg. Por favor confirme con el discurso final.

“Gracias, Peter, y buenas tardes a todos.  O, como dicen aquí en Bali, Selamat Siang.  Es estupendo estar aquí.  Esta es mi primera visita a Bali — que, seguro que ustedes saben, es la isla más occidental de las Islas menores de la Sonda, de las cuales se cree que fueron colonizadas primero cerca del 3,000 A.C., ubicadas a ocho grados al sur del Ecuador, con una superficie de 5,632 kilómetros [cuadrados], famosa por su música, danza, ropa, labrados, y más de 280 especies de aves.

“Bueno, admito que conseguí todo con mi equipo de investigación urgente en el Ayuntamiento de Nueva York, o, como también le llaman, Wikipedia.

“Desearía solo tener tiempo para ver todos los hermosos templos — y también para probar un poco del famoso Arroz Negro de Bali.  Pero, aparentemente, se necesita empezar el proceso con 24 horas de adelanto — algo así como conseguir un estacionamiento en el Midtown de Manhattan.

“En Nueva York, Environmental Defense ha trabajado muy estrechamente con nosotros para desarrollar el plan de desarrollo sostenible de nuestra ciudad — el cual llamamos PlaNYC, y del cual hablaré más un poco más tarde.

“De hecho, hace un año, le solicité a Peter que fuese parte de nuestra Junta Asesora de Desarrollo Sustentable.  Pero el sigue tan ocupado en todo el mundo que, en su lugar, él nominó a Andy Darrell, quien es el director regional de Environmental Defense en Nueva York. Y, Peter: me alegra que lo hayas hecho. Porque, honestamente, Andy es aun mejor que tú.

“Ahora, como Peter mencionó, mañana hablaré en la sesión final de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.  El programa también requiere que hable Al Gore, el ex vicepresidente y ganador del Premio Nóbel.  Sí, será difícil para él igualarme, pero estoy seguro de que, de alguna manera, Al podrá hacerlo.  Yo estaré hablando por la organización internacional llamada ICLEI — Gobiernos Locales por la Sustentabilidad.  Y, por extensión, por los 3.3 mil millones de hombres, mujeres y niños — la mitad de la gente en el mundo — que habitan en las ciudades de la Tierra.

“Es una tremenda oportunidad y responsabilidad.  Porque la voz de las ciudades del mundo debe ser escuchada aquí en Bali, y en todos los foros futuros donde se debate y desarrolla políticas para el cambio climático.  Esto no es para disminuir el liderazgo internacional que estamos intentando impulsar aquí en Bali, o el liderazgo nacional que — me complace decir — está empezando a emerger en Washington, DC.  Ambos son cruciales.

“El hecho de que nuestro Congreso esté debatiendo seriamente legislación de límite e intercambio muestra justo cuán lejos ha llegado Estados Unidos en solo el año pasado.  Promulgarlas sería una mejora significativa sobre el inadecuado status quo de los objetivos voluntarios de [reducción de] carbono.  Como muchos de ustedes saben, creo que hay una solución aun mejor: Un impuesto al carbono.  Y creo que es hora de tener un sólido debate público sobre estas dos ideas — el tipo de debate que llevará a más estadounidenses a comprender por qué debemos actuar ahora.

“La acción también tiene que venir de las ciudades que confrontan más directamente el aumento de los niveles del mar, la reducción de sus reservas de agua fresca, y todas las amenazas que el cambio climático y su ayudante, la contaminación del aire, representan para nuestra salud pública y nuestros futuros a largo plazo.  Y, como estamos en las vanguardias del cambio climático, no es muy sorpresivo que las ciudades de todo el planeta estén tomando acciones.

“Londres, Estocolmo y Singapur han implementado exitosamente tarifas para la congestión del tránsito de automóviles, mientras ciudades desde Paris a Delhi hasta una que dejé apenas ayer — Shangai — están avanzando con mejoras mayores y modernas de transporte masivo.  Chicago está enverdeciendo drásticamente sus calles con miles de árboles nuevos, y Berlín está señalando el camino en enverdecimiento de techos de los edificios de esa gran ciudad.  San Francisco, Ciudad de México, Copenhague y Tokio — estas son apenas algunas de las ciudades que están avanzando con pasos audaces.  Y me alegra decir que en Nueva York estamos aprendiendo de todas ellas.

“Más de 700 ciudades, pueblos y condados en todo el mundo mantienen también una red activa que promueve la acción internacional en el medioambiente a través del ICLEI.  Las 40 ciudades más grandes del mundo se han unido en la organización C-40, cuya reunión fue celebrada en mi ciudad en una fecha previa de este año.  Y, aunque nuestro Gobierno nacional no ha ratificado el Protocolo de Kyoto, unas 700 ciudades de Estados Unidos, representando a 80 millones de estadounidenses, han acordado voluntariamente cumplir los objetivos de Kyoto.  Eso incluye a mi Ciudad de Nueva York.  Estamos comprometidos a reducir en 30% nuestras emisiones de calentamiento global para el año 2030.

“Esa meta está en el centro de nuestro PlaNYC.  Pero, siendo honesto con ustedes, enfrentar el cambio climático no era la meta original de PlaNYC.  Empezamos PlaNYC hace unos dos años como un ejercicio en planificación estratégica del uso de suelos — un esfuerzo para preparar a nuestra ciudad para un crecimiento que esperamos que añadirá casi un millón de habitantes más a nuestra población para el año 2030.  Pero no nos tomó mucho tiempo darnos cuenta de que no se puede formular tal plan para el uso de suelos sin pensar en el transporte, y no se puede pensar en el transporte sin pensar sobre la calidad del aire.

“No se puede pensar en la calidad del aire sin pensar en energía, y ciertamente no se puede pensar en energía sin enfrentar el tópico central de esta semana en Bali: el calentamiento global.

“Cada uno de estos asuntos está inter-conectado.  Entonces, ampliamos nuestro horizonte.  Empezamos a pensar en un plan más completo para enfrentar todos los retos físicos — y eso incluye los medioambientales — de nuestra ciudad.  El resultado de este proceso es una agenda de 127 iniciativas detalladas que fueron diseñadas para cumplir diez metas mayores, incluyendo la creación de nuevas viviendas asequibles y espacios abiertos; cumplir responsablemente las necesidades de energía futuras de nuestra ciudad; y dar a Nueva York el aire más limpio de ciudad cualquier ciudad grande en los Estados Unidos, entre otros objetivos ambiciosos.

“Algo muy interesante emergió como parte del proceso de PlaNYC.  A medida que desarrollábamos las iniciativas que componen el PlaNYC, vimos que casi todas ellas, ya sea las relacionadas con la promoción de la vivienda orientada al transporte, o mejorar el drenaje natural enverdeciendo las calles de nuestra ciudad con un millón de árboles nuevos, o promover el ahorro de energía en hogares, negocios, escuelas y edificios municipales — cualquier otra, prácticamente todas ellas también recortarán la producción de gases de invernadero, y nos ayudarán a cumplir la meta ambiciosa y vital que nos hemos planteado: una reducción de 30 por ciento en las emisiones de calentamiento global de la Ciudad de Nueva York para el año 2030 — incluyendo una reducción de 30 por ciento en emisiones de calentamiento global del mismo Gobierno municipal en los próximos diez años.

“Ahora, como dije, esperamos que la población de la ciudad alcance 9 millones de habitantes para el 2030.  Ese crecimiento — y el aumento de consumo de energía que vendrá con el mismo — normalmente causarían que nuestras emisiones de dióxido de carbono crecieran de 25 a 30 por ciento. De modo que, para alcanzar nuestra meta de recortar emisiones en 30 por ciento de los niveles actuales, hemos establecido un plan de ahorro de energía que tiene tres elementos principales.

“El primero parte del hecho de que los más de 900,000 edificios en la Ciudad de Nueva York representan casi 80 por ciento de la huella de carbono de la ciudad.  Entonces, estamos dando un gran impulso para conseguir que los edificios públicos y privados usen energía en forma más limpia y eficiente.

“Bajo una Orden Ejecutiva que firmé en octubre, los organismos municipales están tomando la delantera.  Estamos reservando $80 millones anuales — igual a 10 por ciento de nuestros costos de energía anuales — para reducir la producción del Gobierno municipal de gases que atrapan el calor.  El equipamiento de los edificios jugará un gran rol en ese esfuerzo.  Y, justo el pasado viernes, la Iniciativa para el Clima dirigida por el ex presidente Clinton acordó facilitar equipos que utilizan energía eficientemente en los más de 2,600 proyectos de vivienda pública en nuestra ciudad.

“Una segunda fuente mayor de gases de invernadero lo son las plantas que generan la electricidad de la ciudad.  Entonces, nos hemos enfocado en reemplazar plantas generadoras viejas y muy contaminantes con generadores más nuevos, más eficientes, y remodelar o mejorar las existentes.  También promoveremos un mayor uso de energía renovable.  La semana pasada, por ejemplo, establecimos nuevas regulaciones municipales que harán de Nueva York un líder en la co-generación de energía.  Ellas facilitarán la instalación de estas tecnologías en nuestros proyectos comerciales y residenciales más grandes.

“Usando calor que de lo contrario sería expedido como humo de los edificios, la cogeneración es más eficiente que el promedio de nuestras generadoras centrales.  Nuestra meta total es sacar casi 11 millones de toneladas de dióxido de carbono de nuestro aire cada año para el año 2030 con medidas de este tipo.

“Y tercero, trabajaremos para reducir las emisiones del CO2 relacionadas con el transporte — lo más importante, reduciendo la cantidad de vehículos en nuestras calles y carreteras.  Ahí es donde viene nuestra propuesta para una tarifa de congestión.  Establecería, a modo de prueba, una tarifa adicional por conducir en los distritos comerciales más ajetreados en la ciudad durante las horas pico de la semana laboral, y luego invertiría esos fondos en proyectos de transporte masivo muy necesitados.

“Nuestro Departamento federal de Transporte ya ha prometido más de $350 millones para apoyar la ejecución de un plan como el que hemos propuesto.  Seremos la primera ciudad estadounidense que experimenta con la tarifa de congestión — y tengo muchas esperanzas de hacerla realidad.  Reconocemos que ser el primero es siempre lo más difícil.  Pero hemos logrado un gran progreso en este asunto.

“La tarifa de congestión ha sido respaldada por diversos neoyorquinos que a menudo se han peleado — en el pasado: grupos de expertos de derecha e izquierda, grupos laborales y la comunidad empresarial, un gran número de escritores de editoriales y columnistas de los periódicos de nuestra ciudad.  Gente que normalmente no pueden concordar en la hora ya están de acuerdo en que es tiempo de trabajar juntos por el futuro de Nueva York, y apoyan esta idea.

“Esto es porque la tarifa de congestión — como más de 50 de las otras recomendaciones incluidas en el PlaNYC — simplemente no afectará el calentamiento global.  También hará nuestro aire más limpio y mejorará nuestra economía, reduciendo la congestión del tránsito que cada año cuesta a nuestra región metropolitana casi $13 mil millones, a la vez que financia el transporte público.  Y este interés propio es una gran razón por lo que las ciudades están encabezando la lucha contra el calentamiento global.

“En meses recientes, he discutido asuntos medioambientales con alcaldes desde Londres hasta Seattle y Beijing.  Y puedo decirles que los alcaldes de las ciudades del mundo son los grandes pragmáticos del escenario mundial.  A ellos les interesan los resultados, no ideologías.

“Esto estuvo claro para mí cuando encabecé la conferencia del C-40 en Nueva York este año.  Y, para dar seguimiento, estamos invitando a líderes de docenas de ciudades grandes a Nueva York el año próximo para una conferencia de dos días sobre calentamiento global y polución del aire.  Dos temas justo en el campo de Peter Goldmark.  Peter: No querrás perdértelo — y realmente necesitaremos tu ayuda.

“Pero hoy, los ojos del mundo están en Bali.  Eso es porque todos reconocen que ha pasado el momento de discutir si el calentamiento global existe.  La ciencia es clara.  Ahora es el momento de la acción.

“Mitigar el cambio climático no será fácil.  Requerirá que todos cambiemos nuestros hábitos.  Por ejemplo, un tema importante esta semana en Bali es la deforestación — un serio problema que es el componente principal de la huella de Indonesia en el calentamiento global.

“Nueva York, como muchas ciudades, usa maderas duras tropicales — en nuestro caso, para nuestros extensos paseos marítimos en las playas y también para la pasarela del mundialmente famoso Puente de Brooklyn.  Las propiedades físicas de estas maderas las hacen ideales para dichos usos.  Por ello, encontrar alternativas adecuadas será difícil.  Pero debemos intentarlo.  Y quiero que sepan que he pedido a mi Oficina de Planificación y Sustentabilidad a Largo Plazo que colabore con los organismos locales pertinentes, y que dentro de 60 días me presenten un plan para reducir nuestra dependencia de dicha madera.

“En efecto, el mensaje que debe salir de Bali esta semana es que los gobiernos y corporaciones, organizaciones gigantes y personas, naciones desarrolladas y subdesarrolladas — todos debemos hacer nuestra parte.

“Debemos trabajar en concierto hacia metas inmediatas y alcanzables, aun cuando reconocemos que lograrlas será el principio de un intento muy largo.  Las ciudades del mundo jugarán un rol crucial en ese intento.

“Las ciudades siempre han sido los centros de industria e invención de nuestro planeta.  Ahora esa creatividad y tarea tienen que ser protegidas para dirigir los retos más grandes que la humanidad haya creado para si misma.  La innovación que resulte mejorará la calidad de vida en todo el mundo, y ayudará a salvar al planeta que nuestros hijos heredarán.

“En Nueva York, presentamos PlaNYC en el Día de la Tierra.  Y en mi discurso ese día, cité este proverbio keniano: ‘La Tierra no os fue dada por vuestros padres; os fue prestada por vuestros hijos’.  Y ahora, creo que todos ustedes están de acuerdo — depende de nosotros el devolver la tierra a nuestros hijos en mejor forma que nosotros la encontramos.  Gracias, y que toda su ardua labor valga la pena en estos últimos días de esta histórica conferencia.







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