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PR- 234-07
9 de julio de 2007

EL ALCALDE BLOOMBERG PRONUNCIA DISCURSO EN FORO ESPECIAL SOBRE LA INDUSTRIA DE LA CONSTRUCCIÓN DEL CONGRESO DE EDIFICIOS DE NUEVA YORK

A continuación se presenta el texto preparado para el alcalde Bloomberg. Por favor confirme con el discurso final.

“Gracias, Dominick, y buenas tardes a todos.  Ahora, como algunos de ustedes sabrán, a partir de hoy mi personal y yo estaremos trabajando desde Brooklyn.  Estaremos ahí por dos semanas mientras se completa finalmente algún trabajo de construcción en City Hall — o por lo menos eso es lo que nos han prometido.  Pero estos proyectos siempre parecen tardar dos veces más tiempo del que se supone que tarden.  Un contratista me dijo una vez que demoras como esa hacen realidad el eslogan de ‘satisfacción garantizada’ — ya que, a la hora a que se completan estos trabajos, todos estás sumamente felices de que se terminen.  Estaba esperando que alguien en el Congreso de Edificios pudiese explicar si eso es siempre cierto.

“Permítanme decirles, ¡este tránsito de Manhattan es criminal! Saben, ¡alguien debería idear un plan para hacer algo al respecto!  Y, de hecho, eso es realmente la razón por la que todos estamos aquí hoy.  Porque la Ciudad de Nueva York tiene un plan para acabar con el atasco del tráfico que obstruye nuestras calles, que contamina nuestro aire, que aumenta el calentamiento global y que aleja empleos y oportunidades de nuestra economía.  Es nuestra propuesta de plan piloto a tres años para poner precio a la congestión.

“Es más, también obtuvimos finalmente un plan justo para manejar los desechos sólidos — uno que es económica y medioambientalmente sustentable y que hace responsable a cada condado de manejar su propia basura.  Ambos planes son cruciales para el futuro de Nueva York.  Ambos tienen un amplio apoyo en toda nuestra ciudad.  Y para ambos ya se acerca la hora de la verdad.  Por lo tanto, hoy estoy pidiéndoles a ustedes — y a todos los neoyorquinos preocupados — que urjan a nuestros líderes estatales para que pongan a un lado sus diferencias, se unan por el futuro de Nueva York y conviertan ambos planes en ley el próximo lunes.

“Empecemos con nuestro plan para poner precio a la congestión, ya que este liberaría los obstáculos en el transporte que amenazan con estrangular la prosperidad continua de nuestra ciudad.  Sin dudas, estos son tiempos extraordinarios para nuestra ciudad.  En los últimos cinco y medio años hemos reducido el crimen a niveles récord, y elevado la calificación de nuestros bonos a otro récord histórico.  Nuestras escuelas avanzan.  Las tasas de graduación siguen aumentando.  Y el mes pasado, las calificaciones de matemáticas de nuestros estudiantes fueron tan buenas como las de los estudiantes en muchos distritos escolares suburbanos — un logro que mucha gente habría creído imposible hace apenas unos años. 

“Nuestra economía también está realmente funcionando a toda capacidad.  El desempleo está en su nivel más bajo de casi todos los tiempos, y solo en este año estamos esperando añadir otras 37,000 plazas de trabajo a nuestra ciudad.  Una combinación de construcciones públicas y privadas está indicando el camino.  De hecho, el Congreso de Edificios estima que el valor de construcciones en nuestra ciudad alcanzará $21 mil millones este año y el próximo — niveles récord consecutivos.

“Sin embargo, en una forma inquietante, estamos rezagados en construcciones para el transporte.  Esta es un área donde en realidad estamos perdiendo terreno.  Más de la mitad de las estaciones de subway necesitan reparaciones; 40 por ciento de las señales del sistema de subway son obsoletas.  Las líneas de pasajeros como el Long Island Rail Road están tan congestionadas que no pueden tomar los trenes adicionales que necesitan.  A menos que actuemos, estos problemas solo van a empeorar — poniendo a Nueva York a cojear en nuestra carrera para seguir siendo competitivos con otras ciudades globales.

“Debido a nuestra excelente economía y calidad de vida, se espera que la población de Nueva York —que ya ha alcanzado una cifra récord — llegue a nueve millones de personas para el año 2030.  Esto significará casi un millón más de neoyorquinos, hasta tres cuartos de millón de empleos nuevos en nuestra ciudad — y tremendas oportunidades económicas en toda nuestra región.  Pero el potencial económico de este crecimiento solo se realizará si actuamos sabiamente ahora financiando y construyendo $50 mil millones en proyectos de construcción que nuestra región necesita desesperadamente.  Y cuando decimos ‘desesperadamente’, he aquí exactamente lo que queremos decir:

“Once de nuestras 26 rutas del tren metropolitano ya experimentan congestión en las horas pico, y tres de ellas han colmado su capacidad — las rutas en rojo.  (Yo mismo he estado en ese rojo algunas veces.) Entonces, las condiciones son bastante malas ahora. Pero, si no actuamos, hacia el 2030 la situación será intolerable.  Solo tienen que ver todo lo rojo en este gráfico.  Para el 2030, esperamos que casi cada ruta de subway — 23 de las 26 — esté muy congestionada.  Nuestras carreteras también estarán atascadas.

“En fin: Las horas pico de la mañana y la tarde pueden consumir la mitad de cada día de trabajo.  El precio de la congestión — en costos de combustibles, entregas atrasadas y productividad perdida — ya es de $13 mil millones anuales.  Eso solo empeorará.  También lo hará la polución del aire que resulta en los niños de algunos de los vecindarios de nuestra ciudad que son hospitalizados por asma con un promedio casi cuatro veces mayor que el promedio nacional.  Por su salud — y por el futuro de nuestra ciudad — ¡debemos actuar ahora!

“Ahí es donde entra nuestro programa piloto para poner precio a la congestión.  Este lograría dos metas esenciales a la vez, en una forma que ningún otro plan de transporte lo hará.  Primero, el plan reduciría los atascos inmediatamente.  Daría a los que viajan a trabajar un incentivo económico para dejar sus autos en casa y en su lugar usar el transporte público para viajar al sur de la Calle 86 en Manhattan durante las horas de los días de semana en que el tránsito es peor.

“Y segundo, poner precio a la congestión también daría a los pasajeros mejores opciones de transporte público, tanto inmediatamente como a largo plazo, en toda la ciudad y en toda la región.  De hecho, es el único plan ahí afuera que puede producir los fondos necesarios para concluir nuestros proyectos críticos de transporte regional, como el subway de 2da Avenida, el Acceso del East Side, el Enlace Ferroviario del Bajo Manhattan y otros.

“El plan para poner precio a la congestión tiene un amplio apoyo.  Ese apoyo los incluye a ustedes, los miembros del Congreso de Edificios de Nueva York — porque ustedes siempre han apoyado lo que es importante para el futuro de Nueva York.  El plan también ha sido respaldado por una amplia variedad de grupos cívicos, empresariales, laborales y medioambientales, incluyendo a The Association for a Better New York, la Citizens Budget Commission, la General Contractors Association, el Instituto Drum Major, la Cámara de Comercio Hispano de Nueva York, West Harlem Environmental Action, el Concejo Laboral Central de la Ciudad de Nueva York, el Building and Construction Trades Council, el Local 32BJ del Sindicato Internacional de Empleados de Servicio (SEIU), la League of Conservation Voters, Straphangers Campaign y más de 100 organizaciones adicionales en toda nuestra ciudad.

“El plan también tiene el respaldo del gobernador Eliot Spitzer, el líder de la mayoría en el Senado Joe Bruno y el líder de la Minoría Malcolm Smith, la portavoz del Concejo Municipal Christine Quinn, el presidente del condado del Bronz Adolfo Carrión, el presidente del condado de Manhattan Scott Stringer, y una creciente lista de funcionarios electos de los gobiernos federal, estatal y municipal en los cinco condados.

“El plan para poner precio a la congestión también es apoyado por las páginas editoriales del [New York] Times, el Post y el Daily News — el tipo de apoyo tripartito que se consigue una vez en la vida.  Todo esto muestra que poner precio a la congestión es una idea cuyo tiempo realmente ha llegado.

“Y la hora para actuar sobre el plan está a mano, porque ahora tenemos una oportunidad que se presenta una vez en una generación para obtener el importante financiamiento federal que ayudará a hacer realidad el plan para poner precio a la congestión.  Hace cuatro semanas, la secretaria federal de Transporte Mary Peters estuvo en nuestra ciudad para expresar su apoyo a nuestra propuesta.  Y ella dijo que la Ciudad de Nueva York podría recibir hasta $500 millones en fondos de subvenciones de su agencia para cubrir los costos iniciales del programa — incluyendo mejoras inmediatas al servicio.  Ese medio millar de millones de dólares en dinero federal está disponible este año fiscal, y solo este año.

“Y nuestra ventana de oportunidad para recibirlo se cerrará en una semana — el 16 de julio.  Esa es la fecha límite que los funcionarios federales han establecido para recibir seguridad de que el Estado está dando a la Ciudad de Nueva York la autorización que necesitamos para instituir nuestro plan piloto para poner precio a la congestión.

“Ahora, si la legislatura y el gobernador aprueban el poner precio a la congestión para el próximo lunes — como creo que lo harán — he aquí lo que lograríamos. Al preparar nuestro plan de precio a la congestión, estudiamos patrones de viajes en toda la ciudad.  Y descubrimos que solo cinco por ciento de los viajeros de la Ciudad de Nueva York que viven fuera de Manhattan dependen de automóviles para llegar a Manhattan.  Sin embargo, claramente hay comunidades donde la falta al acceso de transporte público — aún con los dolores de cabeza que causa — hace que conducir se vea como la mejor alternativa.  Por ello, como parte de nuestro plan, ya hemos identificado al menos 22 vecindades de la ciudad con la mayor concentración de conductores que se dirigen a Manhattan.

“Y estamos trabajando con la Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA, en inglés) para encontrar formas de mejorar el servicio de autobuses en estas áreas.  También estamos explorando la posibilidad de un mejor servicio de ferry.  En muchos casos, lo que estamos hablando es de dar pasos muy sencillos en estas vecindades, como establecer líneas de prioridad para buses en vías públicas mayores, y mejorar las conexiones de transbordo entre autobuses y subways.  Trabajando con la MTA y usando esos fondos federales de transporte, en los próximos 18 meses podemos convertir ese tipo de ideas en realidades. 

“El resultado serán viajes diarios más rápidos y más cómodos para miles de neoyorquinos.  Aun antes de que el precio a la congestión entre en efecto, eso dará a los conductores buenas razones para dejar sus automóviles en casa en los días laborales.  Y ayudará a que el precio a la congestión opere sin problemas cuando se inicie el programa piloto. 

“Por otro lado, si el estado no actúa el próximo lunes, no habrán fondos federales para estos proyectos de alivio inmediato a la paralización de tránsito.  Esas serán malas noticias para los neoyorquinos — malas ahora, y malas para años futuros.  No imagino que ninguno de ustedes crea que dejar medio millar de millones de dinero federal en la mesa es buena idea.  Pero si la próxima semana el tiempo se agota sin ninguna acción en Albany, eso es exactamente lo que sucederá.  El no actuar ahora hará difícil y más caro el pagar y construir mejoras de transporte mayores que el área metropolitana de la Ciudad de Nueva York necesita.

“Observen esta lista de 18 proyectos regionales de transporte.  Incluyen el Enlace Ferroviario del Bajo Manhattan a Jamaica, el Proyecto del Acceso del East Side, el Subway de la Segunda Avenida completo y otros.  Los 18 proyectos en esta lista son esenciales para el futuro de nuestra región.  Existe solo un condición: Terminarlos costará $50 mil millones — y conjuntamente, hay una brecha de $31 mil millones en esos fondos. 

“¿Les suena esto familiar ?  Debería serlo — como dicen, una imagen vale más que mil palabras.  Así que, he aquí la imagen; muestra los inicios del subway para la Segunda Avenida. La fecha: 1972.  Y poco después de esta foto, las obras de ese proyecto se detuvieron.  ¿Por qué?  Porque no había una fuente de ingresos dedicados para su culminación. ¿Y saben qué?  Aún no lo hay.

“Porque incluso ahora, con las obras para la Primera Fase del subway de la Segunda Avenida de nuevo en pie — el tramo de la Calle 96 a la 63 —, todavía faltan mil millones de dólares en fondos para terminar el proyecto.  Eso es dinero real.  ¿Y cómo va la MTA a pagar por la Fase Dos, que llevará la línea hasta la Calle 125, y que actualmente tiene un precio de $1,700 millones?  Nadie sabe.

“¿Entonces va a ser ‘déjà vu ’ una vez más?  ¿Se va a repetir la historia no solo en la Segunda Avenida sino que para todos nuestros proyectos de transporte esenciales? Por ejemplo, ¿cuánta gente sabe que el Tren #7, que ahora termina en Main Street, Flushing, originalmente estaba supuesto a llegar hasta Bayside y Whitestone? ¿O que han existido planes de tener una línea de subway hasta el sureste de Queens desde que Moisés era un niño — y no me refiero a Robert Moses, ¡estoy hablando del verdadero Moisés!

“Y no dejemos a Brooklyn fuera de la historia: ¿Sabían que la línea de subway número 2 que ahora termina en la Avenida Flatbush estaba originalmente supuesta a seguir y llegar hasta Marine Park?  Una y otra vez, los políticos han estado dispuestos a poner estos y otros proyectos importantes en la tabla de cortar.  Está en nuestro poder el decir, ‘¡No vamos a titubear otra vez — no, si promulgamos el plan para poner precio a la congestión!’

“Al unir los ingresos del precio a la congestión con los fondos del presupuesto de la ciudad y estado, podemos financiar los proyectos que necesitamos.  Solo el poner precio a la congestión pagará por estos proyectos justa, eficaz y rápidamente.  Y este será el resultado: En lugar de un Nueva York ahogándose en tráfico, seremos una ciudad saludable y creciente, avanzando una vez más.  Eso es lo que está en juego en los próximos días.  El tiempo se agota.  Y es por eso que es crucial que ustedes llamen y escriban a nuestros líderes estatales y les pidan que vuelvan a Albany y aprueben ya el plan para poner precio a la congestión.

“Mientras hacen eso, envíenles también este mensaje: Vamos finalmente a definir un plan de manejo de desechos justo y sustentable para todos los neoyorquinos.  Hace un año, este mes, el Concejo Municipal aprobó abrumadoramente dicho plan — uno que había estado por realizarse durante años. Este plan establece la regla de que cada condado debe encargarse de su propia basura.  Esto eliminaría las casi seis millones de millas al año en viajes de camiones del Departamento de Sanidad Pública (DSNY, en inglés) y tráileres que usan diesel. 

“En su lugar, la Ciudad está preparada para crear un sistema de transporte de desechos residenciales, comerciales y reciclables mucho más eficiente y económicamente factible de barcazas y trenes.  Para poner ese sistema en marcha, necesitamos que la Asamblea estatal apruebe una enmienda a la Ley del Parque del Río Hudson para que podamos reactivar una estación de transbordo para reciclaje marina en la península Gansevoort, en el litoral del río Hudson de Manhattan.  El mes pasado el Senado estatal aprobó abrumadoramente esa enmienda con un voto de 53 a 8.

“Este no es un asunto de vecindades; es un asunto de toda la ciudad.  El Concejo Municipal demostró eso el mes pasado; al votar 48 a 3, emitió un mensaje de reglas de casa en favor de la reapertura la MTS de Gansevoort.  Al presionar por la reapertura de la MTS de Gansevoort, la portavoz Municipal Christine Quinn — cuyo distrito incluye el área de Gansevoort — ha demostrado que los líderes locales electos pueden poner los intereses de la ciudad primero.  Y ya que sacaría camiones contaminantes fuera del norte de Manhattan y el Bronx — las comunidades con las tasas de asma más altas en la ciudad —, el reabrir la MTS de Gansevoort demostraría un compromiso sólido del Estado con la justicia medioambiental para la gente de nuestra ciudad.

“Por ello es crucial que Albany sepa cuanto importa esto para el futuro de nuestra ciudad.  Es por eso que sus voces necesitan escucharse.  Hablen ahora, y díganle a nuestros líderes de la Asamblea estatal que aprueben el plan para el manejo de desechos sólidos justo que los neoyorquinos merecen.

“Ahora, para concluir, quiero dejarlos con esto en sus mentes: Durante el fin de semana, cientos de miles de personas en todo el mundo vieron los conciertos de Live Earth, y renovaron sus compromisos de proteger nuestro mundo y dejar un mejor lugar para nuestros hijos y nietos.  Eso requerirá acción a nivel personal — y también a nivel político.  No podemos esperar por los líderes de Washington; tenemos que enfrentar nuestras responsabilidades, aquí y ahora en la Ciudad de Nueva York.

“Para mantener a Nueva York creciendo — para mantener a nuestra economía sólida y nuestro medioambiente saludable —, necesitamos actuar ahora a fin de mantener y ampliar nuestra infraestructura vital, para sacar los venenos del aire que nuestros niños respiran, y para asegurar que los mejores días de nuestra ciudad aún están por venir.

“Eso es lo que el plan para poner precio a la congestión logrará. De eso es que se trata nuestro plan de manejo de desechos sólidos.  Es por eso que necesitamos la ayuda de ustedes para convertirlos en realidad.  Este es el momento de actuar.  Es hora de que cada uno de ustedes exijan acción de Albany — ¡ahora! 

“Se trata de crear empleos en la industria del comercio y la construcción, ahora y por décadas futuras.  Se trata de financiar completamente los proyectos de transporte que fomentarán la inversión económica en toda el área metropolitana.  Se trata de dar a nuestra ciudad y nuestros niños el futuro que ellos merecen.  Está en nuestro poder el hacer a Nueva York la ciudad verdaderamente más verde, mejor — la primera ciudad grande sustentable del planeta. 

“Que sea ese nuestro legado. Cada uno de nosotros tiene que poner de su parte.

“Así que les urjo a llamar a sus asambleístas.  Díganles que necesitamos esto. Necesitamos los empleos.  Necesitamos aire más limpio. ¡Háganlo hoy!

“Gracias, y que Dios les bendiga a todos”.







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