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  1 de enero de 2006
www.nyc.gov

Un destino común, en pie y unidos

Por el alcalde Michael R. Bloomberg

El 1ro. de enero, en la escalinata de City Hall, seré juramentado para otro término como alcalde de ustedes. Ustedes me han confiado una enorme responsabilidad - y yo haré lo mejor que pueda para merecerla.

El inicio de un año nuevo - y de un nuevo término - es un buen momento para mirar atrás a lo que hemos logrado, y también para mirar adelante a lo que todavía debemos alcanzar. Todos recordamos lo incierto que parecía el futuro de nuestra ciudad hace cuatro años. Sin embargo, desde el dolor de la peor tragedia de nuestra ciudad, los neoyorquinos se unieron, y hemos permanecido juntos.

En los últimos cuatro años hemos aprendido que somos, después de todo, una ciudad, un pueblo, con un destino común. Y juntos hemos logrado más de lo que nadie creyó alguna vez posible. Ahora, ese mismo espíritu de unidad debe continuar guiándonos a través de los retos que se avecinan.

Unidos podemos hacer a la ciudad grande más segura de la nación aún más segura - especialmente trabajando en Albany, en Washington, y con líderes en otros estados y ciudades, a fin de terminar el flujo de las mortales armas de fuego hacia la ciudad de Nueva York.

Unidos podemos seguir mejorando la calidad de vida para todos los neoyorquinos y mantener un gobierno municipal fiscalmente responsable sin perder la compasión que define a nuestra ciudad.

Unidos podemos transformar el rostro de Nueva York con nuevos parques, nuevas viviendas asequibles y nueva esperanza en comunidades de toda la ciudad.

Unidos podemos acelerar el ritmo del redesarrollo en el Bajo Manhattan, para que este excite nuevamente la imaginación y admiración de la gente de todo el mundo.

Unidos podemos crear más puestos de trabajo en los cinco condados, y mover a miles de neoyorquinos más de la dependencia de la beneficencia social a la dignidad del trabajo.

Y unidos podemos continuar llevando hacia delante a nuestras escuelas públicas y dar a todos nuestros niños la educación de primera clase que es su derecho fundamental.

Podemos hacer todo esto y más. Porque, una y otra vez, a través de las tormentas de invierno, apagones, y más recientemente una huelga de transporte que pudo haber quebrado a nuestra ciudad, los neoyorquinos han mostrado que podemos solucionar cualquier problema si ponemos nuestros intereses particulares de lado y nuestros intereses comunes primero.

Hace cuatro años juré gobernar a nuestra ciudad sin partidismos o prejuicios. Hoy estoy renovando ese compromiso ante ustedes. Los neoyorquinos merecen un gobierno municipal de independencia e integridad, un gobierno que no esquive las decisiones difíciles, y un gobierno que siempre ponga al frente los intereses de la gente. Eso es lo que lucharé para darles durante cuatro años más.

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