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PR- 203-06
14 de junio de 2006

EL ALCALDE BLOOMBERG HABLA ANTE LA QUINTA CONFERENCIA ANUAL "SALUD PÚBLICA Y LEGISLACIÓN EN EL SIGLO XXI" DE LOS CENTROS PARA CONTROL Y PREVENCIÓN DE ENFERMEDADES

A continuación se presenta el texto del discurso del alcalde Bloomberg en la Quinta Conferencia Anual “Salud Pública y Legislación en el Siglo XXI” — Por favor confirme con el discurso final

"Buenas tardes, y gracias, Dr. Gerberding, por esa amable introducción. Y gracias a todos ustedes también por este premio. Aprecio profundamente el honor que me han concedido.

"Ahora, como el orador final en esta conferencia, tengo un número de obligaciones importantes. Voy a saltar las primeras, incluyendo el recordarles que validen sus parqueos en la recepción, anunciarles cuándo saldrán los autobuses para el aeropuerto y entregarles encuestas para que digan quién fue su orador favorito. En vez de ello, voy a ir directamente al punto que creo es el más importante: Contarles esta historia.

"El gran juez de la Suprema Corte Oliver Wendell Holmes descubrió un día que había perdido su boleto cuando abordaba un tren. Lo buscó infructuosamente hasta que el conductor le dijo que no había problemas - todos sabían quién era y confiaban en él. "Joven", replicó Colmes, "la cuestión no es 'dónde está mi boleto'; es 'hacia donde voy'.

"Sugiero, después de tres días de reuniones y talleres sobre la salud pública y la ley, que esta es también la pregunta exacta que necesitamos preguntar - ¿Hacia dónde vamos?

"Permítanme ofrecerles ahora algunas ideas acerca de adónde vamos - y también sobre cómo podemos llegar allí. Y, para hacerlo, debemos empezar con una apreciación de la historia, un sentido de urgencia y, yo diría, una estrategia nueva e integrada.

"La historia de la salud pública en nuestra nación es realmente una historia inspiradora - un brillante registro del progreso de la ciencia y un conmovedor tributo a nuestra humanidad. Como muchos norteamericanos de edad avanzada, mis primeros recuerdos incluyen el espectro de la niñez paralizada por el polio que asoló a nuestras ciudades, especialmente durante lo que debían haber sido nuestros meses sin preocupaciones en las vacaciones de verano. Recuerdo también el júbilo de alivio que arropó a la nación cuando el Dr. Salk desarrolló la vacuna contra el polio.

"La victoria sobre el polio, lograda con programas de vacunación masivos y virtualmente sin precedentes de costa a costa, fue, en un sentido profundo, un triunfo de nuestro estilo de vida democrático. Este triunfo revela el importante tema de esta conferencia. Porque eliminar el polio requirió un esfuerzo social total. Fue un tributo a lo que una sociedad libre es capaz de hacer cuando movilizamos a nuestros mejores científicos, dirigimos el apoyo del público por la salud pública, y luego colocamos a la fuerza de la ley detrás de estos esfuerzos.

"Nuestra historia está repleta de otros ejemplos del rol esencial que ha jugado la ley en todas sus formas - regulaciones, licencias, inspecciones, política fiscal, asignaciones, litigación y aplicación de leyes - para vencer a las enfermedades y mejorar nuestra calidad de vida.

"Pero la historia también nos enseña otras lecciones. Como señaló una vez el hijo más famoso de Atlanta, el Dr. Martin Luther King, Jr., "El progreso humano nunca discurre por la vía de lo inevitable". En el área de salud pública, el mayor enemigo del progreso es la complacencia.

"Tomen el ejemplo de la tuberculosis. A finales de los 1980s, funcionarios electos y autoridades de salud pública en la ciudad de Nueva York y los Estados Unidos creían - prematura y erróneamente - que la TB había sido controlada. Entonces bajaron la guardia de la ciudad y la nación. Luego, cuando a principios de los 1990s resurgió la TB resistente a los medicamentos, costó más de $1,000 millones cuidar a los que habían enfermado, y se necesitó un nuevo esfuerzo concentrado para controlar otra vez a la tuberculosis.

"Por lo tanto, una apreciación de la historia debe inspirar no sólo optimismo, sino también un sentido de urgencia y un compromiso con la tenacidad - el tipo de urgencia y tenacidad que hemos aprendido a aplicar, con experiencias difíciles y a veces amargas, durante nuestra lucha de ya un cuarto de siglo contra el SIDA. Tal urgencia y tenacidad son sumamente necesarias para enfrentar las amenazas de salud pública de una nueva era, nuestra era.

"Enfrentamos dos retos globales: la amenaza de enfermedades crónicas y no contagiosas, y los desastres relacionados con la salud. Las enfermedades crónicas y no contagiosas han reemplazado ahora a las enfermedades contagiosas como los mayores asesinos de nuestra sociedad. Estas nuevas amenazas son el resultado de - y son agravadas por - nuestra paciencia, e incluso la promoción social y económica de conductas tales como la adicción al tabaco, la nutrición insana y los estilos de vida excesivamente sedentarios.

"A esta lista de problemas de salud pública yo añadiría nuestra intolerable inacción para detener el flujo ilegal de armas de fuego en las calles de nuestra ciudad. Hace un siglo, el cáncer y las enfermedades cardiovasculares fueron las causas de menos del 10% de las muertes en la ciudad de Nueva York. Hoy, ellas representan más de dos terceras partes de estas muertes. Y, en toda la nación, las armas de fuego matan a 30,000 personas cada año.

"Todas estas amenazas mortales son el resultado de nuestras decisiones como individuos y como sociedad, de ignorar o alentar riesgos que amenazan la vida. Una estrategia efectiva de salud pública debe entonces alterar ese cálculo, cambiando la forma como vivimos.

"Segundo, enfrentamos amenazas provenientes de la posibilidad de un desastre relacionado con la salud. El SIDA, el virus del Oeste del Nilo, el SARS, y ahora la gripe aviaria, nos recuerdan el potencial de pandemia en un mundo "globalizado" - un mundo que también debe enfrentar la amenaza del bioterrorismo.

"Y como el potencial de estos desastres - naturales y artificiales - ahora alcanza a todas las comunidades, todos tenemos una responsabilidad de prepararnos y enfrentarlas.

"Necesitamos una estrategia de salud pública agresiva, integrada y enfocada en las enfermedades crónicas y emergencias de salud. Esa es la estrategia que hemos seguido en la ciudad de Nueva York en los últimos cuatro años y medio. Esta tarde quiero delinear algunos de sus elementos principales y, al concluir, destacar dos puntos esenciales en nuestro enfoque.

"Primero, nosotros respetamos a las ciencias. Basamos las políticas no en lo que creemos que es cierto, sino en lo que podemos demostrar como cierto.

"Y segundo, tomamos en serio nuestro deber de actuar en base a lo que sabemos. Por tanto, nos apoyamos en la aplicación efectiva de la ley - democráticamente debatida y aprobada - como el principal instrumento de política de salud pública. Ciertamente, las campañas de información pública sobre temas de salud son indispensables - y nosotros las usamos. Y hoy se está celebrando un buen ejemplo de ello - el Día Mundial del Donante de Sangre.

"En la ciudad de Nueva York, al igual que en muchas de las ciudades donde ustedes viven, estamos patrocinando eventos públicos para destacar el rol esencial que juegan las campañas de donación de sangre para salvar vidas. Tales esfuerzos son invaluables. Pero también debemos reconocer que, solas, las campañas de información pública son insuficientes para las enormes tareas que tenemos a mano. Es como una vez Mark Twain describiera su apreciación por la naturaleza de las tormentas. 'El trueno', dijo Twain, 'es bueno. El trueno es impresionante. Pero es el rayo que hace el trabajo'".

"En el campo de la salud pública, la ley realmente hace el trabajo. Eso ha sido demostrado una y otra vez en áreas que van desde las vacunaciones obligatorias a requerir cinturones de seguridad en los automóviles y reducir la cantidad de conductores borrachos, mejorando la seguridad en los lugares de trabajo, proveyendo acceso a los servicios de planificación familiar, la fluorización del agua y más.

"La salud pública triunfa haciendo que la opción saludable sea la opción social por defecto. Claramente, existen muchos asuntos de conducta y gusto personales que no nos corresponde regular. Pero, asimismo, también hay áreas sobre las que tenemos una obligación de actuar en base a lo que sabemos, en base a lo que nos dicen los hechos incontrovertibles.

"Al delinear lo que estamos haciendo en Nueva York, también quiero describir lo que el gobierno federal ha hecho - y debería estar haciendo - para enfrentar los retos duales de las enfermedades crónicas y las emergencias de salud. Enfrentar estos retos no es, y no debe convertirse en, un asunto de política partidista. La salud del pueblo norteamericano está en juego. Esta es una arena en la que tanto el Congreso como el Poder Ejecutivo, tanto demócratas como republicanos, tienen un deber de superar la "política de todos los días" y trabajar unidos.

"En Nueva York, hemos convertido al control de las enfermedades crónicas en una de las mayores prioridades de salud pública. Nuestra labor está intensamente sustentada en la información. Hemos expandido la vigilancia en la población de enfermedades crónicas en la ciudad. Hace dos años, por ejemplo, nuestro Departamento de Salud condujo la Primera Encuesta de Examen de Salud y Nutrición comunitaria jamás conducida en la nación. Esta encuesta nos ha proporcionado datos sobre la prevalencia y el control de enfermedades crónicas que nos guían a dirigir recursos donde son más necesitados.

"También estamos ayudando a solventar el costo de llevar récords médicos electrónicos a médicos que ofrecen cuidado primario en comunidades de bajos ingresos. Esto no solo mejorará el cuidado de los pacientes; también nos dará aún más información vital - sin divulgar nombres de pacientes u otra información de identificación personal - sobre cómo el sistema de salud se está desempeñando en las primeras líneas.

"Es en esas primeras líneas donde la ley es nuestra arma más potente. Y hemos puesto en efecto la fuerza de la ley en un frente amplio, incluyendo en estas tres áreas: reducción de las enfermedades relacionadas con el tabaco, lucha contra la diabetes, y eliminación de la violencia causada por las armas de fuego ilegales.

"Primero, en cuanto al tabaco: No hace cuatro años que introduje nuestra innovadora Ley del Aire Libre de Humo (Smoke-Free Air Act, en inglés) prohibiendo fumar en bares y restaurantes. Su premisa, apoyada por el  testimonio del Dr. Harold Varmus, ganador del Premio Nóbel y ex director de los Institutos Nacionales de Salud, era que los camareros y bármanes no deben ser forzados a arriesgar su salud por el humo de segunda mano para ganar su salario.

"Claramente teníamos los hechos de nuestro lado - y quizás por esa razón encontramos una campaña masiva y bien financiada de terror que predecía un destino funesto para las industrias de turismo y hospitalidad en nuestra ciudad sin nuestros esfuerzos triunfaban. Recuerdo con particular claridad el pronóstico nefasto de que prohibir fumar en bares y restaurantes significaría que nadie de Italia o Irlanda volvería a visitar jamás a la ciudad de Nueva York. No solo se ha probado que esto estaba completamente equivocado; tanto Italia como Irlanda están entre más de una docena de naciones que han seguido subsiguientemente los pasos de la ciudad de Nueva York y prohibieron fumar en lugares públicos. También lo han hecho docenas de ciudades y estados aquí en los Estados Unidos, desde Nueva Jersey a Montana.

"La ley - en la forma de impuestos más altos para los cigarrillos - también ha jugado un rol importante para reducir el humo 'de primera mano' entre los neoyorquinos. A principios de nuestra Administración elevamos el impuesto por paquete en casi $1.50. Esto ha jugado un rol especialmente fuerte para ayudar a reducir el hábito de fumar entre los adolescentes, quienes son especialmente sensibles al precio de los cigarrillos. Datos recién publicados muestran que, aunque el hábito de fumar entre los adolescentes se ha incrementado en toda la nación en los últimos dos años, ha decrecido sustancialmente en la ciudad de Nueva York.

"Y me da una enorme satisfacción informar que, debido a todos nuestros esfuerzos, casi 200,000 menos neoyorquinos fuman que hace cuatro años - aunque mantener esa tendencia es algo problemático y muestra cuán importante es la tenacidad que mencioné antes. La epidemiología nos dice que esto evitará por lo menos 60,000 muertes prematuras. Y replicar estas iniciativas nacional e internacionalmente - quizás aceleradamente por el ejemplo de la ciudad de Nueva York - probablemente tendrá un impacto mucho mayor que eso salvando vidas.

"También estamos haciendo un uso agresivo e innovador de la ley para combatir la única enfermedad crónica que está empeorando en nuestra ciudad y nuestra nación: la diabetes. Este año hemos organizado un ataque de largo alcance contra la diabetes. Y se necesita una campaña tan completa por la gran variedad de factores que contribuyen a su alarmante propagación - y al hecho de que, en toda la nación, solo uno de cada tres norteamericanos con la ya epidémica diabetes tiene controlado adecuadamente el azúcar en su sangre.

"Esta es la razón por la que hemos establecido el primer registro comunitario de diabetes en la nación - para mejorar el conocimiento y tratamiento de la gente con diabetes. Hoy, cuando los neoyorquinos prueban los niveles de azúcar en su sangre en cualquier consultorio, clínica u hospital en nuestra ciudad, esa información va al Departamento de Salud de nuestra ciudad. Pronto iniciaremos un programa piloto en una parte del Bronx para trabajar con pacientes y médicos cuando las pruebas revelen niveles peligrosamente altos de azúcar en la sangre.

"Estamos completando eso con una gran variedad de intervenciones legales dirigidas a reducir la obesidad que contribuye a la diabetes, así como las enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades crónicas. Esos esfuerzos van desde regulaciones que ordenan una mejor  nutrición y programas de ejercicios para los jóvenes en centros de cuidado infantil a programas de almuerzo en las escuelas que exceden los estándares nutricionales federales y otros pasos que estamos contemplando para impulsar más actividades físicas de parte de los neoyorquinos.

"Algunas personas pueden decir que eso es demasiado entrometido. Yo lo llamo salude pública dinámica y efectiva. Porque, juntas, estas medidas - empleando la fuerza de la ley - nos ayudarán a alcanzar nuestro objetivo de recortar el número de neoyorquinos con el mayor riesgo de complicaciones de diabetes en 20% en los próximos dos años.

"Claramente, la fuerza de la ley es también el único medio efectivo para detener la matanza creada por la tercera gran amenaza a la salud pública: las armas de fuego ilegales. En la ciudad de Nueva York estamos usando cada herramienta legal a nuestra disposición. Eso incluye una aplicación más fuerte de las leyes, nueva legislación y litigación innovadora. Es posible que algunos de ustedes hayan leído sobre la demanda que entablamos el mes pasado contra 15 comerciantes de armas de fuego de otros estados que grabamos en video secretamente mientras realizaban ventas ilegales a nuestros agentes encubiertos.

"Ahora, para empezar, permítanme aclarar que Nueva York es por un gran margen la ciudad grande más segura en la nación. De hecho, la última encuesta nacional sobre el crimen publicada por el FBI a principios de esta semana otorgó al índice de delincuencia en la ciudad de Nueva York la posición número 19 desde el fondo de las 245 ciudades con poblaciones de 100,000 o más personas. El año pasado fuimos en contra de una tendencia nacional y continuamos reduciendo la cantidad de homicidios en nuestra ciudad. Y en los últimos cinco años hemos reducido el crimen en más del 22%.

"No obstante, cada año más de 300 neoyorquinos son asesinados con armas de fuego ilegales. Año tras año, las armas de fuego ilegales representan cerca del 60% de todos los homicidios en nuestra ciudad.

"La lucha de la ciudad de Nueva York contra las armas de fuego ilegales es también de la nación. Y esa es la razón por la que en meses recientes más de 60 alcaldes de toda la nación y de ambos partidos políticos se han unido para detener la propagación de las armas de fuego ilegales en nuestras ciudades. Es una coalición organizada por mí junto al alcalde de Boston Thomas Menino, y una coalición que - me alegra decirlo -incluye a uno de las mejores alcaldes de la nación: la alcaldesa Shirley Franklin de Atlanta. Porque, como alcaldes, nuestra primera responsabilidad es la seguridad pública, y porque entendemos que detener las armas de fuego ilegales no tiene nada que ver con ideologías o con el derecho constitucional a portar armas.

"Estamos trabajando juntos para endurecer las penas locales por la venta y posesión de armas de fuego ilegales, compartir las 'mejores prácticas en la aplicación de la ley, y oponer la errada legislación federal que protegería a los traficantes de armas de fuego y comerciantes inescrupulosos que las suministran. De hecho, se necesita una acción federal más efectiva en una gran variedad de tópicos. Nuestro sistema de gobierno federal asigna correctamente la responsabilidad primaria de salud pública a los niveles estatal y local. No lo aceptaríamos de ninguna otra forma. Pero, al enfrentar los retos de las enfermedades crónicas y las armas de fuego ilegales, también necesitamos que nuestros colaboradores en el nivel federal asuman sus responsabilidades. La ley federal debería hacer más fácil, no más difícil, el bloquear el transporte interestatal de armas de fuego ilegales.

"Regulaciones federales para reducir la polución industrial y vehicular del aire mejorarían dramáticamente la calidad del aire y la salud pública. Las políticas federales deben identificar a la reducción de las enfermedades crónicas como el objetivo esencial de nuestras políticas nacionales de financiamiento de la agricultura, la nutrición y los servicios de salud. Y necesitamos financiamiento federal para combatir las enfermedades crónicas a nivel local, en la misma forma que recibimos financiamiento para el control de enfermedades que se pueden transmitir.

"Pero, tristemente, deben ustedes saber, ahora no conseguimos prácticamente recurso alguno de la oficina de Centros de Control de Enfermedades (CDC, en inglés) para enfrentar las principales causas no comunicables de muertes y enfermedades.

"También se requiere un esfuerzo federal más robusto para enfrentar el segundo mayor reto para la salud pública en la actualidad: prevenir desastres naturales y artificiales. No necesitamos federalizar nuestros esfuerzos; pero en el ámbito local sí requerimos ayuda que sólo el gobierno federal puede proporcionar.

"No se equivoquen en este sentido: el gobierno de la ciudad de Nueva York está haciendo más que lo que le corresponde en este campo. Tomamos las lecciones del 11 de Septiembre muy en serio. También recordamos con mucha claridad que, cuando siete cartas con esporas de ántrax fueron enviadas por el correo de nuestra nación durante el otoño del 2001, cuatro de ellas estaban dirigidas a localizaciones en la ciudad de Nueva York.

"Reconocemos que somos un objetivo para el terrorismo, y que, como la ciudad más diversa de Estados Unidos y la puerta principal de la nación hacia y desde el resto del mundo, somos particularmente vulnerables a la presencia de amenazas de salud naturales y artificiales.

"Por ello, en los últimos cuatro años y medio hemos creado la más avanzada infraestructura en la nación de preparación local para desastres. Nuevos protocolos y políticas de salud pública son una parte integral de esa infraestructura. Por ejemplo, hemos desarrollado un sistema sofisticado de bio-vigilancia. Es un sistema electrónico que da a nuestro Departamento de Salud más de 60,000 datos independientes cada día sobre visitas a las salas de emergencia de los hospitales, labores de las ambulancias, compras de farmacias y otra información. Combinados, estos datos podrían ser la primera indicación de un brote de enfermedades contagiosas, o un ataque bioterrorista.

"Hemos creado una Red de Alerta de Salud (Health Alert Network, en inglés) que nos da la capacidad de obtener información crítica para más de 17,000 proveedores de servicios de salud, voluntarios de la comunidad y trabajadores de primeros auxilios en toda la ciudad.

"Hemos desarrollado minuciosos programas y protocolos ínter departamentales para manejar desastres naturales y artificiales, y los probamos y refinamos regularmente con simulacros y ejercicios de entrenamiento.

"Al manejar tales emergencias de salud pública, es sumamente importante una autoridad legal clara y bien definida. Y estamos enfrentando esa necesidad. Por ejemplo, estamos en el medio de una revisión minuciosa del Código de Salud municipal por primera vez en casi 50 años. Esta actualizará y aclarará la autoridad de la Ciudad para, por ejemplo, imponer cuarentenas, detener a pacientes, ordenar aislamientos, promover la vacunación y tratamientos, ordenar limpiezas medioambientales e instituir otras medidas justificadas por una crisis mayor de salud pública.

"Esta iniciativa está siendo dirigida por alguien que muchos de ustedes conocen muy bien: Wilfredo López, asesor general del Departamento de Salud de la Ciudad. De hecho, la iniciativa será el punto culminante de una distinguida carrera de 25 años con nuestra ciudad. Naturalmente, Wilfredo está aquí - y, por favor, acompáñenme para agradecerle por un cuarto de siglo de devoción a la gente de la ciudad de Nueva York y liderazgo en ley de salud pública a nivel local y nacional.

"También hemos desarrollado un protocolo único para compartir información entre nuestros Departamentos de Salud y Policía y el FBI, a fin de investigar accidentes que pueden incluir agentes biológicos. Nuestro sistema de reportes, monitoreo y respuestas de salud pública está basado en informes directos a las autoridades locales que son quienes proveen la primera respuesta. Y ha funcionado bien a través de los años. Tuvimos un buen ejemplo de su efectividad en una fecha previa de este año, cuando, por razones completamente accidentales y naturales, un hombre en nuestra ciudad contrajo ántrax respiratorio. Me alegra reportar que la respuesta no sólo incluyó una excelente cooperación entre las autoridades locales, estatales y federales, sino que esta persona también se recuperó por completo.

"El sistema también funciona en muchos otros incidentes, día tras día. Y eso ilustra por qué federalizar la vigilancia y respuesta a tales incidentes causaría más problemas de los que resolvería. Las autoridades locales deben seguir siendo los nodos para la comunicación y respuestas. Si se cambia eso, se perderá la valiosa familiaridad con las condiciones e instituciones locales justo cuando más se necesita ese conocimiento.

"Ahora, créanme: Al construir la infraestructura municipal de respuesta de emergencia, el apoyo del gobierno federal ha sido sumamente valioso, y muy apreciado. Eso ciertamente incluye al CDC, que ha proporcionado a la Ciudad de Nueva York fondos que hemos utilizado para fortalecer nuestra capacidad para detectar y responder a emergencias de salud. Pero el gobierno federal puede hacer mucho más - empleando el poder adquisitivo - para mejorar la preparación local para desastres y eliminar la actual mentalidad 'disaster du jour'.

"Las respuestas federales a la fiebre aviaria, la falta de vacunas para la influenza u otras crisis que hemos enfrentado en años recientes han sido episódicas e inconexas. Ellas ilustran la falta del tipo de infraestructura nacional de salud pública que demanda nuestra era en los niveles federal, estatal y local. Esa infraestructura debe incluir todo, desde conocimientos científicos y técnicos de alto nivel a nivel nacional hasta una capacidad de salud pública mejor entrenada y mejor financiada a nivel estatal y local. Y esa es la razón por la que el actual método de asignar fondos federales de preparación para el bioterrorismo necesita ser totalmente revisado.

"El único sistema racional para adjudicar estos fondos debe ser la densidad de población y el riesgo. Desafortunadamente, esos obviamente no son los criterios que se están usando. Realmente no se cómo alguien puede justificar una distribución de fondos de bioterrorismo que otorga $8.20 por persona en Dakota del Norte, cuando la ciudad de Nueva York consigue menos de $3.00 por persona. Ni entiendo por qué Rhode Island, Hawai, Maine, Nueva Hampshire, Idaho, Kansas y otros estados pequeños o escasamente poblados ameritan un financiamiento de bioterrorismo per capita mayor que la ciudad de Nueva York. No obstante, ese es precisamente el plan preliminar para distribuir fondos de bioterrorismo del CDC para el próximo año fiscal.

"Aun peor, la ciudad de Nueva York ocupa la posición número 42 de 54 estados y ciudades en fondos per capita de la Administración Federal de Recursos y Servicios de Salud - un financiamiento que va a los hospitales para preparativos de desastre. Al igual que la distribución de dinero de Seguridad Nacional, que recortó los fondos para la ciudad de Nueva York en un 40%, esto no es sólo absurdo, es vergonzoso.

"Cuando se trata de fondos para el bioterrorismo y preparación, realmente es hora de dar fin a la política federal para conseguir votos - ya que, cualquiera que sea el lugar del país donde ustedes viven y adonde volverán más tarde en el día de hoy, la política para conseguir votos pone en peligro la seguridad de todas las ciudades y los estados de donde procedemos, y de toda la nación. El Registro de Salud del World Trade Center identifica a gente expuesta directamente al polvo y vapores creados en Nueva York el 11 de Septiembre. Lista personas de los 50 estados y más de una docena de países. Cuando la ciudad de Nueva York es golpeada, todo el país sufre. Realmente estamos en esto unidos.

"No podemos costear más el jugar a la política con la capacidad de preparación - de la misma forma que no podemos permitir que las ideologías y los buenos deseos continúen superando a la ciencia en la toma de decisiones de salud pública. Y quiero concluir con unas cuantas palabras en ese sentido.

"Al fallecido senador de Nueva York Daniel Patrick Moynihan le gustaba decir 'Ustedes tienen derecho a su propia opinión, pero no a sus propios hechos'. Y en ningún lugar es eso más cierto que en el campo de la salud pública. Porque, en salud pública, adaptar las políticas para que se ajusten a preconcepciones políticas no es solo inefectivo, sino ciertamente peligroso.

"Ningún partido político está libre de culpa en este sentido, ni lo están los activistas de la izquierda o la derecha. Las políticas del SIDA ofrecen una buena ilustración. Si hablan con un grupo de activistas, ellos insisten en que la respuesta para detener la propagación del VIH es distribuir más condones y establecer más programas de intercambio de agujas. El otro lado cree tan fervientemente como este que la solución para evitar la propagación del virus está en persuadir a las personas de que simplemente no se puede tener sexo con quien ellos quieran, cuando ellos quieran: La verdad es que ambos lados están correctos, y debemos tener un liderazgo político, en cada nivel del gobierno, capaz de escuchar a ambos lados, aceptando lo que es cierto en lo que dicen y actuando en ese sentido.

"Permítanme entonces responder la pregunta del juez Holmes: ¿Hacia dónde vamos? La respuesta es: Depende de nosotros. Podemos escribir nuestro propio boleto. Los griegos acertaron cuando imaginaron que caminamos de espaldas al futuro, nuestros ojos firmemente fijos en el lugar donde hemos estado, no hacia donde nos dirigimos. Sin embargo, nuestro pasado nos ofrece alguna guía. Porque los retos de nuestro tiempo - los que representan las enfermedades crónicas y los desastres naturales y artificiales - pueden ser vencidos en la misma forma que nuestros ancestros derrotaron el cólera, la difteria, la fiebre tifoidea y el polio: a través de los esfuerzos de una democracia informada, no temerosos de enfrentar los hechos y tomar decisiones que den prioridad a la salud, no la política, y capaces de usar en forma justa y decidida los instrumentos de la ley para proteger las vidas de cada miembro de la sociedad. Esta es la única forma en que podemos garantizar que nuestro viaje al futuro será largo, feliz y saludable. Al concluir esta conferencia, les deseo esto mismo ahora que ustedes vuelven a sus casas para retomar sus muy importantes responsabilidades.

"Muchas gracias a todos".







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