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  9 de marzo de 2004
www.nyc.gov

Un reembolso del impuesto a la propiedad que es lo debido
Por el alcalde Michael R. Bloomberg

Durante los últimos tres años hemos dado pasos difíciles para equilibrar el presupuesto de la Ciudad de Nueva York — ante déficits récord — que han mantenido a nuestra ciudad más segura que nunca y nos han puesto en el camino hacia la recuperación económica. Ahora es el momento de ayudar a los contribuyentes que dijeron presente para la Ciudad cuando más lo necesitábamos.

En 2002, enfrentando la más grave crisis fiscal desde los años ‘70, nos vimos obligados a aumentar impuestos a las propiedades. Ahora que nuestro panorama económico se ha aclarado, proveer alivio fiscal a quienes hicieron los sacrificios financieros más grandes — los dueños de viviendas familiares, apartamentos de condominios y cooperativas — debe ser una prioridad mayor.

He propuesto un presupuesto balanceado que incluye un reembolso de $400 en el impuesto a las propiedades para cada dueño de casa en la Ciudad de Nueva York. El reembolso, que se dará anualmente, compensaría los impuestos a las propiedades más elevados que los propietarios están pagando ahora. La propuesta de presupuesto también elimina el impuesto de ventas para ropas y calzados bajo $110 el 1ro de junio de 2004, como ha sido programado.

Reducir el impuesto de ventas para todos los neoyorquinos y proveer alivio en el impuesto a las propiedades para los dueños de viviendas que se sacrificaron más para sacar a la Ciudad de su crisis fiscal mantendrá creciendo a Nueva York. Un reembolso de $400 en el impuesto a las propiedades pone $250 millones en las manos de laboriosos dueños de viviendas en Nueva York, quienes inyectarán el dinero en la economía de la Ciudad, ayudando a los pequeños negocios y creando empleos.

Sin embargo, la propuesta del Concejo Municipal daría millones a grandes corporaciones, caseros comerciales y magnates de bienes raíces, mientras se dejaría a los dueños de vivienda con casi nada. Algunos dueños de edificios de oficinas en el Midtown conseguirían recortes impositivos de más de $500,000, y una compañía grande de servicios públicos obtendría un recorte fiscal de $8 millones — ¡suficiente para enviar $400 a 20,000 dueños de vivienda!

El plan del Concejo se basa en el efecto de filtración económica: dar enormes recortes de impuestos a los caseros y esperar que una pequeñísima cantidad — $45 — se filtrará hasta los inquilinos. Pero no existe evidencia de que los ahorros de los caseros serán pasados a los inquilinos, quienes podrían no obtener cosa alguna. A los dueños de vivienda también les iría mal: la mayoría conseguiría unos miserables $53 — algunos conseguirían aun menos, mientra los dueños adinerados de los inmuebles más caros de la Ciudad conseguirían recortes de impuestos superiores a los $1,000.

La elección no podría ser más clara: Mi plan dirige todos los beneficios financieros a los dueños de vivienda y sus familias; el plan del Concejo envía los beneficios más grandes a grandes corporaciones y caseros comerciales. Mi plan da a cada dueño de vivienda el mismo beneficio — $400; el plan del Concejo ofrece millones a dueños de propiedades adinerados y migajas a todos los demás. Mi plan inyecta dinero real a los neoyorquinos; el plan del Concejo cuenta conla esperanza de que una pequeñísima cantidad se filtre hacia abajo.

Ahora que estamos recuperándonos, proveer alivio fiscal real a los dueños de vivienda que han realizado los sacrificios financieros más grandes es lo apropiado.

 

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